“Don Cosme, nos
acaba de ilustrar acerca de cómo era ese magnífico Castillo de Manzanares y,
ciertamente, el contraste con lo que podemos ver ahora mismo, solamente la
parte superior de lo que era su esbelta Torre Mayor, integrada en un conjunto
de casas de labrantío, sin permitir reconocer más elementos de lo que
constituyó, en su tiempo, una gran fortaleza, induce a este reportero a
preguntarle, ¿como fue evolucionando este Castillo y Manzanares, hasta llegar a
como estamos ahora?,… ¿Como fue posible llegar a la situación actual?... donde
mucha gente del pueblo ni siquiera sabe que aquí hubo un Castillo… esos que, al
pasar por aquí, “ven” solo un conjunto de casas… y, si acaso, les resulta
chocante la estructura emergente de esa que fue Torre del Homenaje del
Castillo, de la que solo algunos pocos tienen la curiosidad de preguntarse
sobre su antigua realidad”…
”Y es que, amigo cronista, comienza Don Cosme a dar cuerpo a este nuevo relato,
en este Manzanares de 1912, “lanzado” al siglo XX, poca gente parece estar
interesada en estas cuitas que hoy mantenemos usted y yo acerca de este
Castillo… pero deberán hacerlo, e intentar recuperarlo en lo que puedan… para,
así, recobrar la esencia y la imagen inicial de este pueblo, pues en ella, en
esa esencia, en ese genuino ser de aquellos primeros habitantes del Lugar
naciente de Manzanares, están muchas de las claves de lo que hoy es la
magnífica realidad de este magnífico pueblo y sus magníficas gentes”…”el
emprendimiento, la voluntad humana de hacer, en aquellos iniciáticos momentos,
parecen estar igual de presentes en el carácter y capacidades de las personas
que, hoy en día, conviven en este lugar, desde su máxima autoridad local, el
alcalde Don Antonio Rubio, pasando por su clero, encabezado por la peculiar
personalidad de D. Dimas López y los otros muchos prohombres de la localidad
que usted ha ido conociendo en este pueblo, en marcha hacia un futuro
espléndido, este magnífico pueblo de Manzanares”...
“Parece indudable, amigo mío –sigue D. Cosme- que, al momento de hacer el
Castillo, el motivo que tuvo la Orden de Calatrava fue defender militarmente
sus derechos territoriales frente a las vecinas Ordenes de Santiago y San
Juan”,… . “Pero, además del cuidado fronterizo, los calatravos habían advertido
la abundancia de agua en estas tierras, la feracidad de las huertas del Azuer y
la capacidad de los “indígenas” de Argamasiella De Pilas Bonas para crear
riqueza”… “Debieron observar, continua vehemente D. Cosme, que la riqueza
acuosa de esta tierra, propiciaba, y explicaba, la existencia de numerosos
puntos de abrevamiento, de uso libre, para el ganado trashumante que por allí
pasaba, atravesando sus caminos, cañadas y veredas… y que, con frecuencia, permanecía
por allí un cierto tiempo, estabulado en cuevas y refugios que, desde tiempos,
seguramente inmemoriales, utilizaban los pastores como puntos de descanso para
el ganado y para ellos mismos”…
“Eran, en cierta manera, preludio de esas
magnificas posadas que usted ha tenido ocasión de conocer en este pueblo”…
“pueblo que, desde sus inicios, cuando era sólo un Castillo y una pocas casas,
por su estratégica situación, fue siempre lugar de transito y parada de
viajeros de todo tipo, especie y laya”… “Y así fue, y así pasó y debió ser, que
aunque los calatravos decidieron levantar inicialmente solo un castillo
defensivo, para hacer frente a posibles ataques de las Ordenes Cristianas
rivales, mientras lo hacían, ya se habían dado cuenta de todas las posibilidades
del sitio elegido, y, sobre la marcha, decidieron dotarlo, también, de
habitáculos más propios de una “Casa de Encomienda”, aunque Manzanares aun no
tuviera esa entidad”…. ”Pretendían, a la vez, y con ello, asegurar el control y
defensa de sus fronteras y reafirmar, como va dicho, su dominio territorial
sobre la riqueza que prometía esa privilegiada tierra”.
“La protección que garantizaba el castillo, incitó aun más a los pastores a
detenerse en los numerosos abrevaderos del sitio de Manzanares, para descansar
y dar de beber a sus sedientos rebaños. Ello hizo, enseguida, que ganaderos,
pastores y labradores fueran asentándose en la zona espontáneamente,
colaborando a crear el incipiente y primitivo núcleo de población que dio
sentido a crear un Lugar, el Lugar de Manzanares”. “Parece cierto, que las
jerarquías de la Orden Calatraveña no tenían planificada la creación de aquel
poblamiento, sigue D. Cosme, pero, una vez más, los acontecimientos les
desbordaron ... estaba muy claro que las gentes que conocían el enclave, se
“enamoraban” de él… y se quedaban aquí”…
“Esta “imantación” por el Lugar de
Manzanares, que afectó a muchos ganaderos y labradores, se contagió al gran
colectivo de obreros y artesanos, venidos del Norte para construir el Castillo,
que también advirtieron que este Lugar era un gran sitio para quedarse a morar,
una vez terminada la obra para la que habían sido reclutados”…. ”De hecho, un
gran número de ellos, se quedaron aquí para el resto de sus días”….“Y se sabe
también, y es de las escasas cosas de aquella época que están corroboradas, por
haber quedado escritas,…que, mientras se construía el Castillo, las autoridades
calatravas no asignaron al espontáneo poblamiento una jurisdicción municipal
propia, por que, en el año de gracia de 1245, cuando se firma la Concordia
entre la Orden Calatraveña y el Arzobispado de Toledo, donde quedaron reguladas
las respectivas competencias, y se fijaban las cantidades a cobrar por el
Arzobispado, en la habitual forma de la época, un tercio de los diezmos
cobrados en cualquier Lugar con parroquia, aun no aparece el nombre de
Manzanares , ni, por tanto, su obligación a pagar diezmos, señal inequívoca de
que, por entonces, todavía no había comenzado a formarse el núcleo habitado, o
era tan incipiente que no fue considerada su regulación jurídico-administrativa
a efectos de pago de diezmos”. "Sin embargo, sigue D. Cosme, en sólo 40
años más… y, más probablemente, por la pujanza y emprendimiento de esas sus
primeras gentes, mezcolanza de “indígenas”, obreros, ganaderos y labradores,
que por la idea de los nuevos dueños calatravos,…. esa pequeña Aldea inicial,
alcanzó rápidamente la consideración de Lugar, con su correspondiente
aditamento jurídico-administrativo,… y, finalmente, tomaría la condición de
“Encomienda de Manzanares”, de la que se tuvo noticia escrita, por primera vez
en 1284”… para entonces, la encomienda ya estaba creada, al mando de frey
Blasco Núñez"...
También sabemos, por ello, que Manzanares ya tenía
entonces activadas todas las exigencias que conllevaba cualquier Encomienda:
sobre todo, un concejo, para el gobierno civil y administrativo del Lugar y de
sus intereses colectivos”…. “Parece que fue así, aunque nos ha llegado que,
previo a su constitución, los vecinos del poblado ya eran convocados en
asamblea por las autoridades calatravas (“a toque de campana”), en el local
cubierto de más capacidad del incipiente Lugar de Manzanares, su Iglesia vieja,
situada frente al Castillo, para que participaran todos en la toma de
decisiones sobre asuntos importantes, lo que, sin duda, constituía un alarde
democrático, encomiable para los tiempos que corrían, asevera D. Cosme” …
“La creación de la Encomienda, conllevó una reforma de gran calado en el
régimen municipal”. “La asamblea general de vecinos, fue sustituida por un
concejo reducido, formado por: Alcaldes ordinarios y regidores, que asumían la
representación civil, jurídica y administrativa de la colectividad”… “Esos
Alcaldes ordinarios y regidores, eran elegidos todos los años por el voto libre
de los vecinos, manteniendo así la Encomienda su vitola democrática”….
“Naturalmente, y de nuevo por la riqueza del solar y el impulso de sus gentes,
la Encomienda de Manzanares llego a ser, enseguida, una de las más prosperas
del territorio calatravo, lo que indujo a modificaciones continuas en el
Castillo, en detrimento de su estructura militar, y a favor de su
transformación progresiva en lo que se llamaba “Casa fuerte” o “Casa de
Encomienda” (Almacenes, bodegas, áreas administrativas para control de diezmos
y actividades agropecuarias, etc…)”…
“Y acabemos aquí el relato, amigo cronista, al final de ese Siglo XIII en que
“nació” Manzanares, allá por su quinta década, resaltando que, en los cuarenta
años siguientes, plazo de tiempo históricamente irrelevante… y por la
emprendedora acción de sus gentes, como fue siempre, y tal cual será, a lo
largo de su gloriosa historia, Manzanares supo pasar de Castillo a Lugar y de
Lugar a Encomienda”. “y, si... por mor de esas gentes, adelantadas a su tiempo
y a sus mandatarios,... por la característica sublime de un pueblo...el pueblo
de Manzanares”.
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