¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 10 de febrero de 2010

II Milenario de la lucha en aguas del Tajo entre Aníbal y los Carpetanos.




El 21 de Enero de 1961, fechada la crónica en Arroba de los Montes, Melchor Díaz-Pinés Pinés, publica la siguiente información:



En la historia de este pueblo, Arroba de los Montes, uno de los más antiguos de España, aparecen datos aportados por el historiador Tito Livio, en Décadas de la Historia romana, en los que se detalla la cruenta batalla sostenida dentro de las aguas del río Tajo, entre las fuerzas del cartaginés Anibal y las fuerzas coaligadas de carpetanos, olcades y váceos, los que en número de más de cien mil, interceptaron la marcha del general africano desde Cartagena a Salamanca. Al regreso de estas fuerzas por la misma ruta, fueron atacadas por los nativos, al ser muy lenta su marcha por el gran botín que transportaban los vencedores.



Por estrategias, impuestas por las circunstancias de la lucha, se desarrolló ésta en el mismo cauce del Tajo, pero las huestes carpetanas no se amilanaron, confiados en la superioridad numérica y lanzando el grito de guerra atacaron a los cartagineses que iban apoyados por caballería y por cuarenta elefantes. La lucha fue durísima y se puso de manifiesto la ferocidad de nuestros soldados contra la técnica de los invasores.



El río Tajo se tiñó de sangre por las incontables bajas sufridas por ambos bandos y miles de cadáveres fueron arrastrados por la corriente. Fue uno de los más antiguos combates que recuerde la historia de la dominación cartaginesa y que el citado historiador encomia, por la valentía puesta en juego, a pesar de la falta de mandos eficientes.

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