¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

lunes, 20 de enero de 2020

241). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: FRANCIA TRANSITA POR SU VEREDA MANCHEGA.


Pues sí, querido cronista, el relato que le propongo .-me dice D. Cosme-. lleva un título bien ajustado a lo que sugiere… pues así como las cañadas y veredas reales se cruzan, desde los cuatro puntos cardinales en Manzanares, y determinaron el devenir histórico de este insigne pueblo, por la trashumancia de los ganados; el Camino Real de Andalucía se convirtió en una nueva vereda, en este caso humana, que cruzando la Mancha y a Manzanares, nos habría de revertir grandísimos logros y no pocas cuitas en nuestra historia reciente, desde finales del XVIII. 

Y esto que le cuento, sigue D. Cosme, viene a cuento, ahora, en los cuentos sobre la guerra de la independencia… porque, tras el paso por Manzanares de la segunda división del ejército francés, al mando del general Vedel, y una vez que, éste, logró contactar con las tropas de Dupont, al norte de Andalucía, e informar de lo que allí encontró, se hizo evidente para Francia que la situación de su ejército allí, lejos de estar resultando un paseo militar, tal como presumían, se había hecho desesperada y desigual, con inferioridad numérica para los franceses en muchos frentes de combate. 

De ese modo, la descuidada tranquilidad francesa en Madrid, se tornó bruscamente en desasosiegos y urgencias ante lo que ocurría en el sur. Los mandos franceses decidieron modificar toda su estrategia previa, y establecieron guarniciones permanentes en Aranjuez, Madridejos y Manzanares, que se iban relevando entre sí, en su camino había Andalucia, para que se garantizase en lo posible la llegada continua de tropas francesas de refuerzo al norte de Jaén, con el fin de intentar cambiar el curso de los aconteceres, continua D. Cosme….. y, esa decisión, es lo que da sentido al encabezamiento de esta crónica, porque durante las dos primeras semanas de Julio de 1808, el camino real de Andalucía, en su paso por la Mancha, desde Ocaña hasta Despeñaperros, se transformó en una auténtica "vereda", por la que transitaban hacia el sur, cada día, contingentes de soldados franceses, que intentaban salvar la desesperada situación de Dupont,.. 

Y, prosigue D. Cosme, en aquella primera quincena de Julio de 1808, la soldadesca francesa no lo tuvo nada fácil en su tránsito por la citada vereda…. Las guerrillas patriotas que había comenzado a organizar el intendente general de La Mancha, D. Juan de Módenes, desde el inicio de la guerra en Mayo de 1808, estaban cada vez más estructuradas y operativas, aparte de contar con un número cada vez mayor de patriotas, reclutados en las diferentes villas situadas a ambos lados del camino. De hecho, a ese tiempo, esas guerrillas manchegas, ya a actuaban con un rudimento de uniformidad militar, unos gorros adornados con un 7 rojo en su zona frontal. En la región manchega, como va de dicho, sigue D. Cosme, los franceses tenían una guarnición de tropas en Madridejos y otra en Manzanares,.. siendo el de nuestro pueblo él último de esos enclaves, antes de Despeñaperros. 

Tanto en los aledaños de Madridejos, como en los de Manzanares, se interceptaban con frecuencia a los soldados u oficiales que portaban correos o postas, en uno u otro sentido del Camino Real de Andalucía. Por lo muy llano de nuestro entorno manzagato, y la presencia habitual de tropas francesas en nuestro castillo en aquellos días de Julio de 1808, la guerrilla de Manzanares –continua D. Cosme- se veía obligada a actuar con mucho sigilo y tiento para no ser descubierta… solían actuar en pequeños grupos, de cuatro o cinco individuos a lo sumo, que salían con rapidez al camino real desde algún caserío cercano, donde estaban al acecho, una vez que veían aproximarse algún soldado francés a caballo… lo interceptaban, le requisaban lo que portaba y, generalmente, o lo mataban allí mismo, o lo llevaban preso al pueblo más cercano que estuviera libre de franceses. Por lo que sabemos, los rebeldes de nuestro pueblo, destacaron en esas lides, al extremo que el general francés Savary, el 30 de junio de 1808, dijo de Manzanares… ”que es el punto más sospechoso en estas comunicaciones interceptadas”…. A pesar de ello, no hay constancia que fuese detenido por los franceses ningún paisano dedicado a esas tareas en las cercanías de nuestro pueblo, lo que certifica que eran especialmente hábiles en sus estrategias de interceptación…. y todo esto que le transmito, prosigue D. Cosme, quedaría plasmado por los clérigos de Manzanares, contemporáneos de aquel tiempo de guerra, en el famoso Manuscrito de la Merced de la siguiente manera,… 


En estos intermedios hasta la batalla de Bailén, ocurrida en 18 de julio, se interceptaron en esta villa postas y correos, saliendo muchos vecinos al camino, como suele el cazador, a buscar y matar cuantos enemigos, ya soldados, ya correos, pudieran haber a las manos. De este sistema, cuya honra cupo igualmente a los otros pueblos, desde Manzanares hasta la entrada de Andalucía resultó al enemigo un mal imponderable; pues cortada la comunicación entre las tropas y el Gobierno, ni el Grl. Dupont pudo arreglar sus movimientos conforme a la necesidad, ni su principal darle órdenes oportunas que le dirigiesen; y no sería sin fundamento, no quitando a nuestros generales y soldados la gloria que adquirieron en esta jornada, al afirmar que la tal derrota de Dupont, y su rendición inesperada, se debió en gran parte a los procedimientos de Manzanares…. Así lo aseguró el Ecmo. Sr. General Castaños en su tránsito por esta villa después de esta memorable victoria”…

En el anterior relato, sigue D. Cosme, conocimos la triste historia de uno de esos oficiales que actuaban como correos... fue encarcelado en nuestro castillo por el alcalde Miret, en un momento en que no había franceses en la villa, y luego sería asesinado en C. Real, tras ser enviado allí, justo antes que llegaran a Manzanares las tropas de Vedel... Estas guerrillas manchegas, fueron particularmente activas en zonas intermedias de esa vereda manchega… paisanos de Herencia, Puerto Lapice, Villarta, Arenas de San Juan o Villarrubia de los Ojos, se escondían en cuevas, o a las espaldas de peñascos, en los cerros cercanas a sus villas, situadas en las estribaciones meridionales de los “montes de Toledo” y, desde allí, bajaban a caballo hasta el camino, generalmente en mayor número que en Manzanares o Madridejos, atreviéndose a interceptar contingentes más grandes de soldados franceses e, incluso, caravanas de carros con municiones o víveres.

Tras la salida de Vedel de Manzanares, el 24 de junio de 1808, continua con su relato D. Cosme, llegaría a Manzanares, el 30 de junio, la primera de esas guarniciones francesas a que me referí antes….. Llegó, al mando del general Lefranc, un destacamento militar compuesto de 900 hombres de infantería, 100 dragones y dos cañones, que se alojaron en el castillo… pero su estancia en nuestro pueblo fue muy fugaz, pues la desesperada situación de Dupont así lo requería,.. y, el 2 de julio de 1808, el contingente de Lefranc, al que se había unido el general Cravoix con otros 700 soldados de infantería, salió de Manzanares con destino a Sierra Morena... En los días siguientes, atravesó Manzanares hacia el sur una enorme caravana de intendencia francesa, compuesta de 101 carretas que iban repletas de galletas y otros víveres, sin que conste ningún incidente relevante en la villa a su paso... El 8 de julio de 1808, llegaría a Manzanares una división bastante mayor, la del general Gobert, compuesta por 3000 soldados de infantería, un regimiento de caballería pesada, y seis piezas de artillería… Gobert, en su comitiva, transportaba también otras ochenta carretas abarrotados de galletas y víveres... y al igual que Lefranc, solo permaneció un día en Manzanares, empleando su estancia, según refirió en informe a Madrid, “para descanso de la tropa…y hacer una buena policía mientras me hallé en Manzanares”… pero la historia no nos ha legado nada, querido reportero, sobre esa enigmática amenaza de Gobert a Manzanares, que quizá quedó solo en la intención, ante la necesidad, mucho más perentoria, de salir cuanto antes de nuestro pueblo en auxilio de Dupont y Vedel, algo que sucedió la madrugada del 10 de julio de 1808, quedando en Manzanares, de guarnición, un pequeño batallón de infantería para garantizar, en lo posible, las comunicaciones norte-sur. Este batallón también permaneció menos de una semana en Manzanares, y fue relevado el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, (en los albores de la gloriosa y determinante batalla de Bailen), por un nuevo destacamento, perteneciente a las tropas de Gobert, compuesto por 500 soldados de infantería, que iban al mando de un comandante llamado Berthet, quien traía rigurosas instrucciones en el tema de asegurar las comunicaciones con Madridejos (al norte), y con el Puerto del Rey (al sur)… a pesar de lo cual, en esos días, nuestra guerrilla local siguió interceptando a muchos de los correos que salían de Manzanares con esos destinos…. Este comandante Berthet habría de ser protagonista de la capitulación francesa en Manzanares, tras la gran y definitiva victoria de las tropas españolas en Bailén... que dio fin a la primera etapa de la guerra de la independencia…..en España y en Manzanares, pero eso, querido reportero, será causa y motivo de consideraciones en los futuros relatos que vendrán...



Con todo lo relatado ya en esta crónica, hubo más que suficientes argumentos para validar el título y contenido de la misma,.. y puede, por tanto, darla por concluida, querido plumilla –me dice D. Cosme-,… Ciertamente, prosigue, el tramo del Camino Real de Andalucía que atraviesa la Mancha, fue en aquellos primeros días de julio de 1808, una auténtica “vereda francesa”, con un tránsito ingente de sus tropas…y también fue cierto que, para ellas, en aquellos difíciles días, no fue, para nada, un “camino de rosas”…La prepotencia impositiva y tiránica de los invasores franceses, se vio permanente desbordada por la eficacísima astucia de unos humildes patriotas manchegos, entre los que destacaron muchos paisanos de la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha….


miércoles, 1 de enero de 2020

240). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: VUELVEN LOS FRANCESES: EL “GENERAL COJO” Y SUS “POLACOS”.



Le advertí en anterior crónica, querido plumilla, me comenta D. Cosme para iniciar ésta, que la ausencia de tropas francesas en Manzanares duraría poco. En los días siguientes a la marcha de Liger-Belair, la Comandancia militar francesa en Madrid se sintió cada vez más alarmada por la ausencia casi total de comunicación con las tropas de Dupont en Andalucía. El mismo Liger Belair, al salir de Manzanares con su tropa, el 15 de Junio de 1808, entre Villarta y Madridejos, encontró en su camino a un oficial, enviado de Madrid con información de enjundia para Dupont. 

A la vista de lo dejado atrás, continua D. Cosme, Liger Belair envió un parte a Madrid refiriendo que se había cruzado con el citado oficial, mostrando dudas que alcanzase su destino... y tenía razón, cuando llegó al Manzanares liberado, fue detenido por el alcalde Miret, y encarcelado en el castillo, en el primer acto de autoridad de la Junta de Gobierno de Manzanares contra los franceses. Veremos enseguida, sigue D. Cosme, como acabó esa historia…

La prepotencia del mando francés de Madrid, había dado por supuesto, que la carencia de información, se debía a que Dupont llevaba a cabo un auténtico “paseo militar” en su camino a Cádiz... Pero, cuando, en goteo de noticias, supieron de la rebelión manchega, y de las serias dificultades que encontraba Dupont en Andalucía, el frívolo optimismo gabacho, se tornó en preocupación; cayeron en cuenta que, en gran parte, esa falta de comunicación con el sur, se debía a que sus correos estaban siendo interceptados por las guerrillas locales en la Mancha, donde Manzanares era de los enclaves más prolíficos en esas “desapariciones”; y la de este último oficial, era una más de esa serie. 

Ante esa evidencia, y rumores inquietantes sobre la situación real en Andalucía, el mando francés de Madrid decidió enviar refuerzos sustanciosos a Dupont, en un intento de reforzar la potencialidad de su ejército y desbloquear la situación de incertidumbre y falta de noticias fidedignas. A esos efectos, en Madrid se decidió enviar a Dupont la segunda división de su ejército, admitiendo el error de no haberla mandado a fínales de Mayo, cuando Dupont comenzó su periplo hacía Andalucía, -comenta D. Cosme... Esta segunda división del contingente de Dupont, había quedado en Toledo para su defensa, al mando del General Vedel, militar de solo 35 años, con brillante historial en Europa, batallando junto a Napoleón. Vedel, continua D. Cosme, recibió órdenes de Madrid para partir, dirección Andujar, el día 17 de junio de 1808, con instrucciones precisas de restablecer las comunicaciones con Dupont y apoyarle....Al llegar a Madridejos, Vedel debía incorporar, y rearmar, las tropas de Roize y Liger Belair, llegadas allí desde Manzanares, días antes.. Se estableció para las tropas de Vedel un cronograma diario de ocho leguas francesas, descansando a la hora del calor en las orillas de arroyos, o sitios con abundante vino para el refrigerio, sin dejar nunca contingentes de pocos individuos aislados, para evitar casos como los de Santa Cruz de Mudela y Manzanares...
General Dupont.

Esto último, sigue D. Cosme, no se cumpliría en muchos lugares, dice con sorna D. Cosme, los efectos del vino, dejaban con frecuencia rezagados a algunos soldados, que solían ser víctimas de los “rebeldes del 7 en la gorra”. Previendo ésta posibilidad, Vedel tenía instrucciones muy claras de “castigar severamente” a los insurgentes, ahorcándolos en las Plazas Públicas de las villas, en número proporcionado a la gravedad de los hechos que hubiesen protagonizado,… “dejando abierta la puerta del arrepentimiento después de esta lección”... A estos efectos, la experiencia en esas lides, vivida por Liger Belair en Manzanares, sería utilizada durante el trayecto de las tropas, dejando en manos del citado Liger Belair, el correspondiente pacto de perdón, y no agresión, si fuese preciso hacerlo en cualquiera de los lugares por donde pasarían; algo que, quizá, mitigó, sigue D. Cosme, el disgusto previo de Liger Belair, que definió su integración en el regimiento de Vedel, como “poco agradable”, porque se le había retirado el mando de tropas, posiblemente por el episodio de Valdepeñas. 

La impresionante división armada de Vedel, sigue, contaba con seis mil hombres, entre los que había quinientos dragones, disponiendo de ocho piezas de artillería pesada,.. En su itinerario hacía el sur, desde Toledo, se precisaba que el contingente de Vedel, llegaría a Manzanares el 21 de junio, haciendo un día de descanso en la villa. Pero, desde el principio, pasaron por los distintos lugares del trayecto con un día de demora; llegando a Manzanares la tarde del 22 de junio de 1808. En todo el trayecto, como el propio Vedel dice en sus memorias, sigue D. Cosme, encontraron una situación muy distinta a la que advirtió Dupont cuando desfiló su primera división, solo tres semanas antes; Vedel escribió lo que sigue:

a medida que avanzaban por La Mancha encontraban mayores indicios de estupor: por delante, cortadas las comunicaciones… y, por derecha e izquierda, las gentes se armaban conforme a las instrucciones del intendente de Ciudad Real”…

El alcalde Miret, sabedor de la inminente llegada de Vedel, tomó medidas precautorias, avisando a los paisanos la que se avecinaba, e hizo enviar a Ciudad Real al emisario que tenía encarcelado en el castillo, en un coche escoltado, lo que no fue suficiente para el desafortunado oficial, porque cuando su coche llegó a la Plaza Mayor de Ciudad Real, una multitud exaltada y agresiva por las noticias y rumores que continuamente llegaban, se abalanzó sobre el coche, sacando al oficial, y apuñalándolo hasta matarle, sin dar pie, siquiera, a identificarlo.. Este oficial, traído de Manzanares, se convirtió en el primer muerto de la guerra de la independencia en la capital de nuestra provincia…

Horas antes que Vedel entrase en Manzanares, aquel 22 de Junio de 1808, lo hizo su tristemente célebre “batallón polaco”, al mando de un personaje cruel, despiadado y detestable, el General Poisont, quien quedaría inmortalizado, bastantes años después, en la obra teatral “Sotomayor”, como “el general cojo”. Este impío general francés, quizá en un acto de represalia por los hechos de dos semanas antes, en el hospital de sangre francés de Manzanares o, simplemente, porque actuaba así en cualquier lugar adonde llegaba, ordenó a sus soldados, mayoritariamente polacos, saqueos indiscriminados en nuestra villa,. Quizá, porque la población fue avisada por las autoridades, de la llegada de este batallón con tan mala fama, muchos lugareños abandonaron la villa, buscando refugio en quinterías de los campos aledaños, o yendo a refugiarse a pueblos cercanos. El siniestro batallón polaco, “campó por sus respetos” en Manzanares, durante unas horas, realizando saqueos, requisas y destrozos en muchas casas de la villa, (algo que volvería a suceder, por los mismos protagonistas, y con mayores destrozos, un año después). Todo este episodio quedó reflejado en el “Manuscrito de la Merced” de esta manera: :"...unido (Liger Belair) con siete mil hombres del General Bedel, volvieron a Manzanares el día ventidós del mismo mes. Así reforzados era de temer que no tendrían respeto a un indulto concedido en tiempo de necesidad; y desde luego esta tarde de su llegada, a pretexto de lo acaecido en el hospital, el General cojo Punsoin promovió un motín militar contra el Pueblo, en cuyo primer impulso hubo robos de consideración; y a no haber sido por el Grl. Liger-belair, que fiel a su palabra, defendió al Pueblo, hubieran sido incalculables las desgracias…”

Guerra de la Independencia, cuadro del Pintor Sorolla.

De momento, valga decir –continua D. Cosme- que, sin duda, ese “batallón polaco”, fue el que peores recuerdos dejó en Manzanares en la guerra de la independencia…Como memoria de su paso por nuestra villa, en la posteridad nos ha quedado el término “sima del polaco”, para referirse a un lugar situado en la plazuela de las monjas, al inicio de la calle Anega (de aquí su nombre, apostilla D. Cosme) donde se represaba y acumulaba agua por aquella época en Manzanares, en que no existía canalización urbana. Parece ser que tras la salida del pueblo de uno de esos contingentes polacos, apareció flotando en la sima, el cadáver de uno de ellos…posiblemente, uno de esos que, con frecuencia, quedaban rezagados, por efecto de nuestros ricos caldos -dice con retranca D. Cosme- algo que fue funesto para él, pues se supone que fue asesinado, y arrojado, allí por algún lugareño o una turba de ellos, exaltados por los saqueos a que había sido sometido Manzanares. Por este episodio, -continua D. Cosme- es por lo que, esa sima, sería conocida como “sima del polaco”. 

Así que, querido amigo, cuando oiga ese nombre ya sabrá usted porque se la llama así, y podrá contárselo a quien se lo pregunte, concluye D. Cosme este párrafo de su diserto… Menos mal, sigue, que al muy poco de Poisont, entró en Manzanares, con la misma vanguardia de tropas de Vedel, el general Liger Belair, quien, como quedó escrito en el “Manuscrito de la Merced”, al apreciar los destrozos infringidos por los polacos, y cumpliendo con la palabra dada a Sotomayor y al pueblo, atemperó al “general cojo”, cesando los saqueos y tropelías en pocas horas Un solo día permaneció la división de Vedel en Manzanares. La tarde del 23 de Junio de 1808, empezó su salida de la villa, hacia su destino andaluz. El general Vedel, todavía en Manzanares en la madrugada del día 24, escribió, de su puño y letra, el siguiente parte de guerra, a la máxima autoridad francesa en Madrid:.. Manzanares, 24 de junio de 1808, a la una de la madrugada.- He recibido, mi general, su carte de ayer, otra para el general Duponty el rapport adjunto.- Voy a procurar por todos los medios posibles comunicar con el general Dupont.- Los habitantes del país que atravieso han abandonado en la mayor parte sus casas.- Para que mi comunicación con Madrid continúe libre será necesario ocupar Madridejos con tropas, por débil que sea el cuerpo que allí se sitúe. Yo parto al instante para llegar a Santa Cruz, donde puede que reciba nuevos informes; los aportados por el espia concuerdan bastante bien con los que había recibido.- Acepte, mi general,  firma: el general Vedel…

Y con lo escrito, querido reportero, puede dar por concluida la crónica del episodio que acabó con la tregua libre de franceses en Manzanares, cuando la rebelión manchega en la guerra de la independencia. Desde la salida de Vedel, hasta la batalla de Bailen, Manzanares, y sus gentes, vivirían desasosegadas, en un continuo trasiego de franceses por nuestro solar…Pero todo eso quedara contado en relatos sucesivos, pues este ya cumplió, de bastante, con las pretensiones que me propuse para su contenido.


239). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UNA SEMANA DECISIVA:...Y LIBERADOS DIEZ DïAS.


Ya hemos anunciado en la anterior crónica, inicia así D. Cosme esta, que el día 14 de junio de 1808, las tropas francesas de Liger Belair y Roize, abandonaron Manzanares con destino a Madridejos, tras haberse asegurado un mínimo de tranquilidad en las villas manchegas que habrían de atravesar. 

Ciertamente, Manzanares, fue una villa clave en la semana previa a ese día 14 de junio. La intermediación de nuestra Junta local de Gobierno, entre los antes citados generales franceses, las diferentes villas en rebelión, y el intendente general de la provincia de La Mancha, D. Juan de Módenes, resultó decisiva, particularmente por la actuación de nuestro alcalde mayor Juan Josef Miret, con el intendente Módenes y, sobre todo, la del párroco Frey Sotomayor, por su gran capacidad persuasiva ante los generales franceses y ante los mandatarios y jerarquías eclesiales de las villas de la región. 
Tanto en las cartas de Liger Belair, como en las respuestas de las villas, aceptando el perdón y sus condiciones, se ve el estilo e influencia de Sotomayor, cuya figura se erigía como un líder de Manzanares, pero también como una persona muy influyente en toda la zona. A nadie se le escapaba, y usted que es bien avispado pensará lo mismo, sigue D. Cosme, que los generales franceses se prestaron a estos pactos, conscientes de sus exiguas fuerzas, más que por un arrebato de súbita generosidad, exclama, jocoso, D. Cosme….pero nadie tan perspicaz como Sotomayor para advertir ese estado de ánimo de los dos generales franceses, ni tampoco nadie tan habilidoso como él para utilizarlo en benefició de las gentes de nuestro pueblo y, por añadidura, de las villas implicadas en la rebelión manchega…
Y en el caso de General Liger Belair, máximo responsable de la tropa francesa, -comenta, convencido, D. Cosme- fue muy notorio que Sotomayor, en esa segunda semana decisiva de junio de 1808, en que ambos tuvieron largas conversaciones diarias, no solo se estableció una confianza progresiva entre ellos, algo en lo que Sotomayor era especialmente hábil, es que nuestro párroco logró algo mucho más importante y trascendente para Manzanares y sus gentes.. a través del asentimiento de Liger Belair a su arte discursivo, obtuvo el acuerdo casi absoluto a sus planteamientos estratégicos y, todavía mas, el "quid pro cuo", que solo otorga la confianza personal, del "hoy por mi y mañana por ti", que Sotomayor introducía continuamente en su discurso a Liger Belair, en el que mostraba, sin ambages, las "debilidades momentaneas" de los franceses y de Manzanares que hacían conveniente el pacto, apostillando, además, nuestro párroco que, justo eso, el pacto compasivo de no agresión mutua, era lo que pedía la actitud cristiana y su responsabilidad como Pastor de Manzanares... 

General Leger Belair.
Ese compromiso mental profundo no escrito, entre Sotomayor y Liger Belair, sería decisivo y protector para Manzanares y sus gentes, a lo largo de toda la guerra de la independencia, que no había hecho más que empezar, tal como tendremos ocasión de ver en distintos episodios posteriores de la historia de Manzanares en esa terrible contienda, y pocas dudas hay que fue la más importante aportación de Sotomayor (entre las muchas que tuvo), a la gente de nuestro pueblo. También hay que reconocerle a Liger Belair que, en todo momento, en espisodios posteriores, mantuvo su palabra de intentar evitar represalias de tropas francesas en Manzanares y en las otras villas rebeladas en los días previos, y ese ambiente protector, “nacido” en aquella semana, explica mucho de lo que sucedió en ese gran encuentro histórico que propició Frey Sotomayor, entre Nuestro Padre Jesús del Perdón y el General Sebastiani, unos meses después…pero eso será motivo de otras crónicas que están por llegar…
De momento, sigue D. Cosme, en aquellos días, poco le importaba a D. Pedro, que alguien le tildase de colaboracionista o “afrancesado” por sus continuos contactos con los generales franceses, pues, él, desde sus principios cristianos y morales, veló, en estos tiempos de guerra, y antes que nada, por la integridad y seguridad vital de las personas. Todas y cada una de sus actuaciones en la guerra, como iremos viendo, se atuvieron siempre a esa premisa…el condicionante moral del “mal menor” lo tenía nuestro párroco tan bien integrado en su conceptualización cristiana de la vida, que si para salvaguardar vidas humanas, había que aparentar complicidad, su decisión al respecto era clara…es más, propiciaba el ganarse la confianza de los generales franceses, aun estando en contra de sus pretensiones y a sabiendas propias que, en cierta forma, les engañaba con sus artes seductoras. Para nada sentía disconfort moral alguno D. Pedro en sus estrategias, comenta D. Cosme… su inteligencia natural, sus firmes principios morales y la perfecta evaluación critica de las situaciones que afrontó durante toda su vida, le facultaban, especialmente, para mostrarse seguro y determinado en cualquier decisión que tomaba y, en base y fundamento de sus sólidos principios cristianos, con plena conciencia de estar eligiendo la mejor respuesta de entre las posibles; pero, apostilla D. Cosme, veremos en próximos relatos, que Sotomayor, siempre desde su perspectiva de pastor de almas, dio inequívocas muestras de su patriotismo, si hubo ocasión de hacerlo o fue menester ejemplificarlo.
Y, precisamente, por la debilidad en que se sentían las tropas francesas de Roize y de Liger Belair, a pesar de contar con unos 600 soldados de infantería, dos escuadrones de dragones y unos 500 soldados de caballería, (pero en su mayoría estaban en precarias condiciones de combate, tenían pocos fusiles y solo unos 600 cartuchos).. y aún a sabiendas de los buenos oficios de Sotomayor con ellos, y la confianza que les ofrecía nuestro párroco y su compromiso de contención de la gente manzagata, en los días que estuvieron en Manzanares no dejaron de advertir la clara animosidad de los aldeanos hacia su causa, algo que, también, nuestro clero local dejó escrito en el "Manuscrito de la Merced" de la siguiente manera "... su quietud (Manzanares) era siempre peligrosa, y dudosa la tregua"... 
Aparte, les llegaron noticias que mucha gente de los pueblos se estaba armando peligrosamente, y por si no fuese bastante todo esto para el ánimo de los franceses, durante esos días en Manzanares, no se sabe si en respuesta a alguna notificación de Liger Belair; de manera espontanea; o, más probablemente, a instancias de Miret o Sotomayor…el intendente general de la Mancha, D. Juan de Módenes, remitió a los generales franceses en nuestra villa, una misiva, en la que, sea o no así, se vuelve a apreciar el sutil estilo de Sotomayor, que contagiaba ya a todo el que escribía algo en aquellos días...D. Juan de Módenes, de una parte, en los primeros párrafos de su carta, accede a las peticiones de los generales acerca de la intendencia y necesidades de las tropas y los soldados heridos de su comitiva, autorizándoles a recoger caudales de la Real Hacienda en los pueblos que transitarían, demandándoles, a cambio, que salieran con sus tropas lo antes posible de la provincia de La Mancha, En su escrito, Módenes, le dice a Liger Belair, a ese último respecto, lo siguiente: "Estoy condolido por los últimos sucesos, V.E. inferirá cual será de sus resultas la conmoción de todos los pueblos de esta Provincia; por tanto espero se sirva determinar con la posible brevedad su salida de ella, medio único de conseguir la tranquilidad, a cuyo efecto devemos dirigir mutuamente todos nuestros esfuerzos".

Escenas de la Guerra de la Independencia.
De manera educada, pero taxativa, Módenes les invita a marcharse de Manzanares cuanto antes, algo que estaba también muy en el deseo de Miret y Sotomayor, por lo que no sería nada extraño que, en efecto, la carta de Juan de Módenes, hubiera sido instada, o tuviese el beneplácito, de nuestra Junta Local de Gobierno, que, al fin y al cabo, era la que mejor podía informarle del estado real de las cosas. De esta guisa la cuestión, en cuanto los dos generales franceses percibieron un mínimo de seguridad para ellos y sus tropas, a efectos de su marcha hacia el norte, por el Camino Real de Andalucía, muy conscientes del ambiente hostil que se vivía en la región manchega, decidieron abandonar Manzanares, con destino a Madridejos, a las cuatro de la madrugada del martes, 14 de junio de 1808. Esto que le acabo de contar, quedó también escrito por nuestro clero local en el muchas veces ya citado “Manuscrito de la Merced”, de esta manera: "No permaneció en esta villa sino hasta el día catorce de junio. Su quietud (Manzanares) era siempre peligrosa, y dudosa la tregua; por lo mismo retrocedió a Madridejos"
A su marcha de Manzanares, Liger Belair, Roize y sus tropas, llevaron también a todos los enfermos y heridos que podían viajar, dejando en nuestra villa a 33 heridos, cuya salud les impedía desplazarse. Fue significativo que Liger Belair, ordenó que estos soldados quedasen a cargo del clero local, incluso acogidos en sus viviendas, mostrando, con ello, el grado de confianza que había adquirido con Sotomayor, a la vez que responsabilizaba al alcalde Miret, de cualquier agresión que pudiesen sufrir...
Y así fue. querido plumilla, que Manzanares quedó libre de invasores, aquel día 14 de junio de 1808, ese interregno duraría poco, pero la sensación de libertad se notó enseguida, el pueblo retomó todas sus actividades cotidianas de vida social, laboral y eclesial en los días siguientes, y hasta se celebró una boda, entre D. Pedro Alcarazo y Dª Micaela Diaz-Peñalver, el día 16 de junio.. Pero, como va dicho, esto duraría poco, mi querido reportero,… estábamos en guerra, y en el centro del camino de Andalucía, además de ser Manzanares, algo muy importante, incluso para los franceses, dice jocoso D. Cosme… pero de esos episodios próximos, hemos de dar cuenta en otras crónicas, que ésta ya cumplió con lo pretendido en ella….