¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 27 de marzo de 2021

290). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. LA PRIMERA LOGIA MASONICA DE CIUDAD REAL.

 

El título que doy al presente relato, querido plumilla,, deja bien explicitado que nuestro pueblo fue pionero, como tantas otras veces a lo largo de su dilatada, prolija y brillante historia, en el desarrollo de la masonería en España, y en La Mancha, me dice D. Cosme al inició de esta crónica... 

Ya le adelanto, sigue, y dando justa fe al encabezamiento, que Manzanares acogió en su suelo a la primera logia masónica de Ciudad Real… El secretismo con que se maneja esa institución, desde que nació, hace que mucha gente desconozca casi todo de ella, por lo que me parece procedente, antes de nada, continúa D. Cosme, explicar a sus lectores algo del cómo definirla, y de lo más enjundioso de sus características. La masonería puede definirse, según su propio ideario la describe, como un movimiento o práctica socio política, que tiene como máximo objetivo la Concordia Universal, la mejora de la humanidad y la sociedad en su conjunto; pretendiendo ser una institución filantrópica, filosófica y progresiva, a través de la búsqueda de la verdad, la moral y la acción solidaria. Nació enmarcada en los principios de la Ilustración y de la Revolución Francesa, con la intención de sus miembros en llevar a la práctica la esencia de los principios de ciencia y razón en que se basó el movimiento ilustrado y los valores de libertad, igualdad y fraternidad que proclamó la revolución francesa…

Desde luego, en España, y en aquel tiempo de guerra, continua D. Cosme, esas buenas intenciones no se vieron plasmadas en la realidad, pues los masones hicieron justamente lo contrario de lo que proclamaban sus principios y valores… Esa realidad de comportamiento inicial, tan aviesa falsa e hipócrita, y el oscurantismo que siempre caracterizo a la institución, explican la animadversión y desconfianza que la masonería generó desde sus orígenes en gran parte de la población española… La masonería, prosigue D. Cosme, comenzó a desarrollar su actividad en España en las ciudades y en las villas donde más se fueron asentando los franceses al ocupar la península ibérica, durante los años de 1809 y 1810. En la Mancha, existieron dos puntos básicos de asentamiento: Almagro y Manzanares. En un primer momento, continua D. Cosme, la administración afrancesada se estableció en Almagro, donde estuvo desde final de 1809 hasta últimos de enero de 1810, cuando se trasladó a Manzanares, permaneciendo en nuestro pueblo, elegido por los galos como Capital de La Mancha, hasta junio de 1812. 

Todo eso, ya lo saben sus lectores, dice D. Cosme, y le añadiré que la administración francesa, modificó muy poco las estructuras territoriales e institucionales durante aquel tiempo, los únicos cambios afectaron a la capitalidad de la provincia y al cambio de nominación de Intendencia a Prefectura, para la región manchega. Los galos buscaron en todo momento, continua D: Cosme, que sus administraciones civiles (regionales y locales) y las instituciones que querían integrar en la vida social, caso de la masonería, estuviesen formadas por españoles de confianza, los llamados “afrancesados”, para así atenuar la sensación de los nativos del País de estar invadidos y oprimidos por un imperio extranjero… Ya conoce usted, querido plumilla, me dice D. Cosme, el escaso éxito de captación, a esos fines, que tuvieron entre el paisanaje de Manzanares los invasores galos. Así, por ej, el tristemente célebre tribunal criminal, tuvieron que constituirlo, como vimos en anterior capítulo, a base de “forasteros”…algo parecido sucedió con el “gobierno civil afrancesado” de la Provincia de La Mancha…Como capital que éramos de la región, este gobierno civil tuvo su sede en nuestro pueblo de Manzanares, siendo sus máximos responsables dos abogados de Ciudad Real, a saber: D. Florentino de Sarachaga como Prefecto de La Mancha y D. Antonio de Porras como Jefe de Policía… De este último, sabemos algo de anteriores crónicas, por su condición de oidor en el Tribunal Criminal….En ese “gobierno civil”, tampoco hubo ningún manzagato… De tal forma fue la cosa, sigue D. Cosme, que esa carencia de paisanos afrancesados, se tradujo, enseguida, en “repeticiones” de mismos “forasteros” en los diferentes órganos de poder o núcleos sociales que montaban los franceses en Manzanares, y eso es lo que, precisamente, vamos a ver reflejado en la constitución, y en los nombres de las personas, que estaban integradas en la Logia masónica de Manzanares... Estos “afrancesados” (continua su disertación un D. Cosme arrebatado y con un punto de indignación en palabras y gestos), eran españoles de la peor ralea… oportunistas, arribistas y “lame culos” de los franceses, que juraron fidelidad al Rey intruso, José I, y que estaban dispuestos a seguir “a pie juntillas”, a cambio de prebendas y promesas de futuro, cualquier instrucción que le dieran sus nuevos amos, ya fuera en un tribunal, en la administración militar o civil bonapartista… o, incluso, aprendiendo y tomando como propio, algo tan extraño y ajeno a la tradición, creencias y costumbres de los españoles, como eran esos ritualismos de la masonería…. 

   Plaza Mayor, Almagro.

Retomando lo que fue la masonería en Manzanares, y aunque hubo cierta controversia sobre ello, querido plumilla, sigue D Cosme, por lo que yo me he podido informar, en aquella época iniciática, y en Ciudad Real, la masonería solo tuvo una Logia, la de Manzanares, pues aunque los masones de La Mancha, ya tuvieron cierta actividad previa en Almagro, esta se reducía a reuniones esporádicas en distintas casas de aquella villa vecina, sin que se pueda hablar de una estructura de Logia, plenamente constituida. La Logia de Manzanares, prosigue D. Cosme, se ubicó inicialmente en la Casa del Cura Rector, y párroco de la villa, Don Pedro Alvarez de Sotomayor… Nada casual hubo en ello, como ud, habrá intuido, por lo que ya sabe de nuestro Pastor y su modo de actuar. D. Pedro, se ofreció como anfitrión de los masones en su propia casa, con el objeto de tener cercana y relativamente controlada la actividad de los “forasteros afrancesados” que llegaban a la villa para hacerse cargo de la administración civil, tal como había hecho anteriormente con los responsables de los gobiernos militares: D’Armagnac y Lorge… 

Allí, en la casa del curato de Manzanares de la calle Trompas, donde vivía Sotomayor, se instaló, en 1810, el Comandante Mr. del Nor, un militar francés, y también masón, que se encargó de conformar y organizar el núcleo inicial de la Logia de Manzanares. Los masones se reunieron, inicialmente, en esa casa del curato y, muy pronto también, en la mucho más amplia casa solariega del mayorazgo Quesada Treviño, donde Sotomayor les pudo habilitar espacios suficientes para sus actividades...

Algo más tarde, la Logia de Manzanares se trasladó al Palacete de los Merinos, en la Calle del Carmen, donde estableció su sede definitiva, hasta la salida de los invasores galos de Manzanares… Aparte del organizador, Mr del Nor, y de algún otro francés residente en Manzanares por entonces, continua D. Cosme su disertación, los que más movían el cotarro en la Logia de Manzanares, como principales actores y participantes en sus reuniones, eran españoles, afrancesados y forasteros, que habían ido llegando a nuestro pueblo por aquel tiempo, para ocupar cargos en la Administración regional y local de los franceses… Destacaban, de entre ellos, prosigue D. Cosme, los máximos responsables del gobierno civil afrancesado de Manzanares, ya citados anteriormente: D. Florentino de Sarachaga, Prefecto de La Mancha y D. Antonio de Porras, Jefe de Policia y oidor del Tribunal militar, pero también eran habituales D. Blas de Quesada, Presidente del citado Tribunal militar y otros “oidores” y miembros de dicho Tribunal, como: D. Fernando Camborda y Núñez, el fiscal D. N de N y D. José Gárate…. 

Otros miembros de la “aristocracia afrancesada y forastera”, residente en nuestra villa, como: D. Nicolás Orozco, oficial de contaduría de Ciudad Real, D. Manuel de Zubiría, de Torralba; el ínclito Fray Nicasio de Manzanares, vicario eclesiástico de Ciudad Real, (que de Manzanares solo tenía el apellido, añade, jocoso, D. Cosme); los tres hermanos Estela, naturales de Daimiel, unos eclesiásticos renegados, que vivíeron en nuestro Manzanares durante la ocupación, entregados a la causa francesa, y que participaban en los oficios masónicos… realmente personajes con historias y trayectorias dignas de ser contadas aparte; como las de D. Carlos d’Angeville, de origen francés, pero llegado de Almagro (donde ejercía de Gobernador del Campo de Calatrava) a Manzanares, al tiempo de nuestra elección como Capital de La Mancha, que también fue un personaje con una trayectoria peculiar y digna de ser contada; D. Martín de Urquiaga y Aguirre, vasco de origen y Administrador de la Encomienda de Manzanares justo antes de la guerra, que se pasó, “con armas y bagages”, al servicio de los franceses, nada más ocupar estos Manzanares...y, en fin, puede ud añadir algunos otros personajes forasteros y afrancesados, de menor relevancia político-social…. que, integrados en el entramado civil que tenían los franceses en Manzanares, se declaraban masones.

D. Pedro Alvarez de Sotomayor, continua D. Cosme, supo maniobrar muy bien, y con la gran habilidad que siempre le caracterizó, para mantener un difícil equilibrio entre los franceses, los españoles “afrancesados” y el pueblo llano de Manzanares…a la vez que hacía fuertes, entre su feligresía, las razones prevalentes de la Iglesia, sobre las que proponían las practicas masónicas…Siempre solía decir, a feligreses y masones: … “Dios da libertad de actuación al ser humano, pero las normas que se da éste, no pueden contravenir las suyas”.

En todo caso… al igual que en sus relaciones con las autoridades militares francesas, Sotomayor supo modular a favor del pueblo de Manzanares, las motivaciones o los impulsos negativos que pudieran tener contra nuestro paisanaje, invocando valores propios de la milicia, al referirse, en concreto, y constantemente, cada vez que se encontraba con ellos, al compromiso y pacto que él mismo, en nombre de Manzanares, había sellado con los generales Liger Belair y Sebastiani…en lo que concernió a su relación con la Administración civil afrancesada y masónica, D. Pedro, con su gran perspicacia, inteligencia y habilidad, supo extraer de ellos información muy sensible de lo francés, sin ceder un ápice en sus principios…y dejándoles claro, sobre todo a los que aducían mantener una dualidad, católica y masónica, el mismo pensamiento que le exprese más arriba….“Dios da libertad de actuación al ser humano, pero las normas que se da éste, no pueden contravenir las suyas”..

Mucho de toda esta relación de Sotomayor con el ámbito masónico de Manzanares, termina D. Cosme, quedaría de manifiesto en el juicio que la inquisición fernandina hizo de la masonería, acabada la guerra de la independencia.. En aquel juicio, quedaron muy claras, tanto en las declaraciones de D. Pedro, como en las de otros testigos, cuales fueron las motivaciones de nuestro insigne Pastor en aquellas relaciones, y cuan alto brillaron su inteligencia, grandeza moral y principios cristianos en aquel tiempo…pero eso, querido plumilla, lo que ocurrió en ese juicio, queda para futuros relatos que han de venir…este ya fue de bastante para dar cuenta del como, cuando y donde, se constituyó la primera institución de la masonería en la Mancha, la Logia masónica de Manzanares, de quienes fueron sus principales miembros, y de la “red envolvente” que tejió sobre ellos, para tenerlos controlados, la impagable figura del Pastor de la también nunca bien ponderada villa de Manzanares de la Mancha, Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor…