¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

viernes, 29 de octubre de 2021

314). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL PASTOR APABULLA… Y, LUEGO, SUFRE.


Ya hemos visto en la anterior crónica, querido plumilla –me dice D. Cosme, iniciando esta-, como las sucesivas declaraciones de diversa gente, en la investigación que llevaba a cabo el Tribunal del Santo Oficio de Almagro, sobre las actividades de la masonería en Manzanares, habían puesto a su insigne Pastor, Frey D: Pedro Alvarez y Sotomayor en el “punto de mira” del citado Tribunal; que, finalmente, terminaría citándolo a declarar, hecho que se produjo el día 12 de octubre de 1815... 

El brillante alegato que desplegó Sotomayor ante el Tribunal, sigue D. Cosme, puede considerarse histórico, no solo por lo bien articulado y convincente que resultó la exposición, si no, también, porque permitió, como ninguna otra declaración, dejar muy bien aclaradas todas las vicisitudes, actividades, ubicaciones y miembros participes que tuvo la Logia en su tiempo de vigencia en Manzanares. Y todo eso tuvo que hacerlo en un contexto de gran tensión psíquica, por lo que suponía, para él, el cuestionamiento, más o menos velado, que algunos declarantes anteriores habían hecho de su actitud acerca de la masonería, lo que ponía en "tela de juicio" sus firmes creencias cristianas, algo que, personalmente, hizo sufrir mucho al espíritu de D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Entrando al meollo de la declaración de D. Pedro, prosigue D. Cosme, he de decirle querido plumilla, que, con su finura exquisitez expositiva, eliminó cualquier duda sobre su posición personal acerca de esa Institución en Manzanares, aportando una enorme cataráta de datos, ubicaciones y personas asociadas a la logia... que reultaron irreprochables y definitivas para el Tribunal, que no esperaba tal prolijidad de hechos, que informaban con suficiencia absoluta acerca de todo lo que hizo en Manzanares la francmasonería... 

Escudo del Tribunal del Santo Oficio.
Frey D. Pedro Alvarez y Sotomayor consiguió, con su contundente y bien argumentada declaración, impactar el ánimo de los tribunos, dejándoles absortos y totalmente predispuestos a la anuencia hacia todo lo que contaba muestro párroco; una personalidad, sigue D. Cosme, ya de por si, mucho tiempo antes, tremendamente respetada en los ámbitos eclesiales de Calatrava, y no solo por su cargo de Prior, si no también por su trayectoria personal. Pero, aparte lo expuesto, en los preámbulos de su declaración formal, D. Pedro Alvarez y Sotomayor sorprendió al Tribunal, cuando: “ alabó, agradeció y avaló las declaraciones de los que le precedieron, incluso las de quienes le habían aludido,... que destacó especialmente; afirmando que las agradecía, muy en particular, por limitarse los deponentes a hechos ciertos sobre su persona, sin más consideraciones… lo que le permitía a él, ahora, aclarar los aspectos que podrían ser causantes de mal entendido… y, por supuesto, agradecía a quienes, conociendo su dedicación a la gente de Manzanares, habían hecho de su persona desmesurados e inmerecidos elogios, cuando él no había hecho otra cosa que cumplir con sus deberes de párroco y Pastor”. 

Muy pocas veces, encontraremos, sigue D. Cosme, una salida tan sutil, inteligente y brillante, como esta de D. Pedro, donde solo puede llegar a interpretarse una sutilísima ironía hacía algunos de los que tuvieron ganas de implicarle, dejándoles en evidencia de sus probables miserias humanas, sin faltarles al respeto e, incluso, alabando la manera en que se habían referido a él en sus declaraciones. A la vez, diferenciaba, claramente, y con reconocimiento personal, a los que, nombrándole, lo habían hecho con la mejor de las intenciones, tal como fue el caso del cura-guerrillero, Cañizares y algún otro. 

Lo cierto fue, sigue D. Cosme, que, con la inteligencia y habilidad que le caracterizaba, D. Pedro ratificó parte de las declaraciones de Ruiz de Santa Rita y de Cañizares; para, enseguida, desmontar las insinuaciones de una posible participación suya en las prácticas de la logia, ratificando… “..que sí, que alojó en su casa.. y buscó vivienda, en casas a las que tenía acceso habitualmente, a muchos de los masones; pero, desde luego, no para participar en sus actividades, si no para saber de sus intenciones y tener controlado, en lo posible, lo que planeaban para extender sus teorías entre las gentes del pueblo… a las que, él, advertía, en homilías y en sus casas, de la contradicción invencible de esas prácticas con las creencias cristianas..".. y que, además, y por eso mismo…. " su incuestionable fé católica le hubiera impedido entrar en uno de esos círculos y que, además, (adelantándose a preguntas de los que lo enjuiciaban) podía dar al Tribunal los nombres y procedencia de todos los miembros de la Logia de Manzanares, para refutar su participación personal en ella y, al tiempo, afirmar con orgullo que sus miembros eran todos forasteros y que habían sido traídos a la villa de Manzanares por los franceses"... 

Así las cosas, querido plumilla, es momento que usted transcriba para esta crónica, lo fundamental del texto literal que quedó escrito en los archivos del Santo Oficio, sobre la declaración de D. Pedro Alvarez y Sotomayor, ante el Tribunal Santo Oficio de Almagro, el día 12 de Octubre de 1815, presentado como cura rector de la Parroquial de Manzanares, Presidente de Santa Mara de la Coronada y ´Prior del Sacro Convento de Calatrava… declarando todo esto que sigue: “Que dominando los franceses a esta provincia hubo logia en la villa de Manzanares, la cual estuvo primeramente en la casa misma del declarante. Con motivo de haber sido alojado en ella el venerable de dicha logia, Mr Del-Nor, de nacionalidad francesa, comandante de aquella plaza; y después, a causa de no acomodar a los concurrentes que el deponente los viese o reconociese, o por otro fines, la trasladaron a una casa inhabitada por su dueño, que lo era don Juan Merino, de aquella vecindad. Que las personas concurrentes a ella, a más del expresado comandante francés, eran las siguientes: don Florentino Sarrachaga, prefecto de esta provincia, de estado casado; don Blas de Quesada, presidente del Tribunal Criminal establecido en Manzanares por el Gobierno intruso y natural de Valdepeñas de Jaén; don Antonio de Porras, oidor del propio tribunal y natural de Ciudad Real; don Fernando Camborda y Nuñez, oidor del mismo y natural de dicha ciudad; don N.de N., fiscal de dicho tribunal, gallego de nación; un criado de este cuyo nombre ignora, pero sabe lo ha servido mucho tiempo, y que fue portero de dicha logia, aunque no el último, por haberse ido con su amo a otro tribunal del intruso antes de terminarse la guerra; don José Gárate, oidor así mismo, y natural, le parece, de Valladolid; don N. Orozco, antes oficial de la contaduría de Ciudad Real por el legítimo Gobierno y después de la retirada del intruso, de estado casado, e ignora su naturaleza y residencia fija, aunque ha oído está en Madrid; don Manuel de Zubiría, de estado casado y residente en la villa de Torralba; don N. de N. actual Prior de la villa de Herencia y Sanjuanista. Lo cual sabe y le consta por haber visto concurrir a unos y por pública voz y fama otros. Que pasando por Manzanares para Ciudad Real la Junta de esta provincia, o en otra ocasión que allí estuvo, le había dicho uno de sus individuos, no se acuerda quien fue, que habiendo llegado a poder de dicha Junta un baúl con papeles del citado don Antonio de Porras, se encontró entre ellos una lista de los francmasones de la supradicha logia.” La declaración de Frey Sotomayor, resultó, de ese modo, brillante y muy convincente, ante un tribunal “entregado" y satisfecho con la cantidad de datos aportados por nuestro Pastor, que concluyó su prolijo y bien estructurado diserto declarativo, con una última afirmación contundente sobre su persona y, sobre todo. sus intenciones, diciendo que: "lejos de ser él colaboracionista o afrancesado, lo que había hecho era infiltrarse entre los masones, aprovechando el tener hospedados en su casa, o en casas a las que tenía acceso, a los jefes y miembros de la logia, para comprobar sus intenciones, y seguir al día sus movimientos, a fin de utilizar toda la información que pudiera en beneficio de su pueblo, de España, del Rey, y de la causa católica". 


Fernando VII

D. Pedro quedó muy gratificado en lo personal con la declaración, y también con su resultado, ya que el Tribunal del Santo Oficio, inicialmente renuente e inquisitivo con él, terminada su declaración, quedó totalmente convencido de la actitud que había seguido Frey Sotomayor en sus contactos con la masonería de Manzanares e, incluso, alabaron el riesgo personal que corrió al infiltrarse en los círculos masónicos en defensa de la doctrina católica, asumiendo totalmente lo declarado por nuestro Pastor. Además, agradecieron la completa información aportada, que aclaró hasta el detalle, y mucho más que ninguna otra aportación, lo concerniente a la logia de Manzanares. Con todo y con eso, el proceso y aconteceres vividos, en 1815, juicio incluido, pasaron, finalmente factura al insigne Pastor de Manzanares; un hombre de una personalidad introspectiva, que interiorizaba todo lo que le llegaba de su entorno, y llevaba muy mal, personalmente, el falso y malintencionado cuestionamiento de sus creencias y actitudes.. y, más aun, que se hicieran ante un Tribunal del Santo Oficio, que aunque, a él, no le gustaba mucho como Institución, al fin y al cabo, era un Organismo eclesial en vigencia, al que debía respetar. El caso fue que esa situación sobrevenida, terminó por acentuar los problemas psicológicos y de salud que ya habían motivado consultas previas en Manzanares a su médico personal Miguel Dauxa, por lo que, terminada su declaración en el juicio de Almagro, D. Pedro, exhausto por lo vivido y sus consecuencias, entendió que, a la vista de la evolución de sus síntomas, achacable a la que estaban tomando las cosas en la España fernandina, condicionando nepotismos e, incluso, actitudes eclesiales muy en desacuerdo con sus principios morales, entendió que debía apartarse de algunas de sus responsabilidades.. y marchó a descansar a Manzanares, para consultar de nuevo a Dauxa, decidido a que, éste, le ayudase en sus inmediatas intenciones, al modo en que ya lo hizo en su primer tiempo de estancia en Manzanares. Pero, de todo eso, de como Dauxa diseñó con Sotomayor esa estrategia, le comentaré en la siguiente crónica, que esta fue ya bastante para explicitar a sus lectores, otra vez, la brillantez del insigne párroco y Pastor de la villa de Manzanares de La Mancha, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, en su declaración al Tribunal del Santo Oficio de Almagro, en todo lo que concernió a la francomasoneria en nuestro pueblo.

domingo, 10 de octubre de 2021

313). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: INQUISICION… POR MURMURACION.

La envidia y la insidia, mi querido reportero, reflexiona D: Cosme al iniciar la crónica, acompañan al humano desde los primeros que en la tierra fueron,.. y en aquel crucial tiempo en que el insigne Pastor de Manzanares estaba en la cumbre del Cabildo de Manzanares y de la Orden Calatrava, tuvo que padecer de ambos avatares, como ya le apunté en anteriores capítulos. 
 
Las murmuraciones de algunos curas del Cabildo de Manzanares, acerca de la dejadez de funciones por parte de D. Pedro, quedaron en eso, en simples cabildeos (nunca mejor dicho) con muy escasa trascendencia personal para Sotomayor. Pero, prosigue D. Cosme, los comentarios que hicieron otros, en Almagro y Manzanares, sugiriendo o “dejando caer” su posible implicación en actividades de la masonería, si le trajeron bastantes complicaciones jurídicas y anímicas en el año 1815, cuando el “Santo Oficio”, recuperado por Fernando VII, reanudó su tétrica actividad. 
 
El Tribunal de la Inquisición de Almagro, en 1815, inició, entre otras, la investigación sobre la masonería en la Mancha durante la ocupación francesa. Pronto quedó claro que las primeras actividades masónicas de La Mancha fueron en Almagro; pero, también, que la auténtica, verdadera y primera Logia de La Mancha, se conformó en Manzanares, al quedar constituida nuestra villa como Capital francesa de la región. Los primeros declarantes ante ese Tribunal del Santo Oficio, acerca de las actividades masónicas en La Mancha, que eran almagreños, con el lógico objetivo de quitarse de encima posibles cargos más graves, enseguida traspasaron la responsabilidad más seria de esta actividad a Manzanares, en donde... afirmaron!!, se constituyó la verdadera Logia de La Mancha. Alguno de los llamados a declarar como testigos, sigue D. Cosme, sugirieron, más o menos malévolamente, o más o menos “dirigidos”, una cierta implicación de Sotomayor en la formación de la Logia de Manzanares, al comentar que el personaje iniciático de la citada Logia, un tal Mr. Del Nor, fue huésped de D. Pedro, en su casa del curato de Manzanares de la calle de las Trompas. No indicaba eso, para nada, sigue D. Cosme, que Frey Sotomayor tuviese algo que ver con la masonería, pues los “mandamases” galos, cuando buscaban alojo en un pueblo ocupado, solían elegir ellos mismos la casa donde morar; sin dar muchas más explicaciones a los dueños; pero… entre contar algo que era cierto, y el “difama que algo queda”, existe solo un pequeño recorrido, que alguno de los declarantes dejó más que sugerido…
 
Todo se inició con una declaración ante el Tribunal del Santo Oficio de Almagro de un vecino de esa villa, D. José Pimienta.. que, a 26 de Mayo de 1815, dijo: “ habiendo en tiempo de los franceses existido como es constatante y casi público una logia en Almagro y otra (la más principal y numerosa) en Manzanares, donde estaba el principal Gobierno intruso, no es creible que en ambos pueblos deje de haber personas de probidad y conducta que sepan las que concurriesen a ellas, y en cuyo número entiende el exponente han de ser precisamente muchas de las que deja manifestadas; y que en Manzanares sabrá y podrá decir entre otros buenos vecinos, el señor don Pedro María Alvarez y Sotomayor, del hábito de Calatrava, y prior de aquella iglesia parroquial, pastor de los más celosos de la provincia”. Esta declaración, y esa supuesta alabanza a Sotomayor, sigue D. Cosme, tiene también otros análisis, pues siendo muy evidentes y muy reconocidos sus méritos, alguien podría pensar, entre ellos yo mismo, que no viene a cuento, en la declaración genérica de José Pimienta, nominar a una sola persona concreta, y ponerla, así, de uno u otro modo, a los “pies de los caballos” del Santo Oficio; porque, dice D. Cosme, cabría preguntarse: ¿conocía Pimienta que Sotomayor tuvo alojado en su casa a Mr Del Nor?... ¿de ser así, porque no dijo nada de eso?...
 
Almagro, Antigua Iglesia de San Agustín.

 
De nuevo, sigue D. Cosme, cualquiera podría interpretar que Pimienta “dejó caer” el nombre de Sotomayor, para que, cuando saliese a la luz su fortuita relación con Mr. Del Nor, y los numerosos contactos que mantuvo D. Pedro con el “mundo afrancesado” de Manzanares, para mantener al máximo la indemnidad de su feligresía, pudieran interpretarse en otro sentido por el Tribunal del Santo Oficio, por ejemplo, como prueba de traición y afrancesamiento. De ahí, a poder suponer que la intención del tal Pimienta estaba aderezada de “pimienta envenenada” hay un pequeño paso; y, al menos, eso fue lo que interpretó el Tribunal, que pronto inquirió a próximos declarantes sobre D. Pedro…. incluido el mismo Sotomayor, como iremos teniendo oportunidad de conocer enseguida. Por ej, a principios de agosto, dice D. Cosme, el abogado de los Reales Consejos y procurador síndico general de Almagro, D. Lorenzo-Antonio Beltrán, declaró que: “…era voz común, pública y notoria en esta ciudad (Almagro) y pueblos inmediatos que, en dicho tiempo hubo en Manzanares logia formal y corriente".... Esta declaración, se continuó con otra del franciscano Manuel Ramón, también de Almagro, quien dijo que: "ha oido como voz general que en Manzanares hubo logias en la Casas de Francisco Treviño", pero que no otra cosa particular ha entendido de ella que el haber sido uno de sus individuos un tal padre agonizante francisco de Manzanares” (Evidentemente, comenta D. Cosme, se refería a Fray Nicasio de Manzanares, vicario impuesto por los franceses durante la ocupación). Manuel-Ramón no dio nombres, pero si la idea al Tribunal de la participación de sacerdotes en la logía, lo que, indirectamente, podía señalar, de nuevo, a Sotomayor como posible participe. 
 
Posteriormente, D. Francisco de Paula Acuña, otro abogado de los Reales Consejos, a final de agosto de 1815, fue de los primeros que defendió a D. Pedro, al afirmar que: “por el año 1811 oyó decir que en la villa de Manzanares había logia de francmasones y que sabedor de ello, el prior de aquella parroquial, don Pedro Alvarez de Sotomayor, del hábito de Calatrava, había hecho una exposición contra semejante Junta, con exposición de su vida…” . Un mes después, el 28 de septiembre, el afamado cura guerrillero, don Fernando Cañizares, (con gran protagonismo en toda la Mancha y en Manzanares en la lucha contra el francés) parecía dejar claro al Tribunal el buen nombre de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, al declarar esto: “En Manzanares, donde es indudable hubo logia de francmasones, a que fácilmente podrían agregarse unos hombres entregados del todo a los franceses y de una conducta nada moral y arreglada, cual así lo advirtieron los vecinos de Manzanares, y quienes muy por menor pueden decir y exponer todos los hechos y conductas, particularmente el presbítero de esa villa don Melchor Vázquez y el celosísimo y benemérito párroco de la misma, don Pedro Alvarez y Sotomayor, del hábito de Calatrava, quien por su conocido y acordado amor a sus feligreses, celaba incansable para preservarles del contagio moral que procuraban extender los perversos”. 
 
 
El prestigio de Cañizares en la Mancha, similar al de Sotomayor, pareció disipar todas las dudas, pero la detalladísima y muy prolija declaración de otro sacerdote agustino, Juan Antonio Ruiz de Santa Rita, que vivió en Manzanares durante el dominio francés, dio un nuevo punto de duda a la trayectoria de Sotomayor… al declarar que. “antes de agregarse a las armas estuvo también algunos días en la villa de Manzanares, en casa del difunto don Carlos de Angeville, gobernador antes por nuestro legítimo Gobierno de esta ciudad y después al servicio del enemigo; que con este motivo oyó como cosa cierta haber en dicha villa una logia, que celebraban primero en casa del prior de aquella parroquial, don Pedro Alvarez y Sotomayor,, del hábito de Calatrava, donde estaba alojado uno de los "mandantes de los franceses, y luego se reunían en otra casa de aquella población, cuyo dueño ignora" (se refería a la Casa de los Merinos)... Luego se extendía en consideraciones sobre los miembros de la logia y sus actividades, sin nombrar para nada a Sotomayor… pero, una vez más, volvía a poner en sospecha al Pastor de Manzanares. Todas esas referencias a su persona, en el juicio del Santo Oficio, que D. Pedro iba conociendo, de inmediato a las declaraciones de los distintos testigos o encausados, por el mucho tiempo que pasaba en Almagro, afectaron mucho su ánimo… tanto que, incluso, vió como un alivio que el Tribunal le terminase citando para conocer su versión de los hechos y aclarar todo lo que se comentaba acerca de su relación con los masones de Manzanares…
 
D. Pedro, los días previos a esa citación, tiró de memoria y de algunos documentos, pergreñando el que habría de ser un brillante testimonio, propio de su preclara inteligencia y habilidad argumental. Su discurso ante el Tribunal, sorprendió por su diseño a todos los que lo escucharon, despejó cualquier duda que pudiera existir sobre su actitud personal en el tema, y fue tan prolijo en datos… que quedó en el Tribunal, como el alegato más definitivo de los que había escuchado hasta entonces. sobre lo que representó la masonería en Manzanares; su historia y sedes temporales en la villa… y sobre quienes fueron los responsables máximos de la logia y sus miembros más relevantes. Pero es preceptivo ya, querido plumilla, acabar este relato, pues ya fue de bastante para indicarnos como se sucedieron los acontecimientos que terminaron con D. Pedro Alvarez de Sotomayor, insigne Pastor de la villa de Manzanares de La Mancha, ante el Tribunal del Santo Oficio de Almagro… valiendo mucho la pena, dejar para el siguiente el perfecto alegato de D. Pedro… que dejó casi atónito al Tribunal, por su elocuencia, brillantez expositiva y prolijidad de datos... 
 
Sin duda alguna, esa declaración, resulta, en si misma, un documento de gran valor histórico.. y justifica, por supuesto, una nueva crónica, que dará más relumbrón, si es que cabe, a la enorme figura de Frey Sotomayor.