¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 30 de mayo de 2020

259). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: FRANCIA RODEA AL PUEBLO

Doy ese título a la crónica, querido reportero, porque explica bien lo que le voy a contar en ella, y sus consecuencias para Manzanares, me dice D. Cosme, enigmático -y sigue-.. iba a comenzar otro ciclo en la historia de Manzanares en la guerra de independencia... y será pródigo en sucederes, hechos legendarios y momentos trágicos, que enriquecerán aún más, como veremos en sucesivas crónicas, la grandísima historia de este pueblo.
En tiempos de final de febrero de 1809, Manzanares seguía libre, tras el cuarto intento fallido de tomarlo por parte de las tropas galas, pero el incesante tránsito de soldados españoles por la villa, dejaba una aroma de guerra flotando en el ambiente. En aquel momento, Manzanares tenía un hospital de sangre, donde ingresaban militares heridos, provenientes de pueblos y lugares próximos, que dejaban su rastro documental, cuando fallecían, en los registros parroquiales, como Juan Sabaté, de Lérida, Francisco de Paula Vargas, de Plasencia o Leandro López de Guadix, por citar solo algunos de los finados. En los edictos municipales, aun se utilizaba en sus encabezados el título de Fidelísima villa, después de Manzanares.. pero, la Junta Local convino, ya entrado marzo, que era más prudente retirarlo de los membretes, por si las cosas se tornaban difíciles...y, sigue, D. Cosme, Manzanares, tenía motivos para la incertidumbre. 

En solo tres semanas la situación de las tropas del ejército manchego, acantonadas en la villa, había cambiado como de la noche al día...por un lado, habían disminuido mucho en número y, aún más, en moral de victoria, sobre todo, desde que el aguerrido coronel Freire, idolatrado por sus soldados y por todo el pueblo, fue sustituido en una incomprensible decisión por otro coronel, llamado Albento, de mala fama previa, lo que motivó, como vimos en una anterior entrega, protestas escritas de los soldados instalados en Manzanares a la máxima autoridad sevillana de la Junta Central de Gobierno. Lo vivido en Manzanares, continua D. Cosme, estaba inmerso en una remoción general de tropas y mandos que resultaría funesto para los intereses de La Mancha y de sus gentes, como veremos pronto,.. Algo similar ocurrió en Ciudad Real, con el inesperado cese del prestigioso coronel Lacy... y el nombramiento del general José Urbina, conde de Cartaojal, como Jefe del recientemente creado Ejercito de la Mancha, un hombre al que se consideraba entre los propios compañeros, como poco capacitado para ese puesto, al igual que ocurría, en esa valoración castrense, con el general Francisco Abadía, nombrado Jefe del Alto Estado Mayor. A esto hay que añadir que el día 22 de febrero, en Ciudad Real, el Jefe máximo de la tropa española operativa en la Mancha, Duque de Alburquerque, discutió agriamente con el Conde de Cartaojal, y decidió marchar con su cuerpo de ejército a reforzar el frente de Extremadura, dejando a su suerte al incompetente general Urbina y a su segundo; Abadía, al frente de una muy menguada tropa de unos 16.000 hombres, para defender la vasta y amplia región manchega... Al ínclito Abadía, para terminar de complicar las cosas, no se le ocurrió mejor idea, comenta D. Cosme, que debilitar su exigua tropa, desplegándola a la vera del Guadiana y del Cigüela, en un espacio muy amplio, entre Ciudad Real y Manzanares, repartiendo efectivos en los dos pueblos, y entre ambos lugares, y destacando, también, contingentes de soldados en diversos pueblos de la provincia, como: Daimiel, Almagro, Torralba y Valdepeñas, de tal modo que, en cada lugar, solo existía una muy pequeña guarnición de efectivos, claramente insuficiente para aguantar el mínimo embate del reorganizado ejército francés del Tajo...Sebastiani, militar avezado, debió quedar perplejo e incrédulo de esta disposición de la tropa enemiga, al ser informado por alguno de los múltiples espías que uno y otro bando tenían infiltrados en aquel tiempo. De hecho, dudó de la veracidad de esos informes, pero, cuando pudo confirmarlos, debió esbozar una sonrisa ganadora, y fue cuando se lanzó hacia el sur, comprobando esa falta de resistencia, hasta que, como sabemos de una crónica anterior, se encontró cortado el puente de Villarta de San Juan, con el Cigüela crecido, y sin posibilidad para la caballería de vadearlo por las aguas... 
Río Cigüela.
Sebastiani, con los antecedentes previos en su cabeza, al observar la tropa del ejército manchego que le aguardaba tras el puente, y sabedor también de la imponente muralla defensiva que se encontraría al llegar a nuestra villa, no quiso entretenerse en arreglar el puente, lo que le obligó a retroceder, y le impidió llegar a Manzanares en aquel final de febrero de 1809... Sebastiani, entonces, utilizó las dos primeras semanas de Marzo para evaluar las posibilidades más rápidas y seguras de tomar Manzanares y alcanzar la Sierra Morena... No lo sabemos, sigue D. Cosme, pero es casi seguro que Sebastianí habló bastante de Manzanares con Liger Belair en ese tiempo y, quizá, de esas conversaciones surgió la nueva idea de abordar la toma de Manzanares. Yo, sigue D. Cosme, me barrunto que fue así, por como se desarrollaron los acontecimientos enseguida…. Cuando, seguramente, Sebastiani ya tenía todo dispuesto para el golpe definitivo, de nuevo el conde de Cartaojal tuvo otra muy desafortunada ocurrencia, dada la debilidad de su anchísima línea de vanguardia… el 21 de Marzo, el conde envió una columna de sus tropas hacia Toledo, lo que precipitó la réplica inmediata de Sebastiani, que, por medio de la división del general Valance, tomó Consuegra, en tanto que Sebastianí hacía lo propio con Madridejos, casi sin encontrar resistencia. Cartaojal, por su parte, en su trayecto hacia Toledo, solo pudo llegar hasta Los Yébenes, pero hubo de retirarse cuando advirtió la llegada de Milhaud con sus Dragones, que persiguieron en su retirada a las tropas de Cartaojal, y asi llegaron de nuevo los galos a Urga y Villarta de San Juan... Sebastiani encontró todavía cortado el puente romano del rio Cigüela, que da salida a la vasta y larga llanura que conduce a Manzanares...

El río seguía bajando algo crecido, lo que impedía el paso a su través de la caballería francesa, y Sebastiani, dice D. Cosme, no quiso entretenerse en arreglar el puente, porque intuia que llevaría mucho tiempo, y no quería correr el riesgo de ser otro nuevo damnificado de Napoleón, que, sin duda, esperaba noticias de la toma de Manzanares y de la Sierra Morena...De modo y manera que, Sebastiani, posiblemente influido por Liger Belair, que conocía muy bien nuestro pueblo y sus aledaños, decidió, en ese momento, dar un rodeo, salir de la ruta natural del Camino de Andalucía, y alcanzar la Sierra Morena, cruzando el Guadiana por el puente de Alarcos, en Ciudad Real... Sebastiani, astuto y estratega, podía justificar ese cambio de rumbo, puesto que era el que seguía en retirada, y por delante de él, buena parte del ejército manchego. Por tanto, sigue D. Cosme, en base a esa persecución, explicó el cambio del rumbo en su parte de aquel día, indicando que daba orden a Milhaud para avanzar en la nueva dirección. Este último, sigue diciéndome D. Cosme, cumpliendo la orden, avanzó sus tropas con gran rapidez, tomo Malagón y Fernán Caballero, para acabar el día pernoctando en la orilla del Guadiana, a la altura del puente de Peralvillo..A la mañana del día siguiente, 27 de marzo, lunes de Semana Santa, Sebastiani doblegó la resistencia española tras un breve tiroteo, y cruzó por fin el rio Guadiana por aquel puente;... la suerte de Ciudad Real estaba echada, y Sebastiani entró en la capital sin resistencia, con Cartaojal huyendo hacia el Moral de Calatrava. Enterado de eso, prosigue D. Cosme, Sebastiani, no se detuvo en la desguarnecida Ciudad Real, donde dejó un contingente de su tropa, y continuó la persecución de Cartaojal,... 
General Horace Sebastiani.

Así, llegó a Almagro, hizo noche y, al alba, continuó raudo por la llanura, y se plantó en Santa Cruz de Mudela, donde arrolló, literalmente, a las tropas de reserva del general Lapeña... Con la Sierra Morena a sus pies, y tras estar tentado a introducirse en ella. Sebastiani, hombre prudente, decidió permanecer en Santa Cruz, ya que las ordenes que tenía de Napoleón no eran todavía las de entrar en Andalucia. Ya era bastante, Sebastiani había conseguido una autentica proeza, en solo una semana… desde Toledo, se había plantado a los pies de Sierra Morena, logrando uno de los dos objetivos que le había marcado Napoleón....pero le quedaba uno, tomar nuestro gran pueblo, Manzanares de la Mancha. Y, si, tal como reza el enunciado, sigue D. Cosme, Manzanares había quedado rodeado por Francia...Hasta ahora, casi siempre nos llegaban por el norte, pero, en este momento, los teníamos al sur, en un lugar inesperado y carente de fortificaciones en nuestras calles sureñas, como las que habían hecho inexpugnable el norte de Manzanares. Además, en la tropa francesa estaba Liger Belair, que conocía perfectamente esas entradas meridionales. No le quepa duda, me sigue diciendo D. Cosme, que esta nueva estrategia de tomar nuestro pueblo, estaba más que comentada en los días previos, entre Sebastiani y Liger Belair, y no es descabellado pensar lo que le voy a contar, como hipótesis personal, al final de este relato...

Está claro que ese lunes de Semana Santa, y el día siguiente, martes, nuestro Pastor, Frey Sotomayor, conectado establemente con Almagro y Ciudad Real, a través de la Orden Calatrava, de la que era máximo dirigente, recibió noticias de la toma de ambas ciudades por los franceses...y a lo mejor, también, y esto entra dentro de esas hipótesis lógicas que a mí me gustan, cuando se carece de escritos que ratifiquen una historia concreta,… y, sigue D. Cosme, a mí me parece bastante probable, por la sucesión de acontecimientos que hemos de conocer, que alguien del entorno de Sebastiani, quiza el mismo Liger Belair, dejase "caer", a otro alguien significado de la Orden Calatrava, bien en Ciudad Real, o bien en Almagro, que él, Liger Belair, se encontraba entre la tropa francesa, y que le enviaba un mensaje conciliador y de pacto de no agresión, en la línea del que nueve meses antes habían concertado D. Pedro y el propio Liger Belair. Es muy posible que Liger Belair, sabedor del talante de Sotomayor, de su inteligencia, y de lo cumplidor que había sido con el pacto anterior, no solo no tuviese muchas dudas en replantearle ahora uno nuevo, es que estaba casi seguro que lo aceptaría, porque si en el pacto de nueve meses antes, la situación era muy complicada para ambas partes, en esta ocasión, Manzanares, desguarnecido de milicias propias, se encontraba rodeado por un potentísimo ejército, lleno de moral, e irritado contra nuestra gente, pues, para ellos, ese osado villorrio llamado Manzanares, se había mostrado irreductible en cuatro ataques anteriores de la caballería de Dragones. 

Ese mensaje, posiblemente añadió algo que era cierto; era costumbre en batallas difíciles, y la de Manzanares lo estaba siendo, buscar algo que enardeciera a los combatientes... y muchos oficiales franceses motivaron a sus tropas con el recuerdo del asalto al hospital de sangre francés, reclamando venganza para sus compatriotas contra la gente de nuestro pueblo. Liger Belair, casi seguro, de ser cierta esta hipótesis, debió garantizar a Sotomayor que su palabra no se rompería nunca y, posiblemente, dejo en manos de nuestro Pastor la escenificación del nuevo pacto, para el momento de la inminente llegada de los franceses a Manzanares.. De hecho, el mismo martes santo, 28 de Marzo de 1809, el general Sebastiani, ordenó en Santa Cruz de Mudela, a varias de sus unidades, la toma de las villas ciudarrealeñas, que habían quedado por encima, todavía bajo mando español, concretamente, Viso del Marques, Almuradiel, Valdepeñas, Manzanares y Villarta.

En Manzanares, Frey Sotomayor, hombre inteligentísimo, a la par que defensor a ultranza de la integridad de sus feligreses por encima de cualquier otra consideración, no tuvo que reflexionar demasiado, a la vista de la desproporción de fuerzas y de la debilidad de nuestro flanco sur, para pergeñar una idea, que se concretaría primero en una leyenda histórica, y años después en un nuevo patronazgo para Manzanares..
Es momento ya, querido cronista, de dar fin al relato, dejando en suerte y preludio de la siguiente, lo antes referido...quizá el hecho más legendario, histórico y simbólico, de los que hubieron lugar en el siglo decimonónico, en la insigne y nunca bien reconocida villa de Manzanares de la Mancha.----

258). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DOS GENERALES Y UN CURA

El título que le quiero dar a la crónica, querido plumilla, comenta D. Cosme para iniciar su relato, quedará bien explicado en su contenido, aunque le adelantaré que los dos generales eran franceses: Louis Michel Liger Belair y Horacio Sebastiani; y que el cura era español, y muy nuestro, aunque naciese en Lucena, Frey D. Pedro Sotomayor. Ellos tres, sigue D. Cosme, iban a representar, en el inmediato tiempo que estaba por venir, un triangulo de diferentes intereses, unos personales y otros de sus respectivos pueblos, que a la postre, resultaría decisivo en acontecimientos históricos en la ya larga y brillante historia de nuestro pueblo; entonces, villa, de Manzanares de La Mancha.

Liger Belair, sigue D. Cosme, ya es un viejo conocido de estos relatos, por lo que sus lectores pueden releer sus peripecias previas en Manzanares. Le recordaré en resumen, y para el interés y entendimiento de lo que iré relatándole que, en la semana decisiva que siguió al trágico asalto del 6 de Junio de 1808 al hospital francés de sangre, en el convento de los Carmelitas de Manzanares, donde fueron brutalmente asesinados una docena de militares galos, por una masa humana de paisanos manchegos enfebrecidos, en respuesta a la masacre que tenía lugar en el vecino de Valdepeñas... Horas después del suceso, prosigue D. Cosme, el General Liger Belair llegó a Manzanares, al alba del 7 de junio de 1808, tras dar por concluida la batalla de Valdepeñas, donde él dirigía las tropas francesas. En nuestro pueblo se encontró con el resultado trágico del asalto al hospital de sangre, y cuando nuestros paisanos se temían la peor de las venganzas, se produjo el efecto milagroso de la intervención de ese preclaro y decisivo Pastor que tuvo Manzanares, nuestro cura párroco de entonces, Frey Sotomayor, quien desde que llegó Liger Belair a Manzanares, y durante la semana siguiente, tuvo conversaciones, largas y diarias con el general francés, en el que, más allá de la sintonía personal que se estableciera entre ellos, logró de Liger Belair lo que más le interesaba en ese momento, evitar daños y venganzas hacia la gente de Manzanares, llegando a un pacto mutuo de no agresión, por el que Liger Belair, máxima autoridad francesa de ese tiempo por aquí, se comprometía a no permitir venganzas ni desmanes de sus tropas en nuestro pueblo, a cambio que nuestros paisanos no volviesen a agredir a los soldados galos de la guarnición que quedaría en Manzanares a su marcha, ni a los que restaban en el hospital de sangre, ni a los que pasasen por el pueblo en tránsito... 

Y ese pacto de caballeros, hay que decirlo, continua D. Cosme, se cumplió bastante bien por las dos partes hasta la batalla de Bailén. Liger Belair intervino más de una vez para apaciguar a las tropas francesas cuando empezaban a cometer algún desmán, tal cual fue el caso de la división polaca de Vedel a su paso por Manzanares, camino de Sierra Morena, en que la intervención de Liger Belair frenó en seco los saqueos que esos soldados habían perpretado a su llegada a Manzanares. Por su parte, Sotomayor, desde el púlpito, y en función del pacto establecido, con mucha frecuencia, hablaba de la doctrina cristiana, “contraría a la venganza y al crimen en cualquier circunstancia”. Lo cierto fue, continua D. Cosme, que ese pacto funcionó muy bien y, hasta la Batalla de Bailén, ni Manzanares conoció muerto alguno entre sus paisanos en la villa, ni tampoco hubo muertos, por acciones manzagatas, entre los soldados galos en el interior del pueblo, con sola la excepción de uno, que apareció una mañana muerto y flotando en la llamada “sima del polaco”, el día que la división polaca del tétrico general ,Poisont había abandonado ya Manzanares...
General Liger Belair.

Y se preguntará usted ¿que ocurrió con el general Liger Belair después de Bailen?,..y ¿a que se debe su reaparición, en Febrero de 1809, en la historia de Manzanares?... Pues le contestaré rápido a esas dos cuestiones, sigue diciéndome D. Cosme. A la primera de las dos, le diré que Liger Belair participó en la batalla de Bailén siendo hecho prisionero, aunque consiguió escapar y logró llegar hasta Francia, donde se reincorporó a su ejército. De su trayectoria posterior sabemos poco, aunque parece que su vuelta a España, él la tomó como lo que en realidad era, una oportunidad que le daba el Imperio francés para rehabilitar su trayectoria personal, tras el fiasco de sus tropas en Bailén... Pero para nuestra historia local, el retorno de Liger Belair, aunque no hay escrito que refrende las conjeturas que yo voy a contarle, por la lógica de los hechos históricos y objetivos que ocurrieron enseguida, podemos suponer lo suficiente para dar una respuesta coherente a la segunda cuestión que yo le planteaba en el párrafo anterior de esta crónica, remata críptico Don Cosme.. Y le diré, continua, que el 12 de febrero de 1809, Liger Belair, llegó destinado a Madrid y que, inmediatamente, fue adscrito al primer cuerpo de ejército del mariscal Víctor… A poca gente que este leyendo esto, y sepa del conocimiento previo que tenía de La Mancha Liger Belair, se le escapará que el general había sido destinado a la tropa de Víctor, justamente por eso…y algunos, entre los que me incluyo, prosigue D. Cosme, pensamos también que, entre las cosas que los mandos franceses suponían que les sería útil, estaba conseguir la ansiada toma de Manzanares, por el conocimiento que tenía de nuestro pueblo y sus dirigentes. Pronto veremos el alcance que tuvo esa idea del mando francés, y de ese probable reencuentro Liger-Belair-Manzanares, pero ya les adelanto que la decisión de los mandos franceses era, a priori, bastante acertada para sus intereses,… pero, paradójicamente, y aunque parezca contradictorio, también para los manzagatos…y habrá tiempo de contarlo y aclararlo, sigue críptico D. Cosme...

Ahora, prosigue D. Cosme, mi querido reportero, le hablaré del otro general francés que protagoniza una parte de este relato…no es otro que Horacio Sebastiani, corso como Napoleón Bonaparte, del que era amigo personal, por la relación que tenían sus familias desde hacía años... Tampoco sabemos bien como fue la intrahistoria del tema, pero todos los indicios, y la lógica, apuntan a que Napoleón, harto de la resistencia manchega, y muy particularmente de Manzanares, y casi seguro que algo mosqueado con el mariscal Víctor y su diletancia y excusas en la toma de nuestra villa, puso al mando superior de las tropas francesas en La Mancha a su amigo Sebastiani, en el que tenía gran confianza. Ciertamente, desde aquellos primeros tiempos de 1809, y durante todo ese año, el general Sebastiani sería decisivo para los franceses en La Mancha, y también protagonista de un suceso histórico en nuestro pueblo, aparte de otros hechos de menor enjundia, como habrá ocasión de contar en relatos que están por venir. Pero a esta altura de la historia, sigue D. Cosme, hay preguntas que quedan en el aíre ¿que interrelación existió entre Liger Belair y Sebastiani, cuando ambos compartieron el cuerpo de ejército frances que actuaba en La Mancha?. ¿Hablaron de Manzanares?. ¿Comentó el general Liger Belair al general Sebastiani alguna cosa acerca de su relación particular y acuerdo con nuestro Pastor, D. Pedro Alvarez de Sotomayor?... pues aunque, obviamente, no quedó escrito en ningún papel, sigue D. Cosme, parece evidente que si, que hablarían, y mucho, de esas tres cuestiones, y bastante de nuestro pueblo y la manera de tomarlo, primero, y fundamental, porque habían sido destinados a La Mancha para eso, para tomar todo el territorio y doblegar a Manzanares, y luego en lo personal, los dos generales sabían que, si lograban el objetivo, templarían el cabreo de Napoleón, a la vez, que se ganaban su favor, algo desde luego importante para cualquier general francés de aquel tiempo. Es decir, los intereses personales de Liger y Sebastiani en el tema Manzanares y La Mancha, estuvieron muy presentes en el tablero estratégico de los planes del ejercito francés en La Mancha, durante los meses de febrero y marzo de 1809. Además, ambos generales, tenían una visión de las cosas y un carácter bastante parecido que, sin duda, facilitó su acuerdo en las decisiones. Ambos eran católicos, diplomáticos, estrategas, y muy partidarios de los acuerdos con el enemigo; y, ahí, aun en una cercana lejanía..se encontraba, esperándoles, Sotomayor, todavía sin saber lo que se le avecinaba, pero con su enorme bagage de catolicismo, diplomacia, estrategia y capacidad de acordar, que nada tenía que envidiar al de los dos generales franceses...

Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.

Ese triangulo de dos generales y un cura, con cualidades bastante similares, se mostraba muy interesante...y le aseguro que el futuro inmediato lo mostró con creces. Manzanares tuvo "suerte" con esos dos generales enemigos...y, sobre todo, con la egregia y determinante figura de su Pastor, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor. el tercer vértice de ese triangulo, el cura... Frey D, Pedro Alvarez Sotomayor, bastante tenía, en aquel tiempo, con observar, preocupado, lo que estaba sucediendo con el cuerpo de ejército acantonado en Manzanares, que fue reduciendo efectivos y moral desde finales de febrero, y durante todo el mes de Marzo. Quizás llegase a conocer, como máximo responsable de la Junta Local de Manzanares, la vuelta a La Mancha de su "amigo" Liger Belair, pero esto no es seguro en modo alguno...Por supuesto, nada sabía de Sebastiani, ni podía suponer cual iba a ser la relación con su historia personal y la de nuestro pueblo. Desde final de febrero, y durante el mes de marzo, Manzanares siguió libre, pero ya no recuperó de nuevo su vida normal... Las noticias de problemas en Ciudad Real y pueblos cercanos, como Almagro y Daimiel, hacían presagiar nuevos problemas. A Sotomayor no se le escapó que, en los tiempos por venir, sería necesario de nuevo lo mejor de sus dotes persuasivas para adecuar los intereses del enemigo al que siempre sería su principal objetivo en Manzanares, lograr, a pesar de la guerra, mínimizar lo máximo posible el daño para los fieles de su pueblo, Manzanares de La Mancha,... y lo haría en dos claves, la eclesiástica, en la que siempre se mostró brillante y convencido, y en algo inhabitual para él hasta ese momento de conflicto bélico, en clave política....donde mostraría también unas habilidades negociadoras y diplomáticas, dignas del más avezado de los políticos...
Y he de comentarle, al final de la crónica, querido plumilla, que lamentablemente para los intereses españoles, de La Mancha y de Manzanares, los planes de Liger Belair y de Sebastiani, se verían facilitados por la pésima estrategia diseñada, en aquel tiempo, por la Junta Central Gubernativa del Reino para el ejército español del sur y, en concreto, para el ejercito de la Mancha, como tendremos ocasión de conocer muy pronto en estas crónicas. Por tanto, es momento ya de dar fin al relato, que deja en el tablero de La Mancha y de Manzanares el interesantísimo escenario de dos generales franceses y un cura español, de cuyas peripecias hemos de conocer bastante en crónicas venideras, que aportarán nuevos hechos históricos y magníficos, a la pródiga y grandiosa historia de la insigne villa de Manzanares de La Mancha.

jueves, 28 de mayo de 2020

257). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. “DUROS DE ROER”.


Así parece que era, mi querido reportero, me dice D. Cosme… Manzanares, acreditaba muy bien el aserto que figura en el encabezamiento que me permito sugerirle para la crónica, estábamos resultando "duros de roer" para el ejército imperial napoleónico, y lo íbamos a seguir siendo, como habremos de ver muy pronto…

De hecho, retirados los franceses de Victor hacia el Tajo, una vez que no se atrevieron a entrar en nuestra villa, a primeros de aquel febrero de 1809... el decidido e intrépido coronel Freire, jefe de las fuerzas españolas que estaban acantonadas en Manzanares, avanzó al norte del pueblo, por el camino de Andalucía, hasta llegar al Cigüela y, enseguida, asentar contingentes de tropas en Villarta, Herencia, Alcazar de San Juan, la Venta del Puerto y Madridejos, aunque, de este último, se retiraron, tras un contraataque francés desde Tembleque.. Manzanares, por consiguiente, continua D. Cosme, volvía a quedar en segunda línea del frente, por lo que retornaba a la villa una cierta normalidad, los labradores volvieron a los campos, y la vida social y eclesial, dentro de la villa, también reinició de nuevo sus rutinas de trajineo administrativo, comercial y ceremonial.... 

Bien es cierto, que todo dentro de una tregua bastante tensa, por las continuas idas y venidas de militares del ejército español, que transitaban, de arriba-abajo y de abajo-arriba, el Camino de Andalucía, augurando posibles problemas. La tensión que se “mascaba” en el ambiente, sigue D. Cosme, venía dada, en parte, de lo observado por los vecinos en nuestro ejército, a lo largo de la segunda mitad de febrero de 1809...y es que, la Junta Central Suprema Gubernativa, había decidido, a principios de febrero, que se fusionaran las tropas del ejército Centro del Duque del Infantado, con las del llamado ejército de Sierra Morena del Marqués de Palacio, constituyéndose un solo cuerpo de ejército, que pasó a llamarse "Ejército de La Mancha". En total, esto supuso contar con 20.000 hombres, cuya primera división de vanguardia, contaba con 9000 hombres, 2000 caballos y 10 cañones, y quedó al mando del Duque de Alburquerque. Ciertamente, como estrategia militar, parecía acertada esta fusión en una sola tropa, si se quería combatir, con más probabilidades de éxito, contra la potencialidad de la tropa imperial napoleónica, que también, en la zona del Tajo, reunificaba sus efectivos…. 

Sin embargo, continua D. Cosme, los cambios de mandos militares que esta reunificación conllevó en el nuevo Ejercito de la Mancha, no fue nada bien acogida entre la soldadesca y la gente de los pueblos donde estaban ubicadas las diferentes tropas. El mando del nuevo Ejercito de la Mancha se otorgó al General D. José Urbina, Conde de Cartoajal quien no tenía, precisamente, fama de valiente, sino más bien todo lo contrario, y nadie en La Mancha entendió que el Marques del Palacio no continuase al frente del nuevo ejército. Algo parecido, sigue D. Cosme, ocurrió en Manzanares, donde se retiró del mando al coronel Freire (adorado en el pueblo), por otro coronel, llamado Albento, a quien los propios soldados de nuestro contingente consideraban muy inferior a su predecesor, Y, más o menos, la misma percepción se tuvo en Ciudad Real, tras la sustitución del coronel Lacy y el nombramiento del General Abadía como Jefe del Estado Mayor de la Capital..El disgusto por estos cambios fue tan generalizado que motivó varios escritos anónimos de queja, remitidos a la Junta Central. Y, en relación a lo que le digo, sigue, le sugiero integre usted, en el texto de su crónica, dos de estos anónimos, uno que se remitió desde Manzanares.. y, otro muy contundente, donde la tropa estaba muy mosqueada….Y le pido los incluya, porque al menos uno de ellos, como le he dicho ya se redactó en Manzanares…que para algo es mi pueblo, y el protagonista principal y mayor de todos estos relatos, remata, sonriente, jocoso y enfático, D.Cosme...El escrito con remite de Manzanares, seguramente redactado por un militar de nuestro contingente de tropas, a la vista del contenido y estilo del texto, decía lo siguiente:



“el exército de Manzanares valía ayer al mando de Freire pot tres, según la confianza en el valor y pericia de dicho Freire y toda la ha perdido en el momento en que tomó el mando Albento a quien conocen generalmente por “collon” e ignorante y asi no extrañe la Junta se dispersen los honrados defensores de la Patria y de ello la Junta tiene la culpa, haciendo oficiales a paisanos y niños de teta…la Junta será responsable a Dios y a la Patria si no oye la voz del vulgo que hasta hoy ha sabido más que todas las Juntas…el soldado prodiga su sangre cunado tiene confianza en el jefe y de ayer a hoy todos la hemos perdido en este exercito…
Todavía más contundente, y muy comentado en la Junta, fue el otro anónimo:
“……Lo ocurrido en La Mancha ahora es lo más escandaloso que ha sucedido desde que estamos con las armas en la mano.. El general Urbina es conocido muchos tiempos por un cobarde; Moreno, Abadía y Perelló son absolutamente inútiles intrigantes… Los generales no, por haber llegado a ese grado deben mandar división, y los coroneles Lacy y Freire pueden y deben mandar cada uno una división….”


No había mucho contento, ni mucho menos, entre la tropa, continua D. Cosme, lo que no auguraba nada bueno para el futuro…y, lamentablemente, el tiempo daría la razón a esos escritos anónimos, sobre algunos militares citados en ellos, como Urbina y Abadía. Con todo y con eso, y a pesar de todo eso, dice D. Cosme, Manzanares seguía siendo mucho Manzanares para los franceses…y, enseguida, lo comprobaremos una vez más.

Mientras tanto, como ya sabemos, continua D. Cosme, el enemigo galo, que se había retirado a la vera del rio Tajo, también procedió a reordenar sus tropas, en los primeros días de febrero de 1809. Entre sus ideas, se establecía la puesta en marcha de un plan general de ataque al sur peninsular, con el objetivo de ganar Sevilla, pero tomando la ruta de Extremadura, conquistando Mérida y, desde allí, lanzarse a por Sevilla... Esta nueva estrategia, se “vendía” por el mando francés a Napoleón, que se encontraba en Francia, como un engaño al nuevo ejército español de La Mancha, al que así podrían sorprender por su retaguardia En realidad, muchos pensamos, y yo entre ellos, dice con orgullo de lo propio D. Cosme, que el mariscal Victor, y sus generales, estaban hartos de Manzanares y de su resistencia;… eramos muy “duros de roer”, y mejor tomar otros rumbos y caminos antes que volver por aquí!!…. 

Pero, Victor, pensando que Napoleón, en Francia, daría visto bueno definitivo al plan, y no tendría muy presente al pequeño detalle orográfico de la villa de Manzanares de La Mancha, no tuvo en cuenta que el Emperador seguía teniéndonos “entre ceja y ceja” y, seguramente, desde Paris, llegaron hasta Toledo sus gritos de ira, al enterarse que Manzanares todavía no estaba bajo el dominio de su ejército…Por eso, aun aprobando el nuevo Plan para ganar Sevilla y toda la Andalucía, sigue D. Cosme su diserto, a fecha 7 de Febrero de 1809, Napoleón dio al mariscal Victor, de su puño y letra, la categórica y contundente orden, que sigue:
“Antes de emprender su camino a Extremadura, debe marchar sobre Manzanares y limpiar enteramente la planicie manchega hasta el pie de Sierra Morena”.



Asi pues, mi querido cronista, sigue diciéndome D. Cosme, Napoleón, lejos de olvidarse de nosotros, en la lejanía de Francia, nos volvía a poner “a los pies de los caballos”, en este caso de los de su ejército francés…aunque, sigue con cierta sorna y pícara sonrisa D. Cosme, eso es lo que el Emperador quería... pero no necesariamente lo que sucedería. Aun así, una vez más, y esta ya era la cuarta, la suerte estaba echada para Manzanares.

Dándose por enterado, el mariscal Victor, escribió una nota en Orgaz, el día 13 de Febrero de 1809, en la que notificaba al Rey intruso, Jose I, que para llevar a cabo la orden de su hermano, y Emperador, Napoleón Bonaparte, estaban ya dispuestos cuatro regimientos de Dragones de nuestro viejo conocido, el general Latour Maubourg y una división adicional del general Milhaud, con lo cual estimaba que el camino desde el Tajo a Manzanares sería recorrido sin grandes problemas…aunque, quizá curándose en salud, por el conocimiento que había adquirido de nuestro pueblo, advertía al rey intruso que en Manzanares existía un fuerte cuerpo del ejército español de La Mancha, al mando directo del Duque de Alburquerque, cuya vanguardia estaba en Madridejos.

Con todo así dispuesto, el 21 de Febrero, las cinco divisiones de Dragones salieron de Toledo rumbo a Manzanares, pernoctaron en Mora y al día siguiente alcanzaron Consuegra, sorprendiendo, por su retaguardia, a la tropa avanzada del Duque de Alburquerque, a la que ocasionaron numerosos muertos y prisioneros, aunque los mandos españoles lograron mantener una cierta unidad en el remanente de soldados, a los que reordenaron en Villarrubía de los Ojos, como avanzadilla de Ciudad Real y en Villarta de San Juan, como punta de lanza de Manzanares. Amaneció el 23 de Febrero, y la caballería francesa envió reconocimientos, que no encontraron impedimentos en su camino, hasta que llegaron a Fuente del Fresno, Villarrubia de los Ojos, Herencia, Villafranca de los Caballeros, Alcazar de San Juan y Villarta de San Juan… 

Al llegar a este último pueblo, antesala natural del inmenso llano que conduce a Manzanares, tal como les ocurrió días antes con el coronel Freire, se toparon con la sorpresa… que, a estas alturas, los franceses no debían haber tenido, de encontrarse de nuevo en dificultades con nuestra gente…El puente romano de Villarta había sido cortado, imposibilitando el paso de la caballería francesa, que pudo advertir también que intentar salvar el río Cigüela por las bravas, que traía bastante agua, resultaría, en ese momento, más que complicado para los caballos…Además, comprobar que, a la salida del puente, esperaba una considerable tropa, llegada de Manzanares para seguir impidiéndoles el paso, les hizo desistir en continuar su avance y se replegaron a sus bases del Tajo, con lo que el cuarto intento de tomar Manzanares en el corto intervalo de dos meses volvió a terminar como los tres previos, en clamoroso fracaso.

Así que, mi querido plumilla, concluye D. Cosme, orgulloso… es tiempo y hora de dar por concluida esta nueva crónica, que volvió a refrendar y engrandecer la historia y la leyenda de la insigne villa de Manzanares de La Mancha, a la que, los acontecimientos sucesivos, no solo justificaban su reconocimiento como Fidelísima villa, es que la acreditaban para recibir otro más, que no existía, pero que yo voy a darle, porque me parece oportuno y nadie me lo discutirá…el de “villa inexpugnable”.

domingo, 24 de mayo de 2020

256). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: SIMBOLO, ESCUDO Y FRONTERA.


En la anterior crónica, querido plumilla, habíamos visto como el propio Napoleón Bonaparte, a pesar de la clamorosa victoria de Uclés, no quiso dar tregua alguna a Manzanares, cuya toma resultaba prioritaria para el Emperador, que quería evitar a toda costa que nuestro pueblo se convirtiera en un símbolo de la resistencia española, al haberse constituido en firme escudo antifrancés y en auténtica frontera de la España del sur...y, de ahí, mi querido amigo, el título del relato que ya comienzo a narrarle... 

Como le comento, Napoleón, había dicho y escrito: "... de aquí a que se haga la operación de Andalucía es necesario ser dueños de Manzanares" ...y está claro, sigue D, Cosme, que para el mando francés un afirmación de Napoleón era un sinónimo de orden a cumplir, más pronto que tarde... de manera que, enseguida, el cuartel general del Mariscal Victor comenzó a trabajar el nuevo plan militar para tomar Manzanares. En nuestro pueblo, continua D. Cosme, el que más y el que menos de los paisanos, comenzaba a suponer que la zozobra de la guerra estaba de nuevo cercana a sus vidas. Desconocía nuestra gente, y sus autoridades, la orden expresa de Napoleón sobre Manzanares, pero era evidente a todos que, para alcanzar Andalucía, las tropas galas habrían de atravesar, primero, nuestra villa....y, aunque las noticias del descalabro de las tropas españolas en Uclés, seguramente no habían llegado al común de los mortales manzagatos, más allá de su Junta Local de Gobierno, lo cierto es que la progresiva acumulación de militares en Manzanares, en aquellos días de la segunda mitad de Enero de 1809, hacía presagiar una situación parecida a la que se había vivido en la villa, solo un mes antes... 

La vida social del pueblo comenzó de nuevo a trastocarse, ya que, sin estridencias ni alarmismos, tal cual como era su estilo propio, Sotomayor fue advirtiendo al paisanaje, tanto en el púlpito, como a través de la Junta Local de Gobierno, que era previsible una próxima llegada de los franceses... y que había que prepararse, de nuevo, para esa contingencia. Pidió a sus fieles que tuvieran fe en la Providencia.. y agregó que los hombres útiles del pueblo se pusieran a disposición de la milicia española que estaba llegando esos días a Manzanares, por si era necesario combatir al francés. De nuevo, las tareas del campo se abandonaron, poco a poco, en la segunda y tercera semana de Enero, al igual que disminuyeron a lo imprescindible las actividades sociales y eclesiales de la villa; la sensación general era que la guerra volvía En Manzanares, en pocos días, prosigue D. Cosme, se concentraron 5.000 soldados del ejército de Sierra Morena, al mando del intrépido coronel de caballería, D. Manuel Freire, quien, desde ese tiempo, quedaría ligado a la brillante historia de Manzanares durante casi toda lo que quedaba de Guerra de la Independencia.... 

Freire había sido seleccionado expresamente por el Jefe del contingente de Sierra Morena, Marqués del Palacio, protagonista, como sabemos por crónicas previas, del rechazo a los franceses por parte de nuestro pueblo, los días 17 y 21 de diciembre de 1808...Del Palacio, tuvo que permanecer en La Carolina, cuartel general de su ejército, para mantener bien organizada, y en persona, la segunda línea defensiva que iba a intentar evitar a los franceses el cruce de Sierra Morena. Del Palacio, sigue D. Cosme su diserto, tuvo el acierto de designar a Freire, hombre de su plena confianza, para ocupar la primera línea defensiva en Manzanares...- y "nunca un escudo tuvo mejor escudero", exclama, enfático, D. Cosme-... porque tengo que decirle, sigue, que D. Manuel Freire era un militar profesional muy determinado, con gran iniciativa y que gustaba de estar siempre en vanguardia, algo que concertaba extraordinariamente bien con el carácter y la raza de los manzagatos de aquel tiempo... 

Frey Sotomayor, nuestro inteligentísimo Pastor, lo advirtió enseguida con satisfacción, vio que era el hombre y militar adecuado, para el momento que iba a vivir Manzanares.. y se lo hizo ver a todos los demás miembros de la Junta Local de Gobierno, a la que puso, incondicionalmente, a trabajar la defensa del pueblo, codo a codo, con el coronel Freire... Este, por su parte, mostró su asombro y satisfacción por el gran ardor y predisposición, sin fisuras, de toda la población de Manzanares, a la hora del inminente combate en defensa de su villa y sus haciendas. Se sorprendió al apreciar lo bien preparados que estaban los hombres útiles del pueblo, que solo unos días antes habían aprendido lo básico del uso de las armas de fuego y de la técnica de defensa y protección personal en el combate, y también de lo bien que tenían interiorizado su papel complementario, en retaguardia, las mujeres de la villa, Freire, sigue D. Cosme, mostró su admiración por el muro de piedra levantado por la gente del pueblo, un mes antes, que cegaba las entradas norteñas de Manzanares; alabó por ello, a la Junta Local de Gobierno de Manzanares, pues lo consideró muy útil para los momentos que se avecinaban, limitándose a ordenar recomponer las partes del muro deterioradas o desmontadas, tras las batallas de finales del mes de enero...

Fr

Por su parte, los franceses, en cumplimiento de las ordenes de Napoleón, enviaron una primera avanzadilla de reconocimiento, consistente en una partida de 200 Dragones, al mando de un general llamado Merlín, quien, desde la villa de Tembleque, se aventuró a Madridejos, el día 25 de Enero de 1808. Al llegar a este último pueblo, Merlín fue advertido de la presencia de tropas españolas en Manzanares, Alcazar, Valdepeñas y Bailen, por lo que desistió de continuar avanzando, e informó de ello al mariscal Victor, que aun saboreaba el triunfo de Uclés, pero que se dispuso a cumplir la orden del Emperador, y mandó a sus tropas poner rumbo a Manzanares, para acabar, de una vez, con su resistencia numantina,... la suerte esta echada, remata D. Cosme.. Y, una vez más, continua D. Cosme, el mariscal Victor encargó el ataque y la toma de Manzanares a la primera división de caballería de Dragones de Latour Maubourg, para que se pudieran desagraviar de las dos derrotas consecutivas que habían sufrido en nuestra villa a final de diciembre de 1808. Los Dragones de Latour tenían la moral bien alta, después de su brillante y decisiva participación en la batalla de Uclés, y el objetivo de tomar Manzanares les motivaba muy especialmente. A todos ellos les resultaba muy atractivo tomarse la revancha de aquel fracaso, que empañó la brillantísima sucesión de éxitos que jalonaban toda su trayectoria guerrera previa.... muy pronto comprobarían, aunque ya debían saberlo, que Manzanares no era Uclés, concluye D. Cosme. 

Tras la orden de Victor, sigue D. Cosme, la primera división de Dragones de Latour, avanzó rápidamente por el Camino de Andalucía, alcanzando Villarta de San Juan el 29 de enero de 1809. Al día siguiente, Latour Maubourg desplegó dos brigadas por la orilla derecha del río Cigüela, en dirección a Alcazar de San Juan, conformando un enorme arco de Dragones a caballo, que apuntaba a Manzanares amenazadóramente. Ese mismo día, el grueso de la Gran Guardia de Latour, dejó atrás Villarta, enfilando el gran llano que conduce a Manzanares... pero, para su sorpresa, de golpe y porrazo, se encontraron con algo que no esperaban, y que pocas veces les había ocurrido antes en España o en otros países, me dice D. Cosme...



Y esa sorpresa consistió en que, a la altura de la Venta de Quesada, la majestuosa cabalgada de Dragones, vio interrumpido su camino por una avanzadilla de caballería que había partido de Manzanares, con el intrépido general Freire a la cabeza. A la perplejidad inicial de los Dragones, nada acostumbrados a semejante osadía, siguió su desconcierto ante el bravísimo empuje demostrado por la caballería de Freire, que rompió el alineamiento de los franceses, y no tuvieron otro remedio que poner "pies en polvorosa", y retornar a Villarta a galope tendido..Sin duda, sigue D. Cosme, para suavizar esta humillación, antes que llegase a conocimiento de Napoleón, (afortunadamente, para su hermano Jose I, ocupado en Francia), Latour añadió, en su parte, que tras esa retirada había logrado que la compañia de élite del primer regimiento de Dragones, hiciese retroceder a Manzanares a las tropas de Freire, cuando lo que probablemente sucedió es que esa compañía de élite, en el momento que salió de Villarta, simplemente se limitó a comprobar, sin atacarles, que los hombres de Freire volvían a Manzanares, una vez abortada la intentona francesa de llegar a nuestra villa, remacha D. Cosme, esta parte de su relato. Sin embargo, continua D. Cosme, estaba claro, que el mariscal Victor, cuando conoció la nuevamente fallida toma de Manzanares, se puso muy nervioso, solo de pensar en la reacción que provocaría en Napoleón Bonaparte, de manera que, al tiempo de hacerse cargo de ese nuevo fracaso, hizo llamar a Latour Maubourg y le conminó severamente, dándole orden de: "enviar reconocimientos sobre Manzanares y desarmar a los habitantes si este pueblo no esta ocupado por los enemigos". 

Ciertamente, sigue D. Cosme, hablando con orgullo de lo propio, Victor, en esta orden, vuelve a mostrar perplejidad y desconocimiento de la historia reciente de Manzanares en sus enfrentamientos con los franceses.. seguía sin valorar nuestro auténtico valor... En cualquier caso, en aquellos últimos días de enero de 1809, ajenos a esas cuitas de Victor, la tensión en Manzanares fue creciendo cada día, y toda la villa y sus gentes estaban en alerta, preparándose para el enfrentamiento directo con los franceses; por eso recibieron con alborozo la vuelta triunfal a la villa del coronel Freire, trás que este hubiera ahuyentado a los dragones de Latour a la altura de la Venta de Quesada, pero sin que eso fuera óbice para mantener las espadas en alto, pues estaba clarísimo que los galos debían estar hartos de nuestra resistencia, y probablemente dispuestos para un asalto bestial y definitvo de Manzanares. Nuestro pueblo hervía de intensidad, las murallas de piedra, en su frontera norte, le conferían un aspecto inexpugnable. Así las cosas, y la situación, sigue D. Cosme, el coronel Freire terminó de disponer todo lo necesario en la defensa de Manzanares, ante el inminente asalto francés...Y con esas expectativas, cuando los franceses, tras una incursión rápida a los aledaños de la villa, se hicieron cargo de la extraordinaria preparación defensiva establecida en Manzanares... inesperada, y afortunadamente para nosotros, se tentaron los machos, y cedieron en sus ínfulas y deseos de venganza, valorando que no les merecía la pena una batalla incruenta, en la que tendrían muchísimas bajas, en un momento en que tenían problemas más acuciantes en otros frentes, Solo era una excusa para no tener que enfrentarse de nuevo a nosotros, y una decisión que podía tomar Victor, porque Napoleón estaba ocupado en París, en otros asuntos. Lo cierto fue que, lo mismo que sucedió en 1519, cuando los comuneros huyeron, sin intentar combatirnos, al contemplar nuestra imponente fortaleza, según llegaban a Manzanares, algo que nos valió el premio de ser reconocidos como "Leal Villa", por el reino de España.... ahora, en 1809, ya significados como "Fidelísima Villa", por el mismo reino, sucedía algo parecido con los franceses.... Estos, de nuevo sin amagar siquiera con entrar en combate, se replegaron con su caballería al frente del Tajo, declarando, hipócritamente, en su parte, que los dragones no fueron molestados, ni seguidos por soldados españoles en su maniobra,..bonita manera de ocultar sus verguenzas y falta de valor, pero algo que nos evitó problemas... Antes de hacer el corolario de esta crónica, le ruego incluya usted en la misma, como se contó todo esto en el Manuscrito de la Merced:

"....Corría la voz el primero de febrero de 1809, de que se acercaban los enemigos. Mandaba las tropas de infanteria y caballería españolas residentes en esta villa el Ecmo. Sr. D. Manuel Freire, Coronel entonces del Regimiento Caballería Voluntarios de Madrid; y presentándose para resistir a los franceses manifiestos deseos de que el vecindario contribuyese a rechazar a los enemigos; y este según su valor acreditado, acudió y se colocó donde se le mandó; pero habiendo sido alarma falsa, su ardor no tuvo entonces ningún resultado"....



Valga pues, querido cronista, lo escrito ya... para dar cuenta, por enésima vez, del valor y determinación de ese pueblo manchego, que es el mio, y que por siempre será reconocido como Manzanares de La Mancha.... Otro episodio glorioso, queda aquí contado, para mayor gloria de su historia, en un tiempo en que este pueblo fue, como reza el título de esta crónica....Símbolo, escudo y frontera de las Españas.

255). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: ENTRE CEJA Y CEJA DE NAPOLEÓN.


He venido comentándole en anteriores relatos, querido reportero, que la mente y los ojos del todopoderoso Emperador, Napoleón Bonaparte, se detenían con frecuencia en un nombre, Manzanares,.. ya fuese al recordar la primera derrota de su ejercito en la Mancha en la segunda fase española de la guerra de la independencia, al final de 1808, o cuando fijaba su vista en un mapa de España, donde aparecía, como enseñoreado a sus ojos, el nombre de Manzanares, dominando, estratégicamente, la vasta planicie de la región de La Mancha, en el Camino Real de Andalucía, como firme bastión de las Españas, concluye, rimbombante D. Cosme.. ..y, sigue,. 

Y no es que lo diga yo, armado de orgullo por mi pueblo, es que esa actitud, casi obsesiva, de Napoleón hacia todo lo que representaba Manzanares, se comenta también en escritos de relevantes militares franceses que compartieron por aquella época con el Emperador.. y es que, Napoleón, herido en su orgullo, pero también sabedor de la importancia estratégica de ese punto del mapa hispánico, llamado Manzanares, que, además, estaba adquiriendo un valor simbólico de resistencia que no le gustaba nada, por lo que nos tenía con frecuencia en su pensamiento y entre sus objetivos inmediatos. Estábamos, pues, entre ceja y ceja de Napoleón Bonaparte y, más tarde o más temprano, habríamos de tener noticias suyas.. 

En Manzanares, afortunadamente, permanecíamos ignorantes de esa pulsión agresiva y obsesiva del Emperador francés hacia nuestra villa, aunque, como vimos en el anterior relato, la prudencia y el instinto inteligente de Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor, ponía, a cada momento, cadencia y freno a los naturales impulsos de exaltación local, algo que hacía habitualmente en los escritos de la Junta Local de Gobierno de la villa, donde evitaba presumir de "Fidelísima villa", ya que, por mor de la circunstancias, muchos de esos edictos terminaban en manos josefinas o, lo que es igual, en las del mismísimo Emperador.. Incluso, sigue D. Cosme, Sotomayor, desde el púlpito, cuando se presentaba la ocasión, reclamaba al fielato de Manzanares similar actitud a la suya, y lo hacía, muy sabiamente, y en clave religiosa, que es lo procedente en una Iglesia, haciéndoles ver lo pernicioso del pecado de la soberbia.... Así estaba el escenario a primeros de 1809, continua su diserto D. Cosme... Manzanares había recuperado el pulso de su vida habitual, el mercado de la plaza por las mañanas, el bullicio de las gentes en las calles principales del pueblo, el entrar y salir de viajeros de las posadas, los comercios abiertos y activos, las herrerías a pleno rendimiento, para certificar el buen estado de los aperos campestres, en desuso todo el mes anterior...Las mulas y los labradores estaban de nuevo sobre los terruños de nuestra antiquísima encomienda... y en las iglesias y ermitas, las bodas, los bautizos...todo, en definitiva, volvió a un cauce de normalidad, impensable una semana antes, casi parecía mentira, pero era verdad..
Al tiempo, y al norte de Manzanares, continua D. Cosme, el reorganizado ejército español había avanzado desde nuestra posición hasta Madridejos, mientras que los franceses habían replegado su frente unos veinte kilómetros, dejándolo situado en la villa de Tembleque... La tensión era clara y el choque armado se presumía inminente. Las tropas del ejército español del Centro, entonces al mando del Duque del Infantado, se mostraban amenazantes para las francesas del mariscal Victor, ubicadas en Toledo. En esas tropas españolas del Duque del Infantado y, más concrétamente, en la Primera División del contingente, al mando del Teniente General, Marqués de Coupingy, se ofrecían a la Patria un buen grupo de paisanos de Manzanares, algo que no quiero dejar pasar de lado, sin que usted lo transcriba en su crónica, en honor a todos ellos y, sobre todo, en el de los que perdieron la vida en las batallas que estaban por llegar...
Se cuenta por el grupo asesor del Emperador, que Napoleón, al tener noticias de esta situación amenazante, estalló de ira en su cuartel general... y, de forma muy abrupta y tajante, ordenó al Rey impuesto, su hermano Jose Bonaparte, actuar de manera inmediata contra las tropas españolas, y lo hizo, más o menos, en estos términos; "Ordena al Mariscal Victor que reuna las divisiones necesarias, y que luego busque, por donde esté, al ejercito del duque del Infantado.. acabe con él, y ponga rumbo a Manzanares, para destruir a las tropas del marqués del Palacio y tomar, de una vez, ese pueblo"....



Ciertamente, me dice D. Cosme, no había ya ninguna duda que estábamos entre las cejas de Napoleón...y la cosa se nos estaba poniendo muy sería, aunque estuviéramos todavía ignorantes en Manzanares de esa obsesión imperial contra nuestro pueblo...

Así las cosas, el Mariscal Victor en cumplimiento de las órdenes del Emperador, reunió un contingente de tropas, incluyendo a los Dragones de Latour Manbourg, todavía perplejos por sus fracasos previos en las dos intentonas de tomar nuestro pueblo en Diciembre de 1808...pero, por eso mismo, también deseosos en vengar definitivamente esas afrentas a su gran prestigio militar....De esa manera, el 13 de Enero de 1809, ambos ejércitos, francés y español, se encontraron, frente a frente, en la ciudad de Ucles..El resultado del choque fue desastroso para los españoles, que plantearon mal la estrategia del combate inicial, perdiendo posiciones y efectivos enseguida, por lo que cuando llegó el duque del Infantado con el grueso de sus tropas al frente de batalla, era demasiado tarde...ya la cosa no tenía arreglo. Nuestras tropas tuvieron más de 1000 muertos y unos 7000 soldados quedaron prisioneros de los franceses, entre los que había más de 300 jefes y oficiales. El fiasco fue tan enorme que al duque del Infantado no le quedó otro remedio que ordenar, inmediatamente, la retirada de todo el ejército a su mando. huyendo sus tropas, de prisa y corriendo, hacia el Levante y Andalucía ... Ocupado Ucles por los franceses, sigue D. Cosme, llegaría, sin duda alguna, lo peor. Los supuestos portadores de los grandes valores de libertad, igualdad y fraternidad, que proclamaba su reciente revolución, se comportaron de una manera ignominiosa, repugnante y asesina con la inerme población local, saquearon el pueblo, matando indiscriminadamente a muchos vecinos y a todo el clero local,..y, rizando el rizo de la cobardía, la crueldad, la vesanía, la infamia y el crimen, se dedicaron, en un diabólico aquelarre final, a vejar y violar a más de 300 mujeres del pueblo, a las que luego quemaron vivas en el interior de la iglesia.... Tanto fue el horror, que hasta el mando francés reconvino a su infame soldadesca, en una respuesta insuficiente e hipócrita...


Napoleón, en su cuartel general, se mostró, por fin, satisfecho por el resultado de esta victoria clamorosa en La Mancha... pero, en modo alguno se olvidó de Manzanares por esa satisfacción inmediata a la victoria de su ejército en Ucles.. Tanto fue así, que antes de partir desde Valladolid a París, porque le reclamaron de forma urgente el 21 de Enero de 1809, envió personalmente a su hermano, Jose I, que quedó (mientras él estaba en Francia), al cargo de todas las operaciones, un detallado programa de lo previsto para cada una de ellas...

Al referirse a la operación "Andalucía", sigue D. Cosme, Napoleón dejó escrito, de su puño y letra, algo tan significativo como lo que ahora le pido plasme usted, querido plumilla, en el redactado de su crónica...y lo que le pido escriba, no es otra cosa que lo que, literalmente, escribió Napoleón Bonaparte:
"...de aquí a que se haga la operación de Andalucía es necesario ser dueños de Manzanares y de toda la planicie hasta el pie de la Sierra Morena y hacer atrincherar tres castillos desde Manzanares hasta Aranjuez en los cuales algunas compañías de infantería y algunas piezas de cañón se hallen al abrigo de los insurgentes...."

Estaba claro que Napoleón nos tenía entre ceja y ceja, y que quería, a toda costa, su trofeo, su particular "cabeza del Bautista", que no era otra cosa que nuestro pueblo, Manzanares de La Mancha,...pero, eso si, incluso en la apostilla final de la cita de Napoleón, sobre las piezas de cañón en el castillo, se dejaba translucir, bien a las claras, el respeto que sentía el Emperador por nuestro pueblo y por sus gentes.. La suerte, desde luego, estaba de nuevo echada para Manzanares...muy pronto tendríamos por aquí a los franceses... y, ahora, dispuestos y decididos a terminar de una vez con nuestra resistencia. En Manzanares, su gente y las autoridades locales, nada sabían de esta fijación napoleónica hacia nuestro pueblo, aunque es cierto que, cuando vieron que comenzaban a aumentar en la villa tropas del ejército español, tras la debacle de Ucles, empezaron a barruntarse que algo sucedía en el peor de los sentidos posibles. algo que les confirmaría desde la Junta Local de Gobierno, y desde los púlpitos, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, que instó al pueblo a estar preparado, espiritual y físicamente, para los nuevos momentos de quebranto y zozobra que se aproximaban....

Pero eso, me dice D. Cosme, para concluir su disertación, ha de ser motivo del relato venidero.. y no es bueno, ni procedente, contar, en este, lo que sucedió en ese nuevo encuentro entre franceses y manzagatos, porque, así, de esta manera, sus lectores quedaran más proclives, y más receptivos, a leer la siguiente crónica, donde les daré a conocer el resultado del siguiente enfrentamiento bélico de Manzanares con el ejército imperial napoleónico. Dejemos esa incógnita, mi querido plumilla, para la siguiente crónica, la que, sin duda alguna, esperarán con avidez sus lectores, nada mas concluir la lectura de la presente...que ya fue suficiente para dar cuenta de la fijación obsesiva de Napoleón por conquistarnos...



Yo, prosigue, y termina, D. Cosme, solamente le reitero que no adelantaré ni un ápice de lo que ocurrió,... prefiero que sus lectores intenten adivinar por si mismos, antes de leer el próximo relato, si la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha, fue ocupada por los franceses...o, por el contrario, volvió a resistirse, e incrementó su leyenda gloriosa.

miércoles, 20 de mayo de 2020

254). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: BALSAMO DE ESPAÑA, Y SOTOMAYOR AL MANDO.




El título que le propongo para la crónica, querido plumilla, me dice, suave, D. Cosme, pretende evocar lo que supuso nuestra villa de Manzanares, con su victoria en la batalla frente a los Dragones de Latourg Manbourg, el 21 de diciembre de 1808, para los ejércitos españoles del sur, que veían inminente la toma de Sierra Morena y, por tanto, la frontera norte de Andalucía, por parte del ejército imperial napoleónico. 

Una vez que el mando militar español, con sede en Sevilla, observó aliviado que, tras la derrota de Manzanares, el ejercito francés retrocedió a Tembleque, el "bálsamo" que Manzanares representó para la tropa española, prosigue D. Cosme, fue extraordinario, y aunque no se interpreta en casi ningún libro de los que han tratado la guerra de independencia, lo que pudo representar la victoria de Manzanares en el devenir de la guerra, a ningún observador, minimamente ducho en estrategia militar, se le escapa que sin duda fue mucho. No hay mas que pensar lo que hubiera supuesto la entrada de los franceses en Andalucía, con un ejército español en desbandada y huyendo hacia el sur, casi en paralelo a un enemigo avanzando ya por los primeros llanos de Andalucía. 


Lo cierto fue que, advertido el repliegue francés a Tembleque, el ejército español del sur no perdió ni un ápice de tiempo en reordenar y organizar las dispersas tropas situadas más abajo de nuestra villa, muchas de ellas, como va de dicho. prosigue D. Cosme, en repliegue y huida desorganizada, provenientes de los pueblos de la "mancha alta" que, uno tras otro, habían sido tomados por las tropas francesas, antes de su debacle en Manzanares. Así, por ejemplo, continua D. Cosme, la Junta de Gobierno de La Mancha, aprovechó el tiempo de calma logrado tras la victoria de Manzanares, para acelerar en Santa Cruz de Mudela y la Carolina, el alistamiento de reclutas y el acopio de équidos para los regimientos del ejército manchego. Otro tanto se hacía en Sevilla por parte de la Junta Central Suprema Gubernativa, reorganizando las tropas del sur, al tiempo que, el mismo 28 de diciembre de 1808, en que proclamó a Manzanares, "Fidelísima villa", publicó el llamado "Reglamento de Guerrillas". Las guerrillas habrían de constituirse en elementos de combate decisivos en aquella contienda; en ellas, no podían integrarse ni desertores, ni soldados regulares, pero "no iban por libre" -comenta D. Cosme-, estaban a la orden de las diferentes divisiones orgánicas presentes en donde actuaban..... Es decir, se puede concluir, asevera D. Cosme, que la última semana de 1808, por la victoria de Manzanares, el ejercito español de La Mancha y el del sur, tuvieron un tiempo precioso para reorganizarse, algo que, quizá, la historia no ha reconocido suficientemente en la importancia que tuvo, pero que yo -dice enfático y sonriente D. Cosme- recuerdo aquí como corresponde, porque el mérito de todo ello corresponde a mi pueblo, que no es otro, como usted sabe, que Manzanares.


En la primera semana de enero de 1809, continua D. Cosme, las tropas españolas de Sierra Morena, y su avanzada de Manzanares, estaban ya reorganizadas y dispuestas a seguir avanzando hacia el norte, y así lo hicieron, con una determinación e ilusión, que resultarían impensable solo dos semanas antes...y esa nueva actitud, nacía de la victoria de Manzanares, que galvanizó a un ejército previamente desmoralizado y en retroceso ante el empuje francés...Así las cosas, en la Mancha, el turno de contraatacar le tocaba al ejército español...y así lo hizo; desde Manzanares se avanzó hasta Villarta, y en unos días se tomó Madridejos, algo que ratificó en Toledo el general francés Lasalle en un parte emitido a su mando madrileño el 10 de Enero de 1809, en el que afirmaba que:.... "el grueso de la tropa española se hallaba repartido entre Valdepeñas y Manzanares, pero que una vanguardia de unos 700 soldados de caballería, mandados por el coronel Echavarri, había tomado Madridejos y Consuegra", Esta información quedó confirmada, por el general Latour Maubourg en otro parte militar emitido por entonces, que también era coincidente con la información que el Mariscal Victor había remitido a Madrid, desde Aranjuez, el día de Navidad de 1808, en la que precisaba que unos 15.000 soldados españoles se distribuían por Valdepeñas, Manzanares y Villacañas.


Mientras tanto, a nivel local, Manzanares comenzaba a retomar el pulso de su vida civil y eclesiástica, al momento de comenzar el año 1809, pues, sigue D. Cosme, aunque aun se vivía en la villa el vértigo intensísimo de los días finales del año previo, tras la zozobra de las batallas ganadas en la frontera norte de Manzanares contra los franceses; la muerte inesperada del alcalde Miret; y el reconocimiento, a nuestro solar y a nuestras gentes, con el título de "Fidelísima villa" por la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino de España... las ganas de recuperar los costumbrismos de la vida cotidiana, junto a la ansiedad de retomar las tareas del campo por parte de los labriegos de la villa, muy ansiosos en apreciar el estado de las tierras de cultivo, abandonadas en su laboreo a causa de los acontecimientos bélicos de diciembre de 1808,. hicieron que, enseguida, los labradores del pueblo se pusieran en marcha,....y comprobaron, con alivio, sigue D. Cosme, que las batallas y el abandono transitorio de la tierra, no habían condicionado, por fortuna, excesivo daño sobre las futuras cosechas, lo que les motivó aun más, para salir a los campos y reanudar las labores de labranza a pleno rendimiento y normalidad. Algo parecido sucedió en el interior de la villa, continua D. Cosme su disertación, referente a las diversas actividades civiles, eclesiales, comerciales y administrativas. Se montaron los puestos en la Plaza para el mercadeo diario, abrieron los comercios, posadas, herrerías y otras muchas pequeñas industrias del eje cárcel-empedrada y también las de otras vías importantes del pueblo, como la calle Ancha y la calle Toledo... Los juzgados acogieron de nuevo pequeños pleitos locales, referentes, por ej, a tierras, animales y enseres que, por una u otra razón, habían cambiado de manos o de dueños, sin la anuencia de quienes los poseían previamente... y, en fin, remata D. Cosme, Manzanares, como si nada de enjundia hubiera pasado, después de lo mucho que había sucedido, retomó sus rutinas, sus labores y, también, claro que sí, los tiempos de ocio de sus gentes, paseando los Paseos del Rio, desde la Ermita de San Isidro en el Parterre, hasta la alameda y el camino de los molinos, como, ancestralmente se hacía desde tiempo inmemorial...



En la Parroquia, se reanudaron los oficios, los bautizos y las bodas, tal como quedó reflejado, por ej, en el libro registro de enlaces matrimoniales, el mismo día 1 de Enero de 1809, en que se inscribe la boda de Diego Camacho con la joven Ana Romero....También, como va dicho, se empezaron a celebrar bautizos, y era curioso, y de orgullo local, contemplar en el encabezamiento de cualquier acta, escrito o legajo, más o menos oficial, de juzgados, concejo o registros parroquiales, el título de "Fidelisima villa", pegado al nombre de Manzanares... Todo esto sucedia, continua D. Cosme, cuando ya Manzanares, tras la muerte de Miret, estaba bajo el liderazgo único de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, que unificó en su egregia persona los poderes civiles y religiosos, como persona más relevante y capaz de la Junta Local de Gobierno de Manzanares...El estilo Sotomayor se empezaría a notar muy pronto en las peripecias futuras que habría de vivir Manzanares, y aunque el extinto Miret había sido un personaje de gran enjundia en nuestra historia reciente, la valia, inteligencia y capacidad estratégica de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, llenaría enseguida todo el espacio del poder en la villa, y nutriría muy pronto, su buen hacer, de nuevas glorias a Manzanares. Lo primero que hizo Frey Sotomayor, fue no dar pábulo alguno a los rumores, dimes y diretes acerca de la muerte de Miret. Mucha gente especuló con una muerte violenta, pero Sotomayor avaló siempre su deceso por causas naturales, lo que da mucha veracidad a esa versión, ya que D. Pedro era una persona que odiaba la mentira, aunque, ciertamente, también era un gran estratega en sus acciones, dirigidas siempre al bien de su pueblo y "rebaño de almas", como él gustaba decir..y fue por eso que mucha gente interpretó que, en función del "principio cristiano del mal menor", (al que D. Pedro Sotomayor se acogería muchas veces a lo largo de su trayectoria), en el hipotético caso que la muerte de Miret hubiera sido violenta, D. Pedro hubiese preferido no hacerlo público, por si eso fuera causa de rencillas en el pueblo entre supuestos afrancesados y supuestos patriotas españolistas,... algo, los enfrentamientos, que, en toda su trayectoria como líder social de la villa, intentó siempre evitar, ya que, con buen criterio, entendía que la fortaleza de Manzanares pasaba por la unidad de acción del paisanaje...El pueblo y sus gentes, al comienzo de 1809, y ya libres de la amenaza inmediata de los franceses, estaba todavía conmocionado por todo lo sucedido, aunque también muy orgulloso de lo que había hecho y del galardón que se había concedido a la villa... algo, esto último, que, en medio de la gran tensión que se vivía, y dado nuestro carácter interiorista, al principio nadie quiso resaltar demasiado, incluido Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, aunque por motivos bien diferentes... la gente del pueblo por no parecer prepotentes ante los pueblos vecinos; aquello del "que dirán" tan nuestro, dice D. Cosme... y, en el caso de Sotomayor, que ya había cogido al vuelo nuestras costumbres, lo hacía para no presumir en demasía de "pueblo elegido", ante la no muy descabellada posibilidad de que los franceses, en un futuro más o menos próximo, volvieran a tener algo que decir en Manzanares...por eso, curándose en salud, dio orden de ocultar muchos documentos en donde se hacía ostentación del título de Fidelísima villa...refiriendo, en hoja anexa al documento concreto, que se hacia ocultación del mismo "por la venida de los franceses" lo que debía interpretarse, no por que los franceses estuvieran en Manzanares, que aun quedaba mucho para eso, sino al temor que algún día estuvieran...así, los documentos permanecían a buen recaudo, pero ocultos, y en caso que un día los franceses llegasen a la villa, mejor que no supieran la alta consideración que nos tenía España.


Lo que ningún paisano suponía entonces, incluido seguramente también Sotomayor, es que el mismísimo Emperador, Napoleón Bonaparte, nos tenía "entre ceja y ceja" desde hacía tiempo, y que no servía ya ninguna ocultación local al prestigio adquirido por nuestro pueblo, tanto a los ojos del resto de España, como del enemigo francés...


El año de 1809 comenzaba, y la villa de Manzanares de La Mancha, lo quisiéramos o no, que no lo quería en demasía casi ninguno de nuestros convecinos, era objeto continuado de muchos comentarios patrios y del enemigo francés...nuestro destino, pues, estaba escrito y echado,.. seriamos, ya por siempre, en esa guerra de la independencia, un lugar muy codiciado por su posición estratégica en la geografía española, a la par que un pueblo muy admirado, en ambos bandos, por el arrojo y la valía de sus magníficas gentes..


Dicho todo ello, creo momento adecuado, querido plumilla, de dar final a esta crónica, que ha sido de bastante para mostrar al mundo de sus lectores, lo que Manzanares volvió a suponer de gran importancia, y por primera vez, que no última, en el comienzo de la segunda etapa de la Guerra de la Independencia contra los franceses, al tiempo, que el devenir del discurso, nos dio pie para comentar la reanudación de la vida normalizada en la villa, bajo la égida, y el estilo, del insigne Pastor de Manzanares en aquel proceloso tiempo, Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor.