En 1964, Melchor Díaz-Pinés PInés, envió este saluda con sabor a vino, a la revista especializada 'Semana Vitivinícola' de VALENCIA.
¡Saludos, amigos!.
Pasó un año más y ya están esos maravilloso odres fermentando los mostos que siempre gustan y siempre agradan al paladar. Estos vinos son hijos del sol y de estas tierras benditas, a las que el Creador quiso infundirles ese don, esa especialidad de crear unos vinos inimitables, inconfundibles y que son como un símbolo, tanto en las comidas como cuando la copa va de mano en mano, cosechando amistades y atesorando simpatías. ¡Este es el vino de MANZANARES!.
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| Exportación de vinos a granel, a través de la estación de ff.cc. de Manzanares. |
Los millones de arrobas de esos vinos, hijos de unas cepas privilegiadas, ya se encuentran en disposición de surcar todas las rutas para abastecer los mercados que saben justipreciar las cualidades de estos caldos.
Manzanares cuenta con un buen plantel de hombres que distribuyen por toda la geografía los aromas que hoy se encuentran concentrados en sus tinajas. Esos hombres que son copia exacta del Hidalgo cervantino, los que aferrados a sus tradicionales sistemas de elaborar solo piensan en hacer bien a la Humanidad por medio de estos vinos siempre iguales que son alimento, que son medicina y que son ...¡tan ricos!.
El tiempo, se rindió ante esto vinos que Manzanares exporta en cantidades, tales, que asombran al mundo. Por méritos propios, sin ayudantes ajenos, supo conquistar un muy destacado lugar entre los pueblos que en nuestra España exportan más y mejor. Con su vino "Genuino Manzanares", abrieron mercados, conquistaron opiniones y lograron el favor hacia unos vinos que no tienen parangón. En el transcurso del tiempo, estas realidades, hicieron salir al vino de los terrenos crematísticos para convertirlos en poesía, en literatura ardiente, en fin, que las más preclaras plumas lo ensalzaron, rompiendo lanzas contra la ignorancia o la incomprensión. Porque no hay duda y una muestra bien patente, es la que tenemos en estos versos de los Hermanos Quintero, que dicen así:
El que nunca haya tomado
con tres o cuatro colegas
esas tres o cuatro copas
con que la amistad se estrecha,
ignora el placer más hondo
de la amistad verdadera,
que es mostrar los corazones
sin velos y sin reservas.
Este aserto nos hace exclamar, entusiasmados ...¡¡VIVA EL VINO, BENDITO SEAS!!.
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