¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Apuntes para la Historia de la Mancha, patria del Hidalgo Don Quijote (Entrega 1)..

En noviembre de 1961, Melchor Díaz-Pinés escribió estos apuntes que fueron enviados a alguna Agencia o Revista que lamento no conocer. Dada su extensión, al igual que en otras publicaciones anteriores, los iré reproduciendo por entregas.

"Amemus patriam posteritati at gloriae serviamus; id esse optimus puto".

Con esta introducción, se iniciaba en los finales del pasado siglo la pequeña historia, para muchos desconocida, de lo que en tiempos remotìsimos fuera la hoy noble Mancha y que el manco de Lepanto, D. Miguel de Cervantes Saavedra, habría de inmortalizar en el Don Quijote de la Mancha, obra cumbre de la literatura hispano americana. Vaya con estas letras el homenaje y admiración hacia D. Inocente Hervás y Buendía, que legó a la posteridad datos tan precisos y elocuentes con los que poder reconstituir esa tan esperada historia de la Mancha inmortal.


Entre los Montes de Toledo y las cumbres de Sierra Morena, extiéndense dilatadas llanuras que en la edad más remota habitó una gente valerosa y guerrera, no sujeta a dominio extraño y poseedora de cuanto territorio se columbra desde Puerto Lapiche a Cazorla y desde los valles de Alcudia hasta las orillas del río Mundo. Llamábase esta región "LA ORETANIA" y confinaba al Norte con la Carpetania, al Oriente con la Celtiberia, Mediodía con la Bastitania y por el Poniente con la región Túrdula.


Caminaba su línea divisoria con la Celtiberia por Minaya, Villarrobledo, Peñarroya, Castillo de Cervera, Socuéllamos, despoblado de Villacentenos hasta Villarta de San Juan -que el Hitación de Wamba denomina Bastra. Partía después su término con la Carpetania, en Las Labores, subiendo por Sierra Luenga, la Gineta, Urda, Guadalerzas (Cudelferza la llamó Honorio III y Guadelfierza, San Fernando), Nuestra Sra. de Finisterre, orillas de Algodor a la Sierra de Yébenes. En su collado de Peña del Ciervo, murió peleando como bueno, el año de 1143 el Alcaide toledano Nuño Alfonso, a manos de Parax, Alcaide de Calatrava, a quien algunas crónicas llamaban "El Adalid".
Yacimientos arqueológicos de Oreto y Zuqueca,
cerca de Granátula de Calatrava. (Foto de Wikipedia).

Continuaba después por la Sierra del Castañar, la que hizo famosa el gran poeta dramático D. Francisco de Rojas. Después seguía el Puerto del Milagro, Cerro de Peñafiel, Puerto de Marches (la Matercosa del geógrafo alejandrino), el Cerro del Buey a Navas de Estena. Ya desde aquí, eran los Oretanos vecinos de los tárdulos, caminando sus límites por la orilla izquierda del Estena hasta su confluencia con el río Frío, descendiendo por Horcajo de los Montes, Navalpino, el Vado de Estimiellas en la línea de Arroba a Puebla de Don Rodrigo, el cual en la división de términos hecha por el Rey Don Alfonso VIII, se dice: " Ficus de Estemellis". Corrían luego sus fronteras por Agua, Valdemanco, Cumbres de Almadén a Palacios de Guadalmez. La banda meriodnal de la Oretania en sus confines con la Bética, arrancaban del Río Guadalmez por Santa Eufemia y las laderas de los Pedroches a Fuencaliente. Continuaba la línea divisoria de estas dos regiones por la orilla del río Zújar hasta la confluencia del Guadalimar y Guadalquivir, comprendiendo parte de los montes que se levantan al oriente de Jaén. Partían, por último, las lindes de la Bastitania y Oretania, los pueblos de la Guardia y los situados en las faldas de la Sierra de Seguro y de Alcaráz.



Los más notables ríos que riegan esta fértil comarca son el Guadiana (el Ana de los geógrafos e historiadores griegos), cuyo nombre hace el Sr. Cortés, historiador fecundo, originario del idioma hebrero. El río Jabalón, el Azuer y el Guarriza o río de plomo, el Guadalem, Guadalimar o río colorado, el Segura y el Mundo. Sus montes principales: Sierra Morena (llamada por Plinio, Montes Oretanos y por Ptolomeo, Montes Marianos), las sierras de Alcaráz y Segura (el Orospellanuras de Estrabón, siéndolo, estos montes de las llanuras de la Mancha o antigua Oretania), luego los montes de Toledo, dichos Carpetanos, con otros muchos ramales o estribaciones de estos.
Rico y variado suelo constituía el peculiar patrimonio de la principal tribu de los oretanos, donde los frutos de la tierra y los minerales escondidos en sus entrañas, daban continua ocupación a los habitantes. "Es tan fértil su terreno, dice Pomponio Mela, que si en algunas partes por escasez de agua parece estéril, se desmiente así misma, produciendo lino y esparto". Así, mientras los Montes Marianos y las Sierras de Alcaráz y Segura producían en abundancia ricos metales, maderas de construcción y canteras de mármoles y jaspes, en sus dilatadas llanuras y riberas, hacían producir con facilidad toda clase de cereales, variedad de pastos, vinos y ricos y variados frutos.

De la lozanía y hermosura de los ganados que se alimentaban de sus pingües pastos, ya nos hablaba Estrabón y él mismo, nos refería que si los montes abundaban en metales, en la Carpetania y Celtoberia, son por lo común ásperos y estériles, no sucediendo lo mismo con los de la Oretania, pues al mismo tiempo que suministraban la plata y el oro, es prodigiosa su abundancia en todo género de cereales.


Podría decirse ciertamente que, los brillantes elogios que de las riquezas de España nos hacían Artistóteles, Solino, Diodoro de Sicilia, Justino y tantos otros geógrafos antiguos, no se referían a la Oretania por no hacerse de esta región una mención especial pero nos dijera Estrabón que los montes vecinos de Sisapón - el hoy Almadén - eran abundantes en minas de plata, así como también otro monte no lejos de Castulón, era conocido por el Monte Argénteo, por la mucha plata que contenía, viéndose todavía en nuestros tiempos testimonios irrecusables de la profusión con que la Providencia derramó en este suelo las minas de ricos metales 

El suelo de Oretania, proveía con largueza a todas las necesidades de la vida y suministraba a sus habitantes cuanto podían apetecer para su comodidad y hasta para su regalo. Por esto, no es maravilla que desde la más remota antigüedad, atrajera la Oretania hacia su suelo a gentes y pueblos extraños, ansiosos de una país que les diera frutos y riquezas en abundancia.

(Continuará) ...




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