¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores ó, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡ Nada más, amigo/a !. Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 10 de diciembre de 2019

235). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: VIDA Y SENTIMIENTOS;… PREVIOS A LA TRAGEDIA.


En la crónica anterior -inicia así D. Cosme, ésta- le hablé del comienzo de la rebelión manchega contra los franceses, en los días 5 y 6 de Junio de 1808, con los sucesivos y gravísimos altercados, que provocaron numerosas víctimas de paisanos y de la milicia francesa, en las villas de Santa Cruz de Mudela, Valdepeñas y Manzanares. 


El altercado que se vivió en Manzanares el día 6 de Junio fue, en su inicio, el último de los tres citados, aunque, como ya hemos visto, fue consecuencia de los dos anteriores. Pero, antes de entrar a considerar ese episodio trágico del asalto al hospital de campaña que el General Dupont dejó habilitado en el Convento de los Carmelitas Descalzos, al salir de Manzanares, dirección Andalucía, el 28 de Mayo de 1808, me parece oportuno relatarle –sigue D. Cosme-algunos aspectos de la vida en nuestra villa, en los días que mediaron entre esa salida de Manzanares de las últimas unidades de Dupont y el asalto al hospital, porque ilustrará a sus lectores sobre algunas cosas de las que pasaban en Manzanares… y, explicarán, en gran medida, otras que pasarían después, incluido el citado asalto...

 Nuestro alcalde mayor, Miret, y nuestro párroco Sotomayor –continua D. Cosme- como también ya sabemos, estaban bien informados, antes de la llegada del ejército francés a Manzanares, de lo que estaba sucediendo en España. El alcalde Miret, mantenia contactos habituales y continuos con las autoridades residuales de la moribunda corona borbónica, que, en aquel final de Mayo de 1808, en muchos sitios estaban a merced o colaborando con los franceses... y, en otros casos, estaban en rebeldía contra ellos, por lo que las informaciones que le llegaban debía recibirlas con cautela... en esos momentos, nadie se fiaba de nadie, porque era difícil saber qué era lo que apoyaba cada cual... incluso, en Manzanares, a una persona tan patriota y españolista como Miret, la gente más radical contra los franceses le veía con ciertas dudas, por la estrategia apaciguadora que había decidido, junto a Sotomayor, para el recibimiento al ejercito francés el día 26 de mayo. 

Pero, por lo que hemos sabido después de aquel tiempo en Manzanares, sigue D. Cosme, y aunque no hay ninguna certificación escrita que pueda avalar lo que le cuento, por el secretismo lógico en que se llevaron a cabo estas actuaciones, muchos de los hechos que sucedieron en el pueblo, y en su entorno, contra los franceses llevaban el sello de Miret, y contribuirían, meses más tardes, al reconocimiento de Manzanares como "fidelísima villa". Evidentemente, las informaciones de lo que ocurría en España, en esa semana de rebeliones generalizadas, no estaban al alcance inmediato del común de los lugareños, solo la conocían, de primera mano, las autoridades locales.. y, más concretamente, el alcalde Miret, que fue, en buena lógica, quien se encargó de ir dando a conocer a la gente del pueblo que consideró de mayor confianza, empezando por Sotomayor y la Junta local de Gobierno, todo lo que iba ocurriendo, con el ánimo intencionado de ir organizando la resistencia local a los invasores... que, inevitablemente, se hacia necesaria para cualquier patriota bien informado de lo que estaba pasando. 


Así las cosas, de una manera subrepticia e inadvertida para el ejército galo, en Manzanares se fue conformando un grupo de valientes paisanos, que infundidos de un sentimiento patriótico creciente, con la muy probable instigación y ayuda de nuestro alcalde mayor Miret, y poniendo en grave riesgo sus vidas, los últimos días de Mayo de 1808, cuando recalaron en Manzanares las tropas del llamado "contingente suizo" del ejército de Dupont, que estaba formado, en una gran parte, por soldados españoles, se acercaron a hablar con ellos, aparentemente sobre las circunstancias de su expedición a Cadiz... El resto del ejército francés, no se extrañó demasiado por algo así, que había ocurrido ya en otros pueblos y que, además, cumplía en cada villa uno de los objetivos galos, seguir mostrándose como fuerza aliada, y conseguir la cercanía del pueblo, cuando contemplaba tropa española integrada en su contingente militar con un objetivo común... Lo que los franceses desconocían, sigue D. Cosme, es que esos paisanos nuestros, lo que hicieron,... fue poner en conocimiento de los soldados españoles que, en Murcia y en el levante español, desde seis días antes, existían focos de rebelión antifrancesa, lo que animó a 16 de ellos a desertar, para ir a incorporarse a esas tropas rebeldes, vía Alhambra, atravesando zonas no ocupadas por los galos, tal como les indicaron nuestros paisanos. Esos patriotas manzagatos, así organizados, serian, también, probablemente, los responsables de muchas de las intercepciones que sufrieron los correos y postas intercambiados entre Murat (en Madrid), y Dupont (en Andalucia), pues muchas de esas postas y correos, "desaparecíeron" en las inmediaciones de Manzanares, algo que también reconocieron las autoridades españolas de Andalucía, como un mérito más de Manzanares, que contribuyó de manera decisiva al fracaso final de Dupónt en Bailen, en Julio de 1808, a la hora de reconocernos como "fidelísima villa"... 

Por otro lado, sigue D. Cosme, el expolio completo del Pósito de Manzanares y la confiscación de vinos y productos de la tierra a muchos vecinos, llevado a cabo por la soldadesca gala en nuestra villa, desbordó las ya crispadas emociones de las buenas gentes de Manzanares, embridadas prudentemente por Miret y Sotomayor a la llegada y paso del ejercito de Dupont;... La ira y el resentimiento a los franceses se generalizó y, en los días posteriores, el entorno de la Plaza del Castillo y sus aledaños, incluido el hospital de campaña francés que se habilitó por Dupónt en el Convento de los Carmelitas, donde estaban ingresados los franceses de ese destacamento, que habían llegado a Manzanares enfermos o heridos; aproximadamente 80 soldados, acompañados de unos 30 soldados de reten para custodiarlos, era observado por el vecindario como un guetto indeseado, con una mezcla de recelo, desdén y odio, justificada por lo que habían hecho sus compatriotas, pero totalmente contraria a la bonhomía de estirpe que siempre caracterizó a nuestra gente... 

Día a día -continua D. Cosme- tras el paso de las tropas, la rabia de los vecinos por el expolio sufrido, y la prepotencia humillante de los franceses hacia ellos, fue incrementando la animadversión y la protesta, con cuchicheos malsonantes o insultos, a cualquiera de los soldados franceses que se adentrase hacia el pueblo, desde la Plaza del castillo. En esas estaba Manzanares, y sus gentes, cuando se supo de la llegada de una compañía de caballería francesa, con 600 hombres, al mando del general Liger Belair, que se dirigía a ayudar a Dupónt en las batallas de Andalucía, donde, este último general, pasaba por graves dificultades. A pesar de la magnitud de este contingente militar, cuando entraron en Manzanares, el día 5 de Junio de 1808, la ira de la gente de la villa, ya incontenible, se hizo evidente a la llegada de estas tropas, que fueron hostigadas con insultos e improperios a su paso por la Plaza, y desde los balcones de las casas... Afortunadamente, no hubo altercados físicos de trascendencia, pero las citadas tropas estuvieron patrullando el pueblo a caballo, toda la tarde y la noche de ese día 5 de junio de 1808, proclamando un toque de queda, por el que se instaba a todos los vecinos a que cesasen sus protestas y permanecieran en sus casas. Este ambiente que le describo, querido plumilla, sigue D. Cosme, sabemos que fue más o menos así, porque quedó plasmado y descrito por nuestro clero local en el Manuscrito de la Merced de la siguiente manera, en este texto entresacado del mismo: "...la fermentación se aumentó en los días adelante, de tal forma, que el cinco de junio se vió precisado el General Liger-Belair, que llegó a esta villa con seiscientos caballos, a patrullar el día y la noche, no creyéndose seguros y notando el descontento del vecindario. Se sabía de la resistencia de Andalucía, y sin embargo de haber quedado guarnición francesa, un hospital militar en el Convento de Carmelitas Descalzos, y cruzar continuamente por Manzanares tropas enemigas, se esparcieron papeles de Valencia y Murcia pertenecientes al levantamiento general de la Nación, y a pesar de la diferencia de circunstancias y de situación, los unos libres, y esta villa oprimida por tantas fuerzas, no querían ser menos atrevidos y resueltos sus vecinos. En la noche del cinco al seis hubo algunos que pasaron acometer a la caballería de Liger-Belair, y conmover toda la provincia; pero dando lugar a la reflexión, dejaron para otro día sus pensamientos...."..... Las cosas pintaban tan mal en Manzanares para las tropas de Liger Belair, continua D. Cosme, que casi resultó un alivio para ellos ver llegar a la villa, campo a través, al pequeño número de soldados galos que habían escapado del motín de Santa Cruz de Mudela,.. a los que, como sabemos del anterior relato, les había sido impedida su entrada a Valdepeñas, pues eso motivó la orden que les dío el mando, en la madrugada del día 6 de junio, de partir hacia Valdepeñas, para sofocar la rebelión de esa villa y la de Santa Cruz de Mudela....

General Liger Belair.
Manzanares vio salir, entonces, a toda la compañía de Liger Belair, y lo que habría de suceder en las horas siguientes, sigue D. Cosme, consecuencia de los sangrientos enfrentamientos que esa tropa tuvo con los valdepeñeros, desencadenó enseguida los acontecimientos posteriores en nuestra villa, la misma mañana del día 6 de Junio, produciéndose uno de los más trágicos sucesos vividos por Manzanares en la guerra de la independencia, el asalto de la muchedumbre exaltada al hospital militar francés... Pero eso, ese episodio, tiene suficiente enjundia para ser tratado en otra crónica, por lo que le sugiero, querido reportero, concluya aquí está, que fue de bastante para contar la exaltación creciente de la villa de Manzanares, en esos días de ira, que explicarían muy bien lo que ocurrió ese trágico 6 de Junio de 1808, en la patriótica villa de Manzanares de la Mancha.



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