Flores de Mayo en Membrilla.

El 11 de Mayo de 1956, Melchor Díaz-Pinés Pinés, realiza el siguiente reportaje sobre las Flores de Mayo en la vecina villa de Membrilla.

Entre los pueblos manchegos de más arraigada tradición mariana figura sin duda alguna, el vecino pueblo de Membrilla, que concentra durante todo el mes de Mayo su enfervorizada devoción, representada con típicas manifestaciones del vecindario hacia la Virgen.

Comienzan en los primeros días de Mayo y se adornan con gran profusión las cruces que de tiempo inmemorial existen en muchas fachadas de esta pintoresca villa, que aún conserva el clasicismo religioso, heredado de sus Caballeros de la Orden de Santiago en los albores del siglo XII.

Muchas fachadas aparecen artísticamente decoradas con los más diversos motivos florales, que por tradición suelen ser ejecutadas por muchachos en edad de noviazgo, pretendiendo demostrar con estas expresiones sus preferencias por las muchachas allí residentes. Estas casas, en su inmensa mayoría, gozan ya todo el mes de gran popularidad en el barrio, viéndose muy concurridas y visitadas sus capillas y altares que bajo cualquier advocación mariana, invitan a la vecindad a la asistencia del ejercicio de las Flores de Mayo. Los dueños de las casas se consideran muy honrados con tales demostraciones y muestran su simpatía a los visitantes.

Estas tan rancias tradiciones vienen siendo respetadas a través de los siglos, no habiendo sufrido merma en sus entusiasmos, por ser sus habitantes un pueblo ejemplar y fiel amante de las tradiciones, demostrando ser uno de los mejores exponentes del costumbrismo de toda la Mancha y relicario de sus santos ideales.