En este relato, querido plumilla -me dice D. Cosme- le
comentaré sobre los días previos a la primera gran llegada de tropas francesas
a Manzanares, el día 26 de Mayo de 1808.
Eran momentos de crispación y
exaltación en casi toda España, y también en Manzanares, tras los múltiples
altercados que se habían vivido al paso del ejército francés en varias ciudades
y pueblos de España, más al norte que el nuestro, algunos con resultado de
muertes, desde mediados de Marzo de 1808, hasta primeros de Mayo, y, sobre
todo, desde que el ejército francés entró en Madrid, el 23 de marzo de 1808,
los incidentes fueron crecientes en la ocupada capital y se hicieron muy frecuentes
entre civiles y soldados franceses. Madrid empezó a notar desabastecimientos,
agravando la creciente animosidad contra los franceses. Al poco tiempo, además,
se conoció el viaje de rey Fernando VII, y su corte, a Bayona, junto al Rey
recién abdicado; Carlos IV e, incluso, Godoy, (que había sido liberado por el
mariscal Murat, máxima autoridad francesa en España)... llamados todos a
consulta por Napoleón Bonaparte…
Esto, sigue D. Cosme, desconcertó a los
españoles, pues nadie entendía que pasaba, salvo que España estaba a merced de
Francia… Se generalizaron los pasquines contra los franceses en la capital y
otras ciudades y, desde púlpitos y ayuntamientos, se lanzaban cada vez más
comentarios disidentes. Ese ambiente crispado, y noticias de la mayoría de
incidentes significativos, sobre todo los que sucedían en Madrid, o en las
ciudades del eje viario del Camino Real de Andalucía, más al norte de nuestro
pueblo (Aranjuez, Ocaña, Tembleque, Madridejos, Villarta), y también las de
Toledo, eran casi inmediatamente conocidas en Manzanares, por el amplio círculo
de información civil que tenía nuestro alcalde mayor, Miret, o por los
contactos con el Arzobispado y la Orden Calatrava, que tenía el párroco
Sotomayor.
Así, en ese contexto de tensión creciente, llegó el motín del 2 de
mayo de 1808 en Madrid, donde, según parece, participaron oficiales de
artillería, liderados por Pedro Velarde, y también mucha gente de la capital y
pueblos cercanos. La revuelta fue repelida con violencia, muriendo oficialmente
409 personas... Ese 2 de mayo, sigue D. Cosme, suele considerarse el punto de
comienzo de la Guerra de la Independencia, pero fue unos días después, cuando
la Gaceta de Madrid, del 13 y del 20 de mayo, publica la noticia de la
capitulación de la Monarquía española ante Napoleón, en las abdicaciones de
Bayona, (y, entre paréntesis, le diré, querido cronista, que dando una
importancia muy trascendental a la profesión que usted profesa)... cuando se
puede decir que comenzó de verdad la guerra … pues, a consecuencia de la
extensión escrita de esa noticia, sigue D. Cosme, fue que se generalizaron las
rebeliones y alzamientos contra los franceses en muchos puntos de España… y, a
la vez, en casi todas las ciudades y villas, las autoridades civiles cesaron en
sus cargos, siendo sustituidas por Juntas de Gobierno locales, formadas por
personas relevantes de cada población.
La "Junta de Gobierno de
Manzanares”, en ese decisivo tiempo de comienzos de la guerra, sigue D. Cosme,
estaba formada por D. Juan Antonio Sánchez de Avila; (secretario-escribano);
Juan Josef Miret; (Presidente) y Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, D,
Francisco Morales, D. Juan Jose Morales, D. Julian de Sandoval y D. Juan Manuel
Velez de las Cuevas, (vocales)… teniendo el objetivo de paliar los problemas que
habría de sufrir el pueblo durante la guerra. Estaba claro, prosigue D. Cosme,
que Miret y Sotomayor, por su influencia y posibilidades en sus respectivas
competencias, civiles y eclesiales, eran los elementos principales de nuestra
Junta Local, pues tenían información casi inmediata de las cosas de enjundia
que iban ocurriendo durante esos días en el ocupado Madrid, seguramente, entre
otras razones, a través de contactos que, de alguna manera, mantenía Miret con
el Presidente de la Junta Suprema de Gobierno D. Antonio Pascual de Borbón, que
aunque fue un títere en manos del Mariscal Murat… para nuestro pueblo, si que
pudo ser importante, en cuanto a información de lo que pasaba en Madrid antes
del 2 de mayo de 1808... ya que, además, de Presidente de la Junta Suprema de
Gobierno, se daba la coincidencia que también era Comendador de Manzanares, y
aunque casi no pisó nuestro pueblo durante su tiempo de Comendador, si existían
vías de contacto con el personal de la Encomienda del castillo y con las autoridades
locales de Manzanares; que, seguramente, aprovecharía Miret para estar
informado de lo que se “cocía” en la capital de España...
D. Antonio Pascual,
sigue D. Cosme, había sido dejado al frente de la Junta Suprema de Gobierno de
España por el Rey Fernando VII, cuando este marchó a Bayona, el 10 de Abril de
1808; pero su mando resultó efímero; pues, ante los sucesos del 2 de Mayo, y
viendo la que se venía encima…quizá, por miedo… o, quizá, por no querer
aparecer como cómplice de los invasores galos, el último Borbón que quedó en
Madrid, nuestro bonachón Comendador decidió marchar a Francia, uniendo su
suerte al resto de la Corte, y dejando la siguiente y curiosa nota manuscrita
explicatoría -comenta D. Cosme-, riendo a carcajadas: “A la Junta, para su gobierno,
la pongo en noticia cómo me he marchado a Bayona por orden del Rey, y digo a
dicha Junta que ella siga en los mismos términos, como si yo estuviese en ella.
Dios me la dé buena. Adiós, señores, hasta el valle de Josafat”... En ese
ambiente confuso y lleno de acontecimientos diarios, continua D. Cosme, el 10
de Mayo de 1808, Napoleón ordena, desde Bayona, una operación militar de gran
alcance, consistente en la marcha a Cádiz de los contingentes del ejército
francés que estaban al mando del General Dupónt, con el supuesto objetivo de
proteger a la flota francesa del almirante Rossilly (bloqueada en el estrecho
por los ingleses)… aunque, en la mente de Napoleón, la realidad “escondida” de
dicha expedición era ir sometiendo a Francia los territorios al sur de
Madrid,.. La Mancha y Andalucía.
En el desarrollo de esa orden, el general
Belliard, organizó y ordenó la salida de la expedición militar de Dupont,
compuesta por sus dos primeras divisiones, la caballería y una brigada de
suizos que estaban al servicio de España, con un itinerario concreto de paso,
de las sucesivas y distintas tropas, por varias localidades, de acuerdo al
siguiente cronograma: La primera división, llegaría a Tembleque el 19; el 21 a Villarta y el 22 a Manzanares, donde
descansarían un día, siguiendo luego su trayecto, hasta llegar a Cádiz, el día
6 de Junio. La segunda división de ejército llegaría un día después que la
primera a cada uno de los puntos de paso, haciendo noche en nuestro pueblo de
Manzanares, el día 24 de mayo...Todo estaba ya programado, cuando, por razones
no bien conocidas, el día 16 de Mayo, se suspende el inicio del viaje hasta dos
días después, 18 de mayo, en que se ordena la salida inmediata de la comitiva
militar de Dupont... pero, ahora, solamente con la primera de sus divisiones,
reforzada con la caballería y el regimiento de suizos...
Nunca sabremos la
importancia que esta merma de potencialidad militar, tendría en lo que sucedió
después, aunque, tal como fueron las cosas, se puede intuir que, por fortuna, esa
decisión fue buena para la causa española, e infausta para la francesa., Lo
cierto fue que, de acuerdo al nuevo cronograma, el día 23 de mayo de 1808, (día
en que se sublevaron varias ciudades del levante español) se dispuso el
comienzo de la marcha de Dupont a Cadiz, con su primera división, de 6.200
soldados de infantería (mandados por el general Barbou); una división de
caballería ligera (al mando del general Fresia), con un total aproximado de
2000 caballos, que componían una brigada de cazadores, al mando del general
Dupré, y otra de Dragones, comandada por el general Privé. El contingente
llevaba 18 piezas de artillería, y se completaba con dos regimientos de
soldados suizos al servicio de España, pero que iban al mando del general
Rouger; dos batallones de la guardia de Paris y otro de los temibles marinos de
la guardia imperial. En Manzanares, sigue D. Cosme, nuestras autoridades fueron
informadas, por la Junta Suprema de Murat, de la expedición militar, y de la
fecha prevista de la llegada al pueblo de las primeras tropas del contingente,
26 de Mayo de 1808, ya que estaba programado que harían noche en Manzanares; y
había que acondicionar el pueblo, y espacios de su extrarradio, para la gran
cantidad de militares que iban a pernoctar.
El ánimo de Miret y Sotomayor, ante
la noticia, estando, como estaban, bien al día de lo que nos llegaba, quedó
enmarcado en un patriotismo prudente, se juramentaron en que todas sus acciones
irían en el sentido de minimizar los daños y previsibles problemas que podrían
tener nuestros paisanos, y se dedicaron a preparar el escenario de ese día,
intentando que la exaltación antifrancesa de la gente, ya existente en
Manzanares, como en otros lugares de La Mancha, no se concretase en motines o
revueltas, que podrían representar una masacre para nuestra gente, ya que se
acercaba un contingente militar fuertemente armado, mayor en número al de
habitantes de Manzanares por entonces. Los pregoneros del Ayuntamiento, y los
curas desde los púlpitos, atemperaron a los manzagatos, para que no mostrasen
hostilidad a las tropas francesas… pues, al fin y al cabo, venían de paso, en
una misión cuyo objetivo oficial era proteger a su flota del estrecho. El gran
ascendiente de Sotomayor… y, en menor medida, el de Miret, sobre los paisanos, fue
decisivo para que ese día en que la guerra de la independencia se acercó, por
primera vez a Manzanares, no sucediera ningún incidente de mención.
Pero, eso, mi querido escribano, como fue
ese día 26 de Mayo de 1808, en que las primeras tropas francesas llegaron a
Manzanares, como fueron recibidas por nuestro pueblo, y alguna otra cosa que
tendría importancia inmediata, en uno de los sucesos más conocidos, trágico y
polémico de nuestro Manzanares en esa guerra que estaba ya muy cercana, será
motivo del siguiente relato, que este ya fue de bastante para su pretensión.
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