¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 4 de octubre de 2020

273. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: CAPITAL DE LA MANCHA FRANCESA.

 Consumado el desastre de Ocaña, comienza D. Cosme el relato. los días siguientes, Manzanares asistió, con gran desasosiego de sus gentes, a la desbandada general de soldados españoles, sin casi orden ni concierto, hacia Sierra Morena…y, aunque esto ya se había vivido otras veces, esta vez la sensación de derrota definitiva se palpaba en el rostro de los que huían, y también en el ánimo de los que les derrotaron en aquel pueblo toledano. 


Así, por ejemplo, prosigue D. Cosme, el general Sebastiani escribió, el 21 de Noviembre, en Aranjuez: La victoria de Ocaña ha producido tal efecto entre los habitantes de La Mancha, que consideran la guerra como acabada” . Sebastiani, sigue D. Cosme, se dejó llevar por ese punto de prepotencia gabacha, y desdén del enemigo, que tanto influirían en la derrota final de los galos en esta guerra... pero, ciertamente, aquellos días, el ánimo manchego se ajustaba bastante a la cita del general francés… Exactamente lo contrario sucedía en el espíritu galo, exultante por la trascendencia de su victoria en Ocaña.. y la percepción de haber logrado destrozar al ejército español del centro. En consecuencia, los mandos de Madrid dieron orden a sus tropas en Aranjuez de avanzar hasta La Carolina, y tomar y controlar todas las entradas a Sierra Morena. El mariscal Victor se puso en marcha, aunque pidió a sus superiores, en lugar de ir a La Carolina, hacerlo hasta Almadén, que consideraba mejor punto de entrada a Andalucía. Manzanares, a primeros de diciembre, aún estaba sin franceses, como demuestra el encabezado de “fidelísima villa” que la reunión de nuestro cabildo eclesiástico celebró el día 3, con gran enfado de Sotomayor por “dar cuartos de patriotismo al pregonero”, en semejante situación..

De hecho, ya sabemos lo poco aficionado que era Sotomayor a encrespar el ánimo francés, más allá de lo imprescindible…y hacía muy bien, remacha D. Cosme, porque en más de una villa manchega y española, hubo muchas muertes de paisanos y civiles, por provocar de manera innecesaria a los prepotentes galos cuando llegaban a uno de esos pueblos. Manzanares, sigue D. Cosme, nunca recibía a los galos con muestras de alegría, desde luego que no, pero su gente siempre siguió los consejos del párroco, en el sentido de no insultar, agredir o provocar al invasor, invocando el pacto mutuo de no agresión que el mismo tenía establecido, primero con Liger Belair y después con Sebastiani… que se concretó, simbólicamente, en el encuentro del cerro del Cristo de la Agonia, y que siempre estuvo presente en el ánimo de nuestros lugareños, a la hora de seguir las indicaciones de su sabio Rector, Frey Sotomayor...

Frey D. Pedro Alvarez Sotomayor.

Y hay que decir, en honor a la verdad, que aunque los citados generales franceses cumplieron menos ese pacto que Frey Sotomayor, lo cierto es que el paisanaje de Manzanares, con todo lo que supuso esa guerra de protagonismo para nuestro pueblo y gentes, no tuvo casi muertos entre sus vecinos a lo largo de toda ella, algo que, sin duda, esta en el “haber” de Frey P Sotomayor, insigne líder espiritual y político de Manzanares de La Mancha. Efectivamente, como era de esperar, tras lo de Ocaña y la desbandada de Areizaga y su ejército del centro. no tardaron mucho en llegar los franceses a Manzanares, comenta D. Cosme… lo hicieron el día 11 de diciembre de 1809… y quizá como desagravio de las tres intentonas fallidas de tomarnos, justo un año antes, fue una brigada de dragones de Latour Maubourg, quien arribó a nuestra villa desde Daimiel, iniciando la más larga ocupación francesa de Manzanares en toda la guerra…Nos esperaban dos años y medio de oprobios y desazones, aunque eso, afortunadamente, no lo sabían entonces nuestros paisanos, concluye, con voz entristecida, D. Cosme. Y es que, desde el principio de esta nueva ocupación, se atisbaba que los galos nos concedían una especial consideración estratégica, como punto clave de comunicación entre Madrid y Andalucía..Por ejemplo, sigue D. Cosme, cuando el 12 de Diciembre las tropas galas ocupaban toda la provincia, se eligió a Manzanares como sede de la artillería del cuerpo de ejército y, en otra orden del día 20, se determinaba que, en caso de necesidad, la caballería ligera se instalase también en Manzanares…y, también ese mismo día, el mariscal Victor decidió fortificar el Castillo de Manzanares y el Puente Romano de Villarta, afirmando lo siguiente:“….cuyos puestos fortificados serán muy útiles para la correspondencia del ejército que entrara en Andalucía….yo haría trabajar sobre la marcha, para ponerlos en estado conveniente, si tuviese los oficiales de ingenieros y los zapadores necesarios, pero los que había a mi disposición quedaron en Consuegra…. por lo que preciso de otros para emplearlos en atrincherar el castillo de Manzanares y el desfiladero de Villarta...” Similar inquietud, prosigue D. Cosme, existía en Madrid, cuando, un día después, 21 de diciembre de 1809, se participó al mismísimo Napoleón, que estaba en Paris, que: “según órdenes de S.M.C., se trabajaba en poner el castillo de Toledo, el de Consuegra y el de Manzanares en La Mancha, en estado de defensa… cada uno tendrá un hospital, 200.000 raciones de bizcocho y un fondo de aprovisionamiento para los diversos servicios de la administración… el general comandante de la artillería hará establecer al mismo tiempo depósitos de municiones”…  

Al día siguiente, sigue D. Cosme, Madrid facilitó el transporte de artillería e intendencia necesarios para el aprovisionamiento y fortificación de los castillos…De esta manera, se concretó, finalmente, el envío a Manzanares de la octava compañía del segundo batallón de ingenieros zapadores del ejército imperial, con sede en Consuegra, al mando de un comandante llamado Le Gentil para:.. “poner el castillo al abrigo de un golpe de mano, disponer alojamiento para una guarnición de 200 hombres de infantería, 25 caballos, dos piezas de cañón y un local para 150-200 enfermos…y, en fin, los emplazamientos convenientes para los diversos almacenes y municiones de guerra….el ordenador en jefe recibirá órdenes para aprovisionar este castillo y el hospital para dos meses” …. Ya en Manzanares, el 3 de Enero de 1910, Le Gentil informaba que no podía realizar las obras del castillo por falta de material y obreros, por lo que el general Victor le instó a que los paisanos útiles se pusieran a su disposición… No sabemos cual fue la respuesta de la población, pero la falta de referencias a incidentes, nos hace suponer que, en cierta medida, algunos paisanos fueron reclutados para las obras…y, seguramente, a instancias o mediaciones de nuestro Pastor, Frey Sotomayor, que siempre transigía en peticiones similares, a fin de salvaguardar lo más principal…la vida de la gente de Manzanares…

Río Cigüela, en Villarta de San Juan.

 

En fin, mi querido plumilla, sigue D. Cosme, estaba muy claro que, desde la debacle de Ocaña, los primeros movimientos de los franceses atestiguaban la enorme importancia que iban a dar a Manzanares, que durante los 30 meses de la larga ocupación gala que padecería nuestra villa, sería convertida, muy pronto, por los opresores en Capital de la provincia de La Mancha…instalándose en la villa, en consecuencia con esa capitalidad, la Prefectura y el gobierno militar, la Policía, los tribunales y otros elementos decisorios del ensamblaje administrativo francés en La Mancha. El cuartel general del ejército galo se instaló en el Castillo de Manzanares, con su General en Jefe, que era también el Gobernador de la Provincia…y, por tanto, el encargado de juzgar y sentenciar a los patriotas prisioneros de guerra en el territorio manchego… Manzanares fue, por tanto, el núcleo más sólido y estable de Francia en La Mancha, pero además mazmorra y cadalso de patriotas…. Resulta, tremendamente injusto que la estable y continuada opresión de Francia sobre Manzanares; que sufrió en La Mancha, más que ningún otro pueblo, la tiranía gala… diese pie, de nuevo, a comentarios sobre un presunto afrancesamiento de nuestra gente y su dirigencia, confundiendo la actitud inteligente y no agresiva del paisanaje, que seguía los consejos de sus párroco…y, por otro lado, que las habilidades sociales de éste, su preclarísimo Pastor, en el difícil trato diario con los jefes invasores, también diesen pábulo a similares comentarios referidos a Sotomayor…En fin, nuevos infundios, pero que darán lugar a que yo le cuente, en próximos relatos: extraordinarios, suculentos y curiosos episodios de esa relación entre la dirigencia francesa del pueblo y Frey Sotomayor, que llevaron, incluso, a que alguien acusase, ni más ni menos, que de masón… a un personaje de tan firmes ideas católicas, como era D. Pedro.

Pero, lo dicho, todo eso será motivo y razón de nuevas crónicas, para mayor gloria de Manzanares y, especialmente, de su insigne Pastor, D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Asi que, cierre su pluma y tintero, y de fín a la presente…que ya fue más que de bastante en su objetivo de narrar a sus lectores como llegó Manzanares a ser Capital de La Mancha.

 

 

272). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UN VERANO TURBULENTO EN 1809.

 El 29 de junio de 1809, trás solo dos semanas de liberación, las tropas de caballería de Sebastiani habían tomado de nuevo, sin lucha, Manzanares, aprovechando el repliegue del general Venegas al cuartel general de su ejército en Santa Elena, tal como le conté en anterior relato, me dice D. Cosme... Podría presumirse un nuevo tiempo de opresión; pero enseguida veremos que no fue así...

 Entraríamos en un periodo en que la vorágine de idas y venidas a Manzanares de los ejércitos español y francés, se sucedieron de manera frenética en el turbulento verano de 1809...Para empezar, le comentaré, sigue D. Cosme, que los ocupantes de Manzanares mandaron el 31 de junio unos 900 soldados de caballería a tomar Valdepeñas; y que el mismo día de la reocupación gala de Manzanares, Jose Bonaparte se instalaba en Almagro, visitando Moral de Calatrava el día 30 de junio, donde publicó un decreto que nombraba al general Sebastiani, Gobernador de La Mancha...Iba a comenzar julio, sigue D. Cosme, y parecía claro que el ejército galo controlaría La Mancha hasta Sierra Morena de manera inminente.. cuando, Venegas, el último día de junio, daba orden para que unas brigadas españolas se adelantasen a las inmediaciones de las recién ocupadas: Valdepeñas, La Solana y Manzanares... a fin de cuantificar en lo posible la tropa enemiga, hostigar a sus soldados e intentar, a la vez, conseguir víveres para el cuartel general de Santa Elena, donde escaseaban. Este primer intento de contraataque se frustró por una gran tormenta, que obligó a la avanzadilla española a retroceder a sus campamentos... pero, dos días después, el 2 de julio, algún espía hizo llegar a Venegas que el Rey impuesto, Jose I, marchaba precipitadamente de Almagro a Madrid, con mucha de la tropa a su cargo.. y, ese mismo día, prosigue D. Cosme, unos 300 jinetes franceses entraron en Manzanares, saqueando casas administrativas y particulares, tras lo que pusieron pies en polvorosa camino de Madrid... Ciertamente, continua D. Cosme, como también pensó Sotomayor y nuestra Junta Local de Gobierno, algo raro pasaba en el ejército enemigo para actuar de esa manera intempestiva y aparentemente inapropiada... Y, en efecto, claro que pasaba algo imprevisto por los franceses. Jose I, había recibido ese día 2 de julio una noticia muy inquietante, el general Cuesta, al mando del ejército español de Extremadura, junto a los aliados británicos del general Wellesley, estaba introduciéndose en La Mancha, para coordinarse con las tropas de Venegas, e iniciar un avance español hacía Madrid.... Sebastiani, que pretendía permanecer en Manzanares, recibió de Almagro la orden fulminante de retroceder con sus tropas a una linea de frente defensivo situada entre Consuegra y Madridejos.. y, con ello, el destino inmediato de Manzanares, cambiaba otra vez de bando, pasando a dominio español... No sabemos, me comenta D Cosme, si Sotomayor tuvo tiempo de contactar con Sebastiani, antes que este se retirase de nuestros lares, porque, incluso, no hemos sabido si el general francés llegó a estar, fisicamente, en nuestra villa esos primeros dias de julio, pero lo que si advirtió, una vez más, Sotomayor es que los dos bandos en litigio no eran capaces (ni unos ni otros) de establecer posiciones sólidas en La Mancha, haciéndose a la idea que Manzanares, y sus gentes, por la posición geográfica y estratégica de nuestra villa, iba a vivir continuas turbulencias en el tiempo próximo...Sotomayor pensó, "para sus adentros" que, muy a su pesar, tendría que estar muy atento a esos vaivenes, y "templar gaitas", con unos y con otros, según correspondiese; pues a veces las ocurrencias españolas también tenían lo suyo...

Por el momento, continua D. Cosme, a primeros de julio, el frente de guerra francés quedaba, de nuevo, por encima del rio Guadiana, entre Consuegra y Madridejos, mientras que las tropas españolas hostigaban con sus "guerrillas" a las bonapartistas en zonas intermedias y sin mando definido....Por ej, desde Alcubillas llegaron partidas de ese tipo a La Solana, Membrilla y Manzanares, mientras desde Santa Cruz lo harían a Valdepeñas y otras villas próximas. En ese interín, sigue D. Cosme su perorata, un sargento de la Guardia de Honor francesa, que había desertado, contó a los mandos españoles que Sebastiani tenía unos 12.000 soldados de infantería y unos 2.000 de caballería, a los que había que añadir los 6.000 infantes que trajo a La Mancha el Rey impostor, y otros 4.000 infantes más que venían con el general Víctor, lo que sumaban unos total de 24.000 efectivos. De todos estos, sigue D. Cosme, se pensaba que la gran mayoría estaban ya entonces al norte del Guadiana.. y solo unos 8.000 soldados quedaban entre Ciudad Real y Miguelturra, según las informaciones que llegaban de los espías de esas zonas....

General Venegas.

Al igual que los franceses tenían su frente manchego en la línea Consuegra-Madridejos, los españoles -sigue D. Cosme- disponían el suyo por El Viso del Marqués, Santa Cruz de Mudela y Venta de Cárdenas... Nuestras tropas, en los primeros días de julio de 1809, ascendieron desde Sierra Morena con gran precaución...y siguiendo siempre indicaciones de sus "confidentes", antes de acercarse a las villas manchegas, penetrar en ellas y, en su caso, ocuparlas.. En lo que respecta a nuestro pueblo, sigue D. Cosme, por fín, el 5 de julio, llegó otra jornada feliz...Ese día, una partida de dragones de caballería española entraba de mañana en Manzanares, se instalaba en el castillo y hacia efectivo el control de la villa de Manzanares por el Reino de España; liberándonos de la fugaz ocupación francesa, ante el gozo y la satisfacción del paisanaje, aunque a nadie se le escapaba ya lo frágil y voluble que se estaba mostrando la situación militar en toda la región manchega.... En ese tiempo, continua diciéndome D. Cosme, Venegas y el ejército manchego, recibían continuamente desertores del ejercito galo.... soldados de múltiples nacionalidades: prusianos, polacos, italianos, holandeses, alemanes e, incluso, franceses que, por una parte, ofrecían un importante caudal de información útil.... pero, por otra, siempre cabía la duda que algunos estuvieran practicando contraespionaje francés, confundidos entre los verdaderos desertores... Así las cosas, el 15 de julio, Venegas tuvo noticias de un movimiento de aproximación del ejército de Sebastiani, con la llegada de unos 4.000 soldados galos a Villarrubia; lo que motivó, en replica, que el Brigadier Girón se aproximase hasta Manzanares con una división del Ejército de La Mancha para reforzar nuestra posición, algo que inquietó a nuestra gente por la posibilidad de un nuevo ataque francés, aunque también condicionó una cierta sensación de seguridad, la presencia de tanto soldado español en Manzanares.. Esa 3ª División del Ejército de La Mancha, llegó a Manzanares aquel 15 de julio de 1809 a las cinco y media de la madrugada y, aparte instalarse en el castillo, mandó "guerrillas" por los caminos de Arenas y Villarta, al mando de Juan Baños, que se repartieron en una linea entre la Venta Quesada y la Casa de Madara...mientras que, otra partida guerrillera, a las ordenes de Juan Morán, vigilaba los caminos de Herencia y Alcázar....Al día siguiente de todo esto, se celebró en el castillo de Manzanares una reunión de jefes militares del Ejército de La Mancha. en la que se concluyó que era imposible un ataque a las lineas del frente galo, sin que se diera una “batalla general”, algo que era anatema para la Junta General de Gobierno del Reino de España... Así las cosas, se decidió continuar con las acciones guerrilleras puntuales, continua D. Cosme,... Por ej, en una de ellas, el Teniente Coronel Ibarra entró en Villarrubia con cuatro guerrillas.. y, en otra, una partida de Juan Morán entró en Alcázar de San Juan, al recibirse un chivatazo acerca de su abandono por los franceses... 

El Cuartel General español, se trasladó esos días de Manzanares a Membrilla, remedando lo que había hecho Sebastiani un mes antes con el Cuartel General francés.. Nuevos movimientos de tropas galas, sigue D. Cosme, tomaban Villafranca, Herencia y Alcázar, el día 20 de julio... y una pequeña partida de franceses se dispuso en Las Labores.... Mientras, las tropas españolas reforzaban sus posiciones en Sierra Morena con reservistas andaluces y preparaban , en secreto, un proyecto de ataque por Cuenca, en una maniobra que dejaría envuelto a parte del ejército francés en una "pinza" de soldados españoles...Por un desertor, se conocíó que los ánimos estaban bajos en la tropa francesa: "por hacer la guerra en España, donde temen siempre ser asesinados, como porque saben que todo el norte [Europa] se ha declarado la guerra contra la Francia". ....En esas circunstancias, el 22 de julio, llegaban a Manzanares cuatro cañones españoles para reforzar nuestro castillo..., mientras que, al norte, en Venta Quesada, quedaban apostadas unas guerrillas al mando del Comandante Jerónimo Riglos, que transitaron hacia Villarta, rehabilitando su puente con unos planchones traidos desde Manzanares.... El General Venegas, describió, en uno de sus famosos relatos propagandísticos, el aspecto en que quedaron los pueblos más castigados de La Mancha por ese trasiego continuo de tropas en Julio de 1809.

General Horace Sebastiani.

"La mayor parte de las familias pudientes hace tiempo dexaron sus casas, que a su vuelta encontraron enteramente saqueadas. No se ve puerta en las calles que no esté derrotada a impulso de la insaciable codicia de aquellos infames vándalos. Los pueblos de Santa Cruz, Manzanares, Valdepeñas y Herencia han sido medio arruinados y destruido enteramente el de Villarta, donde no vimos al paso por él una casa habitada, y generalmente todas arruinadas, principalmente puertas y techos que deshacían para encender fuego con las maderas".

El 28 de julio los aliados angloespañoles dirigidos por los generales Arthur Wellesley, Gregorio Cuesta y Francisco Venegas, continua su diserto D. Cosme, derrotaban en Talavera a los bonapartistas, confirmando los temores del mando francés a primeros de ese mismo mes...Pareciese que el rumbo de la guerra se inclinaba de nuevo del lado español...pero, definitivamente, esta era una guerra de continuas alternativas, y pronto se vio que no iba ser así.

A finales del mes de julio, tras la toma de Talavera, los acontecimientos bélicos en tierras toledanas dieron tranquilidad a los pueblos de Ciudad Real... Las tropas españolas entraban entre vítores por los pueblos toledanos que ofrecían agua, vino y queso a los soldados, que pretendían tomar Aranjuez y Madrid mas pronto que tarde....Pero, poco tiempo después, el día 11 de agosto, la improvisación y falta de cálculo de Venegas, provocó el desastre español de la batalla de Almonacid, perdiendo en ella su ejército muchos efectivos humanos...y, de un plumazo, sus posiciones en La Mancha... Venegas, tuvo que retroceder bruscamente a Sierra Morena, tras reorganizar el remanente de sus derrotadas tropas, los días 14 a 16 de agosto...dejando, eso sí, francotiradores en lugares estratégicos para frenar en lo posible la persecución enemiga... 

En Manzanares, su Alcalde Mayor, Pedro Roncero, informaba con angustia a las tropas españolas apostadas en el pueblo, que las tropas francesas de Sebastiani estaban de nuevo en Villarta, unos 5.000 hombres de infantería y 800 de caballería, seguidos de otros 15.000 del general Víctor....Ante semejante panorama, los destacamentos militares españoles de Manzanares y Valdepeñas, recibieron la orden de replegarse a Sierra Morena....La suerte, otra vez, quedaba echada negativamente para Manzanares, solo unos días después de la euforia que había motivado el avance, aparentemente imparable, de las tropas españolas hacia el norte de España en la guerra de la independencia...

Para acabar el relato sobre ese tiempo turbulento de idas y venidas por La Mancha, le propongo escriba usted, mi querido plumilla, que el caluroso 18 de agosto de 1809, amaneció Manzanares en un silencio temeroso y casi sepulcral... solo se oían algunos ladridos de perros, que callaron pronto al escuchar el sonido, cada vez más cercano, del galope de 500 caballos a eso de las nueve de la mañana. Eran, efectivamente, y de nuevo, los franceses entrando en Manzanares....pero, para sorpresa del compungido y expectante vecindario, y de nuestra Junta Local de Gobierno, pasaron de largo por el camino de Andalucía, tras comprobar que no quedaba ningún soldado español en nuestra villa.... Lo que estaba por llegar, querido reportero, concluye D. Cosme, debe ser ya fundamento del siguiente relato, que este ya ha ido de bastante para describir ese tormentoso verano de 1809 en Manzanares