Antes de comenzar con las publicaciones de 'Relatos de 1912, de Pedro Villarroel González-Elipe, parece lógico publicar la dedicatoria que el mencionado autor, realiza a mi padre, Melchor Díaz-Pinés Pinés, que fue su amigo desde siempre.
Dicha dedicatoria, realizada por Pedro, que a continuación reproduzco, justifica la publicación de estos relatos en el presente 'blog', ya que además de amigos, ambos fueron y son, magníficos reporteros en pos de la noticia, el primero, cámara en ristre, bicicleta y bolígrafo y Pedro, el más joven, narrador vocacional de la pasada historia de su pueblo de nacimiento, que coincide con el de Melchor, ese lugar de la Mancha al que todos conocen por Manzanares, elegido como el más hermoso -tal como indica la seguidilla - entre dos mil lugares de la vasta llanura castellana.
Agradecer a Pedro esta dedicatoria es lo menos que puedo decirle. Quedar en deuda con él para siempre, por tantas cosas, es obligado por mi parte. MUCHAS GRACIAS.
".. Allá por los 60,
yo era un niño inquieto y muy curioso. No se cuando fue, tendría yo entre 9 a 10 años,... una tarde, mi
madre me hizo el encargo de ir a la librería de Melchor a comprar un libro, o
quizás una revista...Lo cierto fue que, por allí, estaba Melchor, hablando con
su hija Tere.... (Yo sabía de él antes por mi familia, incluso habíamos cruzado
algunas palabras, en ocasión de que él me regalara alguna chuchería cuando
pasaba por la acera de su tienda, que estaba cerca de mi casa)....pero el caso
es que, aquel día, no se cómo ni por qué, se estableció una conexión mágica
entre el niño que yo era y ese personaje de porte tan característico que era
Melchor...vivaz, inquieto...pero, a la vez, irradiando una seguridad y sosiego
que percibía perfectamente quien conversaba con él...Esta fue mi primera
conversación con Melchor. Me fascinó de inmediato la similitud de mucho de su
personalidad, e incluso gestos, con los de mi padre...y, además, me impactó esa
pulsión tan suya de reportero, el instinto de plasmar en imagen o escritos la
actualidad o las cosas históricas de su pueblo, pues eso, justamente eso,
representaba una de mis ensoñaciones de niño ...
Tener enfrente a una
persona que me estaba diciendo que los reportajes que elaboraba, podían
aparecer luego impresos en un periódico de Madrid, o incluso del extranjero,
para un niño que aun no conocía nada más allá de los límites de su pueblo,
resultó maravilloso... saber que, en esa tienda tan cercana a casa, existía
alguien que era capaz de hacer reales esos sueños infantiles, no hizo otra cosa
que aumentar, día a día, mi admiración por Don Melchor Diaz-Pinés.
El, Melchor Díaz-Pinés,
fue, pues, quien, definitivamente, tras esa conversación, me hizo saber que,
por qué no, quizás algún día, que parece haber llegado ahora, yo escribiría
sobre mi pueblo de Manzanares...Melchor, sin duda, al hacerme ver eso, insufló mi ánimo inquieto de la certidumbre de lo posible, manteniendo
una inquietud que, si no media ese encuentro, se hubiera perdido...y, ahora, me
salen estos torpes escritos que, de otro modo, nunca hubiera hecho...
Conversamos luego más veces, antes de venir yo a Madrid a estudiar Medicina,
ahondando siempre en los mismos temas...Aun no sabía que, pasado el tiempo,
nuestros caminos se iban a cruzar de nuevo en el momento en que tuve la
responsabilidad de diagnosticar la enfermedad que acabó con su consciencia,
pero no con su dignidad de gran hombre...
Valga todo esto, como
particular homenaje a quien tuvo la virtud de hacerme ver que los sueños, estos
sueños de escribano, podían hacerse realidad...y qué mejor sitio para ello que
ese 'Blog' que, amablemente, me ofreces Manuel, su hijo... Yo lo he mirado muchas veces
para mis escritos, incluso he copiado, en ocasiones, casi literalmente sus
contenidos...Yo sé, Manuel, que tú hiciste el 'Blog' en honor y memoria de tu
padre, Melchor... "in pectore", director de esa publicación...
Solo por eso, para mi, por
tanto, sería un honor que me incluyas en la plantilla de sus reporteros.
Un abrazo.
Pedro Villarroel.
OTRO para ti, amigo Pedro.
Manuel Díaz-Pinés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario