¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

MANZANARES, ante las Fiestas de su Patrón. (AÑO 1945).

Texto íntegro de la publicación literario-comercial, aparecida en el Diario madrileño "PUEBLO", el día 10 de septiembre de 1945, realizada por Melchor Díaz-Pinés Pinés, con motivo de la festividad de Nuestro Padre Jesús del Perdón". En esta crónica, se comenta la inauguración de la reconstruida Parroquia de la Asunción con motivo de las Fiestas Patronales.

La muy leal y fidelísima ciudad manchega de Manzanares está en fiestas, llena de fervor religioso y dedicadas a su Patrón querido Jesús del Perdón. Entusiasta y desbordante se muestra hacia El, que todo se le debe. Fases difíciles atravesó este laborioso pueblo, que por su milagrosa intervención supo detener la galerna de dolor y retornarlo a puerto de bonanza. Recordemos el pasaje de nuestra Historia contemporánea: la invasión francesa, en la que solo su presencia evitó un verdadero cataclismo, sentenciado ya por el furibundo general galo.


De ahí que la devoción haya sido siempre del arraigo general, sin distingos sociales, como perenne agradecimiento al hecho milagroso obrado en presencia de nuestros antepasados, verdad histórica que hoy, en que la lógica ha vuelto a sus normales cauces después del paroxismo de estos malhadados años, hace resurgir pujante y con renovados bríos, hasta hacer parangón con nuestros parientes de antaño, el modo de llevar a la práctica la devoción a Jesús Nazareno.

Los pueblos perseverantes ven también llegar el feliz logro de sus anhelos y hoy toca a Manzanares echar campanas al vuelo, a la vista de su maravillosa parroquia que para el novenario del Patrón, han estrenado. Digna mansión para tan gran huésped, pues en verdad los ojos no se cansan de contemplarla. Ardua tarea la que un día se impusieron este Excmo. Ayuntamiento, el Señor cura Párroco y demás leales colaboradores, hasta conseguir, merced al acelerado ritmo que a las obras impulsaran, ser los primeros en poder mostrar al mundo tan grandiosa obra terminada, haciéndose merecedores del general aplauso que el vecindario ha prodigado sinceramente. Grata e pues la noticia y al júbilo popular se unirá el de tantos manzanareños que, diseminados por el solar patrio ibérico, ni esperaban tan gran nueva.

La magnificencia de los actos religiosos que se celebran en su honor y para su mayor gloria, revisten este año importancia tal que no se recuerdan hechos de similar naturaleza. La presencia de nuestro querido prelado en los actos inaugurales, ha servido para expresar la simpatía que Manzanares profesa a su pastor diocesano, dando el realce que era dado esperar en acontecimiento tan magno. El Rvdo. Padre Rodriguez desde su cátedra sagrada, prodigando su inspiradísimo verbo, sobrepasa a cualquier posible elogio, deleitando con su maravillosa oratoria a los innumerables fieles que durante la celebración del novenario como en el traslado de la imagen y ceremonia de la bendición de la nueva Iglesia, han asistido. La Capilla y orquesta, sabiamente conjuntadas, llenan por completo la amplia nave con sus bien entonadas voces, ora atacando un "fortísimo" como difuminando un "pianísimo" apenas perceptible y pedimos a Dios nos conserve la vida muchos años para poder presenciar sensacionalismo de esta clase, que llegan al alma, poniendo en tensión la sensibilidad espiritual y artística.


El Padre Olegario de Cifuentes (Capuchino),  en su predicación, vino a decir estas palabras:

" Tan unido como la imagen a la peana, se halla el corazón de los buenos manzanareños a su Padre Jesús del Perdón. Por eso, esta devoción del pueblo a su Patrón, no puede ser algo espontáneo, pasajero y de momento sino, al contrario, algo que lleva necesariamente muy dentro de su corazón.

En la larga historia de tres siglos que la histórica imagen fue colocada en trono de amor, no se registra en el aspecto religioso otro acontecimiento de mayor trascendencia, que se celebre con mayor esplendor y , sobre todo, con mayor fervor y gran espíritu de fe, que este de las Fiestas de Nuestro Padre Jesús del Perdón.

Ellas son, en verdad, el gran exponente de la piedad religiosa de Manzanares. En ellas, no hay corazón manzanareño que no sienta vibrar de entusiasmo y por eso la gran magnitud de su magnífico templo parroquial, resulta insuficiente para acoger dentro de sus naves a las inmensas multitudes.

Y no es extraño que así suceda pues la fe que el manzanareño creyente tiene en su Padre Jesús del Perdón, es algo que recibe con la misma vida.

Bajo su celestial protección y ante su imagen, se coloca al niño en el momento de ser regenerado con las aguas bautismales; más tarde, en su primera comunión y por último, en la santificación de sus amores. Y al partir de este mundo, para el lugar de su última morada, es el hábito morado de Nuestro Padre Jesús quien recoge y envuelve sus restos mortales, como última expresión de su amor y devoción.

Todo el ambiente religioso de Manzanares se forma en torno a la imagen de su Patrón y no es extraño, pues, que el pueblo de Manzanares sienta su corazón tan unido a su Patrón, como la imagen atractiva, tierna y conmovedora lo está con la peana que le sostiene".




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