¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Se va eliminando de la lexicología manchega la palabra " patacón ".



El 15 de febrero de 1961, Melchor Díaz-Pinés Pinés, para la Agencia Nacional de noticias, CIFRA,  redactaba esta información costumbrista.


El lenguaje manchego está cambiando y adoptando expresiones modernas que contribuyen a hermosear la lexicología de la Región. Tal es el caso de la antigua moneda llamada " patacón ", que hasta hace bien poco se utilizaba frecuentemente al realizar pequeñas compras. Los muchachos manchegos han utilizado el patacón para comprar pipas, altramuces, chufas y golosinas en general. Él orígen de esta palabra, que es usada como moneda en muchos lugares del mundo hispano, es árabe y significa ventana ya que en muchas monedas antiguas árabes figuraba en el reverso de la moneda algo así como una ventana. Después pasó al italiano como 'pattaca' y llegó a significar, en el lenguaje hispano, ' algo de poco valor'.


La palabra patacón ya se utiliza muy poco en La Mancha y se pierde irremisiblemente porque en la actualidad, hasta los más ancianos del lugar ya entienden y comprenden con absoluta facilidad por pesetas y sus decimales, cosa que antes no se comprendía.


Queda pues el patacón para la historia y en este sentido, he podido leer estos días, como el sacerdote Pedro Velázquez, manchego de nacimiento que formó parte de la colonización del Perú, encargó a unos Padres jesuitas que regresaban a España, el reparto de una herencia y su distribución. Las instrucciones que les dio fueron: Mando dejar " cincuenta patacones " para atender las necesidades de leña en los hogares pobres y dar " un patacón diario " de pan a cada pobre y si algo sobrase, se les dieran cuatro comidas extras al año.


En aquellos tiempos del siglo XVI existían panes de un patacón que pesaban cuarto de kilo. Hoy el patacón ha sido desplazado por la moneda de diez centimos pero la fama de su " reinado ", perdurará aún mucho tiempo.

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