La mujer manchega vuelve por sus fueros, dignos de la más noble exaltación.

El 25 de Abril de 1956, Melchor Díaz-Pinés PInés, envió la siguiente información a la Agencia Nacioanl de Noticias, CIFRA.

"Analizando el contenido de este pequeño reportaje y desde la perspectiva actual, es fácil percibir el momento que atravesaba el mundo de la mujer en la sociedad del momento y alegrarse de los enormes cambios producidos en estos casi 60 años transcurridos" 

¡Esta es la crónica!.

La mujer de estas pardas tierras manchegas, reivindica los atributos que le yacían dormidos y evoluciona, después del triste lapso de ausente espiritualidad, bajo el influjo del noble y exaltado feminismo que, como vergel de inquebrantable fe, domina las decadentes tendencias modernistas, a semejanza de aquellas heroínas patrias, que como Santa Teresa de Jesús, la Reina Isabel de Castilla, Concepción Arenal y tantas otras preclaras mujeres, llenaron con sus maravillosos ejemplos, las luminosas páginas de la Historia.

Estas mujeres, por obra y gracia de la acción que España desarrolla en pró de su dignificación, abandonaron las perniciosas influencias adquiridas en estas pasadas décadas y su espíritu, como por obra de desencanto, ha recuperado y aún superado, las virtudes, honestidad, laboriosidad y afanes de saber, que les legaran sus mayores.

Todas las jóvenes desde que abandonan el colegio y sin distinción de clases, rivalizan en adquirir nuevos conocimientos y habilidades femeninas que puedan serles de utilidad en el día de mañana. En su afán de autosuperación, se llega hasta límites insospechados. Las labores de bordado, tanto a mano como a máquina, superan en mucho a las que realizaran sus abuelas, imprimiendo nuevas directrices artísticas de indudable categoría. La enseñanza del Corte y Confección, se ha popularizado de tal manera, que hacerse un vestido, hoy, les es de gran facilidad. Los estudios en sus diversas gamas, están muy generalizados y existe buen plantel de elemento estudiantil femenino de muy grato saber, independientemente de las estudiantes de taquimecanografía, contabilidad y cultural general, tan imprescindible en la vida moderna.

Pero lo más generalizado entre las incontables labores femeninas, merece ser destacado con gruesos caracteres. La confección del mancheguísimo encaje de bolillos, popularmente conocido por encaje de Almagro y que tan de uso corriente es en toda la región central de La Mancha, ha renacido con fuerza y las pequeñas, desde los seis o siete años, alternan este aprendizaje con la asistencia al colegio.

A estas ejemplares mujeres manchegas rebosantes de vida y capacitadas aspirantes al sacramento matrimonial, encajan a la perfección las hermosas palabras que para ellas y exaltando las virtudes femeninas, pronunciara Fray Luis de León y que dice: "Cuando la mujer asiste a su marido, el marido la ama y la familia anda en concierto y aprenden virtud los hijos y la paz reina" ....

La mujer de La Mancha, amante, fiel hacendosa y "de su casa". hace honor a la célebre frase de Santa Teresa de Jesús, en la que decía que "también podía amarse a Dios entre los pucheros" y estas recatadas mujeres, plenas de inquietudes e ilusiones femeninas, son una prometedora esperanza para el porvenir de esta tierra, donde las flores lozanas que se cultivan, fueron modelos de honestidad y honradez a través de los siglos, según cantara el Príncipe de los Ingenios, que tan a fondo y placer estudiara las costumbres, virtudes e ideales de la mujer manchega.