¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 28 de noviembre de 2020

280). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912.. LA VISITA DEL REY INTRUSO, “PEPE BOTELLA”.


Pues si, querido plumilla, el rey intruso: Jose I, también estuvo en Manzanares, un día de Mayo de 1810..y, sobre ese día, le propongo verse esta crónica. 

Por entonces, todo Manzanares seguía conmocionado, e indignado, por el fusilamiento del paisano Martín Poveda, del que no había transcurrido siquiera un mes, El Pastor de nuestra villa, Frey Sotomayor, sigue D. Cosme, dolido como el que más de los manzanareños por dicho episodio, estaba todavía muy ocupado, “haciendo de tripas corazón”, en la búsqueda del requilibrio de relaciones entre los ocupantes franceses y nuestro indignado pueblo, para que se pudiese mantener el pacto mutuo de no agresión entre galos y paisanos, que él mismo estableció con los generales franceses Liger Belair y Sebastiani… 

El por qué de esta visita, parada y fonda en nuestra villa del rey intruso, inoportuna a todas luces, por el ambiente que se vivía en Manzanares, seguramente tuvo, al menos, dos razones.. la primera es probable que a petición del gobernador Darmagnac, para mostrar a Jose I el estado de sus fuerzas en La Mancha, y solicitarle ayuda de más tropas para combatir a las cada vez más activas guerrillas manchegas, y la segunda posible razón, el interés del hermano mayor de Napoleón en conocer sobre el terreno esa villa manchega, llamada Manzanares, que tanto se había resistido a sus ejércitos.. Todo partía en la explicación de esta visita a Manzanares del ínclito “Pepe Botella”, (como se empezaba a conocer entre los españoles al rey intruso, Jose I, por su supuesta afición al “morapio”), continua D. Cosme, de la historia previa de Enero y febrero de 1810, cuando la rápida ocupación francesa de Andalucía…

El avance francés fue casi un paseo militar, ocupando en poco tiempo Andalucía, excepto la ciudad de Cádiz, por lo que las operaciones militares que José I tenía que haber dirigido, acabaron convertidas en un viaje mucho más plácido de vistas reales institucionales, por ciudades y pueblos andaluces previamente ocupados. Durante más de tres meses, José I Bonaparte recorrió las provincias de Córdoba, Sevilla, Cádiz, Málaga, Granada y Jaén, acompañado de un amplio cortejo de ministros, consejeros, intelectuales y advenedizos diversos. Por donde pasaba, sigue D. Cosme, era recibido con más o menos agrado y fasto, dependiendo del número de ocupantes galos en cada uno de los pueblos y ciudades, que organizaban actos sociales y culturales en su honor. 

José I Bonaparte.

 

Durante, y tras la conquista de Andalucía, como ud bien sabe, sigue D. Cosme, Manzanares era la Capital administrativa y militar de La Mancha; un punto neurálgico del ejército galo y de las comunicaciones entre Madrid y Andalucía….Por estas razones, la presencia militar en la población, fue siempre importante en aquel tiempo, entre otras cosas para asegurar el trayecto de los correos, molestados de continuo por las guerrillas. El 8 de mayo, José Bonaparte, se encontraba en Bailen, de vuelta a Madrid tras su largo periplo andaluz,.. y, así, llegó a Manzanares, el 11 de Mayo,..visitando todo ese día lo mejor de nuestro pueblo y pernoctando esa noche en el Castillo. Al día siguiente, de madrugada, partió hacia Madridejos….

Los detalles de esta estancia en Manzanares del rey intruso, prosigue D. Cosme, se conocen por un informe escrito que elaboró al día siguiente uno de esos “espias” que pululaban por Manzanares, llamado José Sepúlveda,… un patriota y confidente, que envió la crónica del paso de Jose I por nuestro pueblo a un general español del que, por seguridad, no especificó el nombre… El “intruso Rey Josef”, como es definido por Sepúlveda…, continua D. Cosme, entró en Manzanares a las diez y media de la mañana del día 11 de mayo, arropado por una comitiva de quince coches y veinticuatro galerones, identificando, el citado Sepúlveda, entre los acompañantes más importantes del Rey, a Miguel José de Azanza, su ministro de Exteriores, y uno de los redactores del Estatuto de Bayona… y al ministro de la guerra, Gonzalo O’Farrill, La escolta real se componía de unos 600 soldados de infantería y otros 300 de caballería, La seguridad de José I, a su paso por La Mancha, sigue D. Cosme, concitó máxima preocupación y precauciones en las tropas y encargados de las mismas, que temían la posibilidad de algún atentado, por la gran actividad guerrillera en toda la región. 

De hecho, la escolta real, fue aumentada con 100 soldados de infantería, y una intendencia de tres cañones y diez arcas de municiones, que llegaron a Manzanares un día antes que Jose I, con el objeto de reforzar su seguridad y no retrasar su marcha. A la par, se habían desplazado, de Madrid a Madridejos, otros mil infantes, donde se unirían a su escolta…. Es decir, concluye D. Cosme esta parte de su relato, una cantidad de tropas casi imposible de atacar con eficacia por alguna de las partidas rebeldes que operaban por la región…De hecho, prosigue, las partidas guerrilleras mostraban una gran audacia, incluso en los momentos en los que el mismo rey se encontraba por Manzanares.. El mismo confidente, Sepúlveda,, informó de la actividad de guerrilleros durante esos días. Según él: el 10 de mayo, la partida de Miguel Díaz, compuesta de 80 lanceros había capturado en las “Ventas de Puerto Lapiche” a cincuenta y siete carretas y carros cargados de tabaco “y algunos vestuarios”, haciendo 14 prisioneros” El mismo día, según Sepúlveda: “el guerrillero Francisco Abad “Chaleco”, también sorprendió en las inmediaciones de Santa Cruz de Mudela a treinta soldados franceses que llevaban una carta para el general de Manzanares, y los mató a todos, robando el correo”…  

Y volviendo a ese 11 de Mayo de 1810, sigue D. Cosme, en que José Bonaparte estuvo en Manzanares, le diré, querido cronista, tal como Sepúlveda lo escribió en su informe que el rey intruso entró en Manzanares a primera hora de la mañana, a lomos de su caballo y con la numerosa escolta que ya le referí anteriormente.. A petición expresa del gobernador Darmagnac, y tal como era costumbre cuando el rey visitaba una villa, fue recibido por las autoridades de la localidad con un palio. La Junta Local de gobierno con Frey Sotomayor como párroco de nuestro pueblo, lo esperaba en la Plaza, a la entrada de la Iglesia parroquial… El rey intruso, según cuenta Sepúlveda, continua D. Cosme, llegó hasta ellos, montado en su caballo, se apeó del mismo, displicente, quizá advirtiendo también cierto desdén en el rostro de los anfitriones y se dirigió, caminando, al atrio de la Iglesia…. Aunque no quedo escrito, por como lo describe Sepúlveda en su relato, el rey saludó con cierta frialdad a los presentes y, todos juntos, entraron a la Iglesia, donde se llevó a cabo una acto religioso de bienvenida, a cargo de nuestro párroco, que también le mostró, junto a Darmagnac, las riquezas del altar mayor y de las capillas de nuestra catedral…Al poco, el rey José I, salió de la iglesia, entre un repique de campanas y, sin más, se dirigió, por la calle del Carmen, hasta el castillo, donde se alojaría y pernoctaría. En su recorrido hasta el castillo, en las aceras, algunos vecinos del pueblo observaron el paso del rey y su comitiva, según Sepúlveda: cariacontecidos, y sin excesivas muestras de entusiasmo, eso sí, le lanzaron algunos vitores, comentando Sepúlveda… “que los vivas se conocían bastante tristes”.. El rey, en el mismo tono displicente que utilizó desde su llegada, y siempre según Sepúlveda, replicaba a los vivas con un repetitivo:… “que viviría lo que Dios quisiera”. A las tres de la mañana del día siguiente, 12 de Mayo de 1810, Jose I, abandonaba, por fin, Manzanares, rumbo a Madridejos-“tanta gloria llevase, como descanso dejó”, remata D. Cosme)- poniendo fin a su corta y fría estancia en nuestra villa, que, tras el reciente ajusticiamiento del paisano Martín Poveda, ciertamente, no estaba para muchos festejos hacía el máximo dirigente de Francia en España, el ínclito “Pepe Botella”...

Frey Pedro Alvarez sotomayor.

Aun estando tan poco tiempo en Manzanares, atendiendo a las peticiones de Darmagnac de reforzar sus tropas antiguerrilleras, durante su estancia el rey intruso emitió varios decretos, con el objeto antedicho de reforzar los elementos de la tropa antiguerrillera… El primero de esos decretos ratificaba la formación en Manzanares de dos compañías completas de Milicia Cívica de infantería, nombrando, respectivamente, capitanes de las mismas a Francisco Morales y Juan Merino;… tenientes a Juan Fernández Caballero y Felipe Carrillo, y como subtenientes a Pedro Álvarez y Joaquín Laguna…. En un segundo decreto, ordenó la constitución de otras tres compañías de la misma milicia en Almagro, para intervención y apoyo a las de Manzanares,. al mando del comandante Manuel Josef de Zubiria,… También elaboró otros decretos, para la creación de otras dos compañías de la milicia: una en Valdepeñas y otra en Membrilla que, por falta de tiempo, firmo al día siguiente en Madridejos… La primera de ellas quedaba al mando del capitán Josef Recuero, mientras que al frente de la de Membrilla quedó el capitán Vicente Cabellos. Todas ellas. Tenían, como fin la lucha antiguerrillera (“para reprimir a los bandidos”), el alistamiento en ellas era voluntario, a base de población afrancesada, y debían estar formadas preferentemente por propietarios, negociantes y maestros de la zona...

Le diré, como corolario que, el citado alistamiento voluntario, como era previsible, tuvo escaso éxito en Manzanares, pues eran muy pocos los afrancesados existentes en el pueblo, quizá algunos de los empleados del Marques de Salinas fueran de esas partidas, y es poco probable que lo fueran de propia voluntad, si no de la de sus amos, que, por desgracia, todavía mandan excesivamente, incluso en estos tiempos que corren, dice un lacónico D: Cosme.

Con lo dicho, querido plumilla, puede usted concluir la crónica de hoy, que fue ya de bastante, y más que suficiente, para narrar la breve y macilenta estancia del rey intruso, Jose I, o “Pepe Botella”, tal como usted prefiera denominarlo, en la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de la Mancha.

 

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

279). RELATOS DE PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: MARTIN POVEDA: PAISANO, PATRIOTA Y MARTIR.

 En este relato, dice D. Cosme, le contaré la historia del primer paisano de Manzanares que fue ajusticiado en nuestro pueblo… suceso que ocurrió el 15 de Abril, domingo de Ramos de 1810, en esa triste primavera que le narré en la anterior crónica. 

Por entonces, la actuación de las guerrillas manchegas ya era muy manifiesta y, entre sus efectos y consecuencias, estaría la caida del mismísimo Gobernador de la Mancha, Darmagnac, que fue cesado en Manzanares, meses después, en junio de 1810, en razón principal de la falta de control de su tropa, sobre las guerrillas que actuaban en la región manchega. Haciendo algo de historia, sigue D. Cosme, le comentaré, querido plumilla, que durante la guerra de Independencia, gran número de manzanareños se incorporaron al ejército regular español y bastantes otros pasaron a integrarse en las guerrillas. Sus motivaciones eran muy diversas, según fuera la procedencia e historia del correspondiente paisano… iban; desde la defensa del rey legítimo Fernando VII, al deseo de contribuir a una patria liberada, la defensa de la religión católica o razones más personales, como podía ser el deseo de venganza por la muerte de algunos de sus familiares o expolios de posesiones. Se comprende cualquiera de esas razones, cuando se toma en cuenta que formaron parte de la guerrilla, antiguos oficiales y soldados del ejército regular español, mezclados con campesinos, frailes, curas, médicos, estudiantes o civiles comunes... 

Por el modo de actuar, y proximidad a Manzanares, seguramente, algunos de ello formaron parte de las guerrillas del mítico “Chaleco” que, como sabemos, operaba en la zona de Valdepeñas. Ya le cité, en relato anterior, continua D. Cosme, que la intercepción de algunos correos por “Chaleco”, llevaba el sello inconfundible de Manzanares. Por otro lado, también es seguro que hubo manzanareños integrados en guerrillas que operaban por las zonas de Alcazar, Villarta, Herencia, Villarrubia y, algo más al norte, por el área de Consuegra. Cierto es que permanecieron en el anonimato de la historia, pero allí estuvieron esos paisanos luchando por la patria y con la ilusión de ver liberado a su pueblo y a España del invasor galo, algo que quiero que quede claro en el relato, pues como usted sabe, el hecho de ser Manzanares capital de la mancha francesa, en modo alguno implicó el “afrancesamiento” de su gente, como por envidias insanas de algunos pueblos vecinos a nuestra gran historia de patriotismo, se pretendió transmitir a generaciones posteriores. 

La realidad fue que la gente de la villa de Manzanares, en circunstancias muchísimo más difíciles que las de villas próxímas, aportó más gente a los ejércitos regulares y a la guerrilla que la que ofrecieron algunas otras que nos acusaron de colaboracionistas con los franceses ..Y es verdad, sigue D. Cosme, que dentro de Manzanares, evidentemente no hubo acciones directas contra los gabachos, pues estos, fuertemente pertrechados, superaban con creces al número de aldeanos y cualquier iniciativa armada hubiese constituido una temeridad… aparte que las instrucciones continuas de Sotomayor a los vecinos, acerca de mantenerse pacíficos, en función del pacto de no agresión establecido por él con Liger y Sebastiani, fueron seguidas a rajatabla por un paisanaje “a partir un piñón” con su párroco y Pastor.. Eso sí, por el pueblo operaban cotidianamente paisanos dedicados al espionaje de lo francés y, también, implicados en otras acciones típicas de retaguardia durante esa guerra, como la de intentar propiciar deserciones de soldados de nacionalidades distintas a la francesa, alistados en el ejército imperial napoleónico, que estaban asentados en nuestra villa …algo, esto último, en lo que algunos paisanos de Manzanares mostraron gran habilidad y maestría en aquella guerra, concluye D. Cosme. 

Retrato de Francisco Abad, aguafuerte y buril de Mariano Brandi, hacia 1814-1819. La estampa lleva al pie la inscripción: «DN. FRANCISCO ABAD Y MORENO / Chaleco / Coronel de los Exercitos Nacionales de España». Biblioteca Nacional de España

Justo por este tema, la historia hizo su hueco al manzanareño protagonista de este relato, del que hablaremos enseguida…Pero, antes de hablar de él, le diré algo de cómo se habían organizado los galos para luchar contra las guerrillas manchegas, y que explica bien como se llegó al drama del ajusticiamiento de nuestro paisano... A finales de 1809, los dirigentes franceses decidieron disponer la llamada "Brigada Holandesa", al mando del general Chasse, para combatir a estas guerrillas locales, que ya habían comenzado a incordiarles.. Desde el principio de su actuación, estuvo claro que Chasse no era capaz de controlarlas… y, sus acciones, fueron en aumento, día tras día… Los embates de la guerrilla crecían sin tregua, ni control, causando más bajas a los galos que el ejército regular, en los meses de febrero y marzo del año 1810… En abril, Chasse, estableció su cuartel general en Almagro, para intentar centralizar allí todas sus intervenciones, pero apenas tuvo éxito en su empeño, siendo su mayor logro la incautación de 15 000 ovejas que estaban siendo trasladados a Portugal por los guerrillas…La irritación francesa, a colación de esas continuas acciones guerrilleras, continua D: Cosme, devino enseguida en deseos de venganza contra los guerrilleros y los vecindarios de los que provenían...

Manzanares, como es lógico, por su importancia histórica en la lucha contra lo francés, a pesar del ninguneo de algunos vecinos, estaba siempre en el punto de mira de las más altas autoridades galas, desconocedoras, como sabemos, del pacto mutuo de no agresión que había establecido Sotomayor con Sebastiani. Seguramente, sigue D. Cosme, alguno de esos altos mandos, presionó a Darmagnac, en posición muy débil por su incapacidad para controlar las acciones guerrilleras, para que diese escarmiento a algún paisano, a fin de atemorizar a la población… Es también casi seguro que Darmagnac, ocultó su decisión de dar ese escarmiento, tanto a Frey Sotomayor como al general Sebastiani, y se puso a buscar a su particular “chivo espiatorio” entre la gente de Manzanares. En sus pesquisas, prosigue D. Cosme, encontró el caso de dos paisanos, acusados de instigar a la deserción a dos soldados alemanes del Regimiento de Cazadores de Nassau, ambos encuadrados en el ejército francés instalado en Manzanares. Decidido a reivindicarse, Darmagnac organizó una pantomima rápida de enjuiciamiento criminal que condenó a muerte por fusilamiento a los dos paisanos.. y, mostrándose hipócritamente magnánimo, perdonaba al que, de los dos, tuviera la suerte de ser favorecido en un tétrico sorteo. Uno de los reos, en una decisión heroica, y típica de la hidalga gente de nuestro gran pueblo, comenta, enfático, D. Cosme, se ofreció como víctima, aduciendo que no tenía hijos, mientras su compañero tenía familia numerosa. Esto evitó el sorteo, y abocó a su propia muerte a Juan Martín, Martín-Poveda Núñez-Hoyo, protagonista de este relato, y del que sabemos lo escrito en los archivos parroquiales de Manzanares; donde se dice que:… “era hijo de Pedro Martín-Poveda Nieva y de su segunda esposa, Ana Teresa Núñez-Hoyo Núñez, ambos naturales de la villa de Manzanares…” … “Nació el día 2 de noviembre de 1766, y fue bautizado por Manuel Fernando Sáez Carrascón, cura teniente de la Parroquial, con el nombre de Juan Martín”.. por lo que, al momento de morir ajusticiado, tenía 43 años. 

En su parte de defunción del Archivo parroquial se escribió lo que sigue: “En la villa de Manzanares en quince de Abril de mil ochocientos diez habiendo recibido el santo Sacramento de la Penitencia, murio afusilado por los franceses Martin Pobeda de esta vecindad: testó (cuia disposición se estampará luego qe la parte exhiba el tanto del testamento;) no dexó hijos de su mujer actual Mariana Fernz Pacheco y se enterró en el cementerio de esta Parroquial.- Firma el teniente cura don Tomás Ruiz de Alarcón”... Este episodio, y su época, quedaron magníficamente recogidos por nuestro clero local en la redacción del Manuscrito de la Merced, donde, al respecto, se puede leer esto: “La conducta de Manzanares fue siempre la misma: jamás desmayó: abundaba el terror; el cadalso casi siempre ocupado de víctimas; pues dieron garrote a cincuenta y seis reos; muchos sin otro delito qe ser leales patriotas: Sin otros que fueron fusilados; llegando el rigor y la inhumanidad hasta sortear entre dos infelices acusados de haber solicitado a deserción a dos soldados Alemanes de Nasau; y aún no justificado plenamente fue uno de ellos, llamado Martín Pobeda, vecino de esta villa, sentenciado a muerte y ejecutada esta el quince de abril, el Domingo de Ramos del año de 1810, al tiempo de la misa mayor, sonando los fusilazos qe le asesinaron el mismo instante que se cantaba en la Pasión las palabras “et clamans voce magna emisit spiritum”.  

En Manzanares, puede ud imaginar lo que supuso aquel suceso, me comenta D. Cosme... y, también, que fue uno de los mayores disgustos que padeció nuestro Pastor en aquella guerra. La rapidez y el secretismo con el que Darmagnac llevo a cabo el proceso, y su culminación al inicio de la Semana Santa de 1810, cogió por sorpresa a Sotomayor y a todo el vecindario. Todo Manzanares quedó conmocionado, con una mezcla de miedo y rabia, que hizo temer disturbios en la villa, donde Martín Poveda y su familia eran muy queridos…A pesar del disgusto personal, tanto por la pérdida de un feligrés, como por el sentimiento de haberse visto defraudado por Sebastiani…el compromiso de D. Pedro con su objetivo principal era tal que, aunque sufrió mucho por no haber podido evitar la muerte de Martín Pobeda, en su enorme responsabilidad para con su pueblo y sus gentes, atemperó su ánimo, y enseguida se dedicó a tranquilizar el de las gentes de Manzanares, en sus homilías y en las visitas que habitualmente realizaba a las familias en sus casas, para asegurar que nadie cometiese una locura que hubiera condicionado muchas más muertes. Es casi seguro que, a través de los enlaces que D. Pedro mantenía con Sebastiani, hiciese llegarle su disgusto por lo ocurrido, sabiendo que “tocaría” su alma católica y, al menos, serviría para que, en el futuro, vigilase mejor el cumplimiento de la parte de su compromiso con Manzanares. Quizá, el propio Sebastiani, igual de ninguneado que Sotomayor por Darmagnac, tuvo algo que ver en el cese del gobernador, dos meses después. Nunca lo sabremos, pero, al menos, Sotomayor no tuvo que volver a relacionarse con el ínclito Darmagnac, personaje en el que había perdido toda confianza.

Y, así, mi querido reportero, puede dar por concluida la presente crónica, pues ya fue de bastante para dar cuenta del cruel y desmerecido primer ajusticiamiento de un vecino, llevado a cabo por los galos en la persona de Juan Martín Martín-Poveda, el domingo de ramos de 1810…un sencillo, noble, hidalgo, heroico y patriótico paisano de la insigne villa de Manzanares de la Mancha; concluye, alzando la voz, un emocionado D. Cosme.

278). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UNA PRIMAVERA DE RUINA Y DESTRUCCION A LA VISTA.

 Mi querido plumilla, el título que quiero darle a esta crónica, me dice D. Cosme, creo que refleja bastante bien la primavera que se “veía” en este pueblo de Manzanares en el año 1810. Ya sabemos de los buenos oficios del Pastor y párroco de la villa, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, para mantener la indemnidad vital de la gente de Manzanares,.. pero no sucedió lo mismo con las propiedades, viviendas y enseres de buena parte del vecindario.. 

 

Y, continúa D. Cosme… en ese tiempo de dominio absoluto francés de la villa y de La Mancha. en que los galos solamente se veían hostigados por la actuación creciente de las guerrillas, hay pocas referencias escritas, acerca de lo que sucedía en Manzanares al respecto de sus patrimonios… pero algunas cosas si quedaron plasmadas en los Archivos de la Provincia. En estas citas, se hace referencia a los destrozos causados, un año antes, por la división polaca: “los enemigos batieron la población… causaron los mayores destrozos, pasto de su ferocidad y barbarie... infinitas ruinas y estragos en los edificios de esta villa, el enemigo ha llevado en pos de si la desolación y el exterminio”. 

No muy distintas de algunas referencias contenidas en escritos extranjeros de aquel año,… como los del general ingles Blayney, hecho prisionero en Málaga por Sebastiani y que, en su traslado al norte, escribió muchas notas de lo observado al paso, diciendo sobre La Mancha y Manzanares lo siguiente: “Toda esta hermosa región no es más que un desierto… lugarejos reducidos a cenizas que habían visto huir o degollar a sus habitantes y solo presentan el aspecto de una guerra exterminadora. Como en toda la Mancha, las casas de Manzanares son pesadas y sombrías, edificadas de adobe y ladrillo oscuro por faltar piedra sillar. Antes de llegar a Manzanares encontramos algunos pueblos completamente destruidos…Al aproximarnos a este pueblo varios oficiales polacos y algunos habitantes salieron a nuestro encuentro...

La traducción visual de todo ello, prosigue D. Cosme, resultaba, por tanto, desoladora a los ojos del vecindario y de todo el que pasaba por Manzanares en aquella primavera de 1810. Aunque Manzanares fuese por entonces capital de La Mancha, eso no motivó a los galos que nos ocupaban, y nos habían conferido tal “honor y condición”, a reconstruir la ruina en que habían convertido a nuestro pueblo sus propias tropas.. Por ej, al final de la calle Toledo, en su esquina con la callejuela de los Serranos, en el contorno norte de la villa. la que había sido magnífica posada de Treviño, y el molino de aceite contiguo, mostraban un completo estado de ruina, tras haber sido derruidos por las ordas polacas del ignominioso príncipe Sokouski… y se escribió, de todo esto, así, en los archivos provinciales… “en términos que quedaron reducidos a solares con algunas paredes próximas a arruinarse, cuio estado causa una deformidad muy grande mui notable en la población, el molino lo hecharon por el suelo”

Por otras zonas de la villa, sigue D. Cosme, se advertían iguales o parecidos destrozos, que conferían al entorno un aspecto triste de destrucción y derrumbe, como el que presentaba la calle de la Cárcel en varias de sus posadas…que, según quedó escrito:…“fueron destruidas y arrasadas”…La calle Empedrada, ya por entonces artería comercial y administrativa de Manzanares... también ofrecía a la vista destrozos en las fachadas de muchos de sus establecimientos, denotando saqueo y esquilmamiento de sus interiores. Bastante más desoladora, continua D. Cosme, resultaba la imagen del Paseo del Rio con muchas de sus casas semidestruidas y arrasadas… El aspecto ruinoso de todas las fachadas de las casas de aquel Paseo del Rio, “arruinaba”, a su vez, el ánimo de quien lo contemplaba. La arboleda contigua, que se extendía a lo largo de la “madre nueva” del rio Azuer, fue talada en gran parte, afeando el pintoresco y agradable entorno que, hasta ese momento, ofrecía el conjunto del Paseo,… mal aspecto que se extendía a toda la alameda que daba inició a la ruta fluvial de los molinos, cuyos edificios, utensilios y enseres también sufrieron muchos daños, que quedaban a la vista de quien por allí transitaba…

Y, lo peor de todo, sigue D. Cosme, se advertía en el otro extremo del Paseo del Rio, a su final, y en su confluencia con la entrada al pueblo del Camino Real de Andalucía… Allí, sobre el terreno, solo se apreciaban, en un montón de escombros, los restos de la Ermita de San Isidro, preciosa y magnífica en su género y muy devocionada y frecuentada por el campesinado de Manzanares. Nadie puede imaginar bien hoy, continua D. Cosme, la infinita tristeza que embargaba a nuestros paisanos de hace un siglo, cuando contemplaban las ruinas de la que fue una de sus ermitas más icónicas y frecuentadas, erigida en esa entrada sur del pueblo en 1613, casi dos siglos antes de su destrucción. La desgarradora imagen de los escombros de la Ermita se consolidaba, a peor, con el destrozado y asolado aspecto del antes coqueto Parterre de San Isidro que la rodeaba, también pasto del fuego y la barbarie destructiva de los polacos…Un poco más allá, en el área de la Plaza del Castillo, esos mismos destructores de la división polaca, en este caso, por orden de su superioridad militar, habían derruido también el antiquísimo hospital de Altagracia, construido al final del Siglo XV, la ermita del Santo Sepulcro, ubicada en el centro de la Plazuela, y el enorme Convento de los Carmelitas, situado enfrente de la fortaleza, al inicio de la Calle del Carmen … reutilizando parte de sus materiales, como ya sabemos, para parapetar y fortalecer el castillo. 

Boceto de la Ermita de San Isidro.

En Febrero de 1810, Darmagnac, como Gobernador de la villa, dio la órden de demoler completamente las ruinas del hospital de Altagracia,… “tan absolutamente que el que no lo sepa no puede conocer donde estuvo”…tal como quedó transcrito en los “archivos históricos de la Provincia”….Otro edificio emblemático de Manzanares, el Convento de Franciscas, continua D. Cosme, también cambio su faz en 1809… sufrió menos que otros inmuebles, pero al ser reconvertido en hospital militar, según escritos de la época “quedó enteramente estropeado y cuasi ruinoso…y la comunidad reducida a un estado de pobreza que le hera imposible rehabilitarlo”…

 
La Catedral de Manzanares, durante el periodo de ocupación gala, sin embargo, sufrió muy pocos daños, si se compara con los que padecieron otras parroquiales de villas cercanas… Sin duda, la influencia ante las autoridades francesas de Frey Sotomayor, y su intervención al respecto de la indemnidad de nuestra Parroquial, explican los escasos cambios que la guerra condicionó en ella…Era bien conocida la voracidad del nuevo Gobernador Darmagnac hacía los patrimonios religiosos, que había motivado el esquilmamiento de muchas Iglesias de la zona, bastantes de cuyas obras e imágenes se enviaban, por urden suya. a un museo de Madrid.. En el caso de Manzanares, Sotomayor preservó, hábilmente, la riqueza artística de nuestra Catedral… las imágenes de su Altar Mayor y de sus capillas laterales, se mantuvieron incólumes, solo se le quitaron las gruesas planchas de plomo que cubrían y protegían las vigas de madera se su estructura contra la lluvia y la intemperie, para utilizar su gran cantidad de plomo en la fabricación de balas… Sotomayor, eso sí, para conseguir atemperar al gobernador Darmagnac, debió emplear toda su gran sutileza argumental, para que no tocase nada de nuestro Patrimonio, seguramente aludió para ello, más de una vez, al compromiso existente con su antecesor en el cargo, General Sebastiani, para atemorizar al gobernador con la idea que podía contradecirlo... y aludiendo, zalameramente, al propio interés artístico de Darmagnac… quizá le comentase que, si enviaba a Madrid parte de nuestro Patrimonio, no podría disfrutarlo personalmente, cuando se le antojase. Una doble e inteligente manera de doblegar la voluntad de Darmagnac (por temor… y por conveniencia personal) muy al estilo de nuestro insigne y gran Pastor…

Ntro. Padre Jesús del Perdón.

Lo cierto fue, que nuestro rico patrimonio eclesial, excepto lo ya mencionado de las ermitas de San Isidro y del Santo Sepulcro, no sufrió excesivos daños, ni hubo robos o esquilmamientos por parte de la soldadesca francesa. Los archivos parroquiales, las joyas artísticas de la Catedral, y las de las otras ermitas del pueblo, se mantuvieron tal cual estaban, antes de la llegada y ocupación de Manzanares por los galos. Lo único que utilizaron los ocupantes en la parroquial, fue su Torre, usada como atalaya y observatorio militar privilegiado de la gran llanura manchega,.. que instalaron en el campanario de la torre, donde siempre tenían algún militar de guardia.. 

Y fuera del pueblo, sigue D. Cosme, en lo que fue el territorio de la encomienda de Manzanares, también se advertían, en aquella triste primavera de 1810, los efectos devastadores del paso de los galos por nuestra tierra. El abandono de muchas de las feraces quintas de la ribera del Azuer manzagato era evidente, y el del resto de las ricas tierras de nuestra encomienda también era palmario y bien visible… Algunos de esos campos, antes abundantes en sus producciones, llevaban casi dos años sin ser pisados por un ser humano. Muchos caseríos y casas de quintería quedaban, a la vista, semiderruidos… unas veces por el efecto de las rapiñas y los robos que, en ellos, habían perpetrados los galos... y, otras veces, por los orificios de bala o los daños observados en sus paredes, que denotaban enfrentamientos previos entre tropas francesas y guerrilleros manchegos allí guarecidos. A ese tiempo, las cabezas de ganado y el número de mulas y otros équidos del pueblo, habían disminuido de manera considerable, detraídos a sus dueños como parte de los botines afanados por los franceses.

Y, en fín, mi querido reportero, podríamos continuar con el recuento de los inventarios en negativo, para los intereses manzanareños, de otras muchas cosas de menor enjundia, en aquella triste primavera de 1810… pero sería prolijo y muy largo de enumerar, sin que cambiase nada sustancial de lo que he pretendido refleje este relato. Por eso, creo apropiado que cierre tintero y pluma, y concluya esta crónica de ruinas y destrucciones en la insigne y, por entonces, castigada y dolorida villa de Manzanares de La Mancha.

 

 

 

sábado, 14 de noviembre de 2020

277). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: GUERRA DE GUERRILLAS MANCHEGAS.

 

Tras el desastre de Ocaña, comienza D. Cosme a narrar esta crónica, y a finales de 1809, los residuos del derrotado ejército español de La Mancha iniciaron su reorganización en Sierra Morena, antes que esta fuese atravesada por las tropas galas. 

 

El 20 de diciembre de 1809, la Junta Superior de La Mancha, ante el avance francés, había establecido su sede en La Carolina… y teniendo en cuenta la situación, y que había finalizado el plazo marcado para su cargo del entonces Intendente y Presidente de aquella Junta, D. Juan de Modenés, se decidió, a instancias de la Junta Central de Sevilla, designar como nuevo intendente de la Junta manchega al funcionario de hacienda, Juan Bautista Erro Azpiroz, de origen guipuzcoano, pero buen conocedor de La Mancha, por desarrollar su trabajo profesional en nuestra provincia. De hecho, al tiempo de su nombramiento, era miembro de la propia Junta Superior de La Mancha… y, por ese motivo, sabía, a través del citado Juan de Modenés, de todo el entramado militar del ejército manchego y de la evolución que había tenido durante la guerra… 

Cuando Juan de Modenés, en el traslado de poderes, le informó de todo esto, también le habló de la decisiva importancia de Manzanares, en los primeros tiempos de esa guerra y en los previos de la Batalla de Bailen…y, seguramente, le comentaría, que los enlaces que siempre mantuvo con el fenecido alcalde mayor de Manzanares, Juan Josef Miret, se habían mantenido en esta segunda etapa de la guerra, con la Junta Local de la villa, controlada, en sus aspectos más relevantes por Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor… Es previsible que esto fuese así, continua D. Cosme, porque ya se apreciaba entonces que Francia estaba eligiendo a Manzanares como centro operativo de sus ejércitos y de su administración en La Mancha… y que, por consiguiente, resultaba de particular interés establecer algún puente de contacto que pudiera informar de las actividades galas en nuestra villa, pues eso, con seguridad, sería muy útil al interés del Reino legítimo de España. 

No sabemos como se concretó todo ese entramado informativo en Manzanares, y quien pudo ser el/los interlocutor/es o, digamos, “espía/s” o “confidente/s”, español/es en la villa, pero no se le escapará a usted que el nombre de Frey Sotomayor apareció en esas conversaciones, entre Erro y Modenés, como el elemento español más importante y más útil de Manzanares para los intereses del Reino de España. Toda su trayectoria previa lo avalaba así, y uno de los personajes que mejor conocía todo lo que había hecho Sotomayor en Manzanares en lo que se llevaba de guerra, era, precisamente, Juan de Modenés. Todo esto se lo comento, sigue D. Cosme, para que valoré ud. que, quizá, muchas de las actitudes de acercamiento de D. Pedro a los franceses, aparte de la clara intencionalidad protectora de su feligresía, que ya conocemos, pudieron estar matizadas con esa segunda intencionalidad de obtener información sensible que, a través de sus enlaces en la Orden Calatrava y ciertas personalidades patrióticas de villas cercanas, a las que D. Pedro tenía acceso, pudieran llegar a Erro como máximo responsable de la Junta Superior de La Mancha… y, remacha D. Cosme… en relación a esto último, a esa posible labor informativa por parte de Sotomayor, si hubiese que apostar algo, yo le recomendaría que lo hiciese a favor de esa posibilidad, sobre todo si se tienen en cuenta algunos aconteceres concretos que luego le comentaré en el trascurso de esta crónica.

Castillo de Consuegra

cho todo lo anterior, sigue D. Cosme, y para dar sentido al título del relato, le diré, querido plumilla, que nada más ser nombrado Presidente de la Junta Superior de La Mancha, el Sr. Erro se trasladó a la Isla de León, en la bahía de Cádiz, donde estaba constituida la Regencia del Reino, para proponerles una metodología de guerra en forma de “guerra de guerrillas”; algo a lo que nunca se había enfrentado el ejército imperial napoleónico.. y que, en las circunstancias de manifiesta inferioridad armamentística y de efectivos humanos en que se hallaba España con respecto a Francia, prosigue D. Cosme, le parecía a Erro la mejor estrategia para combatir a los intrusos galos en La Mancha. El conocimiento del terreno por parte de los guerrilleros manchegos, muchos de ellos ya con experiencia en esta forma de combatir, durante la primera fase de la guerra, erán un motivo más para avalar este planteamiento militar. La Junta Regente se mostró de acuerdo con esos planteamientos, y, además, puso a disposición de Erro un contingente de 1.500 soldados del ejército de Extremadura y un escuadrón de caballería, comandado por un personaje singular, el Coronel D. José Martínez de San Martín, médico de profesión, que fue nombrado en ese acto “General de La Mancha” “con el fin de fomentar la insurrección en aquella provincia, recoger dispersos y nuevos alistados, a las órdenes de la Junta”…. 

 Esta nueva Junta manchega, se instaló en Alcaraz, que no estaba ocupada, para mostrar al paisanaje de la provincia que existía, y que estaba dispuesta a tomar iniciativas contra el enemigo… Y esas iniciativas, sigue D. Cosme, se empezaron a tomar desde finales del mes de Enero en diversos puntos de La Mancha. Los apodos de “Chaleco” o “Camuñas”, empezaron a ser reconocidos en villas y aldeas, identificando a líderes guerrilleros de nuestra región, que actuaban en las áreas de Valdepeñas y Consuegra, respectivamente. Estas partidas de guerrilleros se ubicaban en zonas aisladas del tránsito francés, aprovechando cuevas, caseríos abandonados o en las serranías de la región, donde podían camuflarse y esconder armamento y caballería …. Desde allí, organizaban emboscadas sorpresas a contingentes del ejército francés que se dirigían hacia Andalucía o Madrid, por el Camino Real de Andalucía, con el fin de interferir correos y pertrecharse de armas. A partir del mes de febrero de 1810, y durante toda la primavera, continua D. Cosme, estos ataques fueron en aumento y consiguieron provocar los primeros “quebraderos de cabeza” al ejército francés, algo que algunos jefes plasmaron en sus partes militares. Asi, por ej, el mariscal Victor, el día 4 de Abril, desde Chiclana, se quejaba que… “su correspondencia y correos habían sido cogidos por las bandas que continuamente infestan nuestras comunicaciones” …y diferencia, luego, los dos tipos de guerra planteados sobre el terreno, identificando esta nueva manera de actuar por el enemigo, las guerrillas, inédita hasta entonces para los galos… lo refiere, así: “los insurgentes que se muestran por toda la superficie del reino, se oponen al gobierno, tratan de irritar los espíritus, mantienen la revuelta, roban y asesinan a correos y viajeros y hacen en fin todo el mal que seres de esta especie pueden imaginar; de estos dos géneros de guerra, solamente la última puede retardar la pacificación”…Ya ve ud., sigue D. Cosme, como el mariscal Victor, un militar con mucho instinto, empieza a estar más preocupado con esta forma inédita de guerrear que con la forma convencional; lo que estaba por llegar, le llenaría de razones. Por su parte, unos días después, el mariscal Soult, desde Sevilla, avala en sus escritos lo comentado por Victor de esta manera: “Las partidas enemigas han caído sobre La Mancha y fatigan mucho a las tropas que allí se encuentran”

2 de Mayo, Joaquín Sorolla.

En Manzanares, ocupado establemente por casi más franceses, “armados hasta los dientes”, que el número de aldeanos… y, en sus aledaños, todos muy llanos, como es lógico, esta actividad guerrillera era inexistente, pero existen indicios, continua D. Cosme, que algunos paisanos, expertos en interceptar correos en la primera etapa de la guerra, participaron activamente en las guerrillas, quizá portando información directa de Manzanares, a través de la “red de patriotas locales” que, de alguna manera, como hemos apuntado ya antes, en esta crónica, recibían información clandestina desde nuestra Junta Local de Gobierno, a veces muy suculenta, por la cercanía estratégica de Frey Sotomayor con la dirigencia francesa asentada en la villa.

 En este sentido resulta muy significativo el episodio que se vivió el día 27 de Febrero de 1810 en la Venta de Consolación, cerca de Valdepeñas, y a dos leguas de Manzanares, cuando una partida guerrillera, al mando del mítico Francisco Abad, “chaleco”, asaltó a un correo, que iba custodiado por cinco soldados. Dieron muerte a estos, y se incautaron de un material especialmente sensible para los franceses. La manera de actuar, lo concreto y sensible de lo incautado, la decisión de enviar ese correo, casi inmediata a ser escrito, y la cercanía a Manzanares de la acción, hicieron sospechar a los galos que la información llegó hasta Abad “Chaleco”, casi al momento, y desde Manzanares, enviada por algún “confidente” desconocido, pero, desde luego, bastante próximo al estamento dirigente francés… y que, quizá, participase en la acción algún paisano nuestro avezado en esas lides…probablemente estaban en lo cierto, pero nunca descubrieron la identidad del espía, concluye, enigmático y sugerente, D. Cosme, con este relato, que, tal como me indica, ha cumplido su cometido de dar a conocer a sus lectores el reinicio de la actividad patriótica en La Mancha en forma de “guerra de guerrillas”

Entre tanto, en Manzanares, más o menos “alejado” de estas cuitas periféricas a la villa de las guerrillas manchegas, nuestro Pastor, Frey Sotomayor, seguía, todos los días, afanado en hacer amistad con la aristocracia gala de la nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha…

 

276). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. EN TIEMPOS DE OCUPACION... BRILLANDO SOTOMAYOR

 

La Mancha, totalmente tomada y repleta de tropas francesas, en aquel mes de Enero de 1810, se encontraba frente a un futuro sombrío y difícil, donde la esperanza de sus gentes se limitaba a la simple supervivencia personal, comienza un cariacontecido D. Cosme su crónica,…y, continua…

 

En Manzanares, elegido por Francia como punto neurálgico de tránsito y de operaciones, (por su posición estratégica, y por ser el lugar, del Camino Real de Andalucía más próximo a Despeñaperros con un Castillo…que podría utilizarse para alojamiento de mandos y tropas...) la abrumadora presencia de soldados galos que se asentaban o transitaban por el pueblo, hacía mucho más evidente esa sensación opresiva que todos los pueblos de la Mancha habían empezado a notar. Un punto de angustia adicional para nuestra gente –sigue D. Cosme- se añadió cuando supieron que el intruso Rey opresor, Jose I, a instancias de su hermano, el Emperador Napoleón Bonaparte, nos había elegido como capitalidad de la región manchega. Los actos oficiales de toma de posesión del nuevo Gobernador Darmagnac en el Castillo de Manzanares, certificaron el hecho, y nuestro destino para el siguiente tiempo, al final de aquel triste Enero de 1810... 

Nunca, sigue D. Cosme, un reconocimiento de capitalidad de una región, como el que recibía Manzanares de parte de las nuevas autoridades galas, fue recibido con tanta desazón, desasosiego y temor. Lo que, en otras circunstancias, habría sido motivo de alegría y oportunidad para las gentes de la villa, en estas que se vivían, todos los aldeanos comunes, y todas la autoridades y gente más relevante de Manzanares, lo vieron como un motivo de grave preocupación y de nuevos y futuros duelos y quebrantos, concluye D. Cosme su razonamiento sobre el nombramiento a Manzanares como Capital de La Mancha….Y a fe que tuvieron motivos sobrados para esa presunción negativa, continua,…el tiempo que estaba por llegar durante todo el año 1810, les daría a los manzanareños todo tipo de razones y sucesos que atestiguaron, verazmente, esos negros presagios…

Baste decir, como ej, prosigue D. Cosme, que Manzanares seria conocido muy pronto, como “el matadero de La Mancha”, puesto que aquí tuvo su sede el tribunal francés de lo criminal de la Provincia de La Mancha; nuestra fortaleza fue cárcel para muchos de esos patriotas juzgados por ese tribunal; y los patios del Castillo y nuestra Plaza Mayor, puntos de ajusticiamiento público para casi todos ellos....pues la vesanía y maldad de aquellos herederos de la revolución francesa, mostró todo lo contrario de lo proclamado en sus lemas de libertad, igualdad y fraternidad, matando, indiscriminadamente y con enjuiciamientos de pantomima, a todo aquel que consideraban desafecto a su tiranía. En esos dos centros históricos del pueblo, se escenificaron más de cincuenta ajusticiamientos de patriotas manchegos remata, con indignación sofocada, D. Cosme, esta parte del relato.

Pero todo ese trágico devenir, estaba por llegar todavía al inicio de Febrero de 1810. En ese momento, en nuestra villa, sigue D. Cosme, como sabemos por la anterior crónica, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor ya desarrollaba una actividad febril encaminada a lograr la confianza de los diferentes jerarcas galos que iban asentándose en Manzanares, incluido el nuevo gobernados Darmagnac…

 En su "modus operandi" particular, sigue D. Cosme, vale la pena extenderse siempre un poco, para percibir, y alabar, la magnitud de las habilidades sociales y la extraordinaria inteligencia de D. Pedro, puestas siempre al servicio de su feligresia...que, para él, no se olvide usted de ello, querido plumilla, era toda la gente de Manzanares, creyentes, o no creyentes, porque, como solía repetir en sus homilías:"los consideraba a todos ellos hijos de Dios y de sus beneplacitos". Y es por eso que, D. Pedro, se encargaba de tomar la iniciativa en su estrategia, y acudía a conocer, personalmente, a las autoridades militares y civiles francesas que iban llegando a la villa, bastantes de ellos españoles afrancesados... y aunque la avenida de esos dirigentes al pueblo era incesante, se las ingeniaba muy bien para estar cerca de todos ellos, incluso los alojaba en la sede de su curato en la calle de las Trompas, o pactaba con familias de Manzanares, la acogida de otros en sus casas, para saber, en cada momento, donde estaba cada uno de ellos, para tenerlos controlados en sus 

movimientos.

General Leger Belair.


Como máxima autoridad eclesial de Manzanares, por su relevancia en el ámbito civil y, seguramente, por las referencias positivas hacia su persona, que los generales Sebastiani y Liger Belair habrían hecho a muchas de esas autoridades galas, nadie de estos se extrañó del protagonismo que tomaba Sotomayor con ellos... al contrario, se mostraban encantados de ser tan bien tratados por la máxima autoridad local...  Los más de ellos, aun sabiendo por Sebastiani y Liger Belair cual había sido el compromiso y actitud de Sotomayor en tiempos precedentes, algo que, además, les recordaba el propio Sotomayor, cada vez que se encontraba con ellos, se inclinaron, a pensar que, aunque eso siguiera siendo cierto, ante la nueva situación de la guerra, que auguraba un triunfo definitivo de Francia, probablemente nuestro párroco asumía ese estado de cosas, y ya no solo buscaba eso, si no que, sobre todo, prentendía conseguir su propia seguridad y, quizá, alguna prebenda personal...y, por eso, mostraba tan sorprendente cordialidad en la acogida y el trato.. La perspicacia de D. Pedro, enseguida advirtió esa presunción hacia él de las nuevas autoridades de ocupación...y, una vez más, la utilizó a su favor, dando pábulo ante ellos de un supuesto interés por la cultura de lo francés y de cierto "afrancesamiento" personal... Ambas cosas eran "fingidas", pero, indudablemente, fueron útiles para su objetivo final.... D. Pedro, "siguió el hilo" que observaba e, incluso, empezó a mostrar curiosidad por las teorías masónicas de muchos de ellos, y les buscó un lugar donde poder reunirse, primero en la mansión de la familia Quesada, (la Casa del Mayorazgo), y, posteriormente, en el Palacete de los Merino de la calle del Carmen, donde tuvo su sede la primera logia masónica de Ciudad Real... 

D. Pedro, acudía con frecuencia por allí, lo que le sirvió para enterarse de muchas cosas y de pretensiones interesantes de los galos, que ignorantes de todo "lo que se traía entre manos" Sotomayor, y cada vez más confiados con él, le contaban cosas que D. Pedro fue "filtrando" -según convenía- bien utilizando su cargo en la Orden Calatrava, o bien a través de sus múltiples contactos personales de confianza, a las autoridades españolas residuales del momento... Lejos estaban los galos de imaginar todo esto... ni de creer que, verdaderamente, el objetivo último de Sotomayor, la salvaguarda de las vidas de la gente del pueblo, siguiese siendo, para él, lo más importante... y, en realidad, no se puede decir que Sotomayor engañase a nadie sobre este último aspecto protector de su feligresía, pues el mismo se encargó de proclamarlo y dejarlo claro, constantemente, tanto en sus homilías, como en las conversaciones particulares que mantenía en las casas que visitaba, con franceses o paisanos. 

Es curioso que, quizá los más recelosos con D. Pedro, fueron los escasos “afrancesados” de la villa, como el Marques de Salinas quien, en su mezquindaz y estrechez de miras, se mostraba celoso del párroco, al que, seguramente, llegó a ver, igual que los franceses, como un competidor a la hora de obtener favores y prebendas de los galos… En su cortedad, el marqués fue incapaz de entender que la única pretensión de Sotomayor era evitar daños a la gente del pueblo, entre los que estaban, sin merecerlo, él y sus seguidores, que acusarían luego a D. Pedro de “afrancesado” y masón, precisamente, lo que eran muchos de ellos... 

Altar Mayor Parroq. Asunción.

Lo cierto es que, continua D. Cosme, como va de dicho, el Pastor de Manzanares adoptó, desde los primero tiempos de 1810, funciones de “anfitrión” de todas las autoridades francesas que iban llegando a Manzanares, con la excusa de ser parte de su tarea pastoral y estar pendiente de todos los convivientes del pueblo, fuesen vecinos o gentes de paso, algo que todo el mundo de Manzanares conocía en su actitud desde que llego a nuestro pueblo en 1799... D. Pedro visitaba todos los días a diferentes vecinos de la villa... y, en este tiempo, lo hizo, sobre todo, y particularmente, con muchos de los domicilios donde se alojaban autoridades francesas... De tal manera, que fue conociendo, poco a poco, a todos ellos, sus gustos, sus aficiones, sus funciones inmediatas en el pueblo y sus perfiles psicológicos. Por ejemplo, la afición del nuevo gobernador por las obras de arte eclesial, como ya comentamos en la anterior crónica, sigue D. Cosme, sirvió a Sotomayor para ganar su confianza, mientras conversaba con él y le mostraba en la Catedral de Manzanares todas sus maravillas. A la par, cuando visitaba las casas de otros paisanos de su confianza, donde no había franceses, les iba haciendo ver, sutilmente, sus verdaderas intenciones acerca de tener controlado el "mundo francés" del pueblo, en beneficio último de las gentes de Manzanares. 

Toda esa red estratégica funcionaría muy bien, porque el inteligentísimo D. Pedro tuvo siempre muy claro los tiempos, las formas y lo que hacer en su estrategia ante los franceses, ante su feligresía y ante su gente de mayor de confianza, en esta guerra de la independencia, subordinándolo todo al gran objetivo de la indemnidad física de la gente manzanareña. Y le comentaré, respecto a eso, y adelantándome a los acontecimientos, querido cronista, que D. Pedro consiguió llevar a buen puerto ese objetivo, pues baste decir que, entre los ajusticiados en Manzanares, tras sentencias del tribunal de lo criminal, y a pesar de estar nuestra villa en el “ojo del huracán” de la mancha francesa, solo hay referencia de un paisano ajusticiado con domicilio en la villa, apedillado Martin Poveda, episodio de cuyas vicisitudes le daré cuenta en algún relato próximo, pero del que ya le diré que la gente más cercana a D. Pedro contó que, aquel suceso, fue uno de los mayores disgustos que padeció nuestro Pastor en aquella guerra… El compromiso de D. Pedro con su objetivo principal era tal, que aquel caso le hizo sufrir como casi nunca, por no haber sido capaz de evitarlo.

Y baste ya, por ahora, guarde usted su pluma, me dice D. Cosme....que el relato ya ha ido de bastante para mostrar como fue el tiempo inicial de la ocupación más prolongada de la insigne villa de Manzanares de La Mancha, y como brilló, en su defensa, su Pastor y líder indiscutible de aquel tiempo tan difícil, el no menos insigne Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor...

 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

275). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EN EL NUCLEO FRANCES DE LA MANCHA

 Tal como apuntaba lo sucedido a finales de 1809, comienza D. Cosme su disertación, con toda La Mancha ocupada, el objetivo de la conquista de Andalucía por los ejércitos napoleónicos se plasmaría en hechos concretos al inicio de 1810, cuando José I, el Rey intruso, siguiendo directrices de su hermano Napoleón, ordenó a diversos contingentes de su ejército; en concreto: al primer cuerpo militar del mariscal Victor. el cuarto del general Sebastiani, el quinto del duque de Treviso (general Mortier) y a unas tropas de reserva, constituidas por la llamada división Desolles, entrar y tomar Andalucía, por diferentes lugares…

 Al perfilar todas esas operaciones, se decidió por los galos que Manzanares sería el "núcleo operativo” en La Mancha de todos los movimientos del ejército imperial napoleónico, antes de entrar en Andalucía. Las divisiones galas llegaban de Madrid y Toledo...y, desde Manzanares, salían hacia diferentes destinos andaluces, con objetivos concretos...

En cierto modo, Manzanares, fue determinante en esa conquista de Andalucía por los franceses, porque aunque el diseño de las acciones se tomaba en Madrid, una vez en Manzanares, las correspondientes divisiones galas validaban, o reformaban, aquí, su operativo concreto, según conviniese a la situación inmediata de cada día en Andalucía. En todo caso, todo ese Enero de 1809, el trasiego por Manzanares de ese gran número de tropas francesas, muy bien pertrechadas, camino de Andalucía, sigue D. Cosme, instaló en el ánimo de muchas de las gentes de nuestro pueblo, la idea que la suerte de la guerra parecía echada a favor de los galos. Pero, afortunadamente para Manzanares, continua D. Cosme, el "observador" más importante de nuestro pueblo en aquel tiempo, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, no se confundió por eso, ni se separó un instante de lo que siempre fue su principal objetivo, mantener al máximo la indemnidad del paisanaje manzagato, adaptando, en este caso de principios de 1810, su estrategia a las circunstancias inmediatas que se vivían en el pueblo, a los personajes galos que iban de paso y, muy particularmente, a los que se asentaban transitoriamente en nuestra villa... 

Fray Pedro Alvarez Sotomayor.

Como líder del pueblo, y conociendo su carácter y determinación, aunque no hay registros escritos de nada de lo que yo presumo, sigue contándome D. Cosme, es muy probable que Sotomayor, con una estrategia personal bien reflexionada y programada en su magín, durante los primeros días de 1810, tomase siempre la iniciativa de ser él quien se acercarse al castillo, y presentarse a cada una de las autoridades francesas que allí iban llegando, para conocerlas de primera mano, y hacerse una idea de como eran, y como abordarles... No hay que olvidar que D. Pedro, aparte de su gran inteligencia natural, era un personaje con amplios estudios y conocimientos en humanidades, además de un gran psicólogo, por lo que era muy capaz de "retratar" muy bien las características personales más significativas de sus interlocutores, lo que le facilitaba mucho las cosas a la hora de ganarse su confianza... De manera genérica, eso si, a todas esas autoridades galas que llegaban a Manzanares en aquel enero de 1810, siempre les recordaba que nuestro pueblo, a través de su persona, tenía desde el comienzo de la guerra un pacto mutuo de no agresión, (que no estaba escrito, pero que era indeleble) con las máximas autoridades galas que habían pasado por nuestra villa, en concreto los generales Liger Belair y Sebastiani, a los que citaba expresamente, y a los que se remitía, para que sus interlocutores galos lo corroborasen, porque sabía del prestigio y mando en el ejército imperial napoleónico de esos dos generales galos. Es seguro también que, ambos generales franceses ratificaron siempre a Sotomayor, y más de una vez den Manzanares, y en su presencia, por el propio Sebastiani, porque ya desde los primeros tiempos de esta prolongada ocupación francesa, nuestro Pastor "se movió como pez en el agua" entre la dirigencia francesa del pueblo, ganándose su confianza, y logrando una suculenta información puntual,… suficiente para ir pilotando lo que mejor podía convenir a nuestra gente en esos momentos de opresión tan difíciles... e, incluso, para cuando llegase un futuro más halagüeño... Sotomayor se encargaba, por ejemplo, en aquel primer tiempo de 1810, de localizar entre los militares y dirigentes galos que iban asentándose en el pueblo, a los que eran de creencias católicas, y los invitaba, expresamente, a las misas que el oficiaba en nuestra parroquia... 

Hábilmente, en sus homilías, continua comentándome D. Cosme, Sotomayor hablaba mucho del mensaje cristiano, contrario a la violencia para solucionar problemas, comentando que esa actitud pacificadora era incuestionable e imprescindible para cualquiera que se considerase creyente, incluso en tiempos convulsos y de guerra, y según acababa de expresar esa necesaria actitud cristiana, no se arredaba en dejar claro que, en cualquier guerra o disputa entre humanos, eso resulta complicado, porque siempre hay opresores y oprimidos, añadiendo que, en esas circunstancias de conflicto humano, todo creyente debe estar seguro que... "la divinidad siempre protegerá al débil y exigirá magnanimidad al fuerte"... Un mensaje, el de Sotomayor, contundente y claro pero expuesto con tal habilidad e inteligencia, que quien lo escuchaba lo entendía muy bien; el débil se sentía reconfortado... y, el fuerte, comprometido con el precepto cristiano de ser magnánimo y justo... Junto a ese discurso, Sotomayor recordaba, constantemente, a los fieles que le estaban escuchando (paisanos y franceses) el mensaje simbólico de concordia, emanado de Nuestro Padre Jesús del Perdón durante el episodio vivido en el encuentro de las tropas de Sebastiani y el pueblo de Manzanares en procesión con su Cristo del Perdón, hacia menos de un año, en el cerro del Cristo de la Agonía,... Rememoraba lo que ese pacto había supuesto para Manzanares y para los propios franceses que por aqui fueron pasando, con lo que atemperaba la natural pulsión de nuestra gente contra los invasores, y colocaba en el espíritu de los ocupantes la oportunidad de mantener durante su estancia en el pueblo, las condiciones de aquel compromiso, establecido entre Manzanares y su superior, el general Sebastiani.. Sin duda, sigue D. Cosme, el de D. Pedro era un mensaje cristiano, pero claramente dirigido a su máximo interés como Pastor para con nuestro pueblo y nuestra gente, en aquellos difíciles momentos de primeros del año 1810..

A finales de Enero de 1810, prosigue D. Cosme, las tropas francesas que habían surcado Manzanares en los días previos habían tomado en Andalucía:, con enorme rapidez: Córdoba, Jaén, Alcalá la Real y Granada. El Rey intruso, José I, que había bajado de Madrid a Almagro el día 10 de enero de 1810, manifestó, por escrito, a su hermano Napoleón que: ..."los habitantes de La Mancha, mostraban las mejores disposiciones para con ellos" .. y le informaba que como Sebastiani estaba inmerso en la campaña andaluza. había decidido nombrar nuevo gobernador de la Provincia de La Mancha, al general Darmagnac, prestigioso militar francés, con una brillante y decisiva intervención en la toma de Pamplona, un año antes, y que, en ese comienzo de 1810, mandaba la primera división de las tropas del también general Mortier... si bien estaba de baja, convaleciendo en Almagro de una enfermedad, lo que le impedía estar activo en el frente de guerra, pero no quedar en retaguardia en funciones de gobernador.. Prácticamente, al mismo momento de su nombramiento, Darmagnac, y sus superiores, decidieron que él, y todas las autoridades provinciales (galas y "afrancesados") se trasladasen a Manzanares, donde se había decidido, por su ubicación estratégica en las comunicaciones Norte-Sur y Este y Oeste, que quedaría establecida la capitalidad francesa de la Provincia de La Mancha...

Capilla Cristo de la Agonía, Manzanares.

Como no se le habrá escapado a usted, querido plumilla, continua D. Cosme, hay pocas cosas mas seguras, que nuestro insigne Pastor; Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, junto a las personas que habían formado la Junta Local de Gobierno de Manzanares, se personaron en el Castillo a saludar al nuevo gobernador francés... Reunión de protocolo y bienvenida, si, pero que, sin duda, sirvió a Sotomayor para hacerse una primera idea de como era y pensaba el nuevo gobernador de Manzanares, con lo que comenzó a perfilar la estrategia a seguir con él... Nada extraño, pues, que conocedor, en esa primera toma de contacto, de la afición y estima hacia el arte sacro de Darmagnac, Sotomayor le invitase, y se ofreciese, como Párroco de la villa, a hacer de cicerore y guía artístico de Manzanares, para mostrarle las maravillas arquitectónicas de la Catedral, la belleza de su retablo mayor y de sus capillas...y, como no, las bellas ermitas y las no menos bellas imágenes de nuestro patrimonio eclesial, empezando por la de Nuestro Padre Jesús del Perdón, del que , a buen seguro, le comentaría su historia reciente,...que, muy probablemente, refrendaría a Darmagnac el mismo Sebastiani, a instancias de D. Pedro, en el acto de toma de posesión de Darmagnac como nuevo gobernador de La Mancha, que recibía de manos de su anterior ostentador; precisamente, Horacio Sebastiani, protagonista de aquel hecho legendario y simbólico en el Cerro de la Agonía .

Entenderá usted, querido plumilla... aun todavía más con lo que a continuación le refiero, y para que escriba ya usted el final de esta crónica... que la brillantez discursiva de Sotomayor, referido a un tema tan del agrado del Darmagnac, como era el arte sacro, y dirigida a ganarse el afecto y la confianza del nuevo gobernador, junto al conocimiento que le fue aportando, D. Pedro, de muchos hechos simbólicos acerca de nuestros iconos, encandilaron al general Darmagac, cuya voluntad quedó bastante "atrapada", en los designios y estrategias de ese personaje imperecedero, utilísimo y decisivo en el devenir histórico de la villa de Manzanares de La Mancha,... Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.