¡¡ALERTA, MANCHEGOS!!

Me figuro que los lectores de este 'blog' pueden imaginarme removiendo papeles muy antiguos de mi padre, buscando escritos que tengan interés de algún tipo y reproduciéndolos como entradas a este ciberespacio. Lo que ya sería más difícil es que adivinasen cuándo sonrío, cuándo lo que escribo me produce tristeza, cuándo cierta admiración por lo que leo, teniendo en cuenta que es lógico este sentimiento hacia un padre ...En este escrito que voy a reproducir, los sentimientos que asaltan mi mente son: el de ingenuidad, el de vehemencia y sobre todo el de amor a su tierra y el sentido de defensa a ultranza que tenía de los valores de la tierra en que nació.

Para situar al lector, a mediados de los cincuenta, comenzaron a introducirse en el paupérrimo mercado español de aquellos años, bebidas como la 'Coca-Cola',  los 'Mirindas' y 'Fantas' de rigor y sobre todo, el consumo de cerveza dio un salto cuantitativo importante en nuestro pueblo de Manzanares...Al leer previamente esta publicación, me vino a la mente la imagen de ese balcón de la Casa Consistorial del pueblo, en la película de 'Bienvenido Mr. Marshall', donde el gran actor ya desaparecido Pepe Isbert, hablaba a sus vecinos 'Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación y os lo voy a dar ..."

El 17 de Abril de 1956, Melchor Díaz-Pinés, envío el siguiente artículo periodístico a la 'Semana Vitivinícola' de Valencia.

Esta voz 'preventiva', hace ya muchos años que tenía que haberse dado y a fuerza de su propagación, hubiera llegado en estos momentos a ser "ejecutiva" en la defensa de la riqueza por antonomasia de esta región manchega.

¡Del vino se trata!... ¡Habitantes de La Mancha toda!. 

Nuestros aromáticos caldos van perdiendo terreno en el consumo hasta ahora peculiar en todos los rincones patrios y precisamente por apatía, también peculiar en nuestra idiosincrasia, se ha dejado paso franco a otras bebidas que poco a poco han ido introduciéndose, socabando y minando nuestros mercados, con el natural detrimento de la justa fama que estos vinos manchegos, tan famosos desde hace más de seis siglos disfrutaron. Si llegaron a imponerse en todas las clases sociales fue precisamente por sus bondades, sin hacer uso de las espectaculares propagandas que en nuestros tiempos se realizan, sin duda porque entonces no estuvieran generalizados estos modernos procedimientos de venta.

Por consiguiente y supuesto que los vinos de estas tierras no tienen por qué ser despreciados en ningún aspecto, ni merecer el trato a que se ven sometidos, ellos mismos pueden recuperar el terreno que perdieran si se los propaga conveniente y acertadamente en un todo, al compás que marcan los modernos sistemas propagandísticos ya que demostrado queda, no es posible hoy intentar dormirse en los laureles que se consiguieran siglos ha, porque esas propagandas estruendosas de la competencia, quiérase o no, restan adeptos, no cabe duda.

Se impone pues la propagación de nuestros vinos, solicitando si esto es realizable, apoyos oficiales, supuesto que de la supervivencia de millones de españoles se trata. Hay que recuperar para la causa del buen vino a los que momentáneamente se marcharon atraídos por el espejuelo del modernismo y si es posible conseguir una buena redada de los indiferentes, mucho mejor para esta bella causa.

El sistema a adoptar ya puede irse sometiendo a estudio por especialistas, que los hay competentes, pero mientras tanto, ver de conseguir alguna baza estimable de los poderes públicos en lo concerniente a moderación de los impuestos que graban nuestra riqueza exportadora, aplicación de tarifas especiales reducidas para su transporte y sobre todo, ver de conseguir la debida EQUIDAD en la tasación y aplicación de los impuestos ya que estos debían calcularse - como la más elemental medida de lógica - en justa relación al valor del productor y si una bebida es de más bajo coste, se impone en justicia que no debe ser grabada como la de más elevado precio porque entonces, resultan equiparadas por virtud del impuesto y el beneficio repercutirá sobre el de más valor y el perjuicio sobre el de modesto precio. Cada bebida, según precio, así debe tributar de acuerdo con una tarifa equitativa y de esta forma los vinos económicos, podrán seguir vendiéndose como tales y redundaría en una mayor salida del producto al ser más solicitado por su sector consumidor.

Otra medida - ésta sería importantísima - sería una campaña encaminada hacia aquellos asiduos a la 'Barra', que olvidaron desde hace quizás lustros ser lo debidamente patriotas y cambiaron el rumbo de sus gustos en lo concerniente a bebidas. A estos desertores del vino, habría que decirles por medio de altavoces potentes instalados en los puntos de su reunión, con grandes y bien visibles carteles: " BEBE VINO MANCHEGO, ASÍ HACES PATRIA".

Alerta, pues, patriotas de la Mancha. La riqueza de nuestro suelo está amenazada y a nosotros toca rehabilitarla, situándola en el lugar que le corresponde. Que cada cual se autocomprometa en la defensa de esta santa causa y habremos conseguido ganar una fase decisiva de esta batalla que ha de comenzar en defensa de nuestros espléndidos vinos de mesa.