¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡Bienvenido a este 'blog'!
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

lunes, 22 de octubre de 2018

180). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: “RETRATADOS”….. POR CATASTRO.

Conocidas ya, querido plumilla, las dificultades y avatares que hubieron lugar para el desarrollo del Catastro de la Ensenada en la villa de Manzanares... toca, ahora, en ésta crónica, -dice D. Cosme- conocer sus resultados… que ofrecieron tal cantidad de datos sobre haciendas, sitios, patrimonios, actividades, rentas y personas, que nos sirvieron a los aficionados a la historia de nuestro pueblo, para tener un “retrato” muy aproximado del Manzanares de mitades del XVIII, en todos los aspectos antes citados..
Para referirnos a la generalidad de esos resultados, sigue D. Cosme, nada mejor que la escritura original que contiene las respuestas de varios paisanos de Manzanares a las 40 preguntas comunes del Catastro de la Ensenada..escritura, que fue redactada el día 6 de Noviembre de 1752, en reunión celebrada en el Ayuntamiento de Manzanares, de la que resumiremos lo más significativo, empezando por la trascripción literal del preámbulo a dichas respuestas, que nos permitirá dar cuenta de la prosapia curiosa y retórica, de los documentos oficiales de la época,.. aquí se la dejó, comenta con ironía, D. Cosme,

“En la villa de Manzanares a seis días del mes de noviembre de 1752 el señor licenciado Don Francisco Bernardo Varona y Calle, abogado de los Reales Consejos, juez subdelegado que sigue operando en la villa de Castellar de Santiago y se halla corriendo en esta villa de Manzanares de la provincia de La Mancha, en el campo de Calatrava, para evacuar reformando, bien advertidas las respuestas generales, en virtud de la orden de la Real Junta de este encargo, su data veinte de octubre último, asistido del Sr Don Juan de Tapia Pizarro que asimismo es subdelegado en ella por el Sr Don Pedro Manuel de Arandía, caballero del hábito de Calatrava, gentilhombre de Cámara de entrada del Rey de las dos Sicilias, Brigadier de los Reales Ejércitos, capitán del Regimiento de Infantería de las Reales Guardias Españolas, Intendente y Superintendente General de esta provincia de La Mancha, Gobernador Militar y Político de la villa de Almagro por S.M. y señores de la Real Junta establecida para inquirir los medios y modos de reducir a una sola contribución los que se conocen administran y recaudan con el nombre de Provinciales, en conformidad con lo prevenido en los artículos cuatro, cinco y sexto de la real instrucción, órdenes de la Real Junta y virtuales diligencias practicadas a este fin con el señor Alcalde Mayor, regidores y escribano del Ayuntamiento para la elección de labradores ancianos, peritos prácticos de la mayor inteligencia y comprensión que han de responder por el tenor de los cuarenta artículos que componen el interrogatorio impreso que precede, señalado con la letra A, hizo comparecer a los susodichos y les recibió juramento que hicieron por Dios Nuestro señor y a una señal de cruz como se requiere en forma jurídica y bajo de él ofrecieron decir verdad de su comprensión, leal saber y entender, a juicio y cómputo prudencial de cuanto les fuere preguntado, y para que más bien se conozcan distintos por sus nombres, apellidos, cargos y oficios son, a saber, los señores: D. Joseph Jiménez de la Cerda, abogado de los Reales Concejos, Alcalde Mayor interino; D. Francisco de Quesada y Triviño, D. Cristóbal Serrano del Rey, regidores perpetuos; D. Manuel Castellanos, Procurador Síndico; y Francisco Antonio Caballero, escribano del Ayuntamiento; Juan Nieto Ruiz-Salcedo, Miguel Sánchez, Pedro Díaz Pinés y Francisco Díaz Pinés, labradores, ancianos, prácticos de toda comprensión e inteligencia de si en las especies, calidades y cantidades de tierra que hay en el término, sus frutos y cultura, como en el número de personas que encierra la población, sus artes y oficios, comercios y granjerías, ocupaciones y generalmente las validades que cada año produce su industria.

Y estando todos juntos y congregados con el licenciado D. Andres Angel Briceño y Pinedo, Rector del Cabildo Eclesiástico en lugar y ausencia del señor licenciado D. Juan Manuel Carneros, del hábito de Calatrava, cura rector de la villa, convocado a este fin mediante recado de urbanidad que le fue en persona del escribano de esta comisión, en su ausencia procedo a interrogar a los expresados concurrentes por el tenor del citado interrogatorio impreso en la forma siguiente”:…

En un resumen de lo más significativo y genérico sobre Manzanares, contenido en las respuestas de nuestros paisanos a las 40 preguntas comunes del interrogatorio, sigue D. Cosme, le extractaré, “entrecomilladas” diferentes párrafos literales, que serán válidos para dar forma y contenidos a la presente crónica,..Por ej, en los que definían a la villa de Manzanares como población “de señorio”..... “que pertenece a S.M. en calidad de Gran Maestre administrador perpetuo de la Orden y Caballería de Calatrava”, ...y que, a esas fechas de mediados del Siglo XVIII, en número de vecinos, se componía,:

”de 1.400 vecinos, poco más o menos, en que se incluyen tres que hay y viven en las alquerías y casa de campo”… (Este vecindario, me aclara D. Cosme, se correspondería en la realidad cotidiana de la villa con, más o menos, unos seis mil habitantes totales, asumiendo que existía una media de 4-5 personas por unidad familiar o “vecino”)...

Torreón de Moratalaz.

En cuanto a la extensión de su territorio, respondieron…“que el término alcabalatorio jurisdiccional de la villa tiene de largo Levante a Poniente seis leguas y de ancho Norte al Sur, cinco y de circunferencia 22 leguas de a una hora de camino”…añadiendo que, en sus límites…. … “confronta a levante con…Argamasilla de Alba, a poniente con el despoblado de Moratalaz..y Daimiel,.. al norte con Villarta...y al sur con La Membrilla” .

Dijeron, además, contestando a sucesivas preguntas genéricas sobre nuestra villa: ….
”que dicha población se compondrá de 1.030 casas, poco más o menos, con necesidad las más de ellas de considerables reparos que no pueden efectuar sus dueños por su necesidad y muchos gravámenes con que se hallan, y asimismo habrá como diez o doce solares, y no tienen dichas casas carga alguna”...comentando de lo extraurbano y propio: 

“…. hay en su término y jurisdicción como mueve o diez casas de campo , cuya utilidad de cada una mediante su capacidad consideran anualmente en 110 reales de vellón. A excepción de la que es propia de la encomienda, sita en el paraje que llaman de Siles que por su mayor habitación la regulan en 200 reales por año, y asimismo hay en el término, sobre poco más o menos, 240 quinterías que su habitación se reduce a una sola cuadra y en ella cocina, a las cuales por el beneficio que reciben sus dueños, consideran de utilidad por cada una anualmente 24 reales de vellón”…y, añadiendo, también:

“…..El monte que llaman “El Viejo” que sus pastos, fustas y rastrojera valen en arrendamiento 610 reales de vellón por año”… “Y otra dehesa llamada Matamediana que vale en arrendamiento por hibernadero 3165 reales de vellón”… “Otro monte que llaman de La Mancha que sus pastos se hallan destinados y acotados para el ganado de la obligación y abasto público, y para en el caso de arrendarse valoraríamos por año 2.200 reales de vellón… “También goza la villa de los pastos, fustas y rastrojera de las rondas llamadas de “el macho y carnero” de dentro y fuera de los plantios de viñas y olivares que valen por año en arrendamiento 2.550 reales de vellón”..“Cinco majadas de tierra calma que se benefician para labor que producirán de utilidad por año 64 fanegas de trigo”… “otras 20 fanegas de tierra que por ser inútiles para el beneficio de la cultura se arriendan para pastos y valen por año 1.100 reales de vellón”…


En esencia, sigue D. Cosme, hemos visto los datos generales más importantes que sobre la villa de Manzanares establecieron con sus respuestas los paisanos antedichos,.. para complementar, con ellos, el Catastro de la Ensenada referido a nuestro pueblo… Pero, además de esos datos generales, respondieron, extensamente, a diversas preguntas sobre las características, tamaños y validez específica de las tierras de cultivo del término, diferenciando los de regadío (en torno al Azuer y su vega), de los de secano,..tasando sus valores respectivos, y haciendo mención pormenorizada de los productos de sus cultivos (hortalizas, cereales, viñedos, olivares, frutas, uva, legumbres, frutos secos, sembraduras, pastos, bosques, monte bajo, azafrán,..etc…), deduciéndose que eran lo más importantes, en términos económicos y de rentas, en Manzanares… También se recogen, en varias de las respuestas, cantidad de datos acerca de la ganadería local; pudiendo advertirse que, en gran medida, estaba subsidiada a la agricultura...Hay citas diversas a las actividades industriales y artesanales de la villa, en las que se da cuenta no solo de ellas, sino también de los paisanos que las protagonizaban:…molinería, apicultura, herrerías, posada, comercios, etc… Lo mismo sucedió con el patrimonio eclesial de la villa y el de su clero; cuyas posesiones, rentas e identidades, se recogieron aparte.., y dieron mucha y curiosa información..Y, en fin, de esos datos y curiosidades.. y de otras no citados aquí, daremos cuenta en algún que otro nuevo relato más adelante..


La recopilación y escrituración de estas repuestas a los cuestionarios del Catastro de la Ensenada, hubieron lugar, como sabemos, concluye D. Cosme, en el Ayuntamiento de Manzanares, el 6 de Noviembre de 1752; en solemne sesión, y puesto que empezamos el relato con la literalidad de su preámbulo, le ruego lo concluya, también literalmente, con la curiosa forma escrita de su clausura; en la que con “mucho arte”, se justifican las iniciales reticencias de nuestros paisanos, una vez se avinieron a rubricar los resultados que, finalmente, quedaron para la historia escrita de este gran pueblo de Manzanares…

…“Y en la forma referida se concluyó esta información y respuestas generales por el mencionado interrogatorio impreso según el orden contenido en sus cuarenta artículos y preguntas, que leídas como aparecen en su extensión, distinguidas parte por parte distinguida de cada una, dijeron ser lo mismo que tiene declarado en esta segunda información, en la que han procedido con el despejo que antes no tuvieron a causa de que en la primera, estimándose agraviados con exceso en el modo que veían a los peritos dar más calidad de aquella correspondiente, regularon por este temperamento en aquella sazón su juicio prudencial, que hoy, precisamente instruidas de que ésta debe hacerse atendidas las calidades de buena, mediana e inferior, no como estén dadas con agravio, si como debían clasificarse según la clase del término y con respectiva proporción a los de otros pueblos inmediatos de la provincia con igualdad distributiva, parece ser el angular fundamento de esta nueva planta de única contribución bien conocidos de algún exceso en la necesidad de moderarse por los pueblos inmediatos, en que por el contrario, les consta el beneficio de reducción y baja de calidades, bajo la protesta de proponer y deducir demostrado en más alto conocimiento instruido a reforma cualquier agravio, allanaron su consentimiento de verdad bajo el juramento prestado en el ingreso, ratificaron todo el acto y la firmaron con su merced de que yo el escribano de la comisión hago fe...


Licenciado D. Francisco Varona y Calle, licenciado D. Joseph Jiménez de la Cerda. D. Cristobal Serrano del Rey, D. Francisco de Quesada Triviño, D. Manuel Fernández Castellanos, Juan Nieto Ruiz-Salcedo, Felipe Antonio Caballero, Pedro Díaz Pinés, Francisco Díaz Pinés….. Ante mi Diego de Mora



179). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DESARROLLO DEL CATASTRO EN NUESTRA VILLA.

Toca, ahora, querido reportero, relatar en una siguiente crónica como se implementó en Manzanares lo concerniente al desarrollo del Real Decreto de 10 de octubre de 1749, es decir: la normativa escrita del Catastro de la Ensenada.. y a ello vamos ya…Vamos a saber muchos intríngulis de los preparativos… y vamos a conocer, también: nombres, cargos y actuaciones de algunos paisanos relevantes de aquella etapa de tiempo…


Los prolegómenos para llevar a la práctica lo propuesto en el Catastro de la Ensenada, continua D. Cosme, fueron difíciles en todos las villas y ciudades del Reyno…Todo el mundo desconfiaba, cuando le pedían datos concretos de su Patrimonio, pues sabían, o intuían que, tras cada cifra que diesen, existiría un débito que “acoquinar”, comenta D. Cosme, con su retranca habitual... En casi todos los sitios, se sucedieron las reticencias, los intentos de falsear cálculos y mensuraciones... y las ocultaciones de patrimonios… Manzanares, como enseguida veremos, no fue excepción a esa regla… y el proceso de cumplimentación de datos de los cuestionarios previstos en el Catastro, se prolongó 13 meses, los que mediaron entre el día 1 de julio de 1751 y el día 31 de julio de 1752… 

Muy a primeras horas del día 1 de Julio de 1751, a las seis de la mañana, prosigue D. Cosme, se personaba en el Consistorio de la villa manzagata, D. Juan de Tapia Pizarro, Juez Subdelegado que había designado D. Pedro Manuel de Arandia, a la sazón, Intendente provincial…. D. Juan portaba con él, los cuestionarios a rellenar, y el modelo común que se había ideado para cumplimentarlo por igual en todas las villas y ciudades del Reino de España… Informó de ello a nuestras autoridades… y dos días después, se reunía en la sede del Ayuntamiento, en nuestra Plaza Mayor, la Comisión constituida a esos efectos de cumplimentar las encuestas contenidas en el articulado del Catastro de la Ensenada…. Dicha Comisión, en el sentido y funciones indicadas en el edicto de la Real Instrucción de 1 de agosto de 1750, que se había colocado en las puertas del Ayuntamiento para conocimiento general, estaba integrada de esta manera: En representación de la villa, por: el Gobernador y Alcalde Mayor, D. Benito de Rada; D. Cristóbal Serrano del Rey y D. Francisco Quesada Treviño, Regidores Perpetuos, ambos; D. Juan Francisco Cabrero y León, Procurador Sindico de la villa; y D Felípe Antonio Caballero, escribano de la misma. En representación de la Real Hacienda, el Cabildo nombró peritos a: D. Juan Nieto; D.Miguel Sánchez,; D. Pedro Diaz Pinés y D. Gabriel Manzanares, que deberían encargarse de asegurar que todos los vecinos y forasteros, “cabezas de casa”, presentasen los memoriales de sus bienes...

En esa primera reunión, sigue D. Cosme, los miembros de la Comisión, conocieron el contenido de las encuestas y, cada uno de ellos, quedó informado de las tareas que tenía encomendadas para su desarrollo y cumplimiento en la villa…De tal manera que, al día siguiente, 4 de Julio de 1751, a las 9 de la mañana, se encargó de “vocear” todo esto al pueblo.. “en calles y sitios concurridos”… y repitiéndolo "en voz alta e ynteligible" el pregonero de la villa, Diego García… aunque ya, horas antes, .a las 5 en punto de la mañana, tras los mandatorios: juramento y señal de la cruz… habían dado inicio a las mediciones del término municipal, con ayuda de un “mozo de cuerda” y otro “mozo de mira”. 

Catastro Marqués de la Ensenada, Octubre 1749.

Al dia siguiente, 5 de Julio de 1751, sigue D. Cosme, eran designados por parte del municipio dos peritos de campo, Francisco Merino y Gabriel Sánchez Manzanares.. De igual modo, cumpliendo con la Real Instrucción, que ordenaba reconocer y medir los edificios, se nombró un alarife y maestro albañil (examinado y aprobado en la villa), que comenzó estos trabajos el día 7… Cuatro días después, se entregaba un formulario al Prior Rector del Cabildo eclesiástico para que, cada uno de los miembros del clero local, lo rellenase con la relación de sus bienes... Documentos parecidos se entregaron en los Conventos de Carmelitas y Monjas a los mismos efectos... 

Todo parecía ir “sobre ruedas”, sigue D. Cosme, cuando, al día siguiente, 12 de Julio, surgió la primera controversia… al aducir los dos últimos peritos citados antes, su negativa a continuar las tareas encomendadas debido a que:
"...hasta aora por la referda Just", no se les ha satisfecho ni pagado su trabajo y ser pobres que lo nezesitan para su mantenz"" diaria..." 

Desde luego, sigue D. Cosme, es de llamar la atención que, en solo una semana, dos paisanos de reconocida competencia, no pudieran subsistir sin percibir sus salarios. Solo dos cosas podían explicarlo....o bien, la pobreza se había instalado en el pueblo llano, a pesar de correr tiempos de cierta prosperidad, como adujeron los peritos…o bien (algo no descartable) las primeras presiones o interferencias de la gente más interesada en que no se cuantificasen sus bienes aparecían en el escenario manzagato… En todo caso, el Ayuntamiento reconoció la veracidad de la queja de los peritos, excusándose con ellos, por “falta de caudales en las arcas de la villa”. Ante esto, en primera instancia, el Juez Subdelegado y, después, la Audiencia Pública, exigieron al Alcalde Mayor que; : …“providenciase el pago de tales salarios a costa del fondo de las multas impuestas a vecinos y ganados del pueblo hasta tanto la superioridad no dispusiese otro arbitrio”…, El alcalde, inflexible en su argumento, rechazó esta propuesta…en vista de lo cual, los Regidores Perpetuos,…“con el fin de evitar infamia", decidieron sufragarlos de su pecunio particular… algo que era una práctica relativamente frecuente en aquellos tiempos, como una manera de congraciarse la nobleza de las villa con las gente plebeya.

Convento Monjas Clausura.

 En cierto modo, podría decirse que la ostentación de esas Regidurías Perpetuas, llevaba implícitas servidumbres sociales compensatorias de ese porte….Pero resuelto así, ese primer conflicto, el siguiente que se advirtió, prosigue D. Cosme, indicaba ya, de manera palmaria y directa, que los vecinos no estaban muy dispuestos a declarar sus patrimonios…Habían transcurrido 22 días desde la publicación del bando, y en el primer control de declaraciones individuales, ningún vecino había presentado la suya, estaba claro que todos intuyeron para lo que servirían esos datos,… y que nadie estuvo dispuesto a considerar que, con el nuevo sistema, los impuestos serían más equitativos… lo que predominó fue la voluntad de retrasar esa información… y es que, al fin y al cabo, España es un país de gente hidalga, pero también la cuna del Lazarillo de Tormes y de la picaresca, comenta jocoso D. Cosme...la cosa no se presentaba fácil!. 

Ante este hecho, el Ayuntamiento publicó otro bando, concediendo un nuevo plazo de 10 días para su entrega, apercibiendo que se abriría un proceso a todos los vecinos que, debiendo hacerla, siguieran sin cumplimentar y entregar su declaración de rentas… 

Por otra parte, el 19 de agosto de 1751, concluyó "sin agravio dé partes", a juicio del alarife, la tasación y reconocimiento de las casas y de los edificios de la villa, incluidos, entre otros: los mesones, almazaras, molinos haríneros y de aceite, herrerías, pajares, comercios, ferreterías, solares y un pozo de nieve…
De manera separada, y tal como estaba concretado en los protocolos de desarrollo del Catastro, se convocó al Prior Parroquial de Manzanares, D. Juan Manuel Carneros, para que, junto a los demás responsables de la Iglesia manzagata, organizaran el reparto de los cuestionarios del interrogatorio entre los miembros del clero local ...
Y, así, poco a poco, y con bastantes dificultades, por la evidente reticencia de muchos paisanos, se fue completando la valoración catastral de la villa de Manzanares, incluidos los terrenos de la Encomienda, por fuera de su municipalidad (Siles, Matamediana, La Mancha, etc..). en un proceso que se prolongó, como va de dicho, una año y un mes, exactamente… 

Como ej. de los problemas que se plantearon, prosigue D. Cosme, le citaré lo que ocurrió a primeros de mayo de 1752, cuando se valoraron el sitio y la sierra de Moratalaz,..Aunque de este territorio era responsable la jurisdicción de Manzanares, acudieron a la tasación, representando al Moral de Calatrava: Andrés García Preciado y Andrés Gómez; quienes, junto a nuestro dos peritos, en los que delegaron las villas de Almagro, Daimiel, Membrilla y Valdepeñas, (todas ellas comuneras, como el Moral), completaron ese comité evaluador y se procedió a la valoración. Aunque la justeza de las mediciones no podía ser muy cuestionable, ya que se realizó entre convecinos con intereses contrapuestos al respecto, por lo que no era fácil ocultar parcelas…no todos los miembros del comité, estaban convencidos de las “bondades” del nuevo Catastro… y, posiblemente, o al menos en parte, -sigue comentando D. Cosme, con cierta sorna-… los “medidores”,.. ya fuese por presiones,.. o porque les “untaron” económicamente, aquellos que iban a resultar más perjudicados (nobleza y clero)…lo cierto fue que “ayudaron” a estos, depreciando el valor de los productos y utilidades del lugar, algo siempre complicado de mensurar, pero, sobre todo, muy difícil de comprobar… Sin embargo, se debieron pasar, en su tasación a la baja, porque el Juez Subdelegado lo sospechó así, y el día 1 de agosto ordenó que dos peritos forasteros, y sin intereses en el lugar, D, Antonio Diaz Piña, de Bolaños, y D. Diego Bernardo Céspedes, de Torralba, recorriesen el término y lo reevaluaran…mientras que, a la par, indagó acerca del canon de arrendamiento de algunas fincas eclesiástícas a colonos o aparceros seglares...En este caso, la nueva valoración puso de manifiesto, claramente, la intención de pagar menos al fisco…algo, por lo demás, nada extraño, ni entonces, ni ahora, concluye D. Cosme..

Y terminé ud aquí el relato, querido cronista, pues ya cumplió de sobrado su pretensión de contar e ilustrar los preparativos y el difícil desarrollo del proceso mensurador que se llevó a cabo en nuestra villa de Manzanares, referente al Catastro de la Ensenada.. dejando para siguientes crónicas el análisis de sus resultados, llenos de información, curiosidades y datos, que, seguro, han de gustar e ilustrar a sus lectores…



domingo, 21 de octubre de 2018

178). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL CATASTRO DE LA ENSENADA… Y MANZANARES.



Mi querido amigo, me dice D. Cosme para empezar este relato.. Acabamos de ver que el Siglo de las luces tuvo también muchas sombras… sombras de penuria y muerte, como esas terribles epidemias de malaria; pero, ciertamente, hubo razones que hicieron válido y ajustado el apellido “ilustrado”, que también define a esa centuria del XVIII,.. y que aquí, y ahora, le narra poco a poco, a usted y a sus lectores, este humilde contador de historias…. Y, sin duda, sigue D Cosme, una de las razones que hicieron válido ese apellido, “ilustrado” al siglo XVIII en España y, por ende, en Manzanares, fue la gran cantidad de “datos ilustrativos”, acerca de lugares, inmuebles, patrimonios, haciendas, tierras, propiedades, industrias y oficios, (entre otras muchas cosas) referentes a todas las villas y las gentes del Reino, ya que los Borbones se afanaron, desde el inicio de su égida, a comienzos de la centuria, y, luego, durante todo el discurrir del siglo XVIII, en tener relacionadas, controladas y ordenadas, las riquezas y valores del reino español, con idea y propósito de dejar bien claro a todos sus súbditos, que la propiedad de las cosas del territorio patrio era, en primera instancia, del Reyno… y que, en consecuencia, los ciudadanos debían aportar impuestos y parte de sus réditos al pecunio real.. algo que por otra parte, comenta D. Cosme con sorna, no hacia especialmente diferentes a los Borbones de otros poderes, en reinos, naciones y países del Planeta.... 

De todas las relaciones de ese tipo que se llevaron a cabo en el siglo XVIII, a instancias de los borbones (y fueron varias); destacó por su riqueza en datos, la que se conoce para la posteridad como “Catastro de la Ensenada”, haciendo mención al título que ostentaba la persona que ideó, impulsó y desarrolló esa idea relacionista, descriptiva y valorativa, cuando fue ministro real, D. Zenón de Somodevilla Bengoechea, a la sazón: I marqués de la Ensenada, muñidor de la, sin duda, más completa reedición de aquellas famosas Relaciones Topográficas de Felipe II, elaboradas dos siglos antes, y que tanto juego dieron para dar contenido a los relatos sobre el Siglo de Oro de Manzanares;... el mismo que, ahora, nos dará este Catastro de la Ensenada, como tendrá usted ocasión de comprobar, para dar contenido a relatos sobre el Siglo Ilustrado.

En breve pincelada biográfica, le diré, amigo cronista, sigue D. Cosme, que D. Zenón, haciendo honor al Siglo en que vivió, fue un estadista y político ilustrado, que llegó a ser secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias. También, superintendente general de Rentas, lugarteniente general del Almirantazgo, secretario de Estado, notario de los reinos de España y Caballero del Toisón de Oro y de la Orden de Malta. Sirvió a tres Reyes, como consejero de Estado: Felipe V, Fernando VI y Carlos III.. 

Miembro de una familia hidalga, noble y de rancio abolengo, fue un hombre muy inteligente, muy culto y muy trabajador, digno exponente del español ilustrado de aquella época…Podía ser catalogado como “conservador”; pero, por ese rasgo tan español de la hidalguía, Don Zenón, siempre tuvo un alto sentido de justicia y equidad, que quedó reflejado en lo que dimana de la gran obra por la que es conocido, el “Catastro de la Ensenada”, que fue, en esencia, el intento de crear un Sistema Tributario moderno y simplificado, que sustituyera al complejo e injusto, vigente hasta entonces, pródigo en imposiciones indirectas y tributos localistas o provinciales, como: alcabalas, cientos, servicios y otros diezmos de diferente tipo, por un Sistema fiscal directo, que pretendía que pagase más quien más tuviera…. 

D. Zenón de Somodevilla Bengoechea,  I Marqués de la Ensenada.

Evidentemente, sigue D. Cosme, eso llevaría aparejado una recaudación mucho mayor para las arcas reales y, también, la posibilidad de canalizar mejor los réditos obtenidos. En definitiva un sistema fiscal avanzado a su tiempo, muy solidario y progresista, y sin parangón en el Mundo de por entonces, que, como va dicho, pretendía hacer pagar a los individuos en función de su riqueza.. 

La normativa escrita del Catastro de la Ensenada, se incluyó en un Real Decreto de fecha, 10 de octubre de 1749, y su texto, aparte lo ya comentado -sigue D. Cosme- indicaba que se tomaría constancia escrita de las propiedades y otras formas de riqueza….no solo la tierra, también las casas, las rentas del trabajo y el valor de sus actividades (industria, artesanía, servicios) se considerarían a la hora de tasar las imposiciones tributarías…Desde luego, y sin duda, continua D. Cosme, el concepto de control de la renta más avanzado de la época, por encima de la “puntera Francia”, que mantenía eso del “laissez faire”, como propuesta de acción en el tratamiento de la economía de las rentas… 

El Marqués de la Ensenada, proponía, por tanto, un sistema de impuestos muy ambicioso, basado en la propiedad de la renta, más que en la propiedad misma; lo que incluía entre los “paganos”, sonríe D. Cosme, a rentistas muy poderosos de la nobleza, exentos hasta entonces de obligaciones fiscales… 

Tamaña valoración catastral, se realizó en todas las villas de España, a mitad de la centuria del XVIII, tras obtener un voluminoso caudal de datos, emanado de tres tipos de fuentes; a saber: Respuestas a 40 preguntas comunes Respuestas individuales de vecinos o forasteros con renta en el término, separando laicos de eclesiásticos… y concreción de “mapas genéricos” resumidos y muy completos, basados en anteriores relaciones…En 1756, se dío por terminada esta gigantesca encuesta, a falta de adjuntar el Breve Pontificio que convertía en sujetos tributarios a los eclesiásticos, y que se expidió el 6 de septiembre de 1757…. 

Pero, estaba claro, que el proyecto era demasiado ambicioso para la época y para algo tan intemporal como la fortaleza de los sujetos que habrían de contribuir más…Desde 1760, Ensenada intentó que las conclusiones de su proyecto se llevasen a la práctíca… pero, poco a poco, comprobó que iba perdiendo apoyos en la Corte y su entorno, hasta que abandonó sus gestiones en el año 1776, por advertir, según sus propias palabras, “falta de voluntad” para aplicarlas… los sectores más perjudicados de la nobleza y otras alusiones excusivas de política internacional, lo impidieron, provocando la marginación política del Marqués de la Ensenada y, con ella, que se llevasen a la practica los resultados de su catastro…“Eso de que pague más quien más tiene”, mi querido reportero, ni llegó entonces, ni ha llegado aún, al costumbrismo social de la humanidad!!!, comenta D. Cosme, con sorna y un deje de excepticismo… 
Y, entonces, el hidalgo y solemne D. Cosme aparece en su discurso, como en otras ocasiones que así lo merecieron, para concluir su descripción sobre la personalidad, vida y trayectoria del Marques de la Ensenada, diciéndome lo que sigue, y pidiéndome que lo transcriba, literalmente, en la crónica que estoy redactando para ustedes… “Aunque el ilustrado Ensenada no pudiese concretar sus planes, eso no quita ápice de valor a su inconcluso proyecto, que será considerado, para la posteridad, como el primer intento serio de una Hacienda Pública, basada en la equidad tributaria, según la renta de cada cual..y eso fue aquí, en el denostado reino de España…hemos de querernos más!!”.
Sin embargo, prosigue D. Cosme, para dar fin al relato, quedaron sus libros y un gran legado informativo que, en lo que hace referencia a la villa de Manzanares, nos servirá en sucesivas crónicas, para darnos a conocer muchas y diferentes cosas de cómo eran nuestras gentes, sus vidas y sus haciendas, en aquel ilustrado siglo XVIII,.. de las más nobles y de las más plebeyas,… de cuales eran sus cuitas más comunes y de alguna que otra curiosidad,.. nos permitirá saber de las identidades y de distintas circunstancias particulares de muchos paisanos de aquel tiempo,… de las rentas y de los bienes de muchos de ellos,… también conocimos, extensamente, de sus tierras y patrimonios, incluidos de bienes y hacienda del clero local, algo impensable hasta entonces… Supimos de los oficios más comunes en la villa, y de su rentabilidad productiva ...de las características y valor de nuestros espacios físicos,...de nuestras tierras y sus productos. y, por supuesto, de nuestro río Azuer. .. de sus riquezas y de la feracidad de su vega… ,…del valor de los inmuebles más importantes de la villa…de sus industrias y de sus actividades artesanales:….molinería, agricultura, ganadería, posadas, artesanías, comerciantes, tenderos…y, en definitiva, de las costumbres y formas de vida de nuestros paisanos de entonces…Ciertamente, el valor de aquellas encuestas del Marques de la Ensenada, trascendió a lo pretendido por su fracasado empeño, y sirvió de base, como ninguna otra cosa escrita por aquel tiempo, para hacernos una idea de la realidad histórica de aquellos tiempos en España...Y siendo ya de bastante lo dicho, dejaremos para el siguiente relato, el como y el cuando se gestó todo ese caudal informativo del Catastro de la Ensenada, en la que nos concierne particularmente, la excelsa villa de Manzanares de la Mancha….



sábado, 20 de octubre de 2018

177). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: SIGLO DE LUCES….Y DE MALARIA.



Acabo de contarle, querido amigo, como fue la actividad del único hospital que tenía Manzanares en el Siglo XVIII… y ya sabemos que era, más que un verdadero hospital, (tal como lo conocemos hoy) un asilo de pobres y transeúntes, afirmación sustentada en los datos contables que hemos conocido, y que quedaron escritos y archivados, acerca de su actividad por aquel tiempo…pero también por otros hechos circunstanciales, como los que se sabe ocurrieron en algunas grandes y graves epidemias sufridas por nuestros paisanos en la centuria ilustrada; donde, a pesar de la cantidad de ellos que enfermaron, pocos ingresaron en el hospital.. o al menos pocas citas hay de eso, excepto las referidas a algún que otro transeúnte…y, como la cosa viene a cuento, por todo lo antedicho, me propongo hablarle, ahora, de esas epidemias, por la trascendencia e importancia que tuvieron en nuestro pueblo, y porque se pudo documentar bastante bien su incidencia, en base a las altas tasas de mortalidad, certificadas en los archivos parroquiales, durante los años en que tuvieron lugar esos episodios epidémicos… 

Verá usted, prosigue D. Cosme, “entrando ya en harina”, dentro de las epidemias que afectaban periódicamente a las sufridas poblaciones humanas, de todo sitio o lugar, en aquellos tiempos… destacó, en la región manchega, y en el siglo XVIII, las debidas a: malaria, paludismo, o “tercianas”, (que de las tres maneras se conoce a esa enfermedad parasitaria)... Este mal, como va dicho, sigue D. Cosme, parece causado por un parásito, que es transmitido a los humanos por un mosquito, algo que la ciencia médica acaba de descubrir hace muy pocos años, al termino del reciente, y ya pasado, siglo XIX… 

La infestación palúdica se había instalado endémicamente en España, desde los comienzos de la Edad Moderna, pero presentó sus mayores estragos, en epidemias de 3 o 4 años de duración, en varias épocas del Siglo de las Luces…Por eso, me parece oportuno titularle el relato que ahora le disertare, con ese encabezado agridulce de más arriba.. y que viene a indicarle, a ud y a sus lectores, que no todo fueron “luces” en el Siglo XVIII, también hubo “sombras” y calamidades, destacando, entre ellas, la citada malaría.. 

En España, los datos existentes sobre los enfermos de malaria en el S,.XVIII, muestran que las zonas más afectadas fueron: el levante, La Alcarria y el Campo de Calatrava; por eso mismo, en Manzanares, la enfermedad nos golpeó de lleno y de manera intensa.

Es verdad, y ya lo sabemos, sigue D. Cosme, que la vida de nuestros paisanos, con respecto al trágico final del siglo XVII, había mejorado bastante a comienzos de la nueva “centuria de las luces”, pero eso no disminuyó la incidencia de algunos males, como el que ahora consideramos, que incluso aumentaron en forma de epidemias puntuales…y es que, las causas del mal, y de los elementos que podían favorecer el desarrollo de epidemias, aún no eran conocidas entonces…Hoy, ya sabemos, sigue D. Cosme, que las causas que recrudecen ese mal endémico, se relacionan con hechos que facilitan el aumento de la población del mosquito que transporta el parásito de humano a humano, y esto se da, sobre todo, en áreas con aguas estancadas, sucias y contaminadas. La mala alimentación de las gentes más pobres, y las malas acondiciones de sus casas, terminaban de cerrar el círculo trágico que originaba epidemias de la enfermedad …Resulta fácil suponer, continua D. Cosme, que la gente más pobre de Manzanares, sobre todo la que vivía en peores condiciones en el entorno del Azuer y de su vega, era la más proclive a padecer el mal, del que se registraron en el pueblo muchos casos a lo largo del Siglo XVIII, aunque destacaron dos momentos epidémicos concretos, en que se multiplicaron los enfermos….uno a primeros de la centuria, (1706-1712)..y otro a su final (1786-787)…. En el primero de los ciclos, sabemos que, durante esos años, y en los inviernos, hubo temporales con bastante precipitación e, incluso, inundaciones en muchas villas manchegas, provocando estancamientos de agua en diferentes lugares y zonas que, claro está, en Manzanares, se situaban próximas a la vega del Azuer… Esas aguas, estancadas y putrefactas, se constituían, sigue D. Cosme, en un foco de atracción y crecimiento de los mosquitos en los meses de estío…lo que, periódicamente, tenía como consecuencia que se elevara mucho el número de casos de malaría, durante el verano y otoño, con el consecuente aumento del número de fallecidos en el pueblo… 
Altar Mayor Parroquia Asunción.

Y, continua D. Cosme,…en Manzanares, y traducido a cifras, la primera epidemia de tercianas del Siglo de las luces, se comenzó a notar en 1706, donde la “•parca” se llevó a 99 paisanos…pero la cosa fue empeorando de año en año...Así, en 1707, la cifra alcanzó los 113, subiendo a 152, en 1708; y a 160, en 1709, el año de mayor mortandad… En 1710, la cifra comenzó a bajar, siendo de 122.. y, al año siguiente, 1711, ya estuvo por debajo de los 100, concretamente, 95..dandose por concluida la epidemia. Naturalmente, sigue D. Cosme, no todos estos paisanos que “dejaron la pelleja” en aquellos años, se fueron de este mundo a causa del paludismo, pero lo cierto es que las 425 muertes que se certificaron en la villa de Manzanares, durante el trienio 1707-1709, representó un incremento del 58% en la tasa de letalidad, con respecto a la contabilizada en el trienio precedente, de 1703-1705…algo parecido a lo que sucedió en villas próximas, con las mismas circunstancias epidemiológicas que Manzanares…por lo que, sin duda, ese incremento de muertes fue debido, sobre todo, a los muchos casos de malaria que hubo. En años posteriores, siguieron ocurriendo casos esporádicos, pero en el bienio 1768-69 con motivo de nuevas inundaciones, llegó otra epidemia de malaria a la Mancha, que, en Manzanares fue especialmente trágica en 1769…La mortandad total de 1768, fue de 98,.. pero, en 1769, se elevó de manera casi increíble, a 337, de los que 239 eran niños muy pequeños… muchos quedaros registrados sin nombre en el Archivo Parroquial, al no haber recibido todavía el bautismo, al momento de perder sus vidas, casi sin vivirla. Aquel terrible otoño de Manzanares, las campanas de la Iglesia no dejaron de tocar a gloria todos los días…comenta, emocionado, D. Cosme … 
Y, prosigue, tras una pausa breve: “las aguas, nunca mejor dicho, volvieron a sus cauces”, disminuyendo bastante, en los años siguientes, los decesos por malaria…pero esa tregua solo duró 15 años… la durísima invernada de 1785, con heladas muy frecuentas y lluvias intensas, anegaron la vega del Azuer, haciendo presagiar más calamidades que, inexorablemente, llegaron… conformando un nuevo bienio trágico de epidemia palúdica, en 1786 y 1787. Escaldados y avisados por los previos episodios, sigue D. Cosme, los presagios que traía el invierno de 1785, motivaron a los más pudientes de la villa, en un alarde de generosidad propio de la nobleza natural que siempre caracterizó a nuestro paisanaje, a recaudar fondos, para los muchos pobres de la villa y sus más humildes jornaleros, que, previsiblemente, iban a ser los más afectados… Lamentablemente, lo recaudado no evitó el sobrecrecimiento de los mosquitos, y el recrudecimiento consiguiente de la malaria.. Esa gente pobre y mal alimentada, fue presa fácil de los mosquitos.. y, como quedó escrito por algún clérigo de entonces…”veian desde el verano de 1785 cebarse y 'embejecerse' las enfermedades en ellos y espezialmente la de tercianas”… “que los encontró sin ningún abrigo de cama ni quarto para descanso”….. A esta observación, el mismo, u otro escribiente, añadió:… que aquella epidemia, “que degeneraba en fiebres perniciosas”,… “entraba en las casas de los infelices, del "gremio de los pobres", y respetaba a los pudientes”…. Mi querido amigo plumilla, como ya ve usted, siempre la peor parte para los pobres, me comenta, lacónico, el bueno de D. Cosme…Y asi fue, que los 195 muertos de 1785, (cifra que, aunque algo mayor de años previos, para la población total de la villa, todavía podría ser considerada normal) se incrementaron a 275 en 1786 (40,4% más de tasa de mortalidad comparativa), incremento de muerte que se mantuvo, a la baja, 205 fallecidos, en el año 1787 (30,12% más de tasa de mortalidad comparativa).

En cuanto a la dureza de la epidemia, baste decir que el incremento de muertes registrado a partir de arreciar el calor en 1786, remitió algo, pero poco, con la llegada del invierno…y no disminuyó hasta pasado el verano de 1787, año que, quiso el destino, despidiera trágicamente la epidemia, fulminando a numerosos niños menores de 7 años…, la malaria se cebó con nuestra infancia, volviendo las campanas de nuestra parroquia a tañir a gloria, casi todo los días del trágico otoño de 1787… Y, si bien, le reseñé antes la generosidad de algunos “paisanos con posibles”, hacia los menesterosos de la villa, me dice D. Cosme,.. no debo eludirle que, también, se dieron casos mucho menos edificantes de segregación…pues, la indudable pobreza de la mayoría de los muertos, motivó el recelo de algunos de los más pudientes hacia esos desvalidos…a quienes señalaban como propagadores de la enfermedad, ya que entonces no se sabía que los insignificantes mosquitos eran los responsables de tan funesta propagación…. Numerosas referencias, llegadas de aquel trágico bienio, sigue D. Cosme, puedo todavía añadirle para el relato…, como por ej: las que citan… “el súbito agravamiento de las personas, que les impedía recibir la eucaristía, unas por sufrir vómitos y otras por quedar "sincopizadas". Se agonizaba en cualquier descampado, tal cual se describió: ..“dos hombres en las eras llamadas del castillo, otros dos en un majuelo de Nava Seca y a este lado de Ureña mirando al sol poniente término que llaman de las siete villas y uno más, forastero sin identificar, a quien los que le acompañaron hasta expirar describieron como de "estatura mediana, rostro y nariz larga, y vestimenta como de serrano".. Los síntomas de descomposición, a veces, precípitaban los entierros:... “en cuatro ocasiones, en el verano de 1786, sin que el cadáver pudiera pasar de cuerpo presente las 24 horas obligatorias”...."viendo precedido el parecer de los médicos por averse principiado a corromper.. o estar corrompido"….



Terminaré este relato, tan triste como necesario, para dar cabida completa a la realidad del Siglo de las luces en Manzanares, con sus cosas buenas y malas, dice D. Cosme, .. comentándole, querido amigo, una última curiosidad…que no se realizó ningún entierro en la parroquia desde el 28 de abril al 3 de noviembre de 1786… "por no poderse",.. tal como, sucinta, pero ajustadamente, quedó en los Archivos como única justificación;… y es que, aunque la mayoría de cadáveres manzagatos de la época se enterraban en el atrio de la Catedral, la falta de espacio, motivó la necesidad de fosas alternativas en otros cementerios de la villa… Esas inhumaciones quedaron registradas, escrupulosamente, de la siguiente manera:..40 se hicieron en el Convento de Carmelitas Descalzos, (última morada habitual de las familias pudientes); 27 en los aledaños de la Ermita de la Virgen de Gracia, (que solía acoger allí a sus cofrades),..otros tantos en la Ermita de San Juan, e igual número en la de la Veracruz,..11 se llevaron a cabo en la vecina San Anton; 2 en la de Santa Quiteria… y, un último más, del que no se especifica donde fue enterrado… aunque, quizá, eso sea debido a que, por la fecha, con tiempo ya algo más fresco, se reanudasen los entierros en la Parroquia y, ese infeliz, fuese el primero de los cadáveres que volvían a su espacio habitual… El camposanto del hospital, como de costumbre, fue último refugio de los infortunados transeúntes pobres que morían allí...



176). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL HOSPITAL DEL SIGLO ILUSTRADO.



Pues verá, querido amigo, comienza D. Cosme el presente relato, como hemos venido haciendo, siglo a siglo, le propongo el encabezamiento precedente, para que usted y sus lectores conozcan como fue la atención hospitalaria en Manzanares durante la centuria del XVIII, ese siglo reconocido como ilustrado, pero que poco tuvo de ello en estos menesteres sanitarios en España y, por ende, en la villa de Manzanares de la Mancha..

Para empezar, le recordaré, amigo cronista, que aquel siglo de penurias que fue el XVII en todo el Reino de España, motivó la ruina y degradación de muchas instituciones..y, entre las que más sufrieron, estaban los que todavía eran incipientes hospitales, lugares que, en casi todas las villas y ciudades, tenían más bien un carácter de asilo para pobres de necesidad, que muchas veces “ingresaban” allí más hambrientos que enfermos, para poder recibir algo de condumio o un lecho que les evitase dormir a la intemperie… eran, pues, sigue D. Cosme, instituciones más benéficas que sanitarias…y, solo eran usados en una función, digamos más médica, cuando en ellos ingresaban paisanos afectados por algunas de las epidemias que asolaban, periódicamente, a las sufridas poblaciones del medioevo y de la Edad Moderna...y, aun con todo y con eso, las gentes que enfermaban eran atendidas mayoritariamente en sus casas… pues, por aquel entonces, la ciencia médica, era todavía escasa en conocimientos y capacidad aplicativa en cualquier enfermedad…y no obtenía casi ninguna ventaja de su práctica en hospitales, por lo que, éstos, no eran reconocidos por la gente común de por entonces, tal como los empezamos a reconocer hoy día, a primeros del Siglo XX.

Sea como fuere, y como va dicho en otros relatos, de los tres hospitales que existían, y se reconocían como propios en la villa de Manzanares, en las Relaciones Topográficas de Felipe II, de 1579, la penuria del siglo XVII arrumbó con dos de ellos, el de San Juan y el de Santiago….y solo nos quedó uno, el más antiguo, el más grande y el más clásico que tuvo siempre la villa de Manzanares, el Hospital de Santa María la Mayor, o de Nuestra Señora de Altagracia, que con esas dos nominaciones era conocido desde el lejano año de 1490, en que fue creado…aunque ya en este siglo XVIII, solo conservaba la ultima de ellas....y, sigue D. Cosme,…este hospital-hospicio de Nuestra Señora de Altagracia de Manzanares… situado frente al Castillo, en la esquina de su plaza con la calle del Carmen, y siempre, desde su origen, dependiente y administrado por la muy antigua Cofradía de Altagracia, conservó poco más que eso, el nombre de Altagracia, pues aunque su pecunio era relativamente boyante en la primera mitad del XVII,.. habiendo sufrido, como el que más, la enorme crisis de final de esa centuria, sobrevivió a duras penas, y consiguió llegar así al Siglo XVIII… donde, al mejorar la economía, y propiciar los Borbones una política de recuento de los hospitales del reino, en 1739… esta se siguió de un cierre de los más deteriorados, reagrupando sus enseres en los que se consideraban más aprovechables, lo que supuso, para estos que quedaron activos, un cierto relanzamiento. 

El hospital de Manzanares, fue uno de los elegidos y, sin duda, contribuyó a ello la importancia que la Casa Real dio a nuestra Encomienda; poniendo a su frente a quien podía estar llamado a ser heredero de la corona, el infante Felipe, algo que ocurrió solo seis años antes de llevarse a cabo ese reagrupamiento de hospitales. La Casa Real debió pensar que la villa que sustentaba semejante Encomienda, merecía un hospital,..pues, aparte de su poder de atracción, su ubicación en cruces de camino, de siempre motivó llegadas de gentes en tránsito,.. muchas veces pobres de solemnidad.. y que, con alguna frecuencia, tenían que ser acogidos o “ingresados” en aquel antiguo hospital..del que se decía por aquel 1739, precisamente eso, que:….”sirve para curar y recoger a los pobres y forasteros”...


Por entonces, continúa D. Cosme, y según se describió al hospital, este contaba con:.. “dos cámaras, todo el lindero con unas casas del Conde de Sevilla la Nueva y con otras de Pedro Botas”…significándose que;.. “su renta es sumamente tenue y consiste en algunos terrazgos y censos consignativos”… Esas tierras, en realidad tres pedazos, se encontraban situadas en la zona de la Vega (del Azuer), una de regadio de dos fanegas y dos celemines, rentando cada año 175 reales y 17 maravedíes..y, las otras dos, de secano ..una, de dos fanegas y seis celemines, rentaba 202 reales; y, otra, de solo seis celemines con producción de 17 maravedíes… A ese pequeño pecunio terrenal -sigue D. Cosme- había que sumar un total de 43 censos, por un capital de 36.500 reales, que rentaban un 3% anual, lo que se traducía en 1.097 reales con 27 maravedíes. Por tanto, la suma total anual, alcanzaba los 1475 reales con 27 maravedíes, que se consumían, casi enteros, y según quedó escrito por aquel tiempo, se gastaban en:.. ”mantener a los pobres enfermos en todo lo necesario y conducirlos al pueblo más inmediato que quieran transitar”…

Ciertamente, continúa D. Cosme, los bienes eran escasos…y, este último texto, delata, otra vez, que los acogidos en el hospital de Manzanares eran pobres y, habitualmente, transeúntes…Por otro lado, la política de prestar el dinero obtenido de los censos a un interés determinado, solo era rentable si se podían cobrar esos intereses, algo no siempre seguro en esos años, que podía agravar el precario estado del hospital. A esas finanzas, sigue D. Cosme, como usted. habrá imaginado ya, había que añadir las donaciones y limosnas de los paisanos (en dinero o en especie)… pero no eran cifras estables o muy significativas, ya que la mayoría de la gente, otorgaba sus limosnas a la Iglesia o a las cofradías. Así, por ejemplo, la Cofradía de Altagracia, que sustentaba el hospital, a pesar de ser parte de la nobleza de la villa, aportaba sus limosnas y rentas establecidas, directamente a la Cofradía.. y, ésta, en su reparto posterior, no dedicaba demasiado, que se sepa o este documentado, al mantenimiento del propio hospital… 

En la segunda mitad del Siglo XVIII, continua D. Cosme, hubo en España un “fervor descriptivo” de los bienes de las villas, (con su paradigma en el Catastro de Ensenada”), que tenían, en último extremo, la finalidad de obtener réditos impositivos para la Casa Real,..En 1770, quedó escrito que el Hospital de la Cofradía de Altagracia, no tenía más interés que: …“el cuidado de los pobres enfermos”;… describiéndosele como:… “una congregación de asistencia al Hospital de pobres de esta villa”...“en el que se hospeda a los forasteros y se les asiste si están enfermos con todo aquello que sea preciso, incluyendo comida, atención sanitaria y los medicamentos que sean necesarios”….

Es decir, con esta descripción, y otras similares, sigue irónico D. Cosme, se deduce que poco dinero pudieron “rascar” los Borbones de nuestro antiguo hospital de Altagracia… Y, por otro lado, se vuelve a incidir en su dedicación exclusiva a pobres y forasteros… De hecho, las dependencias del edificio estaban divididas en función de esas categorías. Los pobres de la villa eran ubicados en unas y los forasteros en otras…y, de la misma manera, los ingresos se repartían, contabilizando, separadamente, lo invertido en cada una de esas dos poblaciones.. dándose el hecho que se invertía más en los forasteros que en los naturales de la villa; posiblemente por ser más… pero, en todo caso, mostrando el espíritu solidario que siempre tuvo Manzanares. En este sentido, en unos registros del Hospital, a finales del siglo XVIII, la cuentas elaboradas por su Mayordomo, Don Elias Sánchez Manzanares, entre 1793 y 1799, se cifraban, así,: “La cantidad dedicada a los pobres de la villa, ascendía a 5.692 reales con 28 maravedíes, mientras que la dedicada a los forasteros se cifró en 7.624 reales y 7 maravedíes…..Si se suman las dos cifras, se obtiene un total de 13.587 reales y cinco maravedíes,.. lo que suponía unos 2.700 reales anuales dedicados a la atención de los pacientes; es decir, un presupuesto bastante escaso, pero no muy diferente al de otros hospitales de aquella época…En esos datos, se especificaba que los internados:… “recibían cama, atención médica y las medicinas que fueran necesarias”;… que: .“se gastaban 2 reales diarios en la manutención alimentaria de cada uno de ellos”, lo que, en el sumatorio de esos cinco años (1793-99), ascendió a un total de 2.861 reales (21% de lo presupuestado)… De esa cantidad, 1745 reales se consumieron en comidas para 186 pobres transeúntes, lo que permite calcular una estancia media hospitalaria corta, de 4,6 días, para esa población forastera.. porque, en cuanto se sentían con fuerzas, marchaban a su villa de origen…Por el contrario, el número de pobres naturales de la villa, atendidos en el mismo plazo de tiempo, fue solo de 19, ascendiendo el gasto total en ellos a 1116 reales, lo que equivalió a una estancia media hospitalaria bastante más larga para ellos: 29,3 días…algo lógico, al tratarse de pobres de en Manzanares, que no tenían previsto irse a otro lugar, y que, en el hospital, vivían en muchas mejores condiciones que en sus pobres casas, si es que las tenían…


Y así las cosas, continua D. Cosme su diserto, llegó el final de ese Siglo XVIII…y, fue por entonces, que la gestión del hospital dejo de ser exclusiva por parte de la cofradía de Altagracia, pasando a manos de un patronato, en el que el párroco de la villa tenía un papel importante,.. algo que podría resultar intrascendente, pero, desde luego, y a priori, significativo en Manzanares, donde, como va de sabido, por las veces que aquí, en estas crónicas, ya lo hemos contado,…de siempre hubo una cierta rivalidad y competitividad entre los rectores de la parroquial y los regidores de la Cofradía de Altagracia, que se tuvieron que entender, a partir de entonces, en el recién nacido Patronato … Sabemos, por lo escrito, que la gestión de las cuentas del hospital siguió, más o menos igual… y que su “Mayordomo” era nombrado por el citado Patronato. Este mayordomo, como en tiempos anteriores, se encargaba, personalmente, de la administración y de la gestión del Hospital, y daba cuenta de ella a sus nuevos regidores….Al final de ese Siglo, como va dicho, de 1793 a 1799. D. Elias Sanchez Manzanares fue el Mayordomo, hasta que en 1799, coincidiendo con la llegada a Manzanares de su nuevo párroco, Don. Pedro Alvarez de Sotomayor, se nombró para el cargo de mayordomo a D. Josef Jiménez,.. Sotomayor infringió duras críticas a la gestión del centro, considerando que sus rentas eran tan escasas, que: …“muchas veces los pobres de la villa preferían quedar en casa antes que ir al hospital”…Se quejó, y no sin razón, de la única persona que atendía a los ingresados, una mujer con experiencia de“partera”, pero sin otra cualificación profesional… Sotomayor, por todo eso, propuso el cierre del hospital, y repartir sus rentas entre los pobres, algo a lo que se negó el Real Consejo de las Ordenes Militares, indicando que las rentas se utilizasen, precisamente, en mejorar los déficits estructurales y de personal denunciados, “devolviéndole la pelota” y responsabilizándole, de las mejoras a llevar a cabo…

Así terminó el siglo XVIII,… y acabó con nuestro antiguo hospital en pie, aguantando y funcionando desde cuatro siglos antes…y nada hacía preveer, en ese momento, que su tiempo de “vida” y de historía se estaban terminando, .ni, tampoco, que la ilustrada y revolucionaria Francia, sería la máxima responsable de su extinción definitiva…pero eso, esa suculenta y trágica historia de nuestro pueblo, fue, y será, cosa del siguiente siglo…y habrá de tratarse cuando llegue su momento…Ahora, pues, querido cronista, dice D. Cosme concluyendo,, es tiempo para que usted de fin a la escritura de esta crónica, que ya fue de bastante para hacernos idea de cómo era, y funcionaba, el único Hospital de la villa de Manzanares de la Mancha en aquel Siglo llamado Ilustrado…