¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 15 de mayo de 2010

La Hermandad Sindical de Labradores cuenta con más de 4.000 afiliados.

En Mayo de 1959, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envía la siguiente crónica a la Agencia de noticias, CIFRA.


Ningún agricultor duda que la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos echa siempre una mano a la gente del campo. Son más de 4.000 los afiliados propietarios de fincas rústicas con que cuenta este término municipal y el presupuesto de la Hermandad para este año, alcanza la cifra de 700.000 pesetas, lo que da idea de su importancia.


Aparte de los servicios propios prestados, relacionados con la agricultura y ganadería, en cuanto a apoyo técnico y ayudas de todo tipo, gestionar las cartillas de los labradores, las básculas de pesada, etc, esta Hermandad cuenta con un Servicio de 'guardería montada', que velan por la seguridad de los campos y evitan pillajes en épocas de recolección. Tiene además, en régimen de Patronato, una escuela unitaria con capacidad para treinta alumnos, donde los hijos de agricultores y ganaderos que lo deseen, reciben la enseñanza primaria gratuita.


Esta Hermandad, llegadas las fechas de 17 de enero y 15 de Mayo, San Antón y San Isidro Labrador, respectivamente, organizan las Fiestas tradicionales y siempre hay concursos de destreza en el manejo de los aperos de labranza, tales como la apertura de hoyos, trazado de surcos, además de concursos de ganado en los que cada propietario exhibe lo mejor que tiene en casa para competir en sana hermandad. Son fiestas muy tradicionales en las que los esforzados hombres del campo disfrutan de un merecido asueto, para después continuar con sus labores disfrutando de sus campos de viñedo, sus cereales y algodón (cada vez más extendido), dejando llevar su mirada a la llanura, en esos pequeños descansos para tomar fuelle, y divagar sobre mil cosas, seguramente entre ellas, cómo deben mejorar para competir en los años venideros.



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