¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 16 de febrero de 2010

Tradicional festividad del Apóstol Santiago en MEMBRILLA.




En Junio de 1957, Melchor Díaz-Pinés Pinés. elaboró el siguiente DOCUMENTO, sobre la festividad de Santiago y tradiciones de la vecina villa de Membrilla:



Entre los pueblos de La Mancha legendaria, más cuidadosamente guardadores de sus tradiciones, que el transcurso del tiempo se ha encargado de hacer añejas, figura sin lugar a dudas la vecina villa de La Membrilla, que en estas fiestas de su Patrón, Santiago el Mayor, reverdece sus fueros con sin igual ardor, por celebrarlos con la solemnidad que le imprimieran sus conquistadores, los Caballeros de la Orden de Santiago, que allá por el año 1204 de nuestra Era, arrojaron a la morisma definitivamente de la fortificada villa y en cuya fortaleza, el hoy derruido Castillo del Tocón, ondeó la bandera de la triunfante enseña de Cristo libertador, con carácter de epopeya.

Esta laboriosa villa, cargada de laureles, muestra a la moderna civilización las ricas preseas de los matices coloristas de su inamovible tradición, por lo general ya extinguidos en otros pueblos y ciudades, sin que por ésto y merced al esfuerzo de sus hijos, haya dejado de labrarse una destacada posición entre el concierto de pueblos manchegos, inquietos e influidos del noble afán de superarse.

Estas tradicionales Fiestas, siempre dan comienzo con el traslado de la venerada imagen del Apóstol desde su Santuario del Cerro del Espino a la Iglesia Parroquial de Santiago el Mayor, donde se celebran los homenajes, cada año superados, que la devoción de la villa de Membrilla tributa a su Caballero Patrón y cuyos actos religiosos adquieren gran solemnidad. A partir de estos momentos se da rienda suelta a la popularización de los festejos verbeneros y se inicia el desarrollo de los costumbrismos tradicionales, que a pesar de los nueve siglos transcurridos, en nada ha desmerecido la más pura esencia que sus mayores le impusieron.

Los confites abarcan en su totalidad la preferencia de sus gustos y los chicos emplean en su adquisición los ahorros que en todo el año lograron reunir, hasta agotar por completo sus bolsillos, como exige la tradición. Los novios y a través de la reja, testigo de sus coloquios amorosos, hacen entrega de sus típicos obsequios santiaguistas a las novias, engalanadas con sus mejores adornos. Los abuelos reparten entre sus descendientes grandes cantidades de dinero que luego ellos gastarán en los clásicos dulces. Las chicas de servir, reciben de sus señoras el tradicional regalo, que siempre es importante. Las mozas casaderas y aspirantes a ello, estrenan este día su vestido de traza moderna, a la luz del luminoso día del Patrón, para ostentación y comentario, estableciéndose el pugilato consiguiente y demostrativo de que, cuanto más valiosos y bonito es, más jornadas de trabajo empleó en la siega y por consiguiente más ahorró para ello.

La víspera de la fiesta se pregonan a los cuatro vientos de la Villa las excelencias del vino tinto de tal o cual vendedor. No puede consumirse más que vino tinto en estas fiestas, con el cual se hacen las clásicas " Serranas " con melocotón, tan afamadas y agradables, consumiéndose en este sólo día más de cuatrocientas arrobas del oloroso líquido y agotando las existencias de melocotones en todos los mercados limítrofes.

Por consiguiente y remontándose a la fecha de la conquista, año 1204 en que se supone fuera instituida esta fiesta por Don Suero Rodriguez, sexto Maestre de la Orden de Santiago, la villa de Membrilla ha empleado en la celebración de sus fiestas Santiaguistas, más de trescientas mil arrobas de vino tinto y con relación a sus habitantes, en este año de gracia, a cada uno corresponden ochocientos centímetros cúbicos de tan preciado líquido, que siempre hay que ingerir con las debidas precauciones.

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