¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 30 de noviembre de 2019

234).RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA REBELIÓN MANCHEGA.


Al iniciar esta crónica -me dice D. Cosme-, ya sabemos que el 29 de Mayo de 1808 cruzaron nuestra villa las últimas unidades del contingente militar del General Dupónt, algo que transcurrió sin incidentes, igual que cuando transitó por pueblos más norteños al nuestro, como: Ocaña, Tembleque, Madridejos o Villarta, o cuando lo hizo, en los últimos días de Mayo, por las villas de Valdepeñas o Santa Cruz de Mudela, hasta llegar a La Carolina, el día 31 de Mayo de 1808...

Tal como ocurrió en Manzanares, sigue D. Cosme, los habitantes de todas esas villas se mantuvieron prudentes al paso del grueso de las tropas, sin motivar altercado alguno, pero, al igual que en Manzanares, en cada una de ellas, sus gentes vivían ya en exaltación antifrancesa, por lo que conocían de los sucesos de Madrid y otros lugares, algo que se acrecentó al paso de la tropas galas, por su trato inamistoso e impositivo y, sobre todo, por las requisas de bienes y enseres que exigían a las gentes de cada lugar que cruzaban... En Manzanares, esquilmaron el Pósito y requisaron vino y productos de la tierra en muchas bodegas y casas particulares, lo que transformó la animadversión en resentimiento.. Ese ánimo antifrances, además, iba creciendo día a día, en toda España, y por supuesto en La Mancha, a lo largo de la última semana de mayo de 1808... por las noticias que llegaban de Bayona, acerca de la sumisión de la corona española al imperio francés... 

Descrito ese escenario manchego de finales de Mayo de 1808, continua D. Cosme, le hablaré en esta crónica del final de la primera semana de Junio de 1808, cuando en La Mancha, por ese desafecto progresivo, ocurrirían, sucesivamente, pero casi al unísono, altercados importantes en distintas villas, entre ellas Manzanares, con enfrentamientos sangrientos y numerosos muertes civiles y de la milicia francesa…Se puede afirmar que, en esos primeros días de Junio de 1808, La Mancha se rebela, y entra en guerra con el invasor... Y, sigue D. Cosme,.. a mí no me parece casual, amigo cronista, que la mayoría de esos incidentes graves se concentrasen en los días 5 y 6 de Junio de 1808, justo cuando Napoleón decidió nombrar nuevo monarca de España a su hermano José Bonaporte, con este manifiesto:... "Españoles: después de una larga agonía, vuestra nación iba a perecer. He visto vuestros males, y voy a remediarlos. Vuestra grandeza y vuestro poder hacen parte del mío. Vuestros príncipes me han cedido todos sus derechos a la corona de las Españas: yo no quiero reinar en vuestras provincias; pero quiero adquirir derechos eternos al amor y al reconocimiento de vuestra posteridad. Vuestra monarquía es vieja: mi misión se dirige a renovarla; mejoraré vuestras instituciones, y os haré gozar de los beneficios de una reforma, sin que experimentéis quebrantos, desórdenes ni convulsiones". "Españoles: he hecho convocar una asamblea general de las diputaciones de las provincias y de las ciudades. Yo mismo quiero saber vuestros deseos y vuestras necesidades. Entonces depondré todos mis derechos, y colocaré vuestra gloriosa corona en las sienes de otro.. Yo mismo, asegurándoos al mismo tiempo una constitución que concilie la santa y saludable autoridad del soberano con las libertades y los privilegios del pueblo"... "Españoles: acordaos de lo que han sido vuestros padres, y mirad a lo que habéis llegado. No es vuestra la culpa, sino del mal gobierno que os regía. Tened suma esperanza y confianza en las circunstancias actuales; pues Yo quiero que mi memoria llegue hasta vuestros últimos nietos, y que exclamen: Es el regenerador de nuestra patria". Dado en nuestro palacio imperial y real de Bayona a 25 de mayo de 1808... 

El 5 de junio de 1808, Napoleón cedía el nuevo trono de España a su hermano José y, esto, terminó con la confusión existente en España acerca del poder que mantenía Fernando VII; pues mostró, descarnadamente, que ninguno,… ya que la monarquía borbónica, era sustituida por otra, impuesta desde Francia… Por otro lado, -comenta solemne, D. Cosme-, ese manifiesto fue determinante para alentar la rebeldía general del pueblo español contra una Francia que se había "quitado la careta".y enseñaba su verdadera faz... 
General Ligier-Belair.

Francia, sigue enfático D.Cosme, había atentado contra los valores más intrínsecos y acendrados del espíritu hidalgo de las gentes de España, particularmente insertos en el alma castellana de cualquier manchego de entonces.. Los conceptos de "patria" y "Rey", quedaban sustituidos de manera espúrea e impuesta,..y el concepto de "religión", quedaba al albur de la pretensión que tuvieran sobre él los invasores,... y, encima, lo habían hecho con engaño, lo que resultaba todavía más irritante para los españoles, por lo que no es nada exagerado suponer que el nombramiento como Rey de España de Jose I, hermano de Napoleón, fuese la espoleta definitiva para esa rebelión. Pero, al igual que antaño los romanos, los cartagineses, los bárbaros o los árabes... los franceses, comprobarían en los seis años siguientes que ir contra la esencia de esos valores en nuestra tierra, es algo que la historia enseña, siempre estuvo destinado al fracaso, -concluye D. Cosme, en forma rotunda, esta parte de su fogoso discurso-...
Sin embargo, sigue, como casi cualquier historia, la rebelión manchega se vio favorecida por una circunstancia: la mala planificación del ejército francés de Dupont en su marcha hacia Cadiz, pues de las dos divisiones de infantería previstas inicialmente, solo partiría una, menguando mucho su número total de efectivos. También hubo una excesiva separación entre las diferentes unidades de la comitiva militar, con más de 150 kilómetros entre la primera y la última compañía, lo que creó "bolsas aisladas" de militares galos, más fáciles de ser atacadas por los manchegos que se rebelaron el 5 y el 6 de Junio de 1808.

 Además, a día 5 de Junio, el grueso del ejército militar francés de Dupont había cruzado toda la provincia de Ciudad Real, por lo que solo quedaban en sus pueblos pequeños contingentes de soldados, en defensa de distintos enclaves donde los franceses habían establecido asentamientos de intendencia, almacenes, hospitales, o puntos de enlace entre sus tropas... En Valdepeñas, el 31 de Mayo de 1808, se vivió el primer indicio serio de lo que sucedería seis días después. Ese último día de Mayo de 1808, desde el púlpito, D. Juan Antonio León Vezares, conocido como el cura "Calao", comenta a los fieles que, ante el riesgo de profanación de la ermita de Aberturas, situada en campo abierto, había ordenado el traslado de la imagen de la Virgen de Consolación, desde dicha ermita a la parroquia de Valdepeñas,.. Ese hecho, enardeció los ánimos en la población, organizándose una "Junta de Defensa", formada por ocho vecinos, sus dos alcaldes, el cura "Calao", un contrabandista, un abogado y un comerciante, que habrían de protagonizar, el 6 de Junio de 1808, uno de los sucesos más sangrientos de la guerra de la independencia en la Mancha... Pero fue un día antes, el 5 de Junio de 1808, sigue D. Cosme, cuando ocurrió el primer altercado serio de los vividos en La Mancha entre la población civil y el ejército francés. Fue en Santa Cruz de Mudela, donde los galos habían habilitado un almacén de galletas y pan, producto de las requisas en las villas por donde habían transitado y como, precisamente, las requisas, eran uno de los principales motivos de desafecto contra el invasor, los paisanos de Santa Cruz de Mudela, rabiosos por el espolio a que habían sido sometidos, pretenden recuperar lo robado, y se rebelan en masa, atacando a los 120 soldados franceses que habían quedado allí para custodiar el almacén.. Armados de hoces y otros utensilios de labor, y alguna escopeta de caza, los aldeanos de Santa Cruz de Mudela, sorprendieron a esos soldados, sin dejarles tiempo de respuesta, y dieron muerte a gran parte de ellos, aunque algunos lograron huir hacia el norte, llegando a Valdepeñas de noche.. pero la gente de esa villa les cerró el paso, obligándoles a continuar campo a través hasta Manzanares, donde, desde el día anterior se encontraban, allí, las tropas del Roize y las del General Ligier-Belair, que acababa de llegar a nuestra villa con 500 dragones, transitando hacía el sur, para apoyar al General Dupont, ante las dificultades que estaba encontrando en Andalucía. 
Napoleón Bonaparte.

Las tropas de Roize y Ligier, enteradas por sus compatriotas en fuga de lo que les había ocurrido en Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas, acordaron acudir a poner orden en la zona, alcanzando Valdepeñas a las primeras luces del día 6 de Junio de 1808, donde se encontraron a un vecindario exaltado y en armas… y comenzó uno de las batallas más sangrientos de la guerra de la independencia en La Mancha, con numerosos muertos civiles y también muchos militares galos, con Valdepeñas semidestruida y en llamas… En la mañana de ese día 6, llegan noticias a Manzanares de lo que estaba sucediendo en Valdepeñas y, al poco, se desarrolla en nuestra villa otro dramático suceso en el Hospital de campaña habilitado por los franceses en el convento de los Carmelitas
Pero de eso, de ese episodio, que fue el primer altercado serio vivido en Manzanares en esa guerra de la independencia, hablaremos largo y tendido en crónicas venideras. Quede de momento dicho, querido plumilla, que la guerra en La Mancha, se podía dar por comenzada con esos tres episodios, secuentes y concatenados, en Santa Cruz, Valdepeñas y Manzanares, los días 5 y 6 de junio de 1808…Ya no habría tranquilidad ni sosiego en los seis años siguientes… pero, ahora,.. es hora de dar por concluida esta crónica, que fue bastante para relatar el inició de la rebelión contra el invasor francés, en La Mancha…y en la que, muy pronto, sería conocida como Fidelísima Villa de Manzanares de La Mancha.

viernes, 29 de noviembre de 2019

233). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL ENEMIGO EN CASA.. PRIMER DIA CON LOS FRANCESES.


Como usted sabe ya por la anterior crónica, -me dice D Cosme- en la tarde del jueves, 26 de Mayo de 1808, festividad de la Ascensión, las primeras tropas francesas llegaron, según lo previsto a Manzanares…. 

Tal como había sucedido en los pueblos y ciudades por donde transitó el contingente militar francés, en su marcha desde Madrid, y a pesar de lo que había ocurrido ese mes de mayo, con la rebelión de varios enclaves españoles contra Francia en los días previos, lo cierto fue que esa expedición militar francesa era todavía oficialmente la de un ejército aliado, cuyo objetivo, en ese caso, aunque fuese una excusa, era el de ir a Cádiz a salvar del bloqueo que sufría en el estrecho la flota de su almirante Rossilly, por el común enemigo ingles. Claro está -sigue D. Cosme- que, Miret, Sotomayor, y otras personas relevantes del pueblo, conocían muy bien todos los sucesos que habían ocurrido en los dos meses previos, y también los focos de rebelión antifrancesa que ya se habían producido…y, por ello, sus sensaciones personales hacía los franceses que llegarían muy pronto a Manzanares, eran las de considerarlos una tropa enemiga de ocupación. Pero claro, -sigue D. Cosme, entre enfático y sarcástico-, precisamente, el salvajismo asesino que habían mostrado en sus réplicas a las revueltas de Madrid y otros lugares , y teniendo en cuenta que, en Manzanares, íbamos a recibir a un ejército “armado hasta los dientes”, con un número de soldados mayor que el del vecindario, la primera reflexión en que estuvieron de acuerdo nuestro alcalde mayor, Miret, y nuestro párroco, Sotomayor, fue la de ser prudentes, asumiendo como verídico el carácter oficial de la milicia francesa que llegaba, y que lo hacían como aliados. 

Por eso, sigue D. Cosme, a pesar de la fogosidad decidida y valiente de Miret, y la no menor determinación argumentada y justiciera de Frey Sotomayor, ambos, muy inteligentes como eran, acordaron desde días antes una estrategia común de acción... consistente, por un lado, en garantizar a los franceses un tránsito por Manzanares sin incidentes.. y, por otro, preparar a la ya exaltada población para que no los provocaran...En ese sentido, continua D. Cosme- una semana antes, cuando supieron de la comitiva militar, y la fecha en que pasaría por Manzanares, Miret en el ayuntamiento, con bandos y pregones; y Sotomayor desde los púlpitos, en sermones y homilías, elaboraron una estrategia perfecta, con un mensaje similar, haciendo entender a la población manzagata, sabedora, también, de lo sucedido en Madrid, que esa actitud pacífica era la adecuada para evitar en Manzanares algo parecido, con daños seguros a nuestra gente, puesto que la tropa que nos llegaba, estaría intacta en todas sus compañías y unidades;... y lo hicieron bien, porque, en sus mensajes, dejaban entrever, no solo esa necesaria actitud preventiva de posibles daños, sino que, también, sutilmente, al referirse en los sermones y en los bandos a la necesidad de evitar altercados, introducir en el ánimo de nuestras gentes, que los franceses estaban comportándose como enemigos, aunque mantuviesen el señuelo engañoso de presentarse como aliados. 

Guerra de la Independencia, Batalla de Bailén.


Sotomayor y Miret, consiguieron introducir en las mentes manzagatas, algo que siempre hemos manejado muy bien en tierras manchegas, al razonamiento de Sancho Panza, reconocer al que pretende engañarnos, y utilizarlo en beneficio propio, haciendo creer al timador que no has reconocido su trampa; algo en lo que el engreído y prepotente francés de aquella época, (que consideraba inculto y paleto al paisanaje castellano.manchego), resultó una presa fácil para la picara estrategia de nuestra gente de Manzanares... Por eso, sigue D. Cosme, en el mensaje conjunto del concejo y del clero, se insistía a nuestra población en la conveniencia de una actitud gestual que, sin exageraciones, no mostrase antipatía a los franceses que arribarían a Manzanares.. En cada discurso, y casi en cada párrafo de lo preparado por Miret y Sotomayor, se podían "leer entre líneas", de una manera muy clara, dos mensajes...Francia era ya enemiga, a pesar de lo que decían, y era preciso "jugar" con su engaño, tanto para prevenir daños, como para ir mentalizándose de los tiempos difíciles que se avecinaban, y abordarlos, así, en la mejor situación, manteniendo lo más intacto posible nuestras vidas, enseres y patrimonios.. Sotomayor y Miret, continua D. Cosme- se repartieron las tareas a realizar, para que todo saliera bien... Miret hizo habilitar en el Castillo, siguiendo instrucciones del Consejo de Castilla, aposentos para los mandos militares de la tropa francesa, que pernoctaría en Manzanares, así como amplias zonas de acampada para la soldadesca, seguramente en las eras adyacentes a la fortaleza... Sotomayor, por su parte, continua D. Cosme, aprovechando su prestigio y ascendencia personal, se pateó el pueblo, casa por casa, para, a su estilo directo y convincente, instruir a los vecinos en como debían recibir a los franceses, de manera cortes, pero sin alharacas... Se entrevistó personalmente con Pierre Ferrandis y Jean Conde, dos ciudadanos franceses, vecinos de Manzanares hacía años, que estaban muy bien integrados.. Ambos, poseían comercios de tejidos, y eran muy respetados entre la gente del pueblo...Pero, asustados como estaban ante la posible reacción contra ellos de algún vecino, apreciaron con alivio y agrado la propuesta que les hizo Sotomayor, acerca de actuar de intérpretes entre Dupont y demás dirigentes franceses y nuestra Junta local de Gobierno, pues eso les reivindicaba ante nuestro pueblo. En contrapartida, prometieron a Frey Sotomayor que comentarían al General Dupont, de las virtudes y buena crianza que adornaban a las gentes de la villa… Así las cosas, continua D. Cosme- el 26 de Mayo de 1808, a primera hora de la tarde, según estaba ordenado por el Consejo de Castilla y la Junta Central de Gobierno, nuestra Junta local de Gobierno, salió a recibir a Dupónt y a sus primeras tropas a la entrada del pueblo, Tras los saludos de rigor, las tropas de Dupont, encabezadas por su caballería, y seguidas por los batallones de infantería, entraron a Manzanares... avanzaron, por la calle Ancha, hasta llegar a la Plaza, donde se agolpaba gran parte del vecindario, instruido a ese recibimiento por Sotomayor y Miret...

Goya, plasmó así los fusilamientos del 2 de Mayo.

Al paso de las marciales tropas de Francia, y al repique de los tambores y la música de otros instrumentos de viento, se produjo entre nuestra gente la natural impresión, a la vista de la flamante uniformidad azul y blanca de la infantería; y sobre todo, del espectacular aspecto de los “dragones”, en sus monturas, adornados con grandes cascos, rematados en largas colas de caballo.. El silencio de los manzagatos ante el paso de las tropas, fue el principal rasgo de la jornada.. Solo algunos aplausos y vítores aislados, seguramente fingidos, y siguiendo las veladas indicaciones que Miret y Sotomayor habían sugerido al vecindario en los días previos, podrían dar impresión de un recibimiento amistoso, pero, en conjunto, la frialdad que dominaba el ambiente, dejaba lugar a pocas dudas sobre el sentimiento que dominó el espíritu de nuestras gentes ese día de finales de mayo de 1808.. 

Esto que le acabo de comentar, prosigue D. Cosme, quedó plasmado en escritos de los visitantes y de los anfitriones.. Por ejemplo, el General Dupont comentó la primera jornada de su estancia en Manzanares en su parte oficial de todos los días al mariscal Murat, de la siguiente manera:… "Manzanares, 26 de Mayo de 1808.-A su Alteza Imperial el gran duque de Berg. Lugarteniente general del Reino...-Monseñor: Tengo el honor de dar cuentas a Vuestra Alteza Imperial de nuestra marcha sobre Cádiz; se ejecuta con orden y los habitantes muestran a nuestras tropas disposiciones favorables. Espero que no tendré más que partes satisfactorios que rendiros. Tengo el honor de ser de V.A.I. el más humilde servidor.-El general Dupont"…. El laconismo de este parte de Dupont, continua D. Cosme, teniendo en cuenta, además, que era de una personalidad soberbia y prepotente, trasluce bien a las claras, que el recibimiento no fue, precisamente, exultante... Pero es que, sigue, cuando leemos lo que algunos clérigos de Manzanares, testigos directos de la jornada, dejaron escrito de ella, en 1814, nada más acabar el conflicto, y que formaría parte de uno de los compendios históricos más importantes de Manzanares, conocido como “Manuscrito de la Merced”, (porque se conserva en el Archivo Parroquial de la Merced, en Ciudad Real), las cosas acerca de ese día y del recibimiento que dimos a los franceses, quedan mucho más claras, pues nuestros curas de entonces, escribieron, literalmente, esto:: "El 26 de Mayo llegó la primera división de tropas francesas, que bajo el mando del general Dupont caminaban al Andalucia. Ni las ordenes de los que entonces gobernaban relativas al buen trato y provisión de los que llamaban falsamente aliados; ni la mentida apariencia de amistad con que se presentaron, fueron causa para que dexasen de ser mirados desde luego por estos vecinos como enemigos y aborrecidos de todo corazón. Sin plan convenido, ni más influxo que el del propio corazón, guiados de un instinto de lealtad, hasta los más ignorantes hallaron el modo de oponer estorbos y dificultades a la empresa de nuestros contrarios: se negaban todos a los servicios que de ellos exigía el enemigo; si eran preguntados, ocultaban con sagacidad cuanto podía favorecerles y daban aquellas noticias que podían equivocarle o intimidarle: sembraban en la tropa francesa la desconfianza y cundiendo hechos fingidos o abultados, hicieron temer al soldado y al general y que formasen juicio de lo temerario de su empresa"´ El general Dupont, y los primeros contingentes de sus tropas, hicieron noche en Manzanares el 26 y el 27 de Mayo de 1808, días en que continuaron llegando a Manzanares más y más soldados de las distintas compañías que formaban la expedición militar de Dupont... Al amanecer del 28, sábado, Dupont, y las tropas que habían llegado con él, partieron hacia el sur, sin que se hubieran producido incidentes reseñables en nuestro pueblo de Manzanares.. 

En un parte de ese 28, dirigido a Murat, y en otro similar, dirigido a Belliard, Dupont comentó: “La marcha de las tropas continua con orden. Los habitantes muestran confianza. Yo les hago prevenir por adelantado, de villa en villa, que la llegada de los franceses no debe en nada turbar su seguridad y no ha habido hasta aquí la más ligera cuestión entre el soldado y el habitante”. “He hecho establecer un hospital en Manzanares, en donde quedará un centenar de hombres heridos o ligeramente enfermos. Esta precaución será necesaria en todos los lugares de descanso”.. Queda apuntada en este parte, la habilitación de un hospital (en el Convento de los Carmelitas) para la milicia francesa en tránsito,… y se lo recalcó ya, querido cronista, porque este lugar será protagonista, unos días después, de uno de los sucesos más trágicos, y de mayor enjundia, de los que hubieron de vivirse en Manzanares de la Mancha, a lo largo de esa terrible guerra de la independencia.
Y aquí, y ahora, es momento que usted, querido plumilla, de por concluida esta crónica, que da cuenta de la primera jornada, (que en realidad se prolongó a tres), en que las tropas francesas, ya en guerra contra España, pasaron por Manzanares sin dañar paisanos ni patrimonios, entre otras cosas, por los buenos oficios e inteligencia de nuestro Alcalde Mayor, Miret, y de nuestro párroco Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.


jueves, 28 de noviembre de 2019

232). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA GUERRA SE ACERCA AL PUEBLO.


En este relato, querido plumilla -me dice D. Cosme- le comentaré sobre los días previos a la primera gran llegada de tropas francesas a Manzanares, el día 26 de Mayo de 1808. 

Eran momentos de crispación y exaltación en casi toda España, y también en Manzanares, tras los múltiples altercados que se habían vivido al paso del ejército francés en varias ciudades y pueblos de España, más al norte que el nuestro, algunos con resultado de muertes, desde mediados de Marzo de 1808, hasta primeros de Mayo, y, sobre todo, desde que el ejército francés entró en Madrid, el 23 de marzo de 1808, los incidentes fueron crecientes en la ocupada capital y se hicieron muy frecuentes entre civiles y soldados franceses. Madrid empezó a notar desabastecimientos, agravando la creciente animosidad contra los franceses. Al poco tiempo, además, se conoció el viaje de rey Fernando VII, y su corte, a Bayona, junto al Rey recién abdicado; Carlos IV e, incluso, Godoy, (que había sido liberado por el mariscal Murat, máxima autoridad francesa en España)... llamados todos a consulta por Napoleón Bonaparte… 

Esto, sigue D. Cosme, desconcertó a los españoles, pues nadie entendía que pasaba, salvo que España estaba a merced de Francia… Se generalizaron los pasquines contra los franceses en la capital y otras ciudades y, desde púlpitos y ayuntamientos, se lanzaban cada vez más comentarios disidentes. Ese ambiente crispado, y noticias de la mayoría de incidentes significativos, sobre todo los que sucedían en Madrid, o en las ciudades del eje viario del Camino Real de Andalucía, más al norte de nuestro pueblo (Aranjuez, Ocaña, Tembleque, Madridejos, Villarta), y también las de Toledo, eran casi inmediatamente conocidas en Manzanares, por el amplio círculo de información civil que tenía nuestro alcalde mayor, Miret, o por los contactos con el Arzobispado y la Orden Calatrava, que tenía el párroco Sotomayor. 


Así, en ese contexto de tensión creciente, llegó el motín del 2 de mayo de 1808 en Madrid, donde, según parece, participaron oficiales de artillería, liderados por Pedro Velarde, y también mucha gente de la capital y pueblos cercanos. La revuelta fue repelida con violencia, muriendo oficialmente 409 personas... Ese 2 de mayo, sigue D. Cosme, suele considerarse el punto de comienzo de la Guerra de la Independencia, pero fue unos días después, cuando la Gaceta de Madrid, del 13 y del 20 de mayo, publica la noticia de la capitulación de la Monarquía española ante Napoleón, en las abdicaciones de Bayona, (y, entre paréntesis, le diré, querido cronista, que dando una importancia muy trascendental a la profesión que usted profesa)... cuando se puede decir que comenzó de verdad la guerra … pues, a consecuencia de la extensión escrita de esa noticia, sigue D. Cosme, fue que se generalizaron las rebeliones y alzamientos contra los franceses en muchos puntos de España… y, a la vez, en casi todas las ciudades y villas, las autoridades civiles cesaron en sus cargos, siendo sustituidas por Juntas de Gobierno locales, formadas por personas relevantes de cada población.

 La "Junta de Gobierno de Manzanares”, en ese decisivo tiempo de comienzos de la guerra, sigue D. Cosme, estaba formada por D. Juan Antonio Sánchez de Avila; (secretario-escribano); Juan Josef Miret; (Presidente) y Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, D, Francisco Morales, D. Juan Jose Morales, D. Julian de Sandoval y D. Juan Manuel Velez de las Cuevas, (vocales)… teniendo el objetivo de paliar los problemas que habría de sufrir el pueblo durante la guerra. Estaba claro, prosigue D. Cosme, que Miret y Sotomayor, por su influencia y posibilidades en sus respectivas competencias, civiles y eclesiales, eran los elementos principales de nuestra Junta Local, pues tenían información casi inmediata de las cosas de enjundia que iban ocurriendo durante esos días en el ocupado Madrid, seguramente, entre otras razones, a través de contactos que, de alguna manera, mantenía Miret con el Presidente de la Junta Suprema de Gobierno D. Antonio Pascual de Borbón, que aunque fue un títere en manos del Mariscal Murat… para nuestro pueblo, si que pudo ser importante, en cuanto a información de lo que pasaba en Madrid antes del 2 de mayo de 1808... ya que, además, de Presidente de la Junta Suprema de Gobierno, se daba la coincidencia que también era Comendador de Manzanares, y aunque casi no pisó nuestro pueblo durante su tiempo de Comendador, si existían vías de contacto con el personal de la Encomienda del castillo y con las autoridades locales de Manzanares; que, seguramente, aprovecharía Miret para estar informado de lo que se “cocía” en la capital de España...


 D. Antonio Pascual, sigue D. Cosme, había sido dejado al frente de la Junta Suprema de Gobierno de España por el Rey Fernando VII, cuando este marchó a Bayona, el 10 de Abril de 1808; pero su mando resultó efímero; pues, ante los sucesos del 2 de Mayo, y viendo la que se venía encima…quizá, por miedo… o, quizá, por no querer aparecer como cómplice de los invasores galos, el último Borbón que quedó en Madrid, nuestro bonachón Comendador decidió marchar a Francia, uniendo su suerte al resto de la Corte, y dejando la siguiente y curiosa nota manuscrita explicatoría -comenta D. Cosme-, riendo a carcajadas: “A la Junta, para su gobierno, la pongo en noticia cómo me he marchado a Bayona por orden del Rey, y digo a dicha Junta que ella siga en los mismos términos, como si yo estuviese en ella. Dios me la dé buena. Adiós, señores, hasta el valle de Josafat”... En ese ambiente confuso y lleno de acontecimientos diarios, continua D. Cosme, el 10 de Mayo de 1808, Napoleón ordena, desde Bayona, una operación militar de gran alcance, consistente en la marcha a Cádiz de los contingentes del ejército francés que estaban al mando del General Dupónt, con el supuesto objetivo de proteger a la flota francesa del almirante Rossilly (bloqueada en el estrecho por los ingleses)… aunque, en la mente de Napoleón, la realidad “escondida” de dicha expedición era ir sometiendo a Francia los territorios al sur de Madrid,.. La Mancha y Andalucía. 

En el desarrollo de esa orden, el general Belliard, organizó y ordenó la salida de la expedición militar de Dupont, compuesta por sus dos primeras divisiones, la caballería y una brigada de suizos que estaban al servicio de España, con un itinerario concreto de paso, de las sucesivas y distintas tropas, por varias localidades, de acuerdo al siguiente cronograma: La primera división, llegaría a Tembleque el 19; el 21 a Villarta y el 22 a Manzanares, donde descansarían un día, siguiendo luego su trayecto, hasta llegar a Cádiz, el día 6 de Junio. La segunda división de ejército llegaría un día después que la primera a cada uno de los puntos de paso, haciendo noche en nuestro pueblo de Manzanares, el día 24 de mayo...Todo estaba ya programado, cuando, por razones no bien conocidas, el día 16 de Mayo, se suspende el inicio del viaje hasta dos días después, 18 de mayo, en que se ordena la salida inmediata de la comitiva militar de Dupont... pero, ahora, solamente con la primera de sus divisiones, reforzada con la caballería y el regimiento de suizos...

 Nunca sabremos la importancia que esta merma de potencialidad militar, tendría en lo que sucedió después, aunque, tal como fueron las cosas, se puede intuir que, por fortuna, esa decisión fue buena para la causa española, e infausta para la francesa., Lo cierto fue que, de acuerdo al nuevo cronograma, el día 23 de mayo de 1808, (día en que se sublevaron varias ciudades del levante español) se dispuso el comienzo de la marcha de Dupont a Cadiz, con su primera división, de 6.200 soldados de infantería (mandados por el general Barbou); una división de caballería ligera (al mando del general Fresia), con un total aproximado de 2000 caballos, que componían una brigada de cazadores, al mando del general Dupré, y otra de Dragones, comandada por el general Privé. El contingente llevaba 18 piezas de artillería, y se completaba con dos regimientos de soldados suizos al servicio de España, pero que iban al mando del general Rouger; dos batallones de la guardia de Paris y otro de los temibles marinos de la guardia imperial. En Manzanares, sigue D. Cosme, nuestras autoridades fueron informadas, por la Junta Suprema de Murat, de la expedición militar, y de la fecha prevista de la llegada al pueblo de las primeras tropas del contingente, 26 de Mayo de 1808, ya que estaba programado que harían noche en Manzanares; y había que acondicionar el pueblo, y espacios de su extrarradio, para la gran cantidad de militares que iban a pernoctar. 

El ánimo de Miret y Sotomayor, ante la noticia, estando, como estaban, bien al día de lo que nos llegaba, quedó enmarcado en un patriotismo prudente, se juramentaron en que todas sus acciones irían en el sentido de minimizar los daños y previsibles problemas que podrían tener nuestros paisanos, y se dedicaron a preparar el escenario de ese día, intentando que la exaltación antifrancesa de la gente, ya existente en Manzanares, como en otros lugares de La Mancha, no se concretase en motines o revueltas, que podrían representar una masacre para nuestra gente, ya que se acercaba un contingente militar fuertemente armado, mayor en número al de habitantes de Manzanares por entonces. Los pregoneros del Ayuntamiento, y los curas desde los púlpitos, atemperaron a los manzagatos, para que no mostrasen hostilidad a las tropas francesas… pues, al fin y al cabo, venían de paso, en una misión cuyo objetivo oficial era proteger a su flota del estrecho. El gran ascendiente de Sotomayor… y, en menor medida, el de Miret, sobre los paisanos, fue decisivo para que ese día en que la guerra de la independencia se acercó, por primera vez a Manzanares, no sucediera ningún incidente de mención.
Pero, eso, mi querido escribano, como fue ese día 26 de Mayo de 1808, en que las primeras tropas francesas llegaron a Manzanares, como fueron recibidas por nuestro pueblo, y alguna otra cosa que tendría importancia inmediata, en uno de los sucesos más conocidos, trágico y polémico de nuestro Manzanares en esa guerra que estaba ya muy cercana, será motivo del siguiente relato, que este ya fue de bastante para su pretensión.



miércoles, 27 de noviembre de 2019

231). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DE LA MAJA A DUPONT... PREPARANDOSE PARA LA GUERRA.

En este relato, querido amigo, me dice D. Cosme, le hablaré algo de como Manzanares se preparó para la guerra de la Independencia, en los poco más de dos meses que transcurrieron desde el episodio que ya conocemos del día de San José de 1808, con la estancia fugaz en Manzanares de la amante de Manuel Godoy, Pepita Tudo (La Maja), Condesa de Castillo Fiel, acompañada de un amplio séquito y de toda su familia, hasta el 26 de mayo del mismo año, en que las primera tropas francesas, encabezadas por el General Dupont, entraron en Manzanares. 

Ya sabemos que ese día de San Jose de 1808, la familia Tudo llegó en una caravana a Manzanares e hicieron noche en nuestro pueblo, sin que nadie supiera su identidad, hasta el día siguiente, cuando, al poco de salir de Manzanares la caravana que las transportaba, algo obligó al retorno del jefe de esa caravana, teniente Crucet, a Manzanares. Este, a consecuencia de su declaración posterior, hizo que las autoridades de nuestro pueblo conocieran de primera mano, y al tiempo en que ocurrían, los graves sucesos del Motin de Aranjuez, vividos entre el 17 y el 19 de marzo de 1808, que llevaron a la descomposición del Reino de España y aceleraron los acontecimientos hacía la Guerra de la independencia contra Francia...

El inesperado retorno de Crucet al pueblo, sigue D. Cosme, extrañó mucho a las autoridades civiles de Manzanares, ya que, el día anterior, el teniente se presentó en el Ayuntamiento para anunciar la llegada y el recalo nocturno en una posada de nuestro pueblo de la caravana que él comandaba, afirmando que era exclusivamente militar, y no identificó a ninguno de sus miembros, excepto a él, como jefe de la misma... Por supuesto, Crucet, ahora, a su vuelta a Manzanares, y en el interrogatorio que se le practicó en nuestro juzgado, si identificó a los miembros de su expedición, habló de la razón del viaje y del motivo de su retorno. Con esta información, sigue D. Cosme, las autoridades de Manzanares, tuvieron conocimiento inmediato de lo que estaba ocurriendo en la Corte, y lo que previsiblemente se avecinaba. Se enteraron que la familia de Pepita Tudo, ella misma, y su séquito de acompañantes, eran los componentes de la caravana,..y que habian recalado en Manzanares, en el curso de su viaje a Cadiz, donde Carlos IV y Godoy habían decidido trasladar a toda la Corte, a la espera de la actitud que tomase Napoleon con España, por si tocaba emigrar a las colonias americanas, tal cual hicieron los reyes del vecino Portugal, comenta con cierta retranca D. Cosme... 

Motín de Aranjuez, grabado prop. de Cadena Ser.


Luego de eso, Crucet, refirió en nuestro juzgado, que tras hacer noche en nuestro pueblo, cuando acababan de salir de Manzanares, en Consolación, recibieron la noticia del Motin de Aranjuez, que frustaba el proyecto de la Corte, y provocaba, en cadena, el apresamiento de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la entronización del Principe de Asturias, que reinaría, desde ese momento, como Fernando VII... éste y sus partidarios,sigue D. Cosme. intervinieron en Aranjuez, provocando el motín, para evitar la huida de los reyes de la Corte, pues pensaban que Napoleón destituiría a Godoy y obligaría a Carlos IV a la abdicación en su hijo Fernando... Sabedor de todo lo que declaró Crucet, nuestro decidido e inteligente Alcalde mayor, Miret, lo comentó al jefe de la iglesia local, Frey Sotomayor, y ambos se conjuraron para estar alerta en sus respectivas jurisdicciones, civil y eclesial, acerca del desarrollo de los acontecimientos, teniendo muy claro que todo apuntaba a la invasión francesa de España, ya que muchos comentarios de personas relevantes del Reino y del Consejo de las Ordenes, que ambos habían conocido, así lo presumían; algo que apuntó también Crucet en su declaración, al decir que Godoy le había manifestado iguales temores, al pedirle que llevase a Cadiz a su amada Pepita y familia... 

Miret y Sotomayor, continua D. Cosme, desde esos últimos dias de Marzo de 1808, se constituyeron, de hecho, en el embrión de lo que sería luego la "Junta de Gobierno" de Manzanares, que más tarde quedó oficialmente compuesta por un secretario-escribano, D. Juan Antonio Sánchez de Avila; un presidente y alcalde mayor Juan Josef Miret; y cinco vocales: Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, D, Francisco Morales, D. Juan Jose Morales, D. Julian de Sandoval y D. Juan Manuel Velez de las Cuevas, que, como en otros pueblos, y a instancias de la Junta Suprema Gubernativa, se formaron con el objetivo de paliar los problemas y penurias que habría de sufrir el pueblo en la guerra...

Grabado de Motín de Aranjuez.

D.Juan Josef Miret y Sadaba, prosigue D. Cosme, había sido nombrado en Aranjuez, alcalde mayor de Manzanares, por el mismo Carlos IV, el 21 de Enero de 1806. Era un gran patriota, decidido y voluntarioso, con buenos conocimientos jurídicos, muy apropiados para su cargo, y que, además, estaba muy bien relacionado con las autoridades civiles del momento, por lo que, unido a Sotomayor, aún mejor relacionado e influyente que el Alcalde, y con gran ascendiente en el ámbito de la Orden Calatrava y el Arzobispado, formaron un gran equipo que estuvo en ese tiempo al cabo de la calle de todas las noticias que se iban sucediendo. Así, Manzanares, fue uno de los pueblos de La Mancha que mejor conocía, lo que iba ocurriendo en el tiempo vertiginoso y lleno de incidentes, previo a la generalización del conflicto entre España y Francia, y que aquí hemos concretado en los dos meses que mediaron entre la llegada a Manzanares de La Maja y la del General frances Dupont. 

En ese tiempo, el alcalde Miret, quizá advertido por el comendador de Manzanares, Don Antonio Pascual de Borbón, tío del Rey, conoció el mismo día 23 de Marzo de 1808, que Fernando VII decidía trasladar la Corte a Madrid, en un acto de afirmación institucional,.. pero para el desconcierto de muchos españoles, que habían visto a Fernando VII como un salvador de la patria, su primera decisión fue asegurar a Napoleón su colaboración, pidiendo a los madrileños que acogieran amistosamente a las tropas del mariscal Murat, que entraban en Madrid el mismo día 23 de marzo. Murat, siguiendo ordenes de Napoleón, sigue D. Cosme, obligó a Fernando VII, a que pusiera bajo protección francesa a Carlos IV, con lo que Fernando VII, empezó a ver coartada su autoridad como Rey de España, algo que no pasó inadvertido para el pueblo español, y entre ellos nuestras autoridades, que lo supieron de primera mano por nuestro comendador... Además, Murat, lugarteniente de Napoleón, y máxima autoridad francesa en España por entonces, no quiso reconocer a Fernando VII como Rey legítimo de España,.. y, no conforme con eso, le engañó, y le convenció para que fuese a Francia a debatir con Napoleón sobre el futuro de España y su Reino. Fernando VII salió para Francia el 10 abril,...comenzando para él, en las galias, un largo cautiverio hasta el final de la guerra de la independencia...

Al partir a Francia, prosigue D. Cosme, dejó el Reino de España, al mando de una Junta de Gobierno, cuyo presidente era el antes citado comendador de nuestro pueblo, D. Antonio Pascual, que, posiblemente por eso, seguramente era una de las fuentes de que informaba de manera inmediata a Miret, primero de la llegada del Rey desde Aranjuez a Madrid... y luego, con Fernando VII ausente en Francia, y en su calidad de Presidente de la Junta de Gobierno, de muchos de los aconteceres que se sucedían. De carácter bonachón, pero poco apto para la acción política, sigue D. Cosme, Antonio Pascual, fue un títere en manos de Murat, pero su relación previa con nuestro alcalde mayor, posiblemente supuso para Manzanares tener informaciones inmediatas. 

Ya en la ciudad francesa de Bayona, continua D. Cosme, Napoleón mostró sus verdaderas intenciones... reunió allí a toda la familia real española, incluido el anterior Rey Carlos IV y Godoy (puesto en libertad por Murat el 27 de Abril)... Napoleón, adujo a la Corte española que había decidido asimilar España a su Imperio, cambiando la dinastía de los Borbones por un miembro de su familia, pues, según dijo, "creía imposible restablecer en el trono a Carlos IV contra la opinión de gran parte de la nación, y no deseaba reconocer a Fernando VII, sublevado contra su padre"..​ Ni Fernando VII, ni Carlos IV, ofrecieron alguna resistencia a estos hechos consumados... y abdicaron de la corona de España de manera humillante, con la firma del Tratado de Bayona, el 5 de mayo de 1808, por el que la corona española cedía a Napoleón sus derechos dinásticos, con dos condicionantes, a los que Napoleón accedió gustosamente, comenta irónico D. Cosme: uno, el mantenimiento del territorio del Reino de España y la monarquía.. y, otro, el reconocimiento de la religión católica como la única del Reino. Unos días después, renunciaron a sus derechos sucesorios, Fernando VII, su hermano Carlos María Isidro, y el tío de ambos, el infante don Antonio Pascual. 

Cuando estas noticias humillantes se conocieron, solo tres días después de los trágicos hechos del 2 de Mayo en Madrid, los ánimos españoles se incendiaron definitivamente... la suerte de la guerra estaba echada. Pero antes, en el mes de abril, algunos otros hechos indicativos de lo que iba a suceder, también fueron conocidos por las autoridades de Manzanares, al tiempo en que ocurrían, lo que les sirvió para preparar el pueblo ante el conflicto que se veía venir.. Por una parte, Frey Sotomayor, fue nombrado el 18 de Abril de 1808, co-visitador del Sacro Convento de Calatrava, lo que aumento, aun más si cabe, su influencia en el mundo de Calatrava, y permitirle estar muy al tanto de todos los incidentes que tenían que ver con las tropas francesas, relacionados con la Orden Calatrava o la Iglesia. Por ej, continua D. Cosme, Sotomayor, y por tanto las autoridades de nuestra villa, fueron de las primeras en enterarse del motín de Toledo, el día 21 de Abril de 1808, casi seguro por la linea directa de nuestro párroco con los dirigentes de su Orden en Toledo,.. del mismo modo, D. Pedro, supo de inmediato, de parte del Arzobispado, como medió el propio Arzobispo de Toledo, cinco días después del motín, saliendo al encuentro de las tropas de Dupónt a la entrada de la ciudad imperial, para evitar represalias a los toledanos por el amotinamiento previo...Quizá Sotomayor recordaría este episodio, justo un año después en Manzanares, antes de hacer, él, algo parecido al Arzobispo de Toledo, pero en este caso siendo protagonista Nuestro Padre Jesús del Perdón, conducido por Sotomayor frente al general francés Sebastiani, en uno de los episodios mas relevantes de nuestra historia local, que tendré ocasión de relatarle, querido amigo, en crónicas posteriores...
Y termine usted, aquí, esta crónica, mi querido plumilla, que ya fue de bastante para poner de manifiesto que el magnífico pueblo de Manzanares, una vez más, fue de los que mejor conoció en La Mancha lo que se avecinaba en España, al menos de dos meses antes que la guerra se desencadenase definitivamente, cuando el episodio del paso de "La Maja" por Manzanares inició la alerta de nuestras autoridades,... de manera que el 26 de Mayo de 1808, cuando las tropas del General Dupónt entraron con pompa en Manzanares, aunque afirmaban llegar en son de paz, para las autoridades y mucha gente de Manzanares sus fanfarrias y tambores anunciaban el comienzo de la guerra en la Mancha y, por ende, en la insigne villa de Manzanares....

domingo, 24 de noviembre de 2019

230. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UNA GUERRA BIEN TITULADA.


Llegó el momento, querido plumilla, de comenzar los relatos de la Guerra de la Independencia de España contra los invasores franceses, y comentar lo que tuvo que ver esa contienda con Manzanares.. y Manzanares con ella, que fue mucho y enjundioso, como veremos en las numerosas crónicas que he de referirle acerca de la misma… 

Y para empezar, él título con el que hoy conocemos a esa guerra: "de la Independencia" es, definitivamente, exacto, ajustado y oportuno a lo que representó esa contienda… “En efecto (comenta un enfático y grandilocuente D. Cosme, en una de esas solemnes peroratas, que a él le gustan para grandes momentos de nuestra historia)... España, o mejor aún, el pueblo español del momento, vivió aquel conflicto como reivindicación de su independencia, de su identidad como pueblo”... y, sigue diciendo… “los invasores galos, como muchas de las numerosas culturas y pueblos que intentaron imponer aquí en nuestra “piel de toro”, mucho antes que ellos, sus valores y costumbres, empezando por los griegos y los fenicios, pasando por los cartagineses y los romanos y acabando por los bárbaros y los musulmanes, se toparon, siempre, con la naturaleza indómita y autoconvencida de si misma, de los pobladores de Iberia, que si bien, a ese momento del siglo XIX. eran ya producto de un mestizaje de siglos con los sucesivos invasores, parecían conservar incólume el mismo espíritu que dio lugar a episodios sublimes y reconocibles de su larguísima historia, como los de Numancia, Sagunto y muchos otros más, siempre en la misma línea demostrativa, de cómo un pueblo, en condiciones de clara inferioridad numérica y estructural, era capaz de resistir, conservar y, finalmente, imponer con gran determinación y coraje su carácter independiente y, en el mejor de los sentidos, poseído de si mismo y de sus propios valores”.. ,

Y, sigue D. Cosme, “valores, entre los que siempre destacó su proverbial hidalguía, que podría ser definida como una “bonhomía practicada”…“Y esa hidalguía tan española, de la que hemos hablado en relatos previos, bien descrita en la literatura del siglo de oro. por: Calderón de la Barca, Lope de Vega y Cervantes, entre otros, quedó, sobre todo, cristalizada y corporalizada en “el caballero de la triste figura”, “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, gran protagonista de la más excelsa obra de la literatura española y universal, donde Cervantes, de manera extraordinaria, y asentándose en la tipología de los personajes que eligió como actores principales, supo conjugar y resaltar muy bien los aspectos que mejor definen ese valor de la hidalguía…por un lado la bonhomía justiciera de Don Quijote, basada en la estricta aplicación de la justicia y la equidad en cualquier acto de la vida,… y la bondad en si misma, explicitada en la bonhomía natural, solidaria, mundana y noble, aunque no exenta de picardía y sentido común, de la gente sencilla del pueblo, representada por su criado y escudero, Sancho Panza, que humaniza y realza el propio valor de la hidalguía., concluye, enfático, D. Cosme…

No es casual, sigue, que Cervantes pensara en la Mancha para concretar su historia; aquí, en nuestra región, D. Miguel, percibió que ese biotipo humano, el hidalgo, es común y muy frecuente entre nuestras gentes manchegas, que siempre fueron muy celosas de lo propio, y poseídas de un sentido de la equidad y la justicia, que les predispone a la lucha sin contemplaciones contra quien pretenda poner en cuestión su independencia y libre albedrío. Sin embargo, ese carácter hidalgo les confiere también una capacidad innata para la solidaridad y la ayuda a quien lo necesita. Esa dualidad del carácter hidalgo, particularmente visible en los manzagatos, y la actitud que se deriva del mismo en sus gentes, se advierte en la explicación de muchos sucesos que acontecieron en Manzanares durante aquella guerra. 

Castillo de Manzanares.

Y hemos de recomentar, sigue D. Cosme, que Manzanares fue muy importante en La Mancha, por su posición estratégica en el camino de Andalucía y las infraestructuras militares que se habilitaron en nuestro castillo, Manzanares fue elegida por los galos, durante gran parte de la guerra, capital de la región manchega, en tanto que en nuestro castillo establecieron el gobierno militar de la zona…Y, en las idas y venidas que tuvo esa guerra, cuando las fuerzas españolas recuperaban el control de Manzanares, mantenían la importancia de nuestro pueblo, por las mismas razones estratégicas de los franceses… de modo y manera, que nuestro pueblo fue el que más hechos importantes protagonizó en la región manchega, relacionados con esa guerra, afirmación que se puede hacer, sin mucho temor a equivocarse, por la contabilidad de eventos relevantes, reflejados en los documentos oficiales del ejército invasor, donde el nombre de Manzanares aparece citado, más que ningún otro pueblo manchego, en episodios significados de esa contienda…. Esa documentación, sigue D. Cosme, junto a comentarios escritos de militares galos y de otros países, que anduvieron en aquel tiempo de guerra por Manzanares;… documentos y comentarios similares del ejército español, o de paisanos y personas relevantes de nuestro pueblo; así como distintas notas de la incipiente prensa escrita de la época, que dieron testimonio de sucesos locales y, también, diversas referencias ocasionales a nuestro Manzanares, insertas en libros que trataron de la contienda...y, más relevantes todavía, insertas en libros y manuscritos que, específicamente, hablaron de la historia de Manzanares durante esa guerra, entre los que querría destacarle, querido cronista, el conocido como “Manuscrito de la Merced”, elaborado por curas de nuestro clero local, en años inmediatamente posteriores al final de la guerra de la independencia.. y, por tanto, con datos escritos bastante fidedignos, puesto que eran muy cercanos en el tiempo a los hechos que se narran, constituirán la base de los numerosos relatos que le narrraré, acerca de la guerra de la independencia y sus consecuencias en Manzanares…

Seguro, sigue D. Cosme, que ni Manzanares ni sus gentes, gustaron de ser protagonistas en esa guerra, pues, como en cualquier otra, lo malo, las tragedias y las tropelías, superaron a los aspectos positivos…pero, hay que decir ya, que entre estos últimos, Manzanares destacó, como el que más, en la valentía de su gente, cuando tocó enfrentarse al invasor, defendiendo su independencia y valores, de manera inequívoca y eficaz, pero manteniendo en su conducta lo mejor de la hidalguía como habremos de comprobar pronto.... porque, incluso en el triste episodio de la matanza del hospital de guerra que los franceses habían acondicionado para sus soldados enfermos en el convento de los carmelitas, y en el que una masa humana, enfervorizada y enloquecida por las noticias que llegaban de pueblos vecinos, asaltó el citado hospital, matando cruelmente a algunos de esos enfermos galos, parece que los principales actores de la matanza fueron, sobre todo, lugareños de villas cercanos, siendo muy escasos los manzagattos que participaron en esa vorágine sangrienta, que sin embargo, y contra la visión dantesca que se le quiso dar al episodio, terminó solo con una docena de soldados galos asesinados, de los. aproximadamente 100 que estaban allí ingresados...y parece, además, que la llegada inmediata al hospital de algunos sacerdotes del pueblo, seguramente a instancias del párroco Sotomayor, en la primera de sus intervenciones decisivas en aquella guerra, evitó males mayores, poniendo paz y sosiego en los asaltantes.
El Castillo de Manzanares, en el siglo XVIII.

 Esto, comenta D. Cosme, quedó reflejado en comentarios escritos de los propios franceses, referidos al suceso, que tendré ocasión de citarle en su momento,… y esta versión menos trágica de esos hechos, a causa de la intervención de varios curas de nuestro clero local, quizá, tuvo bastante que ver en que los franceses no se vengasen de nuestra gente con excesiva saña… pues aunque, meses después, sigue D. Cosme, la temible compañía de polacos del General Vedel, destrozó todo el entorno inmobiliario del Paseo del Río, ,incluida la Ermita de San Isidro, solo existe constancia de un paisano muerto en aquellas represalias…También es oportuno mencionar ahora, otro gran episodio que vivió Manzanares durante la guerra, cuando el viernes santo de 1809, una procesión de paisanos, portando la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, y encabezados por Frey Sotomayor, salió al encuentro de las tropas francesas de Sebastiani, encontrándose con ellas a la altura de la ermita del Cristo de la Agonía… El General francés, conmovido por la escena, bajo de su caballo y ajustó su fajin verde a la cintura del Cristo, en gesto de perdón a nuestro pueblo por aquel suceso del hospital. Este episodio legendario es, sin duda alguna, la razón más importante que justificaría el nombramiento oficial de Nuestro Padre Jesús del Perdón, hace solo siete años, en 1905, como patrono de este insigne pueblo de Manzanares de La Mancha. 

En otro sentido, continua D. Cosme, para nada hubo en el pueblo “condescendencia” o “afrancesamiento” de su gente, como algunos pueblos vecinos, bastante maledicentes, propalaron con insidia. De hecho, como también conoceremos, Manzanares recibió durante aquella contienda el título de “Fidelísima villa”, por el valor y arrojo de sus gentes al enfrentarse a los invasores en diversas ocasiones, de lo que le daré cuenta en sucesivas y posteriores crónicas.
Y valga todo lo dicho .-me dice D. Cosme, concluyendo su encendido diserto-- para conformar este relato introductorio y genérico, acerca de lo que supuso la Guerra de la Independencia en Manzanares. Hemos tocado aquí, quizá, los hechos de más enjundia que acaecieron en nuestro pueblo en relación con esa guerra, pero puedo asegurarle que el conocimiento de los detalles de esos episodios principales…, y lo que, además, tengo que exponerle de muchos otros aconteceres durante esa guerra en nuestro pueblo, darán para muchas crónicas: unas trágicas, otras heroicas, y algunas más llenas de datos curiosos y dignos de conocerse…y, todas ellas, todas las cosas que le he de relatar, vendrán marcadas por la hidalguía característica de las fabulosas gentes de este magnífico pueblo que se llama, para los siglos, Manzanares de La Mancha.


sábado, 9 de noviembre de 2019

229). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: ALCALDES A LA GREÑA…POR “LA MAJA”.


Pareciera que el episodio del paso de “La Maja” por nuestro pueblo, el día de San José del año 1808, había concluido de la forma y manera ya narrada en el precedente relato, pero las pintorescas “secuelas” que trajo consigo el mencionado suceso, bien que valen, para dar contenido a la crónica que le propongo escriba, .comenta D. Cosme. 

Recordará usted, prosigue, que la condesa de Castillo Fiel, Dª Josefa Tudo, y sus acompañantes, habían pernoctado en nuestra villa la noche de San José de 1808…y que cuando, al muy poco de partir de Manzanares la mañana del 20 de Marzo, cerca de Consolación, tuvieron conocimiento de la abdicación del Rey Carlos IV y de la caída en desgracia política de Godoy, acordaron dispersarse en varios grupos, para ir a recalar en distintos pueblos cercanos. El teniente Crucet, decidió que, puesto que fue él el único de la expedición que se había identificado en Manzanares, ser, él también, quien retornase a nuestro pueblo, y así lo hizo, llevándose consigo el acarreo que La Maja portaba en la galera de equipajes de la expedición, además de los arreos de la caballería de la galera y la de los escoltas y criados, que también le acompañaron en su retorno a nuestra villa...Como sabemos del anterior relato, sigue D. Cosme, en la declaración que hizo Crucet, a su vuelta, en el juzgado manzagato, no tuvo más remedio que “desembuchar” todo lo que no contó el día anterior a nuestro alcalde Miret… Crucet, sigue D. Cosme, hizo, una descripción pormenorizada de cómo se gestó el viaje y desde donde partió… comentó que él, personalmente, recibió de Godoy la orden de encabezar y preparar la expedición unos días antes del viaje, concretamente el domingo anterior, día 13 de Marzo de 1808, a ésta su segunda declaración en Manzanares. 

Continuó diciendo que, a la par, la condesa de castillo fiel había pedido al canónigo Duro que la acompañase, ya que ella y su familia, precisaban que fuera en la comitiva una "persona de respeto"...Crucet, siguió comentando que el 16 de Marzo la comitiva inició su marcha de Madrid a Aranjuez, juntándose los dos coches de la familia Tudó con el del canónigo ya a las afueras de Madrid...Parece ser que, el día anterior, se mandó una carta al gobernador del Puerto de Santamaría y otra al administrador general de la aduana de Cádiz, a la sazón, D. Manuel de Heredia, para que les recibiesen y dieran alojamiento a su llegada.. Esa noche del 16 la pasaron en Ocaña y, antes, a la tarde, la expedición paró en el Palacio de Aranjuez, a recoger a Pepita Tudo, quien se encontraba allí desde unos días antes. 

Siguió contando Crucet, que el día 17 quedaron en Ocaña, (seguramente a la espera de noticias de la Corte, aunque Pepita Tudó declaró en Almagro que tuvieron que detenerse allí, ese día, para reparar la avería de uno de los carros, algo que no citó el teniente en Manzanares)... Lo cierto fue que, en la madrugada del 18. partieron de nuevo hacía Madridejos, donde pernoctaron ese día; saliendo, finalmente, hacía Manzanares en la mañana del sábado 19, festividad de San José, y llegando, como ya sabemos, la tarde de ese día a nuestro pueblo. Luego, aclaró el motivo real del viaje, identificando a todos los miembros de la expedición a su mando, y haciendo mención específica del dinero, bienes y enseres que llevaban consigo. y, por último, explicó el motivo de su retorno a Manzanares y hacía donde se habían dirigido las personas de la comitiva, dispersadas en Consolación…. 

Palacio Real de Aranjuez.


Y como lo que se vio obligado a contar el citado Crucet, no tenía nada que ver con su primera y escueta declaración del día anterior en nuestro Ayuntamiento, cuando solo dijo que transportaba efectos diversos del escuadrón a su mando, sin mencionar a las personas civiles que la componían, ni, por supuesto, los bienes que portaban consigo, nuestro alcalde mayor, D. Juan Josef Miret, hombre decidido y de “armas tomar”, muy enfadado por la ocultación, y preocupado por que la mentira fuese aun mayor, envió mísivas a los alcaldes de los pueblos donde se habían dirigido las varias personas dispersadas ... Y, sigue D. Cosme, en las cartas de Miret, a sus semejantes de Membrilla, Argamasilla y Almagro, les conminaba la detención de esas personas y la incautación de sus bienes, caballerías y carros, de manera precautoria, hasta que se tomasen decisiones de mayor rango… Ya sabemos como se las gastó nuestro alcalde en lo referente al canónigo Duro, hasta que el propio Rey terminó dándole la razón.,.. 

Sin embargo, desde Almagro, adonde había ido a parar “La Maja”, Pepita Tudó, con sus niños, madre, hermana y criados,.. se informó que el hecho delictivo ya había sido comunicado a Madrid, quien, a su vez, había ordenado el arresto de las personas de la expedición que se encontraban allí, además de la confiscación de todo lo que portaban... lo que, por el momento, dejo satisfecho a nuestro riguroso munícipe, Don Juan Josef Miret... Pero, ete aquí, continua D. Cosme, que la cosa se complicó, cuando Crucet le fue a Miret con la copla que precisaba de algún dinero para la manutención de los criados, escoltas y mulas que habían retornado con la galera a Manzanares. Nuestro alcalde Miret, muy enfadado y cansado de todo este episodio, espetó al teniente que fuese él, personalmente, a pedir ese dinero a La Maja, … y así se hizo, presentándose Crucet en Almagro, con un despacho de Miret dirigido al alcalde mayor de la citada villa, que hizo las gestiones precisas para que la familia Tudó entregase a Crucet los 1.600 reales que este había estimado necesarios… Pero como la retención de los expedicionarios en los distintos pueblos se fue prolongando, antes el caos que se vivía en la Corte, continua D. Cosme, a los cuatro días se reprodujo una situación similar, Crucet se presentó de nuevo ante Miret, diciéndole que volvía a necesitar más reales… y nuestro alcalde le dijo que procediera de nuevo como la vez anterior, y se pusiera en contacto con la condesa… En esta ocasión, Crucet optó por escribir una carta a Pepita Tudó, que le hizo llegar hasta Almagro por uno de los guardias a su cargo, “La Maja”, respondió entonces al teniente, en otra carta, que eso ya no era posible porque todos sus bienes estaban incautados, sugiriéndole se dirigiese a la Real Justicia de Almagro para solicitar esos reales... 

El Alcalde Mayor de Almagro, le dijo a Crucet que no le daría nada, y que lo tenía que haber hecho, era haber traído con él a Almagro, la galera de la Condesa, y también a sus criados, tal como por un exhorto del día anterior, le había pedido a su colega Miret, concluyendo el alcalde almagreño con un encargo a Crucet para que, a su vuelta a Manzanares, se lo entregase a nuestro alcalde Miret…en el que venía a decirle: ..”que si el alcalde de Manzanares decidía no atender a su exhorto, manteniendo galera y criados en Manzanares, pues que los mantuviese él”… Esto ya fue demasiado para nuestro concienzudo y exigente alcalde, cuyo cabreo alcanzó proporciones desmesuradas, comenta sonriente D. Cosme, quien inmediato a leer esa nota, dictó un auto a su colega almagreño, exigiéndole que, de lo confiscado a la condesa, entregase 2.000 reales a D. Manuel Sánchez Migallón, un comisionado suyo que él le enviaba a ese efecto;.. haciéndole responsable a su colega almagreño de los daños y prejuicios que conllevase la no aceptación de su auto…

Plaza Mayor de Almagro

El alcalde mayor de Almagro, que no le iba demasiado a la zaga al nuestro, sigue jocoso D. Cosme, también replicó de inmediato, con otra nota dirigida a Miret, en la que decía: “respecto a que la galera y criados que se expresan se miran detenidos por el señor juez requirente sin haberlos querido enviar a pesar del despacho que se le libró con la real orden de confiscación como bienes de Su M, no se hallaba con facultad de disponer de ellos ninguno de los dos jueces”. Como supondrá, querido cronista, sigue jocoso e irónico D. Cosme, nuestro Miret, buen conocedor, además, de sus atribuciones como alcalde mayor, no se arredró en absoluto con las referencias a Su Majestad de la nota de su colega, y replicó contundentemente, dictando un nuevo auto el 29 de Marzo, en el que ordenaba esto; “que no debiendo su juzgado prescindir de la atención de la galera y mulas confiscadas, así como la manutención de los criados, se exija desde esa fecha del mesonero Josef Villegas, en cuya posada se alojaba la familia Tudó, la cuenta diaria del gasto que conllevaban las manutenciones de Manzanares, dando cuenta de todo ello al Consejo de Estado, para que proveyese lo conveniente”.
Puestas así las cosas, sigue D. Cosme, y viendo que la contumacia cansina de estos alcaldes manchegos no daba a su fín; que la cosa llegaba hasta el Consejo de Estado, por la determinación de nuestro ínclito alcalde Miret,.. y que la situación que se estaba creando por la manutención de un simple acarreo resultaba ya empalagosa para una Corte llena de problemas más importantes en aquel momento, el mismo Palacio optó por hacerse cargo del engorroso asunto, ordenando se pusieran a disposición inmediata del Consejo de Castilla, la galera y demás efectos de la condesa, que estaban retenidos en Manzanares. Por su parte, hasta el mismísimo ministro de la Guerra, informado previamente del tema, había decidido enviar a Manzanares al teniente Miguel Rabé del regimiento de Dragones de Lusitania, para que se personase ante Crucet, y recogiera la galera y demás efectos incautados en la villa de Manzanares… y que, a continuación, los trasladase inmediatamente a Madrid y los pusiera a disposición y custodia del Consejo de Castilla….El citado Rabé, llegó a Manzanares el 29 de Marzo de 1808, y con todo los acarreos y arreos de “La Maja”, galera incluida, a más de los criados, partió raudo hacía Madrid el 31 de Marzo de 1808, ante la sonsrisa satisfecha de Miret cuando, galanamente, despidió al susomentado Teniente Rabe en nuestro Ayuntamiento, antes de su partida a la capital del reino.
Y, ahora si, mi querido plumilla, es momento de dar por acabada la crónica, en la que un alcalde mayor de la insigne villa de Manzanares de la Mancha, llamado D: Juan Josef Miret, aun no siendo de nuestra sangre, mostró que en los dos años que ya tenía de ejercicio en Manzanares, se había impregnado más que bastante de nuestro determinado y contumaz carácter, siendo capaz de “poner a los pies de los caballos” al ministro de la Guerra, al Consejo de Castilla, al Palacio Real, y hasta a un regimiento de Dragones, concluye entre carcajadas D. Cosme su divertido diserto.