viernes, 5 de febrero de 2010

La provincia de Ciudad Real aportó uno de los más célebres pintores del siglo XVI.


El 8 de Marzo de 1961, Melchor Díaz-Pinés Pinés para la Agencia Cifra, redacta este pequeño artículo histórico-cultural:


La Provincia de Ciudad Real y más concretamente, Almedina, se honra en haber aportado al bello arte de la pintura, uno de los mayores genios del siglo XVI, en la persona de Fernando Yáñez de la Almedina, como era conocido en los medios artísticos de aquella época.

En Italia, a donde le llevo su gran afición, fue ayudante predilecto del gran Leonardo da Vinci y con él decoró en Florencia el célebre Palazzo Vecchio, distinguiéndole por entonces con el nombre de " El Ferrando Espagnolo ". En sus obras puede reconocerse el gran italianismo de este pintor, muy influenciado por Leonardo y las influencias venecianas y florentinas de la época.

En España, quedó patente su depurado estilo con las pinturas realizadas en la Catedral de Valencia. Aquí se establecío entre 1506 y 1526, trabajando en el retablo de San Cosme y San Damián, prácticamente desaparecido en 1936. La etapa valenciana es la más conocida del pintor durante su estancia en España, aunque hay vestigios de pinturas realizadas en la catedral de Barcelona. Pasó a trabajar con posterioridad a la ciudad de Cuenca donde hay noticias de sus trabajos y a partir de 1531, no existen más vestigios de su vida y sus obras.

En el Museo del Prado, de Madrid, figuran entre otras catalogadas, una que a gran tamaño, representa la figura de Santa Catalina con los atributos de su martirio. Este cuadro fue clasificado por el investigador español D. Elías Tormo como el "el cuadro español de mayor belleza del siglo XVI ".

La fama de este pintor manchego mereció los honores de la inmortalidad, a pesar de que su gran producción artística desapareciera en el transcurso del tiempo. Su estilo tan personal queda demostrado en las pocas obras que de él han quedado para la posteridad.


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