El 2 de Agosto de 1959, Melchor Díaz-Pinés Pinés, escribía el siguiente artículo para Agencias Informativas.
El río Azuer se ha secado por carecer de una ordenada utilización de su caudal. En los comienzos de su encauzamiento y desde que en el Puerto de Vallehermoso forma el caudal el río, las aguas son utilizadas sin control por los más próximos agricultores, en detrimento de los intereses de los demás huertanos de la cuenca.
Afecta la total sequía de este río a más de quinientos medianos y pequeños agricultores de los términos municipales de Carrizosa, Alhambra, San Carlos del Valle, La Solana, Membrilla, y Manzanares, hasta su desembocadura en el río Guadiana, en el término de Daimiel.
La toma de aguas incontrolada, como antes decíamos, produce no sólo la imposibilidad de la toma directa del riego desde el mismo cauce sino que, al no discurrir el agua por el mismo, produce la natural sequía de las millares de pozos y norias diseminadas en todo su recorrido, llegando a perder todos esos terrenos sus cualidades de vega, muy fértiles con el agua pero totalmente improductivos si les falta el líquido elemento.
Los perjuicios que se causan a tanto pequeño hortelano son incalculables y se está tratando desde hace tiempo por las Hermandades de Labradores de los pueblos afectados, la canalización del mismo. El proyecto se encuentra en estudio por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y se espera su resolución urgente pues son más de dos mil hectáreas de terrenos que en este momento se encuentran convertidos en inmensos eriales.
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