¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡Bienvenido a este 'blog'!
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

lunes, 22 de febrero de 2010

Representación de 'Sotomayor y los franceses' en Manzanares.


El 14 de diciembre de 1955, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envía a la Agencia Cifra el siguiente reportaje:


Entre las diversas actividades y actos de toda índole, celebrados en Manzanares con el fin de recaudar fondos para ayuda al necesitado, figura con caracteres relevantes la puesta en escena de la obra patriótica, "sui géneris", de ambiente local, "Sotomayor y los franceses", drama en verso y en tres actos, atribuída a una celebridad poética del pasado siglo y que en todo momento que se ha representado, ha ido acompañada del más clamoroso de los éxitos.


Como su título da entender, esta obra se desarrolla en aquellas luctuosas fechas de la dominación francesa y cada representación es como un homenaje fidelísimo a su salvador, el párroco Rvdo. Fray Pedro Alvarez de Sotomayor y Rubio, heróico defensor de esta villa de Manzanares y sus moradores, durante la Guerra de la Independencia.


La tradición, parca en noticias - aunque precisamente estos días haya visto la luz un documento que amplía algunos detalles relacionado con estos hechos - hace resaltar en letras de oro, la heroica defensa de estas tierras contra el invasor de las huestes napoleónicas. Esa guerra a ultranza y sin cuartel que sus habitantes sostuvieron, hizo llevar la lucha hasta dentro del casco urbano y haciendo una tenaz defensa desde el Hospital de Sangre, improvisado por los franceses, infligieron una serie derrota a los insurgentes, que fueron por completo desvarados y puestos en fuga, perdiendo muchas vidas. Este hecho fue precursor de la fuerte derrota que más tarde sufrirían en la batalla de Bailén.


Llegada que hubo la noticia a los generales franceses, que a la sazón se hallaban más cercanos, avanzaron con sus tropas sobre Manzanares con el decidido propósito de vengar la tremenda derrota sufrida por sus huestes. Sabedores Sotomayor y sus escasos acompañantes de los propósitos de total aniquilación que por parte de los franceses se iba a realizar con el vecindario, el párroco suplicó hasta el agotamiento el perdón para su indefenso pueblo, consiguiéndolo solamente del General Lequier de Beluire y no así del general Puissón Sebastiani.

El párroco reclamaba para él todo el castigo que a su pueblo se le quisiere dar pero Sebastiani no quería más que el exterminio total y ocurrió entonces que habiendo recibido el General Lequier el esperado ascenso, éste no sólo ordenó el inmediato cese de las hostilidades sino que perdonó al pueblo y en señal de humilde acatamiento y vasallaje, se desprendió del fajín del generalato y se lo ciñó a la cintura del Cristo Jesús del Perdón, haciendo honor a tan tierna advocación que aún perdura en nuestros días.


La puesta en escena de tan valiosa pieza dramática ha corrido a cargo del Secretariado de Caridad de la Hermandad Ferroviaria y de la Sección Comarcal de Centro de Trabajo del Frente de Juventudes y el resultado artístico y económico sobrepasó los cálculos previstos, siendo necesario realizar dos representaciones para atender la demanda de localidades en taquilla.


Con motivo de esta representación, en la que ha venido a recordarse lo que al ilustre párroco Alvarez de Sotomayor debe la ciudad de Manzanares, existen fundadas esperanzas de plasmar con carácter permanente el homenaje que su pueblo le tributa, erigiendo un monumento que perpetúe en los siglos venideros la defensa de tan ilustre hombre de Dios y su milagroso desenlace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario