El 21 de Enero de 1958, Melchor Díaz-Pinès Pinés, publica esta noticia periodística, fechada en VILLARTA DE SAN JUAN.
Han dado comienzo en esta localidad los tradicionales festejos de " las Pacicas", dicho popular que se refiere a su patrona, la Virgen de la Paz.
El más puro sabor y tipismo saturan estas fiestas que han llegado a alcanzar gran renombre en toda la región, siendo fiestas de pólvora, que se quema en cantidades ingentes, existiendo también un verdadero pugilato en la repostería casera, de siempre muy afamada por sus sabrosas cochuras de tortas villarteras.
En la tradicional hoguera de la víspera se han llegado a quemar más de treinta toneladas de leña, mientras se prodigan las seguidillas manchegas, las jotas y el fandango, bailes con gran tipismo regional.
Con la " Fiesta Grande " se llega a la máxima concentración religiosa y la procesión de la patrona llega al paroxismo por la gran fe que los habitantes profesan a su " Pacica " y donde lo más descoyante es la puja que se establece entre los acompañantes al cortejo procesional, ya que constituye un alto honor alzar de las andas la imágen y sobre todo, pasar a la venerada Virgen a su templo, honor que es pujado en público. Las pujas han alcanzado en algunos casos hasta los 3.000 duros que en unión de los donativos recaudados durante el novenario, pasan a engrosar las arcas de la Cofradía, que se asegura que es una de las más ricas en muchas leguas a la redonda.
Estos tan tradicionales festejos duran cinco días y son merecedores de la atención de los pueblos de la comarca y de muchos tutistas que saben de la importancia de estas manifestaciones folklóricas y religiosas en honor de la patrona de este pintoresco lugar de la Mancha.
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