El 3 de Octubre de 1958, Melchor Díaz-Pinés Pinés, elaboró la siguiente noticia para la Agencia Cifra:
Precisamente hace ahora seis siglos que esta villa manchega plantó su primer viñedo, que luego iría adquiriendo singular pujanza, hasta aparecer como una de las zonas de más raigambre viticultora, tanto por sus calidades como por sus extensísimos pagos dedicados a este cultivo, hoy a la sazón bastante diezmados por la filoxera y las pertinaces sequías, que son el principal vehículo de propagación de este tipo de enfermedades de la vid.
Con la constitución de la Encomienda que la Orden de Calatrava instituyera en este naciente núcleo urbano, plantáronse vastísimos terrenos de viña, con sarmientos traídos de la Borgoña, con cuya riqueza vitícola creciera la población, hasta sextuplicar el vecindario. Uno de los principales motivos por los cuales crecieran con tanta rapidez fueron el quedar indemne Manzanares de los devastadores efectos de la peste bubónica, que se cebó en los pueblos vecinos de Membrilla y Moratalaz, en la primera mitad del siglo XIV y de cuya peste fallecía el rey Alfonso XI, el 23 de mayo de 1359, cuando sitiaba Gibraltar.
Por las circunstancias de haberse plantado estos terrenos con sarmientos procedentes de una de las regiones francesas más famosas del mundo, guardan estos vinos tan extraordinaria similitud con los vinos franceses y gozan, en consecuencia , de tanta estimación en los mercados vinícolas del mundo.
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