¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

jueves, 28 de mayo de 2020

257). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. “DUROS DE ROER”.


Así parece que era, mi querido reportero, me dice D. Cosme… Manzanares, acreditaba muy bien el aserto que figura en el encabezamiento que me permito sugerirle para la crónica, estábamos resultando "duros de roer" para el ejército imperial napoleónico, y lo íbamos a seguir siendo, como habremos de ver muy pronto…

De hecho, retirados los franceses de Victor hacia el Tajo, una vez que no se atrevieron a entrar en nuestra villa, a primeros de aquel febrero de 1809... el decidido e intrépido coronel Freire, jefe de las fuerzas españolas que estaban acantonadas en Manzanares, avanzó al norte del pueblo, por el camino de Andalucía, hasta llegar al Cigüela y, enseguida, asentar contingentes de tropas en Villarta, Herencia, Alcazar de San Juan, la Venta del Puerto y Madridejos, aunque, de este último, se retiraron, tras un contraataque francés desde Tembleque.. Manzanares, por consiguiente, continua D. Cosme, volvía a quedar en segunda línea del frente, por lo que retornaba a la villa una cierta normalidad, los labradores volvieron a los campos, y la vida social y eclesial, dentro de la villa, también reinició de nuevo sus rutinas de trajineo administrativo, comercial y ceremonial.... 

Bien es cierto, que todo dentro de una tregua bastante tensa, por las continuas idas y venidas de militares del ejército español, que transitaban, de arriba-abajo y de abajo-arriba, el Camino de Andalucía, augurando posibles problemas. La tensión que se “mascaba” en el ambiente, sigue D. Cosme, venía dada, en parte, de lo observado por los vecinos en nuestro ejército, a lo largo de la segunda mitad de febrero de 1809...y es que, la Junta Central Suprema Gubernativa, había decidido, a principios de febrero, que se fusionaran las tropas del ejército Centro del Duque del Infantado, con las del llamado ejército de Sierra Morena del Marqués de Palacio, constituyéndose un solo cuerpo de ejército, que pasó a llamarse "Ejército de La Mancha". En total, esto supuso contar con 20.000 hombres, cuya primera división de vanguardia, contaba con 9000 hombres, 2000 caballos y 10 cañones, y quedó al mando del Duque de Alburquerque. Ciertamente, como estrategia militar, parecía acertada esta fusión en una sola tropa, si se quería combatir, con más probabilidades de éxito, contra la potencialidad de la tropa imperial napoleónica, que también, en la zona del Tajo, reunificaba sus efectivos…. 

Sin embargo, continua D. Cosme, los cambios de mandos militares que esta reunificación conllevó en el nuevo Ejercito de la Mancha, no fue nada bien acogida entre la soldadesca y la gente de los pueblos donde estaban ubicadas las diferentes tropas. El mando del nuevo Ejercito de la Mancha se otorgó al General D. José Urbina, Conde de Cartoajal quien no tenía, precisamente, fama de valiente, sino más bien todo lo contrario, y nadie en La Mancha entendió que el Marques del Palacio no continuase al frente del nuevo ejército. Algo parecido, sigue D. Cosme, ocurrió en Manzanares, donde se retiró del mando al coronel Freire (adorado en el pueblo), por otro coronel, llamado Albento, a quien los propios soldados de nuestro contingente consideraban muy inferior a su predecesor, Y, más o menos, la misma percepción se tuvo en Ciudad Real, tras la sustitución del coronel Lacy y el nombramiento del General Abadía como Jefe del Estado Mayor de la Capital..El disgusto por estos cambios fue tan generalizado que motivó varios escritos anónimos de queja, remitidos a la Junta Central. Y, en relación a lo que le digo, sigue, le sugiero integre usted, en el texto de su crónica, dos de estos anónimos, uno que se remitió desde Manzanares.. y, otro muy contundente, donde la tropa estaba muy mosqueada….Y le pido los incluya, porque al menos uno de ellos, como le he dicho ya se redactó en Manzanares…que para algo es mi pueblo, y el protagonista principal y mayor de todos estos relatos, remata, sonriente, jocoso y enfático, D.Cosme...El escrito con remite de Manzanares, seguramente redactado por un militar de nuestro contingente de tropas, a la vista del contenido y estilo del texto, decía lo siguiente:



“el exército de Manzanares valía ayer al mando de Freire pot tres, según la confianza en el valor y pericia de dicho Freire y toda la ha perdido en el momento en que tomó el mando Albento a quien conocen generalmente por “collon” e ignorante y asi no extrañe la Junta se dispersen los honrados defensores de la Patria y de ello la Junta tiene la culpa, haciendo oficiales a paisanos y niños de teta…la Junta será responsable a Dios y a la Patria si no oye la voz del vulgo que hasta hoy ha sabido más que todas las Juntas…el soldado prodiga su sangre cunado tiene confianza en el jefe y de ayer a hoy todos la hemos perdido en este exercito…
Todavía más contundente, y muy comentado en la Junta, fue el otro anónimo:
“……Lo ocurrido en La Mancha ahora es lo más escandaloso que ha sucedido desde que estamos con las armas en la mano.. El general Urbina es conocido muchos tiempos por un cobarde; Moreno, Abadía y Perelló son absolutamente inútiles intrigantes… Los generales no, por haber llegado a ese grado deben mandar división, y los coroneles Lacy y Freire pueden y deben mandar cada uno una división….”


No había mucho contento, ni mucho menos, entre la tropa, continua D. Cosme, lo que no auguraba nada bueno para el futuro…y, lamentablemente, el tiempo daría la razón a esos escritos anónimos, sobre algunos militares citados en ellos, como Urbina y Abadía. Con todo y con eso, y a pesar de todo eso, dice D. Cosme, Manzanares seguía siendo mucho Manzanares para los franceses…y, enseguida, lo comprobaremos una vez más.

Mientras tanto, como ya sabemos, continua D. Cosme, el enemigo galo, que se había retirado a la vera del rio Tajo, también procedió a reordenar sus tropas, en los primeros días de febrero de 1809. Entre sus ideas, se establecía la puesta en marcha de un plan general de ataque al sur peninsular, con el objetivo de ganar Sevilla, pero tomando la ruta de Extremadura, conquistando Mérida y, desde allí, lanzarse a por Sevilla... Esta nueva estrategia, se “vendía” por el mando francés a Napoleón, que se encontraba en Francia, como un engaño al nuevo ejército español de La Mancha, al que así podrían sorprender por su retaguardia En realidad, muchos pensamos, y yo entre ellos, dice con orgullo de lo propio D. Cosme, que el mariscal Victor, y sus generales, estaban hartos de Manzanares y de su resistencia;… eramos muy “duros de roer”, y mejor tomar otros rumbos y caminos antes que volver por aquí!!…. 

Pero, Victor, pensando que Napoleón, en Francia, daría visto bueno definitivo al plan, y no tendría muy presente al pequeño detalle orográfico de la villa de Manzanares de La Mancha, no tuvo en cuenta que el Emperador seguía teniéndonos “entre ceja y ceja” y, seguramente, desde Paris, llegaron hasta Toledo sus gritos de ira, al enterarse que Manzanares todavía no estaba bajo el dominio de su ejército…Por eso, aun aprobando el nuevo Plan para ganar Sevilla y toda la Andalucía, sigue D. Cosme su diserto, a fecha 7 de Febrero de 1809, Napoleón dio al mariscal Victor, de su puño y letra, la categórica y contundente orden, que sigue:
“Antes de emprender su camino a Extremadura, debe marchar sobre Manzanares y limpiar enteramente la planicie manchega hasta el pie de Sierra Morena”.



Asi pues, mi querido cronista, sigue diciéndome D. Cosme, Napoleón, lejos de olvidarse de nosotros, en la lejanía de Francia, nos volvía a poner “a los pies de los caballos”, en este caso de los de su ejército francés…aunque, sigue con cierta sorna y pícara sonrisa D. Cosme, eso es lo que el Emperador quería... pero no necesariamente lo que sucedería. Aun así, una vez más, y esta ya era la cuarta, la suerte estaba echada para Manzanares.

Dándose por enterado, el mariscal Victor, escribió una nota en Orgaz, el día 13 de Febrero de 1809, en la que notificaba al Rey intruso, Jose I, que para llevar a cabo la orden de su hermano, y Emperador, Napoleón Bonaparte, estaban ya dispuestos cuatro regimientos de Dragones de nuestro viejo conocido, el general Latour Maubourg y una división adicional del general Milhaud, con lo cual estimaba que el camino desde el Tajo a Manzanares sería recorrido sin grandes problemas…aunque, quizá curándose en salud, por el conocimiento que había adquirido de nuestro pueblo, advertía al rey intruso que en Manzanares existía un fuerte cuerpo del ejército español de La Mancha, al mando directo del Duque de Alburquerque, cuya vanguardia estaba en Madridejos.

Con todo así dispuesto, el 21 de Febrero, las cinco divisiones de Dragones salieron de Toledo rumbo a Manzanares, pernoctaron en Mora y al día siguiente alcanzaron Consuegra, sorprendiendo, por su retaguardia, a la tropa avanzada del Duque de Alburquerque, a la que ocasionaron numerosos muertos y prisioneros, aunque los mandos españoles lograron mantener una cierta unidad en el remanente de soldados, a los que reordenaron en Villarrubía de los Ojos, como avanzadilla de Ciudad Real y en Villarta de San Juan, como punta de lanza de Manzanares. Amaneció el 23 de Febrero, y la caballería francesa envió reconocimientos, que no encontraron impedimentos en su camino, hasta que llegaron a Fuente del Fresno, Villarrubia de los Ojos, Herencia, Villafranca de los Caballeros, Alcazar de San Juan y Villarta de San Juan… 

Al llegar a este último pueblo, antesala natural del inmenso llano que conduce a Manzanares, tal como les ocurrió días antes con el coronel Freire, se toparon con la sorpresa… que, a estas alturas, los franceses no debían haber tenido, de encontrarse de nuevo en dificultades con nuestra gente…El puente romano de Villarta había sido cortado, imposibilitando el paso de la caballería francesa, que pudo advertir también que intentar salvar el río Cigüela por las bravas, que traía bastante agua, resultaría, en ese momento, más que complicado para los caballos…Además, comprobar que, a la salida del puente, esperaba una considerable tropa, llegada de Manzanares para seguir impidiéndoles el paso, les hizo desistir en continuar su avance y se replegaron a sus bases del Tajo, con lo que el cuarto intento de tomar Manzanares en el corto intervalo de dos meses volvió a terminar como los tres previos, en clamoroso fracaso.

Así que, mi querido plumilla, concluye D. Cosme, orgulloso… es tiempo y hora de dar por concluida esta nueva crónica, que volvió a refrendar y engrandecer la historia y la leyenda de la insigne villa de Manzanares de La Mancha, a la que, los acontecimientos sucesivos, no solo justificaban su reconocimiento como Fidelísima villa, es que la acreditaban para recibir otro más, que no existía, pero que yo voy a darle, porque me parece oportuno y nadie me lo discutirá…el de “villa inexpugnable”.

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