Acabó 1813 y, con el año, también la imposición francesa a la gente de España, comenta D. Cosme, para dar inicio al relato.. Manzanares vivía exultante su recuperada libertad, desde marzo de ese año... y las buenas noticias se sucedían. A finales de Mayo, se supo en el pueblo que los últimos franceses que quedaban en Madrid, abandonaban la capital, y el día 30 de Mayo se pudo celebrar con alegría en toda la España liberada el día de San Fernando, onomástica del Rey legítimo, Fernando VII.
En Manzanares, sigue D. Cosme, hubo una proclama desde el Ayuntamiento y fiesta en La Plaza Mayor. Todo el mundo anhelaba la vuelta del “Rey Deseado”, muy alejados de suponer que, cuando eso sucedió; “en menos que canta un gallo”, de “Deseado”, pasó a “Felón”; y la verdad es que, con un poco de perspicacia, se podría, al menos haber intuido esa posibilidad. Sus antecedentes y su escasa catadura moral, sigue D. Cosme, no auguraban nada halagüeño para su reinado. Primero había traicionado la confianza de su propio padre, Carlos IV, provocando su abdicación y autoproclamándose Rey de España y, luego, rubricó los humillantes pactos de Bayona.. en los que, antes de acabar preso, asumió, de facto el nombramiento de José I, hermano del Emperador, como Rey de España. Su apresamiento en Francia. y las circunstancias de la guerra contra los galos, ciertamente le favorecieron, pues pudo “reivindicarse” como preso político y Rey Legítimo de España, ante el Consejo de Regencia y las propias Cortes de Cádiz. España necesitaba y “deseaba” un Rey legítimo, y nadie, ni el Consejo de Regencia, ni los ingenuos diputados de las Cortes gaditanas sigue D. Cosme, se plantearon duda alguna sobre la actitud que tendría a su vuelta a España, Fernando VII. El “Deseado”…que se dejaba querer en su cárcel francesa, y al que todo el mundo en España, consideraba el baluarte de su futura libertad como pueblo.
Sin embargo, continua D. Cosme, parte de la aristocracia española afrancesada, que se había autoexiliado en Francia, acompañando a los galos en su retirada, comenzó contactos, más o menos secretos, con “el deseado”, previendo que volvería a España en un futuro no muy lejano. Naturalmente, sigue D. Cosme, no hay constancia escrita de esos contactos, pero es casi seguro se produjeron, habida cuenta del inmediato perdón y devolución de sus propiedades, que muchos de estos aristócratas españoles afrancesados, obtuvieron del “deseado”, a muy escaso tiempo de su regreso a España. Entre ellos, ese fue el caso del ínclito y vividor D. Agatino, Marques de Salinas, que recuperó en Manzanares toda su hacienda, al poco de la llegada a España de Fernando VII… Por otra parte, sigue D. Cosme, al lado del entusiasmo liberal que se vivía en España con la Constitución de Cádiz, en particular en pueblos como Manzanares, enseguida quedó clara la resistencia de gran parte del clero y de mucha “aristocracia patriótica”, a las medidas más progresistas y avanzadas que proponía la Constitución aprobada en Cádiz. Por ej, la abolición de la Inquisición se vió como algo indeseado por una parte del clero, digamos “poco cristiana” o de "muy escasa capacidad redentora", dice, jocoso, D. Cosme..
De la misma manera, algunas medidas tributarias, planteadas en aquella carta magna, que pretendían hacer axiomático aquello de “quien más tiene… más tributa” no fue precisamente del agrado de cierta “nobleza patriota”…que una cosa es la Patria y otra el Patrimonio, rompe a reir a carcajadas D. Cosme…. Desgraciadamente, sigue, el pueblo llano, sumido en una incultura secular, y apegado a una tradición de siglos, resumida en la trilogía: “ trabajo, sufrimiento y rezo”, muy diferente a la trilogía de la Ilustración “Igualdad, libertad y fraternidad”, resultó muy manipulable, y no entendió la grandeza y significado de progreso instalada en la letra y el espíritu de la nueva Constitución de Cádiz, mucho más próxima a esa cultura ilustrada de Europa que a la tradicional y anclada en la Edad Media, que era todavía mayoritaria en amplios sectores del pueblo español, que no se identificó nunca con los diputados burgueses, cultos y refinados del Parlamento gaditano... lo que terminó de ser aprovechado por el clero, amplios sectores de la nobleza y los detractores de la Carta Magna, para manipular a la incauta gente de nuestro pueblo, y lograr, incluso, que hiciera causa común con ellos, haciéndoles ver, de una manera muy perversa, que los preceptos de la nueva Constitución tenían la “perversa influencia de los franceses”…
Fernando VII. |
Lamentablemente, en muchos pueblos de España, el pueblo llano apoyó a Fernando VII al grito de “viva la Inquisición”!!…o el de ”vivan las cadenas”!!. Fernando VII persiguió a los diputados cesados, a los que encarceló o ejecutó vilmente.. Todas las Diputaciones y Ayuntamientos Constitucionales, continua D: Cosme, fueron cesados de manera inmediata; se reestableció la Inquisición y se dieron prebendas a la nobleza que apoyó el golpe, mientras se vulneraban, sin escrúpulos, los derechos civiles... El mundo liberal de España se sintió desconcertado y no supo reaccionar, con lo que el régimen absoluto de Fernando VII consiguió imponer su ley en los meses siguientes.. En todo el país se estableció una situación de desconfianza y recelos. En los seis años siguientes, el indeseable “felón” junto a su camarilla de secuaces, reinó con despotismo, en un estado policiaco, basado en la delación, la amenaza y el miedo…Manzanares, vivió tiempos muy malos, pues era, sin duda alguna, el pueblo más abierto y liberal de La Mancha, sufrió mucho, y con saña, la represión del régimen absoluto. La actividad social del pueblo se adormeció, entre otras cosas por un instinto de preservar el pellejo, por parte de la gente con talante liberal que había en el pueblo…. Hasta el mismo Sotomayor tuvo que rendir cuentas a la Inquisición, acusado de supuesta connivencia afrancesada, por las relaciones que mantuvo con los galos durante su ocupación de Manzanares.
Don Pedro, defendió su posición con enorme brillantez ante el Tribunal de la Inquisición, que no tuvo más remedio que dejarlo libre de cargos. En Manzanares, la oposición al régimen fernandino fue de las más relevantes en La Mancha. Desde su imposición, un grupo de intelectuales, comerciantes y profesionales liberales, mantuvieron el espíritu liberal que caracterizó siempre a nuestro pueblo, siendo el germen de la llamada “Sociedad Patriótica de Manzanares” fundada unos años después.. No tenemos noticias de represalias, ni tampoco de ejecuciones de alguno de ellos, pero es seguro que muy bien no lo pasaron, pues el clima de recelo y delaciones era generalizado en todos sitios. Y con lo dicho y contado, querido plumilla, puede usted dar por concluida la crónica, en la que hemos dado cuenta del tránsito de “deseado” a “felón” del ínclito Rey Fernando VII.-y las consecuencias de todo ello para España y Manzanares…
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