¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 6 de enero de 2016

20). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES, 1912...GUERRA DE LOS CEMENTERIOS...LA CULPA FUE DEL CHÁ-CHÁ-CHÁ... DEL TREN



El reportero ha salido de la Casa del Pueblo y ha visitado, en lo que quedaba de mañana, diferentes industrias y comercios de la Calle Toledo… Mientras se encuentra en una próspera y moderna fabrica de jabones, alguien le pasa una nota, de parte del Sr Torres, en la que Don Bernardino le informa que el Sr. Alcalde le recibirá, con mucho gusto en el Ayuntamiento a la una del mediodía, para hablar de los cementerios de Manzanares.


Acabo esta visita, y como la hora se aproxima, me voy rápido hacía la Plaza….

En el Ayuntamiento, me está ya esperando el alcalde, D. Antonio Rubio y también D. Bernardino Torres, quien terminada su actividad como médico de la Beneficencia, en el mismo edificio del Consistorio, no se ha querido perder la conversación que vamos a tener...
D. Bernardino Torres, Médico de la beneficencia,
que más tarde fue Alcalde de Manzanares.

D. Antonio me recibe en su despacho, me saluda efusivamente, y me pregunta por mi estancia en Manzanares. Yo le respondo que estoy verdaderamente impresionado por este pueblo y sus gentes, y que estoy acumulando una gran cantidad de material, para escribir acerca de sus industrias, tal cual era el encargo que traía del periódico, pero que también estoy descubriendo cosas muy interesantes de la vida de Manzanares, que me propongo contar, entre otras, las historias tan interesantes que seguro voy a conocer hoy… Le comento a D. Antonio, que yo no podría marchar de Manzanares sin conocer algo que, en estos tiempos, está en boca de todo el vecindario desde hace dos años, el problema de los cementerios... que, según me había contado D. Bernardino,… “está siendo y será, motivo de polémicas y enfrentamientos, tal como esta el panorama”…

…Don Antonio, carraspea ligeramente, se rasca el mentón, y dice… “peliagudo tema amigos míos”… “lleva sobre la mesa más de 30 años y aun no está solucionado”
“Verá usted, empieza a contarme D. Antonio, de todo este lío de los cementerios tiene la culpa el tren”… El Sr. Torres y yo, ponemos cara de estupefacción, ante la sorprendente afirmación del alcalde , lo que provoca en D. Antonio una sonora carcajada… para, enseguida, continuar… “¡¡Si señores, así es, el tren tiene la culpa de todo!!..., pues, cuando a finales del Siglo XIX, llegó a Manzanares, sus vías cercaron por el noroeste al pueblo, dejando un amplio terreno sin casi urbanización, que se extendía por la antigua vereda hasta el viejo cementerio y la Ermita de la Virgen de Gracia…


“Era evidente que, para aprovechar las nuevas posibilidades de desarrollo que el tren ofrecía a nuestro pueblo, había que acondicionar todo ese espacio, acercar al tren muchas de las grandes bodegas, destilerías y alcoholeras de Manzanares"....“Algunas ya estaban por allí, en el paseo de la estación, pero todo lo que constituía la vereda y sus aledaños era claramente subsidiario de arreglo y urbanización". "En los últimos años del XIX, eso fue sucediendo, poco a poco, pero nadie se atrevió con el acondicionamiento del paraje de “Las Loberas”, al final de la vereda y adyacente a las vías del tren… Era una zona insalubre e intransitable, con frecuencia totalmente anegada cuando llovía y, en cualquier caso, manifiestamente inservible, en esas condiciones, para cualquier empresa que allí se pretendiera instalar"….

“El panorama de toda esa zona, continuó el Sr. Rubio, frenaba el desarrollo de todo el área y su urbanización, y fue una de las cosas que yo tenía más claras, cuando tuve el honor de ser nombrado alcalde Manzanares, en enero de 1910... Por eso, enseguida, hice el encargo de un estudio, concluido en un brillante informe, que sirvió de base para la limpieza y arreglo de todo el paraje en poco tiempo, de modo que, ahora mismo, los manzanareños pueden disfrutar de una “nueva calle Toledo”, que llega hasta las vías del tren"… 


Pero claro, todo eso, además de permitir la ubicación de muchas industrias y viviendas en toda la extensión de la nueva calle y ser una de las razones más importantes del florecimiento industrial que usted puede advertir en el pueblo, también supuso dejar definitivamente rodeado, e instalado en el centro de la población, que
 crecía de modo importante hacía el noroeste, al cementerio de la Virgen de Gracía”… … “Y nadie puede decir que yo fuera un visionario loco, pues esto ya había sido advertido años antes por mis predecesores en el Ayuntamiento”. 
De hecho, continuó, bastante tiempo antes que la vereda empezase a urbanizarse, en el año 1880, el alcalde de Manzanares, Don Antonio González-Elipe, apreció esa situación y, por esa razón, unida a otras de salud pública, que se informaron adecuadamente, propuso al entonces cura párroco, Don Gregorio Almagro Rivas, la posibilidad de trasladar ese camposanto a otro punto más apropiado a las afueras del pueblo, de cuya construcción se haría cargo el Ayuntamiento”.
“Llegaron a un acuerdo y, ese mismo año, quedó consagrado el que hoy ya se conoce como “Cementerio Viejo”, aunque entonces fuera nuevo...Pronto averiguará usted este aparente trabalenguas de nuevo y viejo, pero, ahora, lo importante para entender e interpretar bien toda la hilación de esta historia, es dejar bien claro que se firmó una acuerdo, Iglesia-Ayuntamiento, por el cual, éste último se comprometió a la financiación y construcción de un nuevo camposanto, mientras que la Iglesia parroquial de Manzanares, en contrapartida, cedía al ayuntamiento, el solar de ese antiguo cementerio de Virgen de Gracia, estableciéndose, como única condición, una clausula que determinaba que, en esos terrenos, no se construiría nada en los 25 años siguientes”“tiempo que se consideró prudencial, para asegurar el respeto debido a los allí enterrados y a sus deudos y, sobre todo, para que quedase garantizado que los restos de todos ellos, al final de esos 25 años, estuvieran ya trasladados al nuevo camposanto, que se acordaba construir en dicho pacto de permuta de terrenos”…


Plaza de la Virgen de Gracia e Iglesia.

“Así las cosas, con el acuerdo completo, y firmado , por la Iglesia local, el obispado y la Corporación Municipal de Manzanares, en el mismo Agosto de 1880, comenzaron las exhumaciones y los traslados de restos del Cementerio de la Virgen de Gracia al camposanto recién creado, sin que nadie protestase por ello y con la anuencia de todos…. entonces, la cosa estaba tranquila”….y aquí, momentáneamente, dejamos el diálogo, y termino esta crónica, pues nos esperaba la recién preparada comida…

En la sobremesa, habrá material más que suficiente para nuevos episodios de la, todavía no declarada “guerra de los cementerios ...

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