¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 14 de noviembre de 2020

276). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. EN TIEMPOS DE OCUPACION... BRILLANDO SOTOMAYOR

 

La Mancha, totalmente tomada y repleta de tropas francesas, en aquel mes de Enero de 1810, se encontraba frente a un futuro sombrío y difícil, donde la esperanza de sus gentes se limitaba a la simple supervivencia personal, comienza un cariacontecido D. Cosme su crónica,…y, continua…

 

En Manzanares, elegido por Francia como punto neurálgico de tránsito y de operaciones, (por su posición estratégica, y por ser el lugar, del Camino Real de Andalucía más próximo a Despeñaperros con un Castillo…que podría utilizarse para alojamiento de mandos y tropas...) la abrumadora presencia de soldados galos que se asentaban o transitaban por el pueblo, hacía mucho más evidente esa sensación opresiva que todos los pueblos de la Mancha habían empezado a notar. Un punto de angustia adicional para nuestra gente –sigue D. Cosme- se añadió cuando supieron que el intruso Rey opresor, Jose I, a instancias de su hermano, el Emperador Napoleón Bonaparte, nos había elegido como capitalidad de la región manchega. Los actos oficiales de toma de posesión del nuevo Gobernador Darmagnac en el Castillo de Manzanares, certificaron el hecho, y nuestro destino para el siguiente tiempo, al final de aquel triste Enero de 1810... 

Nunca, sigue D. Cosme, un reconocimiento de capitalidad de una región, como el que recibía Manzanares de parte de las nuevas autoridades galas, fue recibido con tanta desazón, desasosiego y temor. Lo que, en otras circunstancias, habría sido motivo de alegría y oportunidad para las gentes de la villa, en estas que se vivían, todos los aldeanos comunes, y todas la autoridades y gente más relevante de Manzanares, lo vieron como un motivo de grave preocupación y de nuevos y futuros duelos y quebrantos, concluye D. Cosme su razonamiento sobre el nombramiento a Manzanares como Capital de La Mancha….Y a fe que tuvieron motivos sobrados para esa presunción negativa, continua,…el tiempo que estaba por llegar durante todo el año 1810, les daría a los manzanareños todo tipo de razones y sucesos que atestiguaron, verazmente, esos negros presagios…

Baste decir, como ej, prosigue D. Cosme, que Manzanares seria conocido muy pronto, como “el matadero de La Mancha”, puesto que aquí tuvo su sede el tribunal francés de lo criminal de la Provincia de La Mancha; nuestra fortaleza fue cárcel para muchos de esos patriotas juzgados por ese tribunal; y los patios del Castillo y nuestra Plaza Mayor, puntos de ajusticiamiento público para casi todos ellos....pues la vesanía y maldad de aquellos herederos de la revolución francesa, mostró todo lo contrario de lo proclamado en sus lemas de libertad, igualdad y fraternidad, matando, indiscriminadamente y con enjuiciamientos de pantomima, a todo aquel que consideraban desafecto a su tiranía. En esos dos centros históricos del pueblo, se escenificaron más de cincuenta ajusticiamientos de patriotas manchegos remata, con indignación sofocada, D. Cosme, esta parte del relato.

Pero todo ese trágico devenir, estaba por llegar todavía al inicio de Febrero de 1810. En ese momento, en nuestra villa, sigue D. Cosme, como sabemos por la anterior crónica, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor ya desarrollaba una actividad febril encaminada a lograr la confianza de los diferentes jerarcas galos que iban asentándose en Manzanares, incluido el nuevo gobernados Darmagnac…

 En su "modus operandi" particular, sigue D. Cosme, vale la pena extenderse siempre un poco, para percibir, y alabar, la magnitud de las habilidades sociales y la extraordinaria inteligencia de D. Pedro, puestas siempre al servicio de su feligresia...que, para él, no se olvide usted de ello, querido plumilla, era toda la gente de Manzanares, creyentes, o no creyentes, porque, como solía repetir en sus homilías:"los consideraba a todos ellos hijos de Dios y de sus beneplacitos". Y es por eso que, D. Pedro, se encargaba de tomar la iniciativa en su estrategia, y acudía a conocer, personalmente, a las autoridades militares y civiles francesas que iban llegando a la villa, bastantes de ellos españoles afrancesados... y aunque la avenida de esos dirigentes al pueblo era incesante, se las ingeniaba muy bien para estar cerca de todos ellos, incluso los alojaba en la sede de su curato en la calle de las Trompas, o pactaba con familias de Manzanares, la acogida de otros en sus casas, para saber, en cada momento, donde estaba cada uno de ellos, para tenerlos controlados en sus 

movimientos.

General Leger Belair.


Como máxima autoridad eclesial de Manzanares, por su relevancia en el ámbito civil y, seguramente, por las referencias positivas hacia su persona, que los generales Sebastiani y Liger Belair habrían hecho a muchas de esas autoridades galas, nadie de estos se extrañó del protagonismo que tomaba Sotomayor con ellos... al contrario, se mostraban encantados de ser tan bien tratados por la máxima autoridad local...  Los más de ellos, aun sabiendo por Sebastiani y Liger Belair cual había sido el compromiso y actitud de Sotomayor en tiempos precedentes, algo que, además, les recordaba el propio Sotomayor, cada vez que se encontraba con ellos, se inclinaron, a pensar que, aunque eso siguiera siendo cierto, ante la nueva situación de la guerra, que auguraba un triunfo definitivo de Francia, probablemente nuestro párroco asumía ese estado de cosas, y ya no solo buscaba eso, si no que, sobre todo, prentendía conseguir su propia seguridad y, quizá, alguna prebenda personal...y, por eso, mostraba tan sorprendente cordialidad en la acogida y el trato.. La perspicacia de D. Pedro, enseguida advirtió esa presunción hacia él de las nuevas autoridades de ocupación...y, una vez más, la utilizó a su favor, dando pábulo ante ellos de un supuesto interés por la cultura de lo francés y de cierto "afrancesamiento" personal... Ambas cosas eran "fingidas", pero, indudablemente, fueron útiles para su objetivo final.... D. Pedro, "siguió el hilo" que observaba e, incluso, empezó a mostrar curiosidad por las teorías masónicas de muchos de ellos, y les buscó un lugar donde poder reunirse, primero en la mansión de la familia Quesada, (la Casa del Mayorazgo), y, posteriormente, en el Palacete de los Merino de la calle del Carmen, donde tuvo su sede la primera logia masónica de Ciudad Real... 

D. Pedro, acudía con frecuencia por allí, lo que le sirvió para enterarse de muchas cosas y de pretensiones interesantes de los galos, que ignorantes de todo "lo que se traía entre manos" Sotomayor, y cada vez más confiados con él, le contaban cosas que D. Pedro fue "filtrando" -según convenía- bien utilizando su cargo en la Orden Calatrava, o bien a través de sus múltiples contactos personales de confianza, a las autoridades españolas residuales del momento... Lejos estaban los galos de imaginar todo esto... ni de creer que, verdaderamente, el objetivo último de Sotomayor, la salvaguarda de las vidas de la gente del pueblo, siguiese siendo, para él, lo más importante... y, en realidad, no se puede decir que Sotomayor engañase a nadie sobre este último aspecto protector de su feligresía, pues el mismo se encargó de proclamarlo y dejarlo claro, constantemente, tanto en sus homilías, como en las conversaciones particulares que mantenía en las casas que visitaba, con franceses o paisanos. 

Es curioso que, quizá los más recelosos con D. Pedro, fueron los escasos “afrancesados” de la villa, como el Marques de Salinas quien, en su mezquindaz y estrechez de miras, se mostraba celoso del párroco, al que, seguramente, llegó a ver, igual que los franceses, como un competidor a la hora de obtener favores y prebendas de los galos… En su cortedad, el marqués fue incapaz de entender que la única pretensión de Sotomayor era evitar daños a la gente del pueblo, entre los que estaban, sin merecerlo, él y sus seguidores, que acusarían luego a D. Pedro de “afrancesado” y masón, precisamente, lo que eran muchos de ellos... 

Altar Mayor Parroq. Asunción.

Lo cierto es que, continua D. Cosme, como va de dicho, el Pastor de Manzanares adoptó, desde los primero tiempos de 1810, funciones de “anfitrión” de todas las autoridades francesas que iban llegando a Manzanares, con la excusa de ser parte de su tarea pastoral y estar pendiente de todos los convivientes del pueblo, fuesen vecinos o gentes de paso, algo que todo el mundo de Manzanares conocía en su actitud desde que llego a nuestro pueblo en 1799... D. Pedro visitaba todos los días a diferentes vecinos de la villa... y, en este tiempo, lo hizo, sobre todo, y particularmente, con muchos de los domicilios donde se alojaban autoridades francesas... De tal manera, que fue conociendo, poco a poco, a todos ellos, sus gustos, sus aficiones, sus funciones inmediatas en el pueblo y sus perfiles psicológicos. Por ejemplo, la afición del nuevo gobernador por las obras de arte eclesial, como ya comentamos en la anterior crónica, sigue D. Cosme, sirvió a Sotomayor para ganar su confianza, mientras conversaba con él y le mostraba en la Catedral de Manzanares todas sus maravillas. A la par, cuando visitaba las casas de otros paisanos de su confianza, donde no había franceses, les iba haciendo ver, sutilmente, sus verdaderas intenciones acerca de tener controlado el "mundo francés" del pueblo, en beneficio último de las gentes de Manzanares. 

Toda esa red estratégica funcionaría muy bien, porque el inteligentísimo D. Pedro tuvo siempre muy claro los tiempos, las formas y lo que hacer en su estrategia ante los franceses, ante su feligresía y ante su gente de mayor de confianza, en esta guerra de la independencia, subordinándolo todo al gran objetivo de la indemnidad física de la gente manzanareña. Y le comentaré, respecto a eso, y adelantándome a los acontecimientos, querido cronista, que D. Pedro consiguió llevar a buen puerto ese objetivo, pues baste decir que, entre los ajusticiados en Manzanares, tras sentencias del tribunal de lo criminal, y a pesar de estar nuestra villa en el “ojo del huracán” de la mancha francesa, solo hay referencia de un paisano ajusticiado con domicilio en la villa, apedillado Martin Poveda, episodio de cuyas vicisitudes le daré cuenta en algún relato próximo, pero del que ya le diré que la gente más cercana a D. Pedro contó que, aquel suceso, fue uno de los mayores disgustos que padeció nuestro Pastor en aquella guerra… El compromiso de D. Pedro con su objetivo principal era tal, que aquel caso le hizo sufrir como casi nunca, por no haber sido capaz de evitarlo.

Y baste ya, por ahora, guarde usted su pluma, me dice D. Cosme....que el relato ya ha ido de bastante para mostrar como fue el tiempo inicial de la ocupación más prolongada de la insigne villa de Manzanares de La Mancha, y como brilló, en su defensa, su Pastor y líder indiscutible de aquel tiempo tan difícil, el no menos insigne Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor...

 

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