¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 24 de enero de 2021

287). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: TRAICION…E INSIDIAS

 

En esta crónica, querido reportero -me dice D. Cosme-, le narraré una historia de traición, que ocurrió al inicio de 1811 en Manzanares, y que sirvió para dar pábulo, otra vez, a las insidias del supuesto afrancesamiento o colaboracionismo de nuestro pueblo con los franceses; leyenda que nos acompañará, injustamente, desde los comienzos de aquella tremenda guerra de la independencia contra Francia, hace ya más de un siglo. 

Todo este suceso tuvo su origen, sigue D. Cosme, cuando las autoridades galas de Manzanares, en su estrategia para intentar frenar el preocupante crecimiento de las acciones guerrilleras en La Mancha, desarrollaron una amplia actividad, en varias direcciones, con la pretensión de controlarlas y, a ser posible, eliminarlas. En ese objetivo, los galos hicieron proclamas en las villas de la región, para animar a los aldeanos a delatar, a cambio de una recompensa dineraria, a quien conociera que estuviese enrolado en la guerrilla, o a quien pudiera dar pistas de donde se escondían… Esto, continua D. Cosme, no tuvo ningún éxito entre los vecinos de las villas de La Mancha, que bien por patriotismo o, muchas veces, porque tenían algún familiar o conocido enrolado en las guerrillas, no estaban, lógicamente, dispuestos a semejante acción que conllevaría la muerte de los que hubieran señalado…Muy poco seguían conociendo los prepotentes galos del carácter hidalgo manchego…remata, D. Cosme…

Adicionalmente, los “espías” que tenían los gabachos entre la población, intentaron confundir a los aldeanos, diciéndoles que mucha gente que actuaba en las guerrillas estaban con escasez de víveres, y tenían la intención de acercarse a robar por las noches a los pueblos próximos…De esa manera, esperaban los franceses que algún aldeano, por miedo a ser robado, informase de por donde podían tener sus escondrijos las guerrillas… Esto tampoco tuvo éxito, por iguales razones que las de la propuesta anterior, y porque el paisanaje manchego es muy poco dado a la confidencia a gente poco conocida, y más en un tema de tanta enjundia como era ese.. Quien inquiría sobre ello, generaba enseguida desconfianza en su interlocutor.. y el silencio, o el “yo no se nada”, eran las únicas respuestas a esas preguntas... En Manzanares, conociendo a Sotomayor, -continua D. Cosme- en cuanto él tuvo conocimiento de esas maniobras galas, tomó la iniciativa de hacerlas fracasar…y lo hizo a su “modus operandi” de manera sutil e inteligente. Se ofreció a las autoridades galas como buen conocedor de su feligresía, para, en su caso, informarles personalmente de cualquier cosa extraña que apreciara cualquier aldeano del pueblo, ya que al primero que informaban de un hecho inhabitual era a él… lo cual, esto último, era cierto, pero no las intenciones de llevar esa información a los franceses por parte de D. Pedro. Nuestro Pastor, eso sí, teatral como era para estas cosas, comenta sonriente D. Cosme, seguramente fingió ante los mandamases galos, que se creía lo que decían sus proclamas... y se mostró preocupado ante ellos, acerca que alguna partida de guerrilleros pudiera entrar al pueblo a robar y, quizá, herir o matar a alguien…, aunque, a la vez, reafirmaría, el carácter pacífico de los vecinos, y la escasa probabilidad que hubiera noticias en el pueblo sobre ese tipo de asuntos; “curándose en salud”, pues bien sabía él que los franceses no recibirían de su parte ningún dato al respecto…Las autoridades galas, quedaron, pues, confiados en que el párroco, les informaría si fuera menester.

Finalmente, sigue D. Cosme, ante el fracaso de todas esas acciones con los paisanajes de La Mancha, en 1811, los galos decidieron ir directamente al contacto con los líderes de las guerrillas locales, con el ánimo de atraerlos a su jurisdicción, de promover disensiones entre ellos..., o, entre ellos, y el ejército regular español. Pensaron que muchos de esos líderes de la guerrilla, en realidad eran bandidos y mercenarios, que estarían proclives a “venderse” ante una buena oferta...En ese sentido, sigue diciéndome D. Cosme, los confidentes del contra espionaje galo, se encargaban de propalar por las villas manchegas edictos de la autoridad francesa, donde se ofrecía amnistía a los guerrilleros que se entregasen, aparte de una contrapartida económica por las armas y caballería que dejaran en poder del ejército imperial. 

Batalla de Valdepeñas, 6 junio 1808.Foto de Wikipedia.

Esta iniciativa, prosigue D. Cosme, la llevó en primera persona en Manzanares el gobernador Lorge… quien tampoco tuvo mucho éxito, excepto en uno de los primeros contactos que mantuvo, el de un guerrillero llamado, Juan Velasco Negrillo… quien, desde ahora, será el protagonista de esta crónica. Velasco, atendió a esa llamada a la traición, el día 23 de febrero de 1811, presentándose con su partida, un día después, en Manzanares, donde se ofreció, con armas y bagajes, a Francia... y prestó juramento a José I en el patio del castillo.... “pidiendo el honor de servirle”... a lo que accedió Lorge, al final de aquel acto de sumisión y traición. El gobernador Lorge, apurado por la presión creciente de las guerrillas, algo por lo que, él, estaba motivando muchas dudas entre sus superiores, se mostró exultante de este primer éxito suyo en el tema de conseguir disidencias en la guerrilla, y difundió la noticia a los “cuatro vientos” y a sus mandos, sugiriéndoles que se añadirían muchas otras deserciones guerrilleras en el tiempo cercano...

Pero, una vez más, esos buenos deseos del gobernador Lorge, para su causa y la de los galos, se verían desmentidos por la cruda realidad…ni un solo líder guerrillero más traicionaría a la causa española. Quizá, por el hecho de ser Manzanares la villa donde se escenificó esta traición, algo normal por otra parte, al ser nuestro pueblo capital de La Mancha francesa; quizá, por que levantar insidias contra nuestro pueblo y nuestra gente se había hecho costumbre en algunas villas vecinas... o, quizá, por que al gobernador Lorge le pareció bien focalizar mucho el éxito sobre sí mismo y su entorno próximo, enseguida se difundió la idea que el traidor Velasco Negrillo era natural de Manzanares, lo que, muy pronto, volvió a dar pábulo a la insidia del afrancesamiento de nuestro pueblo, en este caso agravado por la traición a la causa patria...Otra vez, ¡Manzanares, en "mala boca" de pueblos vecinos!...no se muy bien si por envidia o soberbia, que tanto monta, monta tanto... me dice D. Cosme... 

Según los intrigantes, sigue reflexionando D. Cosme, era natural que un traidor a la causa, fuese, valga la redundancia, natural de Manzanares.. En fin, no deja de sorprender la insistencia de algunos en tanta insidia y mentira... pues, aunque esa natalidad hubiera sido cierta, en nada desmerecería la brillante y definida trayectoria patriótica de Manzanares, de la que nuestro pueblo, como ud. y sus lectores ya conocen muy bien, había dado muestras desde el primer contacto de los gabachos con nuestro solar manzagato…pero lo cierto es que eso también, esa nueva insidia, a fecha de hoy, puedo yo aquí desmentírsela de manera fehaciente y rotunda –dice con énfasis malhumorado D. Cosme-…y puedo hacerlo, continúa, porque como esa referencia a la supuesta natalidad del traidor Velasco en Manzanares, había quedado referida en algunos escritos acerca de la historia de la guerra de la independencia, hablando hace unos años sobre esta cuestión con mi gran amigo, D. Inocente Hervás Buendía, erudito de la historia local y párroco de este pueblo nuestro, Manzanares, hasta hace solo un año... y habida cuenta que los Archivos municipales se perdieron casi en su totalidad a finales del siglo XIX, le pedí permiso y ayuda para indagar en los si bien conservados Archivos parroquiales... y, allí, en la sacristía de la parroquia; entre él, yo, y algún que otro cura más, revisamos partidas de nacimiento, casamiento, etc...de un gran número de años previos a ese 1811, suficientes para dar con la fecha natal de ese guerrillero traidor, y puedo asegurarle que no encontramos ningún Velasco Negrillo que naciese en Manzanares, ni tampoco pudimos leer en ninguna de las páginas un casamiento de un Velasco con una Negrillo....y, como quiera que esos archivos de la parroquia, si que están completos e íntegros, y los que los revisamos somos gente muy concienzuda y cabezota (dice, entre risas, D. Cosme), es manifiesto que aquel traidorzuelo, Juan Velasco Negrillo, existió y se entregó a la pérfida Francia, el 24 de Febrero de 1811, pero que, en modo alguno, para desdicha de vecinos envidiosos e insidiosos, nació en nuestro pueblo.....y que, sin pasar nada porque hubiese nacido en Manzanares, pues que, visto lo visto, y lo que le gusta enredar a muchos...mejor que no fuera en nuestro pueblo donde su madre le alumbró.. no le negaré que, a más de traidor, ese tal Juan Velasco, debió nacer en algún pueblo, seguramente en La Mancha...pero, desde luego, no en Manzanares de la idem;...era "forastero"... y no quise indagar más sobre el citado hecho, no fuese a ser que naciese en.....

Así que, de esta manera, puede usted dar fin a esta crónica, ya de suficiente y bastante, para dar cuenta de un guerrillero manchego, Juan Velasco Negrillo, que fue traidor a la causa española... y al que, alguna mente aviesa e insidiosa, quiso colocar el parto de su madre en la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha...

 

sábado, 23 de enero de 2021

286). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: FRANCIA SUFRE EN LA MANCHA.

 Vimos en anteriores capítulos, me dice D. Cosme al comenzar este,... como, según avanzaba 1810, las dificultades del ejército galo instalado en La Mancha fueron progresivamente en aumento, por la creciente y continua actividad de las guerrillas y la insuficiencia e incapacidad de la tropas del gobernador Lorge para su control…

En octubre de ese año, sigue D. Cosme, se produce un cambio cualitativo muy importante que comenzará a inquietar y hacer sufrir todavía más a los franceses de La Mancha,… Lorge conoció, que también el ejército regular español empezaba a dar muestras de querer dar batalla en la región, cuando le llegaron noticias que unos 8.000 soldados de nuestro ejército regular, amenazaban con penetrar en Albacete procedentes de Murcia. Esta alarma, se acentuó el 3 de noviembre, cuando se confirmó la presencia en la ciudad albaceteña de La Roda del general español Osorio, al frente del “regimiento de la Corona” y de 700 soldados de caballería, mientras que, en Jaén, se supo de otras acciones del ejército español, que amenazaban la frontera manchega… 

Por tanto, si la actividad guerrillera estaba trayendo de cabeza al contingente galo de La Mancha, la amenaza del ejército español al territorio, añadía otra cuita más a las autoridades galas de Manzanares.. algo que, sigue D. Cosme, desde luego, no pasó inadvertido ni a D. Pedro Sotomayor, particularmente, ni tampoco a los manzanareños más enterados del tema, cuando advertían gestos de preocupación en los rostros gabachos y en alguno de sus comentarios sobre el estado de cosas … enseguida, los numerosos confidentes que había por Manzanares, comenzaron a transmitir, a quien conviniese de nuestro bando, esta favorable situación que parecía nacer en La Mancha para los intereses españoles. Ciertamente, y poco a poco, a lo largo del año 1810, se había reorganizado y ganado en efectivos nuestro ejército regular español en las zonas bajo su control, y estas tibias y primerizas escaramuzas en La Mancha lo ponían de manifiesto, remata D. Cosme...

José I, Bonaparte.

El gobernador Lorge, por esas fechas, solicitó con urgencia refuerzos al rey, José I, que le envió de inmediato unos 400 soldados de caballería y, unos días después, otros 3.000 que conformaban el 18 regimiento Dragones. El movimiento de tropas por Manzanares fue espectacular y supuso un momento de tranquilidad para Lorge y la dirigencia francesa del pueblo y una cierta inquietud para los manzanareños. De hecho, prosigue D. Cosme, el 15 de noviembre, con tropas de esos refuerzos, Lorge envió efectivos desde Manzanares para actuar contra la guerrilla en el área de La Solana e Infantes y, justo una semana después, envió al barón de Kruze a combatir a la Sierra de Alcaraz contra las tropas regulares del ejército español que, al mando del brigadier Martínez de San Martín, operaban por las sierras de Albacete en los límites de La Mancha, como le comenté antes…Las tropas de Kruze, sigue D. Cosme, mucho mejor pertrechadas que las de Martínez San Martín, consiguieron forzar la retirada de este, expulsando de Alcaraz y Elche de la Sierra a la Junta de La Mancha, que había logrado instalarse en ese territorio manchego...

Este hecho, elevó el estado de ánimo de Lorge y sus subordinados, e hizo conscientes a los manchegos que aunque el devenir de los acontecimientos era más halagüeño, la cosa no estaba nada clara todavía. El gobernador Lorge, muy triunfalista, dio cuenta de esta maniobra exitosa de Kruze al general Belliard en Madrid, anunciándole otras nuevas operaciones en Almagro para abastecerse de trigo y Alcaraz para obtener sal... Además, el gobernador, hizo edictos que se publicaron por todas las villas manchegas, con intención de desengañar las incipientes ilusiones que se estaban haciendo sus aldeanos... Lorge, y toda la dirigencia francesa, pensaron que el éxito de Alcaraz influiría negativamente en el ánimo de los patriotas manchegos, pero no contaban, -sigue, muy exaltado, D. Cosme- con que la determinación de todas esas gentes, ensalzada por la rebelión ante la injusticia y la imposición, muy propia de su carácter hidalgo, estaba en una dinámica imparable...ya nada les detendría en su resolución de acabar con la opresión francesa, pues un estado de ánimo insumiso y cada vez más beligerante y combativo, que se había comenzado a instalar en la gente patriota de La Mancha desde los primeros tiempos de ocupación gala, se había consolidado definitivamente. 

De hecho, las guerrillas, sigue D. Cosme, seguían actuando constantemente, redoblando esfuerzos y actuaciones, para demostrar al mundo, y a sí mismos, su poderío, al tiempo que el ejército regular no cejaba de aumentar la recluta de efectivos humanos a la conclusión del episodio de Alcaraz. De esta forma, lo que para Francia fue gran logro en la sierra de Alcaraz, los españoles lo valoraron como una retirada estratégica brillante, que se saldó sin bajas, al marcharse a tiempo las tropas de San Martín y los miembros de la Junta de La Mancha, una vez recibieron el “soplo” de la cercanía de las tropas de Kruze a sus emplazamientos.. La comunicación continua de los líderes guerrilleros y de la dirigencia del ejército regular español, con el activo y numeroso entramado de confidentes que existían en todas las villas de La Mancha, funcionaba cada vez mejor, y con más diligencia y rapidez en el intercambio de informaciones, sobre todo en la segunda mitad de 1810... y eso insuflaba el ánimo de los manchegos...En Manzanares, sucedió lo mismo, dentro de la negrura de aquel tiempo, un atisbo de ánimo positivo fue prendiendo en el espíritu de nuestros paisanos, y muchos tornaron su pesimismo inicial en esperanza de futuro.... la cosa llegó al extremo, sigue D. Cosme, que en algunas de las tertulias entre paisanos, que frecuentaba Sotomayor.. D, Pedro, el hombre más astuto y prudente de la villa.... pero, también, el más conocedor del nerviosismo de los galos, se sintió obligado a atemperar los ánimos, excesivamente exultantes de algún vecino, que veía cercano el fin de la opresión gabacha, cuando la realidad todavía distaba mucho de eso, en un Manzanares atestado de tropas francesas y centro administrativo militar y funcional de La Mancha....

 Sotomayor, sabedor que Manzanares tenía a mucha de su gente presta a colaborar, de una u otra manera, con los confidentes y espías que pululaban por la región, camuflando su actividad en otras de tipo comercial ambulante, tenía muy claro, también, que no había que precipitarse, y que nadie debía dar pasos en falso…Repetía, continuamente, a los paisanos de confianza que, en las circunstancias que se vivían, debían ser cautelosos en sus acciones y movimientos, no fiándose de nadie no bien identificado; pues, de ser detenido cualquier manzanareño que estuviese en las guerrillas;... entrado en conversaciones con algún espía;… que participase en animar a la deserción a combatientes franceses… o que animase a escapar a algún preso, tal como ocurrió en el caso del Mayor Blayney, podría verse condenado a la pena capital, sin que él (Sotomayor) tuviera muchas posibilidades de hacer algo en su favor. Es decir un mensaje de prudencia que, a la vez, dejaba la "puerta abierta" a continuar acciones favorables a la causa patria. En sus prédicas en la Parroquia, combinaba, hábilmente, un discurso de conciliación y no violencia con el de... "esperanza en un futuro mejor, en el que cada uno de vosotros pueda seguir, libremente, al margen de cualquier intento de imposición de otras creencias e ideas, los designios inmutables de la Providencia"....sin nada decir, lo decía todo, "oculto" en el atemporal mensaje de la doctrina católica, y "pasando de puntillas" por la situación que vivía Manzanares y España... daba, a paisanos y feligreses, en sus homilías, el mensaje de sus propias esperanzas para el futuro de nuestro pueblo...

Centro Retablo tra. Sra. Asunción.

El caso es que, mi querido plumilla -continua D. Cosme- :al comenzar 1811, el marchamo de la guerra en La Mancha, aún con episodios de distinto signo, como los que le he contado antes, parecía estar cambiando. La prepotencia y la sensación de dominio francés se esfumaba, por más que el Gobernador Lorge hiciese gala de un triunfalismo irreal tras el control de la Sierra de Alcaraz en Albacete... El 17 de Enero de 1811, el recitado Lorge comienza a mostrarse receloso por la situación manchega... y "daba la de arena", quejándose en un parte a Madrid de.. "la impunidad con que actuaban las guerrillas en Almagro y Ciudad Real"...y se lamentaba por sus escasas tropas de caballería... Solo dos días después, atribulado y asustado, envía un parte a Soult, en Sevilla, donde refiere sentirse hostigado por las tropas regulares españolas en la frontera manchega de Albacete, y también en toda La Mancha, por las guerrillas.. "que renacen de sus cenizas y reaparecen todos los días" .... "Mi posición es fea, forzado a cambiar cada día las medidas adoptadas el anterior" .....y, lastimero, aludiendo directamente a Soult, (que le había humillado y "pedido su cabeza" solo tres meses antes) Lorge, escribe, tras recordarle su amistad y admiración?... "mon ancien camarade, mon ancien ami, le ruego reconsidere mi situación".  

Seguramente, Soult, leería con gesto despreciativo el escrito rastrero de Lorge, al que consideraba incapaz y poco fiable, e hizo caso omiso.. Mientras tanto, continua D. Cosme, la toma de Cádiz por los galos, que llevaban asediando la ciudad casi un año, se antojaba imposible, En realidad, la aparente facilidad con que el ejército imperial napoleónico había tomado Andalucía, los primeros meses de 1810, era irreal.... Francia solo dominaba el terrero que pisaban sus milicias...pero, alrededor, en las vastas extensiones de Andalucía, las guerrillas locales, cada vez más numerosas y mejor instruidas, estaban produciendo un gran desgaste a la tropa de Soult...un goteo continuo de bajas, entre heridos y muertos. Por otra parte, también a principios de Enero de 1811, la regencia gaditana, creó el llamado "Quinto Ejercito", al mando del general Castaños, dividiendo el territorio de La Mancha en dos zonas, oriental y occidental, separadas por el "Camino de Ciudad Real a Sevilla", algo que, a la postre, sería trascendente en el devenir de la guerra...

Y con lo dicho por mi, y escrito por usted, mi querido cronista, hay de bastante para dar cuenta de las graves dificultades que, desde 1811, comenzaron a tener y sufrir los franceses, en esta guerra de la independencia que parecían tener ganada un año antes... En Manzanares, con Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor como líder espiritual y civil, se vivía, al inicio de ese 1811 una tensa calma, nuestro insigne Pastor redoblaba esfuerzos y contactos, con unos y con otros, para evitar daño físico a nuestras gente, sin perder ocasión de "barrer para casa", y "arrimar el ascua a los asuntos patrios...."

 

 

285). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: OPRESION… Y ORGULLO.

 Pues si, querido plumilla, titulo así la crónica, sugiriendo que Manzanares vivió como nadie en La Mancha la opresión francesa… pero que, a la vez, nuestro pueblo.. o, más propiamente, nuestra gente, demostraría su nobleza e hidalguía. 

Ese primer año completo de ocupación gala de La Mancha y Manzanares, 1810, fue también el más difícil para nuestros paisanos –continua D. Cosme- pues se apreciaba como casi definitiva esa ocupación y, en general, la percepción española de derrota en la guerra era generalizada. En Manzanares, mucha gente pensaba así, pero, con todo y con ello, y bajo las sabias directrices de Sotomayor, casi nadie perdió su entereza, ni “vendió su alma” a los invasores.. En realidad, ocurriría todo lo contrario, la gente de Manzanares (por entonces “Capital de La Mancha Francesa”) mantuvo su dignidad y su amor y compromiso con lo propio y lo patrio, como casi ninguna otra gente de la región, incluidas villas que no fueron ocupadas por los galos.. Muchos paisanos se integraron en las guerrillas... otros, en el pueblo, informaban de lo que iban conociendo a confidentes y espías; y también incitaban a la deserción de soldados no franceses, pero alistados en sus ejércitos, cuando estaban por Manzanares, con gran riesgo personal... y, eso -prosigue enfático D. Cosme- no solo merece ser resaltado, es que, además, es de justicia hacerlo, para refutar insidias y afirmaciones malintencionadas que vertieron algunos, sobre un supuesto afrancesamiento generalizado del “alma manzanareña”.

Por la elección de nuestro pueblo como Capital de La Mancha, continua D. Cosme, Manzanares muy pronto se llenó de gentes variopintas, de distinta laya y nacionalidad, que llegaban como sirvientes públicos de lo francés, acompañados de un cortejo propio y de sus familiares. Estos forasteros, bien por: oportunismo, convencimiento o cobardía, eran los auténticos “afrancesados”…vivieron en nuestro pueblo, desde luego que sí, y a la orden francesa, pero puedo decirle con orgullo, y le pido que ud lo escriba -enfatiza de nuevo D. Cosme- que entre esa gran cantidad de funcionarios adscritos al interés galo, cuyos nombres y oficios quedaron registrados en los archivos franceses y españoles, no es posible encontrar ni un solo manzanareño, aunque está claro que los galos “tenían a mano” a muy probos, capaces y reputados paisanos con oficios de lo público:...escribanos, funcionarios, abogados, pasantes, etc.., y, es más, consta que, muchos de estos paisanos, prefirieron perder sus puestos de trabajo, antes que prestar el obligado juramento al rey intruso, José I, que se les solicitó por las autoridades francesas del pueblo…

Y esta digna actitud de los manzanareños, también fue de aplicación al estamento eclesial de la villa, como tendremos ocasión de tratar en relatos próximos, cuando nuestro cabildo se enfrentó, con prudencia e inteligencia “sotomayorina”, al vicario provincial que habían impuesto los franceses...En realidad, en Manzanares, solo fue “afrancesado” algún elemento aislado de la aristocracia local, como el Marques de Salinas, o algún miembro del condado de Casa Valiente, “forasteros” por más señas, que, de Manzanares, solo les importaba el beneficio de sus tierras, a través de prebendas obtenidas de los galos, a cambio de apoyarlos durante su estancia en el pueblo…Esa actitud, solo consiguió para esas sagas aristocráticas descredito -continua D. Cosme-.. sacaron muy poco de los franceses y se ganaron para siempre la antipatía de la gente común de Manzanares, que los vería, desde entonces, como advenedizos… 


La gallarda actitud manzagata de aquel tiempo, debe ponerse todavía más en valor, porque las circunstancias de penuria y esquilmamiento en que vivían los aldeanos manchegos, eran particularmente evidentes en Manzanares, pues, aunque solo fuera por proximidad a la autoridad francesa de La Mancha, asentada en la villa, nuestros paisanos estaban mucho más controlados en número, magnitud de enseres y patrimonios personales, que los aldeanos de otras villas de la región y, por eso mismo, eran más fácilmente esquilmados... El empobrecimiento de los aldeanos de Manzanares era manifiesto en muchos aspectos; como el de sus indumentarias raidas y viejas; o el de sus casas desvencijadas (a veces semiderruidas), con gran escasez de víveres en sus alhacenas... Era también muy evidente, el abandono de muchas tierras de cultivo.. A pesar de esa pobreza, se palpaba la solidaridad entre el paisanaje... los que casi nada tenían, lo compartían con los que no poseían nada... La destrucción del hospital asilo, por los franceses, un año antes, motivó que los pobres de solemnidad del pueblo, o los que iban de paso, tuvieran que vagar por las calles de Manzanares, sin ningún lugar de acogida, incluso cuando estaban enfermos... 

Pues bien, en gran medida por la intermediación de Frey Sotomayor, particularmente sensible a la pobreza (solía decir en sus predicas que la Caridad, más que virtud, era una obligación de los cristianos), muchos de ellos encontraban todos los días algo para comer y, también, un techo donde cobijarse y dormir, cedido por algún vecino...Los desmanes franceses contra los bienes de las gentes manchegas fueron constantes, pero llegaron a ser de tal entidad que hasta el gobernador Lorge tuvo que contestar a una circular de las autoridades de Paris, emitida en agosto de 1810, donde le solicitaban aclaración sobre denuncias de abusos en impuestos y contribuciones a los manchegos…

Lorge, respondió con evasivas, diciendo que, desde que gobernaba La Mancha, no había impuestos ni contribuciones que él no conociese, porque todos ellos tenían que ser previamente autorizados con su firma… y quedaban expuestos al público en los concejos de las distintas villas...En su respuesta, seguía comentando que él había recibido algunas quejas, pero no del tipo que se le argumentaba desde Paris, justificándose en la existencia de un intendente que controlaba con justicia todo este tema de impuestos y contribuciones, y que había comprobado que todos los números estaban en orden...Se mostraba dolido por esas dudas de presuntos abusos, y se reconocía extrañado que La Mancha pudiese ofrecer al erario público las cantidades que aportaba, teniendo en cuenta que los aldeanos de villas no ocupadas, cuando percibían la proximidad de sus tropas, huían con lo que tenían: ganados, cereales, carros, mulas y enseres... Finalmente, aprovechaba su escrito de respuesta, para contraatacar con un sutil reproche a sus autoridades parisinas, por no reforzarle con más tropas, cuando, concluyendo su carta, escribía que … “estaba militarmente al descubierto por derecha e izquierda… y que se consideraba feliz de estar pudiendo contener con sus escasas tropas a La Mancha, y asegurar las comunicaciones…” jactándose de:… “que durante sus dos meses de mando más de dos mil “brigands” habían mordido el polvo, contra solo veinte bajas entre sus hombres”.

Plaza Mayor de Manzanares

De todos esos aspectos de la vida local, y de las actitudes del paisanaje, prosigue D. Cosme, muy poco quedó escrito en el pueblo, pues se perdieron los archivos del Concejo y solo persisten los archivos parroquiales para extraer conclusiones... Pero también supimos de esa vida cotidiana, indirectamente, a través de lo escrito por algunos extranjeros que estuvieron en la villa en aquel tiempo, entre los que destaca un ilustre Mayor-General ingles, llamado Andrew Thomas Blayney, perteneciente a la tropa inglesa que combatía contra Francia en España... Había caido prisionero de Sebastiani, en Málaga, y, quizá por indicación del citado general francés, en el curso de su traslado a Madrid, (donde eran llevados los presos más ilustres de los galos, que gozaban de un trato preferencial, con escolta, y vida en semilibertad) permaneció un día en nuestro pueblo, al final de noviembre de 1810, casi más como huésped de Lorge en el castillo que como prisionero. 

En su diario, describió ese día de Manzanares.. y, por su interés para ilustrar la crónica, le sugiero añada ud a la misma lo que escribió Blayney:.. "Antes de llegar a Manzanares, desde Andalucía, encontramos algunos pueblos completamente destruidos. Al aproximarnos al citado, varios oficiales polacos y algunos habitantes salieron a nuestro encuentro. Entre los últimos reconocí a cierto Marqués (Salinas), que había visto en Sicilia (Palermo), donde tenía una casa de juego y se dedicaba a vender antigüedades,… pero tuvo que salir precipitadamente de allí por haber hecho trampas en el juego y fue echado de la escuadra de lord Keith, por sospechoso de espía francés… Sabiendo que era muy inteligente y alegre, pasé por alto su conducta de antaño, que él consideraba una bagatela…. Me dijo que se había declarado por los franceses, pensando de que se harían dueños de la isla (Isla de León en Cádiz) para conservar sus tierras. Se había casado con una española y por eso estaba en Manzanares, para reclamar sus posesiones, las cuales, encontró confiscadas por los franceses, hasta su propia casa…" Aqui nos deja Blayney -dice D. Cosme, entre paréntesis- un buen retrato del Marques de Salinas, y de su catadura moral, y sigue escribiendo "...como descansamos un día en Manzanares, el 25 de noviembre, por la mañana me fui a pasear por los alrededores y hablé con algunos campesinos, que al saber quién era, me ofrecieron toda clase de facilidades para escapar, cosa que no quise hacer, por haber dado mi palabra de honor al M. Sebastiani, que se portó muy bien conmigo"... Esto -hace otro paréntesis D. Cosme.- nos habla del "trabajo de incitación a la deserción" que hacian muchos paisanos.. y, continua Blayney "… visité al G. Lorge, que me invitó a comer, a una corrida de toros en la gran plaza del pueblo, que fue muy mala, a cenar y al baile de los domingos, donde un hombre y una mujer bailaron el fandango, acompañándose de castañetas"....

 En este último párrafo, hace otro inciso D. Cosme, Blayney da cuenta de algo citado en relatos previos, los frecuentes eventos lúdicos que se organizaban en nuestra Plaza Mayor, aparentemente promovidos por los galos, pero tras los que estaba casi siempre la mano de nuestro inteligente Pastor, Frey Sotomayor, quien los utilizaba para sacar partido informativo de las autoridades galas, que vivian esos festejos, invitados por el párroco, (que se instalaba entre ellos, como anfitrión), en los balconcillos de la fachada de la Parroquial que da a La Plaza. El mayor Blayney, en su diario, también hace bastantes comentarios y descripciones interesantes, dignas de leerse, sobre nuestras tierras y nuestras costumbres, comparándolas con las de Andalucía...

Y creo llegado el momento, querido reportero, que cierre usted pluma y tintero...que con lo ya dicho y escrito, hay bastante para un esbozo de como era la vida y la gente hidalga de este pueblo insigne, Manzanares de La Mancha, durante aquel 1810, primer año de la prolongada y ominosa ocupación francesa de nuestra villa, en la segunda fase de la que sería conocida en nuestra historia como "Guerra de la Independencia"...

miércoles, 6 de enero de 2021

284). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LORGE...ENTRE EL DESEO Y LA REALIDAD.

Los mandos franceses de Manzanares y, más directamente, su gobernador Lorge, acababan de vivir un desconcertante agosto de 1810, asistiendo, atónitos, tal como vimos en la anterior crónica, comenta D. Cosme, a una sucesiva serie de graves enfrentamientos entre miembros destacados del ejército imperial napoleónico, que tuvieron su escenario principal en el castillo de Manzanares…  

 

En aquel estío, continua D. Cosme, se percibío en Manzanares, con gran claridad, que el aparente paseo militar por Andalucía, con el que parecía que los galos iban a ganar la guerra casi de calle, y en muy poco tiempo, era solo un deseo que distaba mucho de reflejar la realidad de lo que sucedía en su ejército… y, sobre todo, lo que iba a suceder, en un tiempo inmediato… y, eso, poco previsto por nadie, se vio venir en Manzanares, entonces, bastante antes que en otros lugares…Las indisciplinas y rencillas entre mandos relevantes del ejército napoleónico, explotaron, y se hicieron manifiestas en el castillo de Manzanares, con continuos mensajes y órdenes contradictorias.. y, a consecuencia de todo eso, las autoridades galas de la villa entraron en un estado de zozobra y desasosiego, que les motivó una gran inseguridad de futuro en sus posibilidades, desánimo del que, como iremos viendo, ya nunca se recuperarían… 

Nuestro párroco y líder, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, lo percibió también perfectamente en sus múltiples contactos de aquellos días con la dirigencia francesa de Manzanares, y como también ya le comenté, mi querido plumilla, D. Pedro, entre otras cosas, observó, atribuladísimo, al gobernador Lorge… que, desde aquel tiempo, y en todo lo que duró su estancia en Manzanares, viviría también, como quise reflejar en el título del relato...entre el deseo y la realidad. 

Por ej, sigue D. Cosme, en todo aquel intercambio de reproches y desobediencias entre generales franceses, el propio Lorge resultó amenazado en su posición, cuando el Mariscal Soult, desde Sevilla, el 23 de Agosto, con su osadía habitual, y pasando una vez más por encima del Rey José I, envió a Paris, al Príncipe de Wagram, "mano derecha de Napoleón", una carta donde acusaba al gobernador Lorge de desobediencia, y pedía su cese.."por falta militar de desobediencia grave....solicito su relevo en el mando de la Confederación del Rhin y en el Gobierno de La Mancha"... Soult, prosigue D. Cosme, aprovechó la carta para autoerigirse en líder militar de Francia en España, pidiendo instrucciones para reorganizar, personalmente, el ejército galo en España. Menos mal que, casi a la vez, Belliard, máxima autoridad francesa en Madrid, herido en su orgullo, enviaba otra carta a Wagram, en la que le decía que el mariscal Soult solo podía tomar decisiones en Andalucía, porque no tenía jurisdiccción por encima de Sierra Morena,.. El mismo José I, y en igual sentido, pidió esos días opinión del asunto a su propio hermano, Napoleón… quien, sin muchas ganas de tener que meterse en esas pequeñas cuitas –dice D. Cosme- le “ordenó”, imperativamente, que dejase de tontear y ejerciese de Rey de una vez por todas...

Y, en esta ocasión, continua D. Cosme, parece que si lo hizo, puesto que Digeón, tras una carta tajante de Jose I a Lahoussaye, estaba de vuelta en Manzanares el día 27 de agosto...Eso sí, el contumaz Digeon, escribió de inmediato al mariscal Beillard, lamentando el cruce de órdenes contrarias que recibía, al tiempo que le solicitaba su traslado a Madrid por encontrarse enfermo. Mal, sigue, irónico D. Cosme, del que sanó en un día, milagrosamente, y no por los buenos aires de Manzanares, si no por la lectura de otro escrito que le envió desde Sevilla el prepotente mariscal Soult, a fecha 28 de Agosto, en el que, haciendo caso omiso de la orden del Rey, se extrañaba del retorno de Digeon a Manzanares, sin su consentimiento, y le instaba, categóricamente, a que volviese con sus brigadas a Linares y Bailen... 

Nada más oportuno que esta orden de Soult para el ínclito y osado Digeón que, al día siguiente, 29 de agosto, enviaba a Lahoussaye un lacónico parte en el que informaba que, por orden del antes citado Soult, no tenía más remedio que salir de Manzanares de inmediato con destino a Linares y Bailen… Lahoussaye, a esas alturas del conflicto con su subordinado, general Digeon, ya no se extrañaba de nada, pero lo cierto es que tampoco quiso enfrentarse directamente con Soult, y comunicó a Beillard la decisión de Digeon, contraviniendo el mandato real. En la semana siguiente, continua D. Cosme, la situación pareció quedar en suspenso, a pesar de la ratificación a Lorge, por parte de Belliard, de la orden real, que instaba a la permanencia de Digeon en Manzanares.. pues, el 3 de septiembre, Digeón, desde Linares, escribió esto a Lorge, “nadie más respetuoso que yo con la voluntad del Rey…estaría dispuesto a postrarme ante él, pero no en este momento en que me hallo frente al enemigo”.. Lorge, abrumado y desesperado, se limitó a enviar a Belliard, para su valoración, la carta del disidente Digeón, al tiempo que se quejaba, amargamente, de no poder actuar contra las guerrillas ….. “por carecer, absolutamente, de una mínima caballería para hacerles frente”… Enterado Belliard, comunicó este estado de cosas al príncipe de Wagram en Paris del siguiente modo… “le doy cuenta del mal que ha hecho el general Digeon rehusando obediencia a sus jefes y desconociendo la autoridad del rey, para ejecutar las órdenes del duque de Dalmacia (Soult)”. 

El 8 de septiembre, Wagram escribió a Napoleón un ambiguo escrito, en el que no tomaba partido claramente por nadie...Cuando Lorge supo de ello, sigue D. Cosme, le quedó claro que estaba en una situación muy complicada.. en medio del camino de Andalucía, entre Sevilla y Madrid…y en medio de una disputa entre los máximos responsables galos de su ejército en aquellas dos ciudades, Soult y Belliard, respectivamente…por lo que no le quedó otro remedio que “templar gaitas”...De momento, y a primeros de septiembre de 1810, dice D. Cosme, Lorge solo contaba para la lucha contra las guerrillas con la misma tropa que a su toma de posesión como Gobernador de La Mancha…La enorme perspicacia del Pastor de Manzanares, Frey Sotomayor, enseguida relacionó el estado atribulado del gobernador Lorge con ese estado de cosas, sobre todo, al advertir que en Manzanares, en esos días, disminuyó drásticamente el número de soldados a caballo que inundaban el pueblo, algo que, seguramente, confirmó como causa del desasosiego de Lorge, cuando… bien por su propia habilidad en arrancar datos a los galos (lo más probable), o bien a través de alguno los múltiples confidentes de la región, le llegasen noticias que esas brigadas de caballería de Digeon, estaban operando por Bailen y Linares, fuera de La Mancha….

En aquel instante, y contra a lo que se pudiera pensar, mi querido plumilla, sigue D. Cosme, Frey Sotomayor estaba muy preocupado por el estado de ánimo de Lorge…. En esas circunstancias, su comportamiento con la población de Manzanares, ante cualquier situación límite que se presentase, podía ser imprevisible, por lo que D. Pedro, decidió estar muy pendiente de cualquier movimiento o gesto de las autoridades galas y también de los aldeanos y de algunas personas relevantes de Manzanares. En esa estrategia, se pateaba todos los días el pueblo, visitando a mucha gente en sus casas, tanto forastera (gala) como nativa, ingeniándoselas para aumentar su “actividad doctrinal dirigida” en la parroquia, en la capilla del castillo y en los círculos masónicos, instalados entonces en la Casa del Mayorazgo. Todo valía a su objetivo primordial, tener lo más asegurada posible la indemnidad de nuestro paisanaje, para lo que, entonces, solo contaba con su propia capacidad….pues, Sebastiani y Liger Belair estaban ahora lejos de Manzanares, y el pacto secreto de no agresión que, ambos, tenían sellado con nuestro Pastor, podría incumplirse de parte gala en cualquier momento…        

 


Al final del verano de 1810, la tensión se palpaba en toda La Mancha, y también en Manzanares. La actividad guerrillera crecía y crecía, y como ejemplos de ello, el ataque de la cuadrilla de “Francisquete” a Tomelloso, el día 2 de septiembre y la emboscada que tendió “Chaleco”, entre Valdepeñas y Manzanares, a una brigada de escolta de carros, en la que mataron a 18 soldados franceses, entre los que se encontraba el teniente coronel español Pedro Grinda, traídor a la causa patria, que se había enrolado en el ejército francés.. Durante todo ese final de verano, el Gobernador de La Mancha, se excusaba mucho ante sus autoridades, por la escasez e irregularidad con la que emitía los partes de situación de La Mancha, achacándolo a que su única división estaba de continuo en movimiento, en múltiples escenarios de un vasto territorio, que iba desde el sur de Madrid, hasta La Carolina…


Pero la realidad, sigue D. Cosme, es que las excusas de Lorge, eran eso, excusas, para no tener que dar cuentas excesivas de las continuas acciones guerrilleras…pero, eso si, se jactaba que durante el tiempo que llevaba en el cargo solo había tenido veinte bajas entre sus hombres, mientras que había eliminado a más de mil guerrilleros, ambas cifras exageradas por defecto y exceso, respectivamente. Aunque, también, junto a esas notas triunfalistas, Lorge, dejaba entreveer lo incomodo de su situación, tras el fiasco del caso Digeon, cuando añadía, en sus informes, que …“se encontraba militarmente al descubierto por derecha e izquierda”, aunque se sentía satisfecho por…. “no haber perdido ni un solo correo, habiendo eliminado a muchas bandas, mejorando la administración y la justicia…siendo, a la vez, duro y humano”; junto al “autobombo”, añadía que, en su situación, “podría seguir enfrentando a las guerrillas, pero no a un ataque de tropas regulares, ya que solo disponía de unos mil quinientos bravos de diferentes armas”. Todo esto sirvió para que Belliard, que se sentía en deuda con el Gobernador de La Mancha y, en cierta medida, había sido desautorizado por el mariscal Soult, decidiese reforzar las tropas de Lorge con el 10º regimiento de cazadores a caballo, que llegarían a Manzanares el veinte de septiembre, lo que sosegó bastante al cuitado general Lorge… y, por qué no decirlo, también al Pastor Sotomayor, cuando apreció un ánimo más controlado, en quien más temple tenía que mostrar entre los galos, el Gobernador de La Mancha.

Y ya es momento, dice D. Cosme, que concluya usted esta crónica, que ya fue de bastante para dar cuenta de las cuitas de las autoridades francesas de Manzanares y, en particular, de su Gobernador, general Lorge, al final del verano de 1810, que llegaron a preocupar también mucho a nuestro insigne líder y Pastor de Manzanares, D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Se aproximaba un otoño, no menos movido, pero eso ya será objeto del próximo relato….