Tal como habíase
concertado, a las 9 de la mañana, ya me esperaba, en la Plaza Virgen de Gracia,
el Sr Alcalde, quien la tarde anterior había prometido contar personalmente a
este reportero, la historia de la construcción del espectacular coliseo, que
llevaba grabado el nombre de “Gran Teatro” en la parte superior de su magnífica
y reluciente fachada, antes de acompañarlo también a visitar su empresa
familiar y otras importantes bodegas del pueblo,... ya que, ese día, comenzaba
la tarea periodística encargada por mi periódico, acerca de la floreciente
actividad industrial de Manzanares…. y, yo, había decidido iniciarla por lo que
me pareció más relevante, sus enormes bodegas, algo a lo que, como me comentó
D. Antonio Rubio en la sobremesa del día anterior, él no podía faltar, pues no
quería perderse ese recorrido por las principales industrias vitivinicolas de
su pueblo, ya que, además, de los jugosos comentarios y tertulias que la visita
iba a suscitar, sin duda,.... a él le iba a servir para observar el estado real
de todas esas bodegas…
En fin, lo cierto es que Don Antonio Rubio estaba allí, sonriente y esperando, en
el centro de la plazuela y enfrente del Gran Teatro… Apresuramos el paso, que a
un Alcalde no se debe hacer esperar, y llegamos hasta él....
Nos saludó a mi y al Sr. Torres que me acompañaba, y comenzó a contar, con el
entusiasmo e impetuoso verbo que caracterizaba al brillante primer edil de
Manzanares, que hacía 30 años, allá donde pisábamos, estaba el antiguo
camposanto de su ciudad, ahora situado a las afueras de la localidad…y que
cierto día de hace 3 ó 4 años, él y otros paisanos, habían valorado la
posibilidad de dar "alli" a Manzanares un edificio cultural de este
porte,… y que “ahí” estaba el resultado,… mientras con un ademán de su mano, y
un brillo de orgullo y satisfacción personal en sus ojos, señalaba el
majestuoso edificio que teníamos enfrente…. Yo le dí mi enhorabuena por el
resultado, y le dije que sería recordado siempre en este pueblo, aunque sólo
fuera por eso… jocosamente, continuó contándome que muchos en el pueblo ya se
habían acordado de él, y de toda su familia, y no precisamente con lisonjas,
cuando se proyectó el edificio…Ante mi gesto sorprendido, me recordó la manida
frase de “con la Iglesia hemos topado”,… contándome todo el difícil proceso
para convencer a muchas “sensibilidades católicas y conservadoras” de
Manzanares, escandalizadas de que se fuera a construir un centro de diversiones
sobre un antiguo cementerio, y empezando por, en sus palabras, “el mayor hueso
de roer, el párroco Don Dimas”, a quien tuvo que recordar que esos terrenos,
tras los acuerdos escritos entre la diócesis y la Corporación Municipal, hacía
más de 30 años, eran propiedad del Ayuntamiento y, sobre todo, continuó con una
sonrisa algo irónica, lo que le costó hacer ver a Don Dimas que ese lugar
“había cedido su santidad al nuevo cementerio”, tras la bendición de este
último por el anterior párroco…. En el rostro satisfecho de Don Antonio,
contemplando su gran obra, se dejaba ver que esto ya era pasado, algo que él
alcalde, de nuevo con sorna, certificó diciéndome....Ahora, lo único que siente
Don Dimas, es no poder decir misa en esta “capilla”…al tiempo que reía a
grandes carcajadas…. Terminó, prometiéndome que me presentaría a Don Dimas,
para que lo conociera personalmente, y el mismo me mostrará las riquezas
eclesiales e históricas de Manzanares ….Luego, me invitó a conocer el bellísimo
interior del Gran Teatro, su magnífico y barroco escenario, su enorme sala de
butacas, sus hermosas plateas y la grandísima “general”, que completaba el
aforo hasta una cabida de unas 1.500 almas,..lo que, en una nueva puya del
ingenioso alcalde contra su párroco, le llevo a decirme que: “…y esas almas
están como en el cielo cada vez que asisten allí a una función”….. Era claro
que el Sr Rubio estaba orgulloso de “su” Gran Teatro, pero es que este
magnífico edificio, levantado en esa Plaza el año 1910, con tan excelentes
condiciones y amplitud , que seguramente no habría otro como él en ningún
pueblo de la región ni en muchas capitales de provincia, lo avala sin duda
alguna…Entrando en lo más prosaico, cuando salíamos de nuevo a la Plaza, me
comento que toda la obra había costado al pueblo, la cantidad de 36.000 duros…
Salimos, pues, del Gran Teatro..., y nos encaminamos a la zona de las bodegas
por una espléndida y nueva calle, recién urbanizada, de medio kilómetro de
larga por unos 20 metros
de ancha, y tres de acera. Me comentó el Sr Rubio que esta calle, conocida en
el pueblo, antes de esas obras, como “la vereda”, aludiendo a que forma parte
de la cañada real, tiene ahora el nombre oficial de “nueva calle Toledo”, ya
que es continuidad de la que se adentra en el pueblo con ese nombre. Tal como
su secretario me había contado la tarde anterior, Don Antonio, me explicó, de
nuevo con orgullo, que esta calle nueva le satisfacía especialmente, pues había
acondicionado muy bien una zona anteriormente intransitable, de ínfimas
condiciones higiénicas, conocida como “Las Loberas”,…
Ahora, esta obra de urbanización, diseñada tras un estudio impecable de ingeniería, cuyos planos, que llevaba consigo, me mostró , había permitido asentar allí, en el triangulo que formaba el final de la nueva calle, con el Paseo de la Estación y las vías del tren, a la mayoría de las bodegas y destilerías del pueblo, que quedarían así en la inmediatez del ferrocarril, para asegurar el fácil transporte de sus productos a toda Españas... Después, en el transcurso de esa intensa mañana de visitas, pude ir comprobando la realidad de esa afirmación, según iba conociendo varías de las más importantes bodegas (y de sus caldos, todo sea dicho) de este pueblo increíble…pero eso quedó ya plasmado en otra crónica de esta intensa visita a Manzanares….
Ahora, esta obra de urbanización, diseñada tras un estudio impecable de ingeniería, cuyos planos, que llevaba consigo, me mostró , había permitido asentar allí, en el triangulo que formaba el final de la nueva calle, con el Paseo de la Estación y las vías del tren, a la mayoría de las bodegas y destilerías del pueblo, que quedarían así en la inmediatez del ferrocarril, para asegurar el fácil transporte de sus productos a toda Españas... Después, en el transcurso de esa intensa mañana de visitas, pude ir comprobando la realidad de esa afirmación, según iba conociendo varías de las más importantes bodegas (y de sus caldos, todo sea dicho) de este pueblo increíble…pero eso quedó ya plasmado en otra crónica de esta intensa visita a Manzanares….
No hay comentarios:
Publicar un comentario