¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡Bienvenido a este 'blog'!
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 29 de agosto de 2020

271). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA MANCHA Y ESPAÑA…CAEN EN OCAÑA.


Como le advertí en la anterior crónica, estimado reportero, me comenta D. Cosme, se aproximaba una batalla que cambiaría muy negativamente el curso de la guerra para La Mancha y, en particular, para Manzanares…llegaría un tiempo prolongado de dominio francés en toda la región manchega, donde Francia elegiría a nuestro pueblo como capital de la región, algo que nos reportaría el triste privilegio de vivir directamente en nuestro solar muchos episodios, donde la prepotencia, injusticia, insidias y desmanes del tiránico imperio napoleónico se hicieron patentes.

Sin embargo, habrá usted de comprobar, en relatos sucesivos, que el paisanaje de Manzanares, a pesar de estar en el ojo del huracán, sufrió relativamente pocos daños personales, durante los años que duró la asfixiante presencia gala en nuestra villa. Y seguro que ya se habrá preguntado usted, sigue D. Cosme, a que se debió esa relativa indemnidad de nuestra gente…pues, aunque supongo que también lo intuye, ya le confirmo yo, querido plumilla,…que eso se debió, muy fundamentalmente, a la brillante y ajustadísima actuación de Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor, párroco y líder de nuestro pueblo, a las diferentes situaciones que se fueron sucediendo durante todo ese largo tiempo de dominación francesa en Manzanares…Si hasta ahora, en anteriores crónicas, sus lectores han tenido suficiente constancia de la inteligencia y habilidad del insigne pastor de Manzanares, lo que estaba por llegar superará con mucho, si es que ya cabía el hacerlo, lo bueno que se puede decir de la trayectoria humana, político y espiritual de aquel extraordinario personaje que Manzanares, y sobre todo su gente, tuvo la suerte de tener al frente en aquellos decisivos tiempos…pero eso, como quedó dicho, será motivo de sucesivos relatos, en este toca contar lo que ocurrió, desde donde dejamos el último capítulo, hasta esa batalla de Ocaña que cambió el curso de la guerra en La Mancha durante varios años.

Batalla de Ocaña.

En el anterior relato, continua D. Cosme, ya supimos que, el 27 de octubre de 1809, el regimiento francés que ocupaba Manzanares, abandonó nuestra villa, tras recibir órdenes de su Jefe máximo, el Mariscal Victor… En el oeste español, las cosas iban mal para los intereses galos, por lo que Victor decidió retrotraer sus tropas de la Mancha a un punto más central de la península, concretamente Aranjuez, que le permitiera atender, desde allí, las necesidades que se planteasen en los frentes sur y oeste de la guerra… Areizaga, Jefe del ejército de La Mancha, me dice D. Cosme, supo de esta retirada enseguida…y, sin dilación, bajó de Sierra Morena, e hizo avanzar su enorme ejército con rapidez por el llano manchego…Al día siguiente, entra en Manzanares con un regimiento de voluntarios de caballería de Sevilla, al mando del coronel Marques de Albentos. De nuevo liberado nuestro Manzanares!!, dice, enfático D. Cosme...y, aunque curados de espanto, por el incesante vaivén de ocupaciones de signo contrario, esta vez se vio con más optimismo la liberación, pues el reorganizado ejército manchego de Areizaga, era el más numeroso y dotado de los que se habían visto por nuestro terruño a lo largo de la guerra.. Asentadas las tropas del regimiento del Marques de Albentos en el castillo y aledaños, Areizaga les dio órdenes de ascender a Villarta a reconocer el terreno, cosa que hicieron la mañana del 30 de octubre… al llegar a las cercanías de Villarta, comprobaron que los franceses continuaban allí, valoraron la situación, y tras una serie de escaramuzas de provocación, no se decidieron a plantear batalla y se volvieron a Manzanares, aunque dejaron una avanzadilla, seguramente en alguna de las Posadas intermedias del camino, al mando del intrépido capitán Jose Barnuevo, que había recibido la orden de atacar de noche, por sorpresa, a Villarta de San Juan… Asi lo hizo, entrando en el pueblo, donde la guarnición francesa logró rechazar el ataque, …si bien, la caballería de Areizaga, consiguió que la francesa se retirase a Herencia…

En esas estábamos, prosigue D. Cosme, cuando Areizaga translada su cuartel a Santa Cruz de Mudela….y el día 3 de Noviembre decide avanzar al norte, desde Manzanares, con el grueso de su ejército, al que precedía una vanguardia de caballería al mando de un viejo conocido de nuestro pueblo, Freire... El día 7 de Noviembre, tras tomar Herencia,, el júbilo de la gente de las sucesivas villas manchegas que iban siendo ocupadas con facilidad por el imponente ejército de Areizaga, cargaba positivamente el ánimo de las gentes manchegas, que escuchaban, exultantes, a los soldados que les comunicaban que iban de paso, decididos a la conquista de Madrid…Y la verdad es que estos buenos augurios, continua D. Cosme, parecían corresponderse con la retirada concomitante de los franceses, al mando de Milhaud, hacia la villa de La Guardia…y más aún cuando el día 8 la caballería de Freire desalojaba a Milhaud de la “cuesta del Madero”. La tropa española, llegó el día 10 de Noviembre a las inmediaciones de Ocaña, abandonada por los franceses, que replegaron hasta Aranjuez, lo que aprovechó Aréizaga para intentar vadear el Tajo por dos puntos, el dia 14 de Noviembre: Colmenar de Oreja y Villamanrique de Tajo, donde los ingenieros españoles desplegaron dos puentes de carros… Sin embargo, sigue D. Cosme, un hecho circunstancial resultaría decisivo, en el resultado final de la batalla que se avecinaba... un fuerte temporal retrasó el operativo tres días, que permitieron a los franceses un tiempo para reunir todas sus fuerzas en Aranjuez, con el rey intruso en persona, que contaba con el mariscal Soult, al mando de unos 40 000 soldados de infantería y de unos 6000 caballos, acompañados por una numerosa artillería a las órdenes del general Senarmont… 

A pesar de las dificultades, sigue D. Cosme, finalmente, Areizaga entró en Ocaña el 17 de Noviembre de 1809. Sin embargo, los franceses, sin decidirse a tomar la iniciativa, dejaron que más tropas de Areizaga avanzasen hacia Ocaña…y, el día 19, en la zona de Ontígola, hubo un choque de caballería entre las tropas de Freire y las de Sebastiani, que había realizado una brillante maniobra envolvente por un flanco del ejército español, que quedó parado en seco y desconcertado por este ataque inesperado.. algo más tarde del mediodía, entre el pánico y la desbandada general de nuestra tropa hacia el sur, la derrota española estaba echada, era clara y sin paliativos…Zayas, en Ocaña, resistió, hasta que el pueblo fue ocupado por los soldados franceses…y tuvo que retirarse a Dosbarrios,…. Tan sólo la división de Vigodet logró mantenerse unida… y pudo retroceder en orden y sin pérdidas humanas o materiales, concluye D. Cosme, Areizaga contempló, impávido, el desastre de su ejército, desde una de las torres de Ocaña, sin dar muestra alguna de posible respuesta ni de estar dirigiendo nada de lo que allí sucedía, hasta que, por fin, su primera orden fue la de retirarse a Dosbarrios, para continuar su triste camino a La Guardia, hasta que llegó al cuartel general de Daimiel, donde el 20 de Noviembre, en su parte, dio cuenta a la Junta General de la catástrofe de Ocaña… 4000 soldados españoles resultaron muertos o heridos, de 15 000 a 20 000 hechos prisioneros.. y se perdieron muchas cosas más, empezando por la moral de la tropa, que quedó absolutamente rota; se contabilizó la pérdida de 40 cañones, equipajes, víveres de toda especie y casi todo el material bélico del ejército español del Centro…. A pesar del desastre general y la enorme derrota sufrida, continua D. Cosme, el general Aréizaga recibió el agradecimiento de la Junta Central y compensaciones por los servicios prestados, al reconocerle buena disposición y valentía en el combate. Pero lo cierto es que la derrota de Ocaña representó un antes y un después en la Guerra de la Independencia a favor de los intereses gabachos…y, además de ello, y para lo que nos interesa más en estos relatos, un cambio sustancial en la situación de Manzanares, que tomaría un serio protagonismo como pueblo en el devenir inmediato…pero un tiempo, ese, todo él bajo el yugo opresor de la Francia imperial napoleónica, que olvidaría de manera palmaria y cínica sus principios fundacionales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, cambiándolos, aquí, por Opresión, inequidad y odio hacía nuestra gente.. Manzanares, vio llegar la desbandada de soldados españoles, que pasaban de largo, huyendo despavoridos hacia Sierra Morena, cuando solo unos días antes habían llevado el ánimo de nuestra gente a unos de sus momentos más álgidos….y, aunque vivíamos una época de vaivenes, esta vez se intuía en el ambiente, y en los rostros de nuestros próceres (incluido Sotomayor)… y de la gente más “enterada” del pueblo, que la cosa estaba peor que nunca.. y más definitiva.

Difícil se nos puso la cosa, y difícil lo tuvimos, pero habremos de ver, en varias ocasiones, que darán motivos para los relatos que habrán de venir …que la grandeza de la gente de la muy insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha, resaltaría entre la insidia que le proporcionaban los invasores de la “revolucionaria” (¡“por las narices”!) Francia napoleónica, concluye entre serio y jocoso D. Cosme, pidiéndome, además, que concluya aquí el relato, por haber dado buena y ajustada cuenta de lo sucedido en la batalla de Ocaña, donde cayeron….Mancha y España.


270). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: FRANCIA DOMINA LA MANCHA…PERO NO DEL TODO


La derrota de Almonacid, dice D. Cosme para comenzar la crónica, fue un fiasco casi definitivo para la tropa de Venegas, que sufrió más de 3.000 bajas, entre muertos y heridos y unos 2.000 prisioneros, entre los que se encontraban al menos dos paisanos y vecinos de la villa: Juan Fernández Carrión y José Lara.. 

El desconcierto y la desbandada posterior de los supervivientes, camino de Sierra Morena, resultaba un espectáculo patético y desmoralizador para todas las villas que transitaban esos soldados en retroceso... En Manzanares, el 13 de agosto, un día después de aquella infausta derrota de Almonacid, aun los documentos oficiales venían encabezados con lo de "fidelisima villa", como se puede advertir en los archivos parroquiales, en el acta de la reunión del cabildo, celebrada ese día 13 de agosto de 1809. Por otra parte, la confianza en nosotros debía ser grande en las tropas españolas que retrocedían, pues dejaron almacenados en el castillo una buena parte de la fusilería, municiones y monturas, algo absurdo, ya que quedaban allí a disposición de los futuros inquilinos gabachos, que como sabemos llegaron al pueblo cuatro días después, el 18 de agosto,.. y, aunque pasaron de largo, persiguiendo al remanente español en retirada, lo cierto es que nuestro pueblo quedaba, a partir de ese día, en zona conquistada por el ejército francés. 

Poco se sabe de la semana siguiente en Manzanares, me dice D, Cosme…las escasas referencias que tenemos, hablan de algunos saqueos en el pueblo por parte de los franceses que transitaban hacia Sierra Morena…Hubo nuevas huidas al campo de bastantes paisanos, pues aunque los galos no dejaron guarnición estable en la villa, era evidente que la cosa no pintaba nada bien y que, en la práctica, estábamos bajo dominio francés, algo que quedó ratificado, oficialmente, cuando Venegas rubricaba el parte de derrota de aquella batalla, en La Carolina , a fecha de 22 de agosto de 1809..
Pero, de nuevo, los movimientos en otros puntos de la guerra nos favorecieron.. El día 24 de agosto. el general Victor, con cuartel general en Daimiel, recibió la órden de retroceder hacia el Tajo, algo que, enseguida, sigue D. Cosme, llegó a conocimiento de Venegas, cuando este había reorganizado ya su tropa remanente en Sierra Morena, a la que pudo añadir parte de la soldadesca española que había combatido en Extremadura. Todo ese nuevo elenco militar, se puso al mando del general español Francisco Ramón Eguia, quien, advertido del repliegue francés por Venegas, envió al Coronel Osorio a explorar el área de Valdepeñas, el 27 de agosto, y al no encontrar enemigos, hizo llegar su caballería hasta Manzanares, e incluso se animó a seguir más al norte, aunque no se atrevió a llegar a Villarta, retrocediendo a Manzanares el día 2 Septiembre; pero, en fin!!, Manzanares volvía a estar bajo dominio español, algo que, aunque fuese momentáneo, siempre representaba un suspiro de alivio y un hálito de esperanza para nuestras gentes..


General Osorio. 

El 8 de septiembre, Osorio mantenía en Manzanares una guarnición de 8.000 hombres y comentaba como única novedad…”la llegada de gentes de Madrid, y que las cárceles estaban llenas de gentes honradas entre ellos nueve covachuelistas sin comunicación, y habrá de diez y seis a veinte mil enfermos y heridos"... A finales de septiembre, prosigue D. Cosme, Manzanares seguía bajo control patrio…a cargo de la 6ª División de la Brigada de Infantería de Peregrino Jacome, de las tropas del General Eguía.. Hubo un momento, continua D. Cosme, en que los franceses estuvieron algo desconcertados al observar el potencial militar de estas tropas de Eguía, que habían sido reorganizadas, deprisa y corriendo, tras el fiasco de Almonacid…y es que, sigue D. Cosme, muy posiblemente se había conformado, en solo dos semanas, el ejército más numeroso que organizó la Junta General durante la guerra…Contaba con 52.000 soldados, de los que 5.000 eran de caballería., y un potencial artillero de 55 cañones… Los galos asistieron asombrados al rápido avance de los hasta hace nada derrotados españoles. El 27 de septiembre, la infantería, proveniente de Manzanares alcanzaba la línea Consuegra-Madridejos, y su caballería de vanguardia se aventuró hasta Mora y La Guardia…lo que no solo sorprendió, sino que alarmó a los franceses, recibiendo Victor la orden de retroceder todavía más, hasta Toledo…Eguía, continua D. Cosme, en olor de triunfo, estableció su cuartel general en Daimiel, tal como había hecho antes Francia, para estar más apartados del camino de Andalucía y, por tanto, más resguardados del enemigo. Acabó ese septiembre y, prosigue D. Cosme, el día 3 de octubre de 1809, Eguía pasó revista a su imponente tropa, en un acto que trascendió a toda La Mancha, por el que la gente local quedó esperanzada en el devenir de la guerra...

En Manzanares, sigue D. Cosme, como en otras ocasiones de cierto control español, se habían reanudado los trámites administrativos y parte de la vida convencional, según se puede constatar en los archivos parroquiales, por el registro de bautizos, bodas y otros eventos religiosos.. También hay constancia, en esas fechas, de la reanudación de la actividad judicial y municipal, con diversos y diferentes escriturados, casi inexistentes en los dos meses previos. Aunque de nuevo se respiraba cierta euforia, los que mejor conocían la situación, se mostraban mucho más cautos…Sotomayor, viajaba por las villas próximas en sus funciones de la Orden calatrava… pulsaba la situación de La Mancha en varios lugares, y llegó a la conclusión que las cosas se mantenían muy peliagudas e inestables. En la Junta Local de Manzanares, se comentó favorablemente lo que estaba ocurriendo, y el imponente pase de revista de Eguia a sus tropas en Daimiel, pero Sotomayor mostraba sus reticencias porque las informaciones que iba obteniendo en las villas calatravas, seguían siendo contradictorias, Argumentaba que, si,… que Eguía, tenía una tropa muy poderosa, pero los franceses mantenían un gran cuerpo de ejército en Toledo, capaz de dar vuelta a la situación a poco que le fueran bien las cosas….Y esos temores de nuestro Pastor, continua D. Cosme, se verían confirmados enseguida,… solo dos días después del desfile de las tropas de Eguía…. 

El 5 de octubre, los mandos franceses de Toledo dieron al general Victor una orden tan prepotente como taxativa… desalojar La Mancha de soldados españoles con su primer cuerpo de ejército, ayudado, si lo precisase, por el cuarto de Sebastiani, con sede en Aranjuez…Victor, muy audaz, solicitó a sus mandos realizar una arriesgada maniobra militar…alcanzar el Guadiana con rapidez, sin asentarse en los pueblos toledanos intermedios. Recibió autorización y refuerzos en sus tropas, y se lanzó Mancha abajo, ante la sorpresa de Eguía, que no esperaba una cosas así,… por lo que, inseguro de sus posibilidades, retrocedió bruscamente, con toda su tropa, a Sierra Morena, ante la reprobación de la Junta General del Reino, que lo destituyó fulminantemente, sustituyéndolo por el general de División, D. Juan Carlos Araizaga…Los franceses, claro está, atravesaron las líneas españolas de defensa como un cuchillo afilado, para alcanzar Villarrubia de los Ojos y Villarta de San Juan en un pis pas,.. y, prácticamente, sin resistencia alguna.

La caballería española en retirada, prosigue D. Cosme, llegó a Manzanares el 14 de octubre y continuó su retroceso hasta Valdepeñas, seguidos, casi de inmediato por jinetes franceses que también pasaron de largo…Lo cierto es que, Manzanares, volvía a estar bajo dominio francés, y al día siguiente estaba ocupado por tres divisiones de infantería; la francesa de Sebastiani; otra polaca, la de Werle; y una tercera, la alemana de Leval…en total, la friolera de 18.000 soldados, muchos de los cuales tuvieron que acamparse al norte de la villa, entre el Camino Ancho y la vereda de Toledo. En esta ocasión, continua D. Cosme, el dominio francés parecía definitivo, toda la provincia de La Mancha quedó ocupada por las tropas del mariscal francés Victor, mientras la Junta de Gobierno español de La Mancha se instalaba en La Carolina, bajo la Presidencia del intendente Juan de Modenés, viejo conocido en estos relatos.. El recién nombrado nuevo mando del ejército manchego, general Areizaga. continua D. Cosme, llego a Sierra Morena, el día 23 de octubre de 1809, para hacerse cargo del ejercito de La Mancha.. que, desde entonces, se llamó “ejército del centro”, que, reorganizado, volvió a ser el más numeroso que tuvo el Reino de España durante la guerra de independencia, con siete divisiones de infantería, que contaban con un total de 50.000 efectivos y 6.000 jinetes, al mando de Freire, otro viejo conocido de nuestro pueblo, comenta D. Cosme. La presión que las tropas de la coalición anglo-española ejercían sobre las de Francia, en el oeste penínsular, volvería a favorecer a Manzanares. Las batallas en Salamanca estaban siendo desfavorables a los franceses, dice D. Cosme, y de nuevo Victor recibió órdenes de retraer sus efectivos desde Manzanares a Aranjuez, el 27 de octubre de 1809.

Areizaga, me dice D. Cosme,, informado de ello, bajó de Sierra Morena inmediatamente e hizo avanzar su enorme ejército con rapidez… y, a final de octubre de 1809, entra en Manzanares con un regimiento de voluntarios de caballería de Sevilla, al mando del coronel Marques de Albentos, Tras dos semanas de ocupación, nuestro pueblo volvia a estar liberado de los invasores que, durante las dos semanas que duró su estancia en el pueblo destrozaron olivares, plantaciones e inmuebles; aunque no hubo que lamentar muertos ni heridos entre los paisanos. 

El pacto Sebastiani-Sotomayor, al menos funcionó en eso, en lo más importante, la indemnidad de nuestros ancestros de entonces. Y es momento ya de acabar el relato, dice D. Cosme, puede usted cerrar su pluma querido reportero… que lo relatado y escrito ya fue de bastante para completar la enorme serie de escaramuzas, de ida y vuelta, del ejército francés y del español, por el territorio manchego, durante el tumultuoso verano de 1809… Lo que llegara muy pronto fue una batalla que cambió el curso de la guerra, para pesar nuestro, muy a favor del ejército imperial napoleónico…´y muy negativamente para La Mancha y, por ende, para la villa que más se les resistió… Manzanares de La Mancha…

domingo, 9 de agosto de 2020

269). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UN BREVE TIEMPO DE LIBERTAD


Vimos en la anterior crónica, mi querido plumilla (inicia, así, D. Cosme esta) como las tropas del general Francisco Venegas, provenientes de Sierra Morena, habían entrado en Manzanares al poco de la retirada hacia el Tajo de las tropas francesas de Sebastiani, con los destacamentos de la división polaca de Valance, que durante dos meses y medio habían saqueado y cometido grandes tropelías en nuestra sufrida villa…. Por fín, nos dejaron en paz, abandonando nuestro suelo el 13 de Junio de 1809..y, así, Manzanares era liberado!!, -dice enfático D. Cosme-…pero veremos, enseguida, en esta crónica “lo poco que duró la alegría en nuestras empobrecidas casas de entonces.” 

Venegas, instaló su cuartel general en el castillo de Manzanares y, desde allí, planificó los movimientos de su ejército, para intentar ir ganando otros territorios más al norte.. . Aquel, sigue D. Cosme, fue tiempo de escaramuzas continuas, de pequeños combates y refriegas, de emboscadas… A veces, esas acciones eran llevadas a cabo por guerrilleros locales, conjuntados con los militares de Venegas... Además, muchos paisanos de las villas liberadas se ofrecían como confidentes, para mantener informado al ejército de Venegas y a los jefes guerrilleros, de por donde, y en que villas próximas, quedaban tropas francesas.. y, más o menos, con que número de efectivos contaban…. Esto, ciertamente, daba cierta ventaja a Venegas en sus maniobras, aunque hay que reconocer que el impetuoso Jefe del ejército manchego tenía mucho de arrojo y valentía, pero poca capacidad estratégica; como se vería pronto -comenta D. Cosme-.. Por la otra parte, los franceses también tuvieron espías entre el paisanaje manchego… la miseria en que vivían, llevó a algunos paisanos a traicionar por dinero a su gente, poniéndose al servicio de los jefes militares galos de la zona.. lo que, sin duda, en más de una ocasión, “engañó” al bullicioso Venegas. Se sabía, sigue D. Cosme, que desde Madrid salieron:... “sujetos destinados por los franceses con mucho dinero para seducir y corromper la fidelidad de los pueblos de La Mancha”… Se supo por ciertos escritos que un tal Pedro Calleja y un boticario espiaban para los franceses…y también se acusaba, y buscaba, a un tal José San Juan y a otro, llamado Benito Carrera, por hechos similares...

Al momento de la proclama “Valerosos y leales manchegos”, que Venegas leyó personalmente, el 21 de junio de 1809, desde la Torre del Homenaje de nuestro castillo de Manzanares –continua D. Cosme- había unos 10.000 soldados franceses de infantería y unos 1.500 a 2.000 de caballería, en la línea que forman Villarta, Villarrubia, Herencia y Alcázar, manteniendo también los franceses algunos retenes de avanzadilla por el sur del Guadiana para vigilar los movimientos de las tropas españolas…. El 18 de junio, Venegas, de acuerdo a informaciones recibidas de sus confidentes, envió para ese área al Teniente de Caballería de su ejército, Juan Morán… quien partió de Manzanares con una brigada de soldados hacía Villarrubía… y, allí, sorprendió a 38 soldados franceses, que se refrescaban en unos molinos del Guadiana… Los atacó, matando a 11 de ellos, y apresando a otros ocho… Al poco, los soldados de Moran entraron en Villarrubia, y las gentes de la villa los aclamaron como héroes, dándoles pan y carne, mientras las mujeres se ofrecían a lavarles la ropa… Descansaron un rato y, después, atacaron Villarta y la tomaron…pero no se quedaron mucho tiempo allí, al advertir que, (tal como escribieron en su parte): ...“el hospedaje era muy poco beneficioso para nuestra tropa”,... por la extrema escasez de víveres y no tener la villa buenas posibilidades de defensa, por lo que se replegaron a Manzanares… 

De todas maneras, continua D. Cosme, siguiendo modernas técnicas periodísticas de propaganda, Venegas, desde Manzanares, hizo circular entre la tropa y la gente de esas villas, varios números de la llamada “Gaceta Extraordinaria del Gobierno”, donde se relataba el avance de su ejército, unido a proclamas que informaban de la declaración de guerra “de la Austria y de la Rusia” a Francia, en Mayo de 1809, con intención de provocar desánimo y desercion
spíritu patriótico del paisanaje, como esta que le sugiero incluya en su crónica:…

“Los corazones más duros se han enternecido al entrar en la desgraciada Provincia de La Mancha. Los pueblos del Visillo y Santa Cruz que hemos visto, y a su imitación todos los demás presentan el aspecto más triste. Sus infelices habitantes que aún no han vuelto por la mayor parte a sus hogares, no encontrarán a su venida sino la desolación y el desconsuelo, y los que hemos encontrado se presentaban en las calles con un semblante que no se podía distinguir si expresaba más bien el resentimiento por la pasada calamidad que han sufrido con la invasión de los bárbaros, o la satisfacción de verse rodeados de tropas nacionales”.

José I,Bonaparte.

En Manzanares, Sotomayor, sin ser un estratega militar, “cazó al vuelo” la situación que se estaba creando.. al advertir el vaivén continuo de tropas de uno y otro bando por La Mancha…Para D. Pedro, cada vez estaba más claro que ninguno de los ejércitos parecía capaz de asentarse con garantías en el vasto y ancho suelo manchego…y. por eso, como ya se contó en la anterior crónica, decidió actuar a su manera, y con más libertad, influyendo en el general Venegas, para que la Junta General de Sevilla nombrase al personero, don Pedro Roncero, alcalde mayor de Manzanares y, así, él, tener “mano libre” para, desde su posición de autoridad calatrava, seguir ejerciendo en la sombra como líder político. El apaño, sigue D. Cosme, como en la anterior ocasión, se mostraría muy bueno para Manzanares y sus gentes; mientras el Sr. Roncero firmaba la documentación administrativa y de carácter político de la villa, apareciendo ante ojos franceses como el máximo responsable civil de Manzanares, nuestro ínclito Pastor, camuflado en su hábito calatravo, iba, venía y disponía a su antojo, hablaba con unos y con otros, presentándose, según convenía, como persona de confianza de los máximos responsables de uno u otro ejército, (Sebastiani y Venegas), lo cual, por más sorprendente que pudiese parecer, era verdad…ya que, durante la estancia de Sebastiani en Manzanares, antes de la llegada de Venegas, había logrado el respeto y confianza del galo como pocos otros españoles... y, ahora, con Venegas instalado en nuestra fortaleza, también había sabido ganarse el ánimo del jefe del ejército español de La Mancha.... Y todo esto no lo utilizó nunca, D. Pedro, en beneficio propio, lo hizo siempre buscando garantías para que la gente de nuestro pueblo sufriera lo menos posible los estragos de la guerra…

Mientras tanto–continua D. Cosme- persistieron las constantes escaramuzas entre los ejércitos español y francés, que, siguiendo órdenes de sus mandos respectivos, siempre evitaban grandes batallas, por el riesgo potencial de una gran debacle en una provincia tan extensa como La Mancha, que constituía la auténtica frontera entre el Madrid del rey impuesto Jose I, y la Sevilla de Fernando VII, capital de facto del Reino de España. Antes del repliegue de Villarta a Manzanares, las tropas de Venegas atacaron Puerto Lápice, con el resultado de tres franceses y un español muertos.. Por ese tiempo, en los extramuros de Herencia, los galos concentraron unos 4.500 infantes y 450 soldados de caballería, en la ermita de San Nicasio, algo que Venegas supo por un chivatazo de sus confindentes, evitando más disputas inmediatas en ese entorno…

Pero, otras confidencias más preocupantes, llegaron a oídos de Venegas esos días; el Rey rey José I, con el general Sebastiani, y 14.000 soldados, reclutados en Madrid y en Talavera, llegaban a Madridejos el 25 de Junio con dirección y destino a Manzanares, en un momento en que el desabastecimiento y el consiguiente hambre, empezaban a influir en el ánimo y fuerzas de la tropa manchega dispersa por la región…De nuevo, dice D. Cosme, la suerte parecía cambiar de bando. Los temores de Venegas se acrecentaron, cuando su Estado Mayor le avisó de los rumores existentes sobre una inminente unión, a ese contingente francés, de una parte considerable de las tropas del general Victor…. Venegas, optó por el repliegue sin plantear batallas, y ordenó que se cortasen el mayor número de puentes posible, para dificultar al máximo el tránsito hacia el sur de ese contingente de tropas francesas…pero el Mariscal Víctor, confirmando los rumores que le incluían en el dispositivo francés, en una brillante maniobra militar, utilizó un puente de pontoneros y atravesó el Tajo…. una vez más, las cosas se ponían muy, muy feas, para los intereses españoles en La Mancha. 


El 25 de junio, sigue D. Cosme, a las dos y media de la mañana, pasan por Manzanares las tropas españolas que se debatían en retirada siguiendo las órdenes de Venegas, llevando su repliegue hasta la ermita de Consolación, y dejando en Manzanares, a el Brigadier Diego Ballesteros, con 300 jinetes, y a la espera de más soldados de caballería del Regimiento de Alcántara, que llegarían para reforzar la posición de nuestro pueblo. . 
Mientras tanto, a la desesperada, por parte española se ordenó a partidas de guerrilleros que tomasen Villarta, y vigilasen la llegada del enemigo… las noticias indicaban "que la acción que debe esperarse la mandará el Rey Pepe en persona". En efecto, los guerrilleros comprobaron la aproximación francesa y, el 27 de junio, se retiraba de Villarta esa milicia española residual hasta la Venta Quesada, al norte de Manzanares... Al día siguiente, 200 jinetes franceses llegaban allí, seguidos de otras tres columnas que se dirigieron, unas a Ciudad Real y otras hacia Infantes…Estaba claro que remedaban la anterior acción envolvente que culminó en la toma de Manzanares, tres meses antes… A la vista de lo que se venía encima, prosigue D. Cosme, en nuestro castillo, la noche de ese 28 de junio, Venegas ordenó la retirada hasta Consolación de las tropas asentadas en el pueblo, pero, ya avanzada la noche, tomó otra decisión aún más drástica…volver hasta las antiguas posiciones de Sierra Morena, llevando el Cuartel General de la tropa manchega a Despeñaperros y Santa Elena…Se retiraban los últimos militares españoles de Manzanares y desde Sierra Morena se comunicaba la situación del siguiente modo:

"Nuestra retirada se ha ejecutado con todo orden, y ha desconcertado sin duda los planes del enemigo; solo queda el desconsuelo que las circunstancias hacen irremediable, de haber dejado abandonada al furor de los Enemigos una Provincia cuyos Pueblos en los cortos días que han sido ocupados por nuestro ejército lo han surtido completísimamente y a porfía de víveres y de todo lo demás que ha necesitado; y que no obstante de que predicen sus nuevas desgracias las posponen, a su lealtad, y se resuelven con heroísmo a abandonar sus hogares en términos que a nuestra vista han quedado desiertos"

La suerte para Manzanares, concluye D. Cosme, volvía a estar echada!!, los franceses ocuparían de nuevo, y muy pronto, nuestra villa…y, por eso, es tiempo de acabar ya la crónica, confirmando ese hecho…El 29 de junio, a las once de la mañana, entraban 400 jinetes de la caballería francesa en Manzanares;… de esa manera, terminaba un corto periodo de libertad…y llegaba otro nuevo de opresión con la incertidumbre de cuanto duraría y que cuitas traería a nuestra villa y a nuestro paisanaje….pero eso ya será motivo de la siguiente crónica, mi querido plumilla, que esta fue ya de bastante.

 


268. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL PRIMER MANIFIESTO DE MANZANARES.

Como quedó apuntado en el anterior relato, querido cronista –me dice D. Cosme- a partir de la retirada de las tropas del General Sebastiani,.. en Manzanares, y en toda la Mancha, durante lo que quedaba de verano y el otoño de 1809, se vivió una situación de continua zozobra, ora liberados por tropas españolas, ora oprimidos de nuevo por tropas galas

En este relato, sigue D. Cosme, le contaré a usted y a sus lectores, el primero de estos episodios transitorios, donde, en un Manzanares liberado, el general Venegas pronunció, desde nuestro castillo que, en esas dos semanas finales de junio de 1809, fue su cuartel general, una célebre proclama alentando a la gente manchega.. La he llamado, continua D. Cosme, tal como reza el encabezamiento de la crónica, por sus muchas similitudes (salvando distancias y situaciones) a la proclama dada, casi medio siglo después (también en nuestra villa) por el General O`Donnell, posiblemente, ésta última, el acto político más relevante en que Manzanares sería protagonista en España…que fue conocido para la posteridad como el “Manifiesto de Manzanares”…pero eso, sigue D. Cosme, no es objeto del momento aquí relatado y, por tanto, ya me retrotraigo a la guerra de la independencia; donde, como vimos en la crónica previa, el día 13 de junio de 1809, Manzanares se había quitado de encima el yugo francés, , cuando abandonaron nuestra villa los últimos efectivos de la tristemente célebre división polaca.. Tras la retirada francesa, Venegas bajó con precaución al llano manchego, donde el panorama que encontraba al ir ocupando pueblos de La Mancha sureña, como Santa Cruz, Almuradiel, Valdepeñas y Manzanares era, en palabras sentidas y muy contundentes, escritas por el propio general Venegas en sus diarios de la guerra, el siguiente:

“Los pueblos desiertos, las casas yermas y arruinadas, la suciedad y el hedor intolerable de ellas, presentan al que la mira más bien una idea de habitación de fieras que de hombres. El peso de las desgracias, el hambre, y la intemperie han acabado en el monte con un sinnúmero de familias; y estos fieles vasallos, abandonados tanto tiempo a la rapiña, y a las violencias”

En el Manzanares liberado, como en otras ocasiones precedentes, continua D. Cosme, la vida social y administratriva recuperó pronto cierta normalidad… y, en ese periodo, hay un episodio donde se “adivina”, una vez más en esta guerra, la sutil estrategia del Pastor D. Pedro Alvarez de Sotomayor…quien, seguramente, habló con Venegas de la virtualidad de nombrar un alcalde mayor civil interino en Manzanares, repitiendo lo sucedido meses antes…para, así, poderse dedicar él, desde la sombra de su actividad eclesial y viajera por Calatrava, con mucha más libertad de acción a las gestiones que iban a ser necesarias en el objetivo primario de proteger al máximo a la gente manzagata, algo siempre en primera línea de las medidas y actuaciones de Frey D. Pedro, al tiempo que evitaba ser señalado ante los franceses, por alguno de los muchos confidentes que había por entonces, como un alcalde muy beligerante hacia los intereses españoles, cuando en los membretes de nuestros edictos, reapareciese, como así ocurrió, aquello de “Fidelísima villa”, o lo de “Por la Gracia de Dios y de Fernando VII”… Sotomayor era patriota, desde luego que sí…. pero en aquel atribulado tiempo, nunca le gustó presumir demasiado de ello, prefería llevarse bien con cualquier dirigencia que tuviera el pueblo, aduciendo ante cualquiera de ellas, que la Junta Local de Gobierno de la villa de Manzanares, siempre cumplía escrupulosamente con la principal razón de ser de dichas juntas, velar por el interés e indemnidad de los vecinos de la villa. Lo cierto fue que, en efecto, se nombró, por su Majestad Fernando VII, al abogado D. Pedro Roncero, alcalde mayor interino de Manzanares, en un protocolo del escribano Juan Antonio de Ressa, a fecha 23 de junio de 1809. A nadie, ni a usted, mi querido cronista, se le ocultará que el verdadero líder político de Manzanares siguió siendo nuestro ínclito y astuto Pastor de almas.. D. Pedro Alvarez de Sotomayor…

Así las cosas en la vida local, continua su relato D. Cosme, y ya más asentadas en Manzanares las tropas españolas de Venegas,…éste, decidió establecer su cuartel general en nuestro castillo…y, es casi seguro que, allí, como hizo con su predecesor francés, general Sebastianí, Frey Sotomayor se ganó enseguida la total confianza del máximo dirigente del ejército español manchego, algo que quedaría de manifiesto en las loas y agradecimientos que, desde aquellos días, hizo siempre Venegas de Manzanares....Y la primera vez que mostró Venegas su deferencia personal hacia Manzanares, fue el 21 de junio de 1809, cuando eligió la Torre del Homenaje de nuestro castillo, para leer solemnemente ante la gente de la villa una proclama suya, aprobada con anterioridad por la Junta Central Suprema del Reino, cuyo texto se había mandado imprimir en Córdoba, y que, por medio de las guerrillas, se distribuyó en hojas de propaganda por las poblaciones de los partidos de Villanueva de los Infantes, Almagro y Alcázar de San Juan… La proclama llevaba el título de “VALEROSOS Y LEALES MANCHEGOS”, y yo, sigue D. Cosme, he dado en titularla “Primer Manifiesto de Manzanares”.

Me parece procedente, mi querido plumilla, para terminar la crónica sobre esta etapa de un Manzanares liberado de carga francesa, que transcriba usted, a su final, el texto literal y completo que, con emoción y vehemencia, leyó Venegas desde la Torre del Homenaje del Castillo de la insigne villa de Manzanares de la Mancha, al paisanaje exultante, alborozado y patriota de nuestra villa…Fue, sin duda, un día feliz y de esperanza…aunque estoy por suponer, sin equivocarme mucho, concluye D. Cosme, que, aun gustándole, que seguro le gustó…quien menos disfrutó con ella fue Frey Sotomayor, ya que, en su línea de pensamiento, lo de llamar la atención como pueblo no entraba en su metodología….pero bueno, por una vez, bien estaba, debió pensar antes de irse a la cama aquel día.. Asi que, sin más dilación, mi estimado reportero, aquí le dejo para rubricar su crónica de hoy, el texto literal de la citada proclama:: VALEROSOS Y LEALES MANCHEGOS:

"Los males que habéis estado sufriendo, desde que por una desgracia inevitable invadieron vuestra provincia los pérfidos franceses, pesaban demasiado sobre mi corazón, y no he perdido un momento para organizar y aumentar el exercito de mi mando que viene a libertaros para entrar en la Mancha y aniquilarlos, ellos han huido, noticiosos sin duda de mi movimiento, comunicado por algunos de aquellos pérfidos Españoles, indignos de este respetable nombre, que prefiriendo el víl interes a las glorias de la patria, sirven ciegamente al tirano que intenta esclavizarnos. La sola presencia de mis valerosas tropas les ha infundido el terror, y las divisiones que me preceden han tenido ya con ellos algunos encuentros, que nos han sido del todo favorables. Todo anuncia que los enemigos van a ser enteramente destruidos; y para conseguirlo más pronto y con menos pérdida, es indispensable que todos os arméis, los persigáis, y nos ayudéis a exterminarlos. Yo se muy bien que me dirijo a unos Pueblos llenos de patriotismo, de lealtad y de valor, a quien basta insinuar mis ordenes, para que inmediatamente sean cumplidas. Nuestra Santa Religión, vilmente ultrajada, el injusto cautiverio en que se halla nuestro legítimo y Católico Monarca el Sr. D. Fernando VII y la independencia de nuestra Patria, que tanto nos interesa conservar, para evitar el infame yugo que intenta ponernos el más pérfido e inhumano de quantos tiranos han existido, reclaman imperiosamente todos vuestros sacrificios para consumar en breve la grande gloria con que va a presentarse nuestra Nación a la faz de toda la Europa. Ea valientes Manchegos: tomad las armas, dirigíos a donde podáis vengar los infinitos ultrajes que habéis recibido; y si todavía necesitáis de estímulos, fixad la vista en vuestros templos profanados, en vuestros Pueblos destruidos, en vuestros bienes aniquilados, y en los atropellamientos de toda clases que han sufrido vuestras mugeres e hijos; y no dudo un momento que os sentiréis inmediatamente penetrados de todo el valor que se necesita para vengar de un modo exemplar tantos ultrages como habéis recibido. Nuestros Soldados esperan que vengáis a hermanaros con ellos, los que estáis alistados para guerrear baxo las banderas de la Patria; y como esta guerra debe tener tantos Soldados como Ciudadanos, tambíen os esperan para ser vuestros hermanos de armas, a vosotros, que aunque exceptuados del alistamiento por vuestro estado, o por otras circunstancias, no podéis estarlo para defender la propiedad, la independencia, y todos los demas objetos que el hombre de bien mira como sagrados A las armas pues. a las armas; aniquilemos a esos detestables enemigos hasta que no quede de ellos otra cosa, que el eterno odio que han merecido por sus inauditas maldades. Los que cooperen a mis intenciones se verán inscriptos en los fastos de la Patria; pero los que sordos a su voz observasen una vergonzosa indolencia, se verán y a sus generaciones cubiertos del oprobio y de la execracion de sus compatriotas". Quartel general de Manzanares 21 de Junio de 1809. Francisco Venegas


267. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LIBERACIÓN… PARA GUERRA DE IDA Y VUELTA.

Vimos en el anterior relato, querido plumilla, me dice D. Cosme, que la situación del ejército francés en La Mancha, se complicaba día a día… La tropa de Sebastiani, que había realizado un paseo triunfal por La Mancha, hasta Sierra Morena, en Marzo de 1809, empezó a ver que, en solo un mes, las cosas comenzaban a no ser tan halagüeñas para ellos…y es que, el general Venegas, desde que fue nombrado máxima autoridad de la tropa española en la Mancha, había “dado la vuelta como a un calcetín” a la situación de desconcierto y desbandada en que se encontraba nuestro ejército tras el avance incontenible de Sebastiani…. 

Venegas reagrupó a toda esa tropa dispersa, en su cuartel general de Santa Elena, hasta lograr un total bastante cercano a 14.000 efectivos, que cerraron, férreamente, las entradas a la Sierra Morena… y organizó, también, a grupos de guerrilleros locales que conocían perfectamente el terreno, los accesos a las villas y muchos lugares donde esconderse… 

Los soldados y la guerrilla, prosigue D. Cosme su charla, se conjuntaron perfectamente, hostigando casi todos los días, a partir de la segunda semana de Abril, a las tropas de Sebastiani…De hecho, éste, ya se lamentaba de ello a sus superiores, y de la creciente pujanza que observaba en la tropa española, en un escrito fechado el 11 de Abril de 1809, dos semanas antes de llegar a Manzanares con el objetivo de reforzar nuestro castillo... 

Los incidentes en diversas villas del sur de Ciudad Real, se tornaron cada vez más frecuentes -dice D. Cosme-… pequeños grupos de españoles atacaban, continuamente y por sorpresa, a contingentes de tropas francesas en tránsito, ocasionándoles bajas de mayor o menor entidad… incluso, los más audaces, reconquistaban por completo pequeñas aldeas de manera transitoria, lo que obligaba a Sebastiani a enviar, todos los días, diferentes brigadas de su ejército para sofocar esos distintos lugares que eran atacados casi simultáneamente…La moral del ejército francés de La Mancha, y la del propio Sebastianí, se fue minando, más y más, durante las dos últimas semanas de Abril y todo el mes de Mayo...y, por si eso fuera poco, gran parte de la tropa, incluido el propio general Sebastiani, padeció una epidemia febril que llenó de enfermos los diferentes hospitales de sangre que tenían instalados los franceses por toda la región manchega ocupada

 Esa enfermedad no tuvo una mortandad significativa, pero dejaba exhaustos a los numerosos convalecientes, cuando se reincorporaban a filas, lo que minaba todavía más la moral de las tropas galas, ya bastante baja por entonces. A esta, de por sí, muy complicada situación francesa, continua D. Cosme, se añadió, en la segunda mitad de mayo, una carencia manifiesta de víveres, sobre todo de carnes, algo que intentó paliar Sebastiani, haciendo traer de Consuegra 110 bueyes para ese abasto. Así de difíciles las cosas, sigue D. Cosme, el día dos de junio de 1809, se produce otro alarmante hecho, que resultaría determinante para la retirada francesa de La Mancha, con la consecuente liberación de Manzanares… 

El general Sebastiani recibió, en su cuartel general de La Membrilla, una tremenda noticia que transmitió de inmediato a sus superiores…un grupo armado español había cortado el Camino Real de Andalucía, entre Madridejos y Tembleque… mientras, por el sur, desde Puertollano, y al mismo tiempo, llegaron otras alarmantes noticias… las tropas del brigadier español, Zeraín estaban haciendo reconocimientos amenazadores por la ruta que conducía a la capital Ciudad Real... Sebastiani temió, seriamente, quedar rodeado, y sin salida, con una tropa propia muy cansada, debilitada y sin moral de combate, por lo que pidió a sus superiores de Madrid que valorasen la posibilidad de una retirada inmediata de su ejército, por arriba del Guadiana, situándolo en la línea: Consuegra-Madridejos-Alcazar de San Juan,..Unos días después, y aún sin respuesta de Madrid, Sebastiani se entera de la toma de Infantes por tropas españolas, llevada a cabo el 11 de junio de 1809, por lo que, deprisa y corriendo, decide evacuar a la numerosa soldadesca enferma que estaba ingresada en hospitales de sangre de la Mancha baja, para conducirlos, inmediatamente, hasta Toledo, …instando, de nuevo, y en esta ocasión de manera perentoria y urgente, a Madrid para que diera contestación a su propuesta de retirada completa al norte de la frontera natural del Guadiana...

Ese mismo día, por fín, llegó al cuartel general del general Sebastiani en La Membrilla la contestación de Madrid, aprobando la retirada francesa hacia el Tajo, donde, según la citada orden de respuesta, Sebastiani, recibiría el refuerzo de la llamada “división alemana” del general Leval, y una división de caballería del general Merlin.. La suerte, pues, concluye un D. Cosme solemne y con cierta contentura en su expresión, estaba echada para Francia,.. que se retiraba al Tajo... y, también, lo estaba para la villa de Manzanares de La Mancha… que sería liberada de nuevo de la opresión francesa. Sin embargo, -hace una pausa D. Cosme, resoplando-… en la citada orden de retirada, existía un párrafo enigmático, en cuanto a la suerte final de Manzanares en este proceso; concretamente, se pregunta, en el citado párrafo, al general Sebastiani lo siguiente… “Su Majestad no sabe si este castillo de Manzanares se halla en situación de resistir largo tiempo para dar lugar a reunir tropas que ataquen al ejército que pueda sitiarlo. El Rey desea conocer vuestra opinión en este asunto, pero si entre tanto tiene que retirarse, queda en libertad de evacuar el castillo o de hacerlo ocupar, según su juicio. El Rey aprobará el partido que adoptéis”...

 De nuevo estaba en manos de Sebastiani el futuro inmediato de Manzanares, según la respuesta que diese al Rey intruso, Jose I,…pero -.continua D. Cosme- las cosas, antes de la contestación de Sebastiani, se precipitaron todavía más…En la noche de ese 12 de junio, el general francés recibía noticias en La Membrilla de la toma de Santa Cruz de Mudela por el general español Venegas…No había tiempo para más, había que preparar la retiraba inmediata,que siempre podría “anunciarse al mundo”, como una retirada estratégica, algo muy distinto, -prosigue D. Cosme- de lo que hubiera supuesto para el prestigio del ejército imperial napoleónico, y del propio general Horacio Sebastiani, un apresamiento del mando francés, con Sebastiani a la cabeza, por las tropas españolas, si se corría, por parte de los galos, el riesgo de demorar la retirada o intentar resistir el embate del ejército de Venegas… que, tal como se sucedían los acontecimientos, podría estar llegando a Manzanares en uno o dos días…. 

Además, Sebastiani, apesadumbrado, pero manteniendo su fuerte orgullo gabacho, afirmó a los suyos más inmediatos, que:… “cuanto antes se produjese el repliegue, menos sensación habría de “huida”, ante un enemigo “pisándote los talones”… Con las prisas de los preparativos para la marcha, -continua D. Cosme- el general Sebastiani casi olvida dar respuesta a la pregunta del Rey sobre nuestro castillo…cuando se dio cuenta, escribió este contundente, lacónico y explicito párrafo: ..“considero al castillo de Manzanares útil tan solo para defender las comunicaciones contra movimientos populares, pero incapaz de resistir dos horas a un ejército que tuviera piezas del 12”.. ¡¡Ahora si!!, exclama D. Cosme, con un punto de alegría en su expresión, con esta sentencia de Sebastiani en su respuesta al Rey intruso, Jose I, Manzanares estaba a punto de ser liberada por completo… y, también, presta a cambiar de Rey, de un día para otro, en esta guerra de ida y vuelta entre Francia y España….No sabemos hasta que punto, o cuando, Frey Sotomayor fue conocedor de este plan de retirada de Sebastiani. Es cierto que los acontecimientos se precipìtaron muchísimo en esos primeros días de junio, pero también es cierto que, en esos días, Sebastianí subía con frecuencia de La Membrilla a Manzanares, para observar como concluían, dificultosamente, las obras de fortificación del castillo…y, es casi seguro que, más de una vez, hablarían D. Pedro y D. Horacio, no siendo extraño tampoco que Frey Sotomayor aprovechase, una vez más, la evidente situación de debilidad del general Sebastiani, para mostrarse comprensivo y conmiserativo ante él... utilizando, D. Pedro, con la brillantez expositiva habitual que le caracterizaba, argumentos religiosos, a los que Sebastiani ere muy sensible… y, con ellos, ganarse otro poco más, y para el futuro que se preveía en el horizonte más inmediato, la confianza del general….

Lo único que si sabemos, es que Sebastiani, cada vez que pasaba por Manzanares, salía de la villa con mayor confianza y admiración para con su inteligente Pastor, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor…Para la historia particular de Manzanares, habría de quedar el 13 de junio de 1809, como el día que abandonaron nuestro solar manzagato las tropas invasoras de la división polaca del general Valance, dejando a sus espaldas más de dos meses de tropelías. pillajes y destrozos en nuestra villa, y al menos un muerto entre el paisanaje…Manzanares era de nuevo libre, aunque lo sería por poco tiempo, en esta guerra de ida y vuelta que fue, la de Independencia, en el territorio manchego. Por tanto, querido cronista, es tiempo que guarde usted su pluma, y acabe ya su relato, que sirvió para dar cuenta del final de la primera ocupación francesa de la insigne villa de Manzanares de La Mancha, en la segunda etapa de la guerra de independencia española, que nuestra Patria mantuvo contra el Imperio francés,…Aun nadie lo sabía, pero fue lo cierto, como quedó dicho antes, que La Mancha, y Manzanares, entraban en una etapa de continuos vaivenes, un tiempo de guerra, de ida y vuelta, que iremos narrando, para sus lectores en crónicas venideras….