¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 1 de enero de 2020

239). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UNA SEMANA DECISIVA:...Y LIBERADOS DIEZ DïAS.


Ya hemos anunciado en la anterior crónica, inicia así D. Cosme esta, que el día 14 de junio de 1808, las tropas francesas de Liger Belair y Roize, abandonaron Manzanares con destino a Madridejos, tras haberse asegurado un mínimo de tranquilidad en las villas manchegas que habrían de atravesar. 

Ciertamente, Manzanares, fue una villa clave en la semana previa a ese día 14 de junio. La intermediación de nuestra Junta local de Gobierno, entre los antes citados generales franceses, las diferentes villas en rebelión, y el intendente general de la provincia de La Mancha, D. Juan de Módenes, resultó decisiva, particularmente por la actuación de nuestro alcalde mayor Juan Josef Miret, con el intendente Módenes y, sobre todo, la del párroco Frey Sotomayor, por su gran capacidad persuasiva ante los generales franceses y ante los mandatarios y jerarquías eclesiales de las villas de la región. 
Tanto en las cartas de Liger Belair, como en las respuestas de las villas, aceptando el perdón y sus condiciones, se ve el estilo e influencia de Sotomayor, cuya figura se erigía como un líder de Manzanares, pero también como una persona muy influyente en toda la zona. A nadie se le escapaba, y usted que es bien avispado pensará lo mismo, sigue D. Cosme, que los generales franceses se prestaron a estos pactos, conscientes de sus exiguas fuerzas, más que por un arrebato de súbita generosidad, exclama, jocoso, D. Cosme….pero nadie tan perspicaz como Sotomayor para advertir ese estado de ánimo de los dos generales franceses, ni tampoco nadie tan habilidoso como él para utilizarlo en benefició de las gentes de nuestro pueblo y, por añadidura, de las villas implicadas en la rebelión manchega…
Y en el caso de General Liger Belair, máximo responsable de la tropa francesa, -comenta, convencido, D. Cosme- fue muy notorio que Sotomayor, en esa segunda semana decisiva de junio de 1808, en que ambos tuvieron largas conversaciones diarias, no solo se estableció una confianza progresiva entre ellos, algo en lo que Sotomayor era especialmente hábil, es que nuestro párroco logró algo mucho más importante y trascendente para Manzanares y sus gentes.. a través del asentimiento de Liger Belair a su arte discursivo, obtuvo el acuerdo casi absoluto a sus planteamientos estratégicos y, todavía mas, el "quid pro cuo", que solo otorga la confianza personal, del "hoy por mi y mañana por ti", que Sotomayor introducía continuamente en su discurso a Liger Belair, en el que mostraba, sin ambages, las "debilidades momentaneas" de los franceses y de Manzanares que hacían conveniente el pacto, apostillando, además, nuestro párroco que, justo eso, el pacto compasivo de no agresión mutua, era lo que pedía la actitud cristiana y su responsabilidad como Pastor de Manzanares... 

General Leger Belair.
Ese compromiso mental profundo no escrito, entre Sotomayor y Liger Belair, sería decisivo y protector para Manzanares y sus gentes, a lo largo de toda la guerra de la independencia, que no había hecho más que empezar, tal como tendremos ocasión de ver en distintos episodios posteriores de la historia de Manzanares en esa terrible contienda, y pocas dudas hay que fue la más importante aportación de Sotomayor (entre las muchas que tuvo), a la gente de nuestro pueblo. También hay que reconocerle a Liger Belair que, en todo momento, en espisodios posteriores, mantuvo su palabra de intentar evitar represalias de tropas francesas en Manzanares y en las otras villas rebeladas en los días previos, y ese ambiente protector, “nacido” en aquella semana, explica mucho de lo que sucedió en ese gran encuentro histórico que propició Frey Sotomayor, entre Nuestro Padre Jesús del Perdón y el General Sebastiani, unos meses después…pero eso será motivo de otras crónicas que están por llegar…
De momento, sigue D. Cosme, en aquellos días, poco le importaba a D. Pedro, que alguien le tildase de colaboracionista o “afrancesado” por sus continuos contactos con los generales franceses, pues, él, desde sus principios cristianos y morales, veló, en estos tiempos de guerra, y antes que nada, por la integridad y seguridad vital de las personas. Todas y cada una de sus actuaciones en la guerra, como iremos viendo, se atuvieron siempre a esa premisa…el condicionante moral del “mal menor” lo tenía nuestro párroco tan bien integrado en su conceptualización cristiana de la vida, que si para salvaguardar vidas humanas, había que aparentar complicidad, su decisión al respecto era clara…es más, propiciaba el ganarse la confianza de los generales franceses, aun estando en contra de sus pretensiones y a sabiendas propias que, en cierta forma, les engañaba con sus artes seductoras. Para nada sentía disconfort moral alguno D. Pedro en sus estrategias, comenta D. Cosme… su inteligencia natural, sus firmes principios morales y la perfecta evaluación critica de las situaciones que afrontó durante toda su vida, le facultaban, especialmente, para mostrarse seguro y determinado en cualquier decisión que tomaba y, en base y fundamento de sus sólidos principios cristianos, con plena conciencia de estar eligiendo la mejor respuesta de entre las posibles; pero, apostilla D. Cosme, veremos en próximos relatos, que Sotomayor, siempre desde su perspectiva de pastor de almas, dio inequívocas muestras de su patriotismo, si hubo ocasión de hacerlo o fue menester ejemplificarlo.
Y, precisamente, por la debilidad en que se sentían las tropas francesas de Roize y de Liger Belair, a pesar de contar con unos 600 soldados de infantería, dos escuadrones de dragones y unos 500 soldados de caballería, (pero en su mayoría estaban en precarias condiciones de combate, tenían pocos fusiles y solo unos 600 cartuchos).. y aún a sabiendas de los buenos oficios de Sotomayor con ellos, y la confianza que les ofrecía nuestro párroco y su compromiso de contención de la gente manzagata, en los días que estuvieron en Manzanares no dejaron de advertir la clara animosidad de los aldeanos hacia su causa, algo que, también, nuestro clero local dejó escrito en el "Manuscrito de la Merced" de la siguiente manera "... su quietud (Manzanares) era siempre peligrosa, y dudosa la tregua"... 
Aparte, les llegaron noticias que mucha gente de los pueblos se estaba armando peligrosamente, y por si no fuese bastante todo esto para el ánimo de los franceses, durante esos días en Manzanares, no se sabe si en respuesta a alguna notificación de Liger Belair; de manera espontanea; o, más probablemente, a instancias de Miret o Sotomayor…el intendente general de la Mancha, D. Juan de Módenes, remitió a los generales franceses en nuestra villa, una misiva, en la que, sea o no así, se vuelve a apreciar el sutil estilo de Sotomayor, que contagiaba ya a todo el que escribía algo en aquellos días...D. Juan de Módenes, de una parte, en los primeros párrafos de su carta, accede a las peticiones de los generales acerca de la intendencia y necesidades de las tropas y los soldados heridos de su comitiva, autorizándoles a recoger caudales de la Real Hacienda en los pueblos que transitarían, demandándoles, a cambio, que salieran con sus tropas lo antes posible de la provincia de La Mancha, En su escrito, Módenes, le dice a Liger Belair, a ese último respecto, lo siguiente: "Estoy condolido por los últimos sucesos, V.E. inferirá cual será de sus resultas la conmoción de todos los pueblos de esta Provincia; por tanto espero se sirva determinar con la posible brevedad su salida de ella, medio único de conseguir la tranquilidad, a cuyo efecto devemos dirigir mutuamente todos nuestros esfuerzos".

Escenas de la Guerra de la Independencia.
De manera educada, pero taxativa, Módenes les invita a marcharse de Manzanares cuanto antes, algo que estaba también muy en el deseo de Miret y Sotomayor, por lo que no sería nada extraño que, en efecto, la carta de Juan de Módenes, hubiera sido instada, o tuviese el beneplácito, de nuestra Junta Local de Gobierno, que, al fin y al cabo, era la que mejor podía informarle del estado real de las cosas. De esta guisa la cuestión, en cuanto los dos generales franceses percibieron un mínimo de seguridad para ellos y sus tropas, a efectos de su marcha hacia el norte, por el Camino Real de Andalucía, muy conscientes del ambiente hostil que se vivía en la región manchega, decidieron abandonar Manzanares, con destino a Madridejos, a las cuatro de la madrugada del martes, 14 de junio de 1808. Esto que le acabo de contar, quedó también escrito por nuestro clero local en el muchas veces ya citado “Manuscrito de la Merced”, de esta manera: "No permaneció en esta villa sino hasta el día catorce de junio. Su quietud (Manzanares) era siempre peligrosa, y dudosa la tregua; por lo mismo retrocedió a Madridejos"
A su marcha de Manzanares, Liger Belair, Roize y sus tropas, llevaron también a todos los enfermos y heridos que podían viajar, dejando en nuestra villa a 33 heridos, cuya salud les impedía desplazarse. Fue significativo que Liger Belair, ordenó que estos soldados quedasen a cargo del clero local, incluso acogidos en sus viviendas, mostrando, con ello, el grado de confianza que había adquirido con Sotomayor, a la vez que responsabilizaba al alcalde Miret, de cualquier agresión que pudiesen sufrir...
Y así fue. querido plumilla, que Manzanares quedó libre de invasores, aquel día 14 de junio de 1808, ese interregno duraría poco, pero la sensación de libertad se notó enseguida, el pueblo retomó todas sus actividades cotidianas de vida social, laboral y eclesial en los días siguientes, y hasta se celebró una boda, entre D. Pedro Alcarazo y Dª Micaela Diaz-Peñalver, el día 16 de junio.. Pero, como va dicho, esto duraría poco, mi querido reportero,… estábamos en guerra, y en el centro del camino de Andalucía, además de ser Manzanares, algo muy importante, incluso para los franceses, dice jocoso D. Cosme… pero de esos episodios próximos, hemos de dar cuenta en otras crónicas, que ésta ya cumplió con lo pretendido en ella….

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