… Ahora ya
empezamos a tener claro lo de las “madres viejas” y las “madres nuevas”, pero
el paseo solo ha hecho que comenzar….Y, antes de seguir nuestro camino, en esta
preciosa mañana que nos regala Manzanares, y en la zona que queda entre el
Tercer y Cuarto Recodo del río, en la proximidad de ese viejo molino de Santa
Ana, el reportero y sus acompañantes, vuelven a fijarse y abstraerse, mientras
observan, a cada paso que dan, una gran cantidad de restos cerámicos, con
antigüedad de muchos siglos,… “los más antiguos de ellos, datan de las
poblaciones ibéricas del neolítico”, según nos dice el Sr. Cosme, magnífico
“ilustrador” de esta comitiva y del reportero que les cuenta todo esto… Don
Cosme, no para de agacharse y recoger piedrecillas y restos, mientras habla y
habla, con la precisión y la seguridad de quien conoce bien todas estas cosas
de la Arqueología,… y nos sigue ilustrando de cómo.. “aquel trozo es de época
romana o este otro de la musulmana”… y los que le escuchamos, vamos quedando
cada vez más absortos según nos va contando….y es que, lo que nos pasa, en
realidad, es que estamos “retrocediendo” con el pensamiento a los orígenes de
la población humana de estas tierras….
”Si, prosigue el Sr Cosme, esos restos
que allí están desperdigados, evocan la humanidad más antigua de este
pueblo… tan antigua es, que, cuando tuvo lugar y espacio por allí, ni existía
Manzanares, ni tan siquiera su idea como tal pueblo” …. “Algunos historiadores
han situado aquí, en este paraje, a los primeros pobladores de lo que mucho
tiempo después, se configuraría como Manzanares…. Y hacen coincidir estos
terrenos con el “Argamasiella so la Membrilla” o “Argamasilla de Pilas Bonas”,
como algunos otros definieron terrenos y poblaciones parecidas en este territorio,
antes de la llegada al mismo de la Orden de Calatrava… Otros afirman que esos
primeros “paisanos”, vivían y convivían en un altozano próximo, que se conoce
como “Cerro del Moro”, donde incluso -sigue Don Cosme- ha habido poblamiento en
unas cuevas excavadas en su falda, hasta los años sesenta del siglo pasado.
Incluso, ahora, en las cuevas que oradan su estructura, “viven”,
ocasionalmente y en ínfimas condiciones algunos desheredados de la fortuna, lo
que tuvimos ocasión de comprobar cuando nos acercamos al lugar… Don Cosme,
terminó su docta
Decidimos, ya, continuar el camino, siguiendo el curso de la “madre nueva”…
pues nos proponemos recorrer y visitar los principales molinos hidráulicos del
Azuer a su paso por Manzanares… y “la historía nos dice, afirma Don Cosme, que
el ingenio y emprendimiento de alguna gente de este pueblo manchego, que se nos
hace evidente en cada episodio que contamos, decidió hacer, con la anuencia y
el beneplácito de la Orden de Calatrava que los gobernaba, y allá por los
finales del Siglo XV, este encauzamiento artificial, que llamaron “madre
nueva”, para reconducir el agua del Azuer a los mismos lindes de
Manzanares”,…
facilitando así el riego de las huertas colindantes y después, al final del encauzamiento, aprovechar la energía hidraúlica para mover las piedras de unos molinos de río, colocados allí, antes que esa “madre nueva”, abocará de nuevo al río original o “madre vieja”….
Fue el ejemplo manzanareño
de la explotación de todas las orillas en torno al río Azuer y al acuífero que
subyace en buena parte de sus alrededores, utilizando tanto las derivaciones y
acequias del mismo río como, sobre todo, las norias de cangilones movidas a
partir de tracción animal; las producciones básicas fueron, desde entonces, las
hortalizas, los frutales y especialmente el azafrán, del que se podían
recolectar cuatro cosechas y media cada seis años….
facilitando así el riego de las huertas colindantes y después, al final del encauzamiento, aprovechar la energía hidraúlica para mover las piedras de unos molinos de río, colocados allí, antes que esa “madre nueva”, abocará de nuevo al río original o “madre vieja”….
Para el desarrollo de esta agricultura de regadío, nuestros antepasados
manchegos construyeron esas “madres” a lo largo de toda la vega del Azuer,
parece ser que la primera de ellas fue la situada entre el molino de Santa Ana,
que es propio de Membrilla y el Puente de la Reina; la segunda entre este
puente y el Puente de los Pobres, es decir la “madre vieja” o curso natural del
río; la tercera es la “madre nueva” que alcanza el Calicanto, donde deja un
desagüe, utilizado cuando el canal va muy crecido, para que desvíe y retorne
aguas, desde el Calicanto a la “madre vieja”, tras alcanzar, paralelo al camino
de Andalucia, el “puente de los pobres” ; existía, además, una “cuarta madre”,
que recorría la vega del Azuer casi hasta la Casa del Conde, que iba dejando
agua en las huertas adyacentes…
Cuando, desde el Puente de la Reina, hemos subido el camino paralelo a la
“madre nueva” siguiendo el trayecto que termina en el Calicanto, tenemos el
placer de contemplar la riqueza agrícola de las huertas próximas, nutridas de
abundante agua por las múltiples salidas de la “madre nueva”… Llegados al
Calicanto, Don Cosme, nos explica con minuciosidad el mecanismo de apertura y
cierre de compuertas, para permitir que se rellene el aliviadero que conduce al
Puente de los Pobres o, bien, hacer que todo el agua se continúe por el cauce
adyacente al Paseo del Río y llegar así a los molinos…
Continuamos el curso de la “madre nueva”, atravesamos la zona del Parterre y
llegamos a un puente, donde se suelen citar personas mayores del pueblo, para
contemplar y conversar sobre el curso del agua, del tiempo y de la vida… A la
derecha del mismo, según se sube por el Paseo, queda la calle de la cárcel, a
cuyo final, atisbamos la silueta puntiaguda de la majestuosa Torre de la
Iglesia de Manzanares…
El Sr Torres, callado como casi todos durante el paseo,
ante la brillante elocuencia de Don Cosme, nos recuerda como, en este Paseo, se
instaló el año pasado de 1911, y por primera vez, el Ferial de la Fiestas de
Manzanares, para hacerlo coincidir con la inauguración del Gran Teatro… y que,
desde ahora, las atracciones y los puestos siempre se instalaran allí, pues La
Plaza se había quedado pequeña y, además, dos instalaciones primordiales de las
fiestas, el Kiosko de la Música y la Plaza de Toros quedaban en un entorno
cercano…
El reportero deja volar su imaginación… "y piensa en lo que será en un
futuro inmediato este Paseo durante las fiestas,… los puestos de turrón,
chucherías, baratijas, berenjenas, Pim-Pam-Punes, Tómbolas, etc… apilados uno
tras otro, hasta llegar a la Explanada donde se ubica el Kiosko, sitio idóneo
para los Tío Vivos y otras atracciones de niños… Realmente un magnífico conjunto
de fiesta que será envidiado en todo la provincia"…
Pero siguiendo con el objeto que nos trae hoy por aquí, el curso de la “madre
nueva” cuando corre al lado del Paseo del Río, deja múltiples salidas de agua
que nutren las huertas que van quedando a su izquierda, como las que
constituyen la llamada “Isla verde”, luego ha de cruzar las vías del
ferrocarril, y entonces da “vida” a los molinos y vuelve a conectar con la
“madre vieja”, el río Azuer, en el comienzo del camino de Daimiel…
Pero de nuevo, Manzanares, con su riqueza en cosas y datos, nos obliga a
terminar aquí esta crónica, dejando para la inmediata la explicación sobre el
otro componente de esta economía agraria de rivera, estos molinos hidráulicos
que funcionaron a pesar de la estacionalidad del caudal del río….
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