El 25 de Noviembre de 1961, Melchor Díaz-Pinés Pinés, elabora el siguiente reportaje para la Agencia Cifra, fechado en ALMAGRO.
Además de sus famosos encajes, esta ciudad ha llegado a adquirir celebridad y fama con la explotación en gran escala de la ya difundida y popular berenjena, exportadas ya en grandes cantidades.
Esta solanácea de gran riqueza en potasio y muy nutritivas, es muy estimada en gran parte del mundo y se cree que fue introducida en España por los musulmanes, en la Edad Media, durante la ocupación de la península. Es una planta que se adaptó bien en las tierras manchegas porque necesita mucha luz para crecer y los calores los soporta, siempre que tenga suficiente humedad. La fama de las berenjenas de Almagro se ha extendido en los últimos años y es una garantía para el consumidor por su gran calidad.
De forma natural no se conserva por muchos tiempo pero los almagreños son maestros en hacerlas en conserva. Su condimentación es muy escrupulosa y se aliña con una salsa fuerte y estimulante, a base de hinojo, cominos, ajos y vinagre y una vez aderezadas se conservan en grandes orzas de barro, cubiertas con un fuerte paño y selladas con yeso. De esta forma están macerándose durante un año para salir a la venta a todas las regiones de España y al extranjero.
En La Mancha son plato indispensable en las Ferias, acompañadas de un buen vino blanco, haciendo las delicias de los consumidores.
Las berenjenas, siempre famosas, fueron inmortalizadas por el famoso poeta Baltasar de Alcázar, con el siguiente cuarteto:
Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón;
La bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
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