¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

140. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL RETABLO ILUMINADO

Este cronista, había pedido un deseo personal a Don Cosme…y es el momento, ahora, en que me dice…Mi estimado reportero, dando gusto a su reclamo, he acordado con Don Dimas, párroco de Manzanares, autorización para visitar el Templo a media tarde, antes de la misa de las ocho, para poder contemplar el efecto visual que se aprecia cuando el retablo queda expuesto a la luz de las velas que iluminan el Altar Mayor de la Catedral”… “Y es que, a la media tarde y anochecer -sigue D. Cosme-… la atenuada claridad que llega en esos momentos del día, desde los vanos del Crucero y el resto de ventanales del Templo, unida a la mejor percepción de la luz de los cirios, estratégicamente dispuestos en el ábside, produce un contraste característico de luz y color sobre nuestro retablo,... haciéndose especialmente llamativo ese efecto lumínico de color anaranjado o rojizo que semeja un ascua ascendente, y que es generado por la reverberación de la luz de las velas, en ligero y continuo movimiento, al contactar e iluminar con intensidad discontinua los panes de oro que tapizan el Retablo Mayor”... 

“Y quiero comentarle antes de estar allí, -sigue Don Cosme- que yo he hablado con frecuencia del arte de la retablística con Don Inocente Hervas, anterior párroco de este pueblo, hombre cultísimo y erudito historiador de Manzanares y de toda la provincia de Ciudad Real… Don Inocente´ -continua Don Cosme- es quien me hizo sabedor de muchas de las historias que nutren estos relatos…y, en particular, de la de este Retablo de la Catedral”…. “Con él, y del brazo de él, he contemplado y conversado, más de una vez, acerca de los detalles escultóricos y pictóricos de la obra de los Ruiz de Elvira… y de cómo supieron disponerlos y “dorarlos”, para que la luz que los tocase, viniera a conseguir los impresionantes efectos visuales que pueden observarse en este Retablo de Manzanares... Y, a esta cuestión, D. Inocente, siempre comentaba que “sacar partido al dorado” en sus retablos e imágenes, era uno de los objetivos de la Iglesia Católica de aquellas épocas de los Siglos XVI y XVII, para resaltar su iconografía, y diferenciarse, así, del emergente luteranismo”… “En todos los retablos, por tanto -seguía D. Inocente- de manera más o menos conseguida, la luz de las velas realza con aires místicos los elementos y piezas que conforman cualquiera de las obras de este estilo”… 

“Estas diatribas entre D. Inocente y yo –continua D.Cosme-, nos gustaba mantenerlas frente al Retablo…y a estas mismas horas, cuando el crepúsculo oferta una luz especial… que, aliada con el fulgor rojizo de las velas, provoca un efecto visual, lumínico y característico, sobre la superficie semiovoidea del Retablo de la Catedral de Manzanares”… “Y este efecto buscado, es de justicia reconocer que en Manzanares es genuino, sublime y maravilloso” ...“Los Ruiz de Elvira eran maestros en ese arte de la “doración”…y sacaron el máximo partido a la configuración semiovoidea de nuestro retablo, que favorece la “recogida de luces” hacia la parte central, mucho mejor que en los retablos planos…conjugando eso, con una estratégica disposición de las velas en el escenario absidal, obtuvieron matices increíbles en los efectos lumínicos”.

“Por tanto, a eso de las seis de la tarde, Don Cosme, y quien les relata, llegábamos al atrio de la Catedral, donde nos esperaba el actual “pontífice de Manzanares”,… “Atravesamos, con él, la “puerta de los novios”, tal como se conoce a la puerta principal de esa fachada sur de la Iglesia Parroquial y nos introducimos en la nave del Templo”... “Don Dimas, nos marcó la dirección de la sacristía.. mientras, al fondo, en el ábside, se podía ver a dos pequeños monaguillos,...y a uno de los “pater” de la Santa Madre Iglesia manzagata que los dirigía, en la febril y rutinaria actividad de tener preparada y acondicionada la mesa del altar, con todo lo necesario y conveniente para la liturgía, a más de encender los velorios que habrían de iluminar todo ese escenario durante la celebración de la “misa de noche”… “Llegados a la sacristía, D. Dimas nos comenta que ha dispuesto las cosas, de forma que todo el altar este acondicionado al modo requerido para lograr el efecto visual buscado… algo que, por otra parte, es rutinario en la preparación de las misas y los actos litúrgicos, pero que, en esta ocasión, ha querido que se hiciese con especial mimo, para que el resultado lumínico, quede a máxima satisfacción de quien lo observe”.…“Tras un rato de charla, irrumpen los monaguillos en la sacristía, anunciando que todo esta dispuesto…y, poco después, volvemos a la nave de la Iglesia y nos acercamos al Altar… que luce, bellísimo, sobre el elevado presbiterio de la maravillosa Catedral de Manzanares… Al fondo, se vislumbra el Sagrario y el Retablo Mayor, iluminados por ese tono rojizo característico, aunque aun no son apreciables, en su justa medida y misterio, los detalles que le acompañan”…


“Avanzamos unos pasos, hasta llegar al centro del crucero,… y es, entonces, en un momento determinado…tras subir las escalinatas que ascienden al suelo del presbiterio, cuando Don Cosme, con un gesto de su mano, pide que nos detengamos y, simplemente, contemplemos el espectáculo del retablo iluminado”… “Fijese primero -me dice Don Cosme- en el banco sobre el que asienta el retablo,.. la inmediatez de la luz de las velas, situadas al fondo, sobre el suelo del ábside…queda, más o menos, a su altura… y le da una luminosidad directa, que hace muy visible y cálido el ciclo de las cuatro escenas talladas en el citado banco, dibujando los primeros sucesos de la vida de Jesús…que aparecen, por esa cercanía, luminosos y alegres a la vista del observador, lo mismo que sucede con los dieciséis recuadros más pequeños, intercalados entre esas historias, …donde los diferentes santos y santas de la Iglesia, allí representados, y los ornamentos botánicos que adornan y complementan todo ese conjunto, quedan plenos de luminosa frescura, en contraste con la discreta pátina de oscuridad crepuscular del entorno más cercano, por debajo de la luz de las velas, próximo al suelo del ábside”...

“Don Cosme, va describiendo lo que tenemos delante, que, a fuer de ser evidente, no deja de quedar perfectamente recreado por su verbo brillante y apasionado”… y dice… “Aprecie usted, ahora, como ese aura rojo anaranjada, provocada por el choque de la luz de las velas sobre los panes de oro del retablo, parece ascender, más arriba del banco, como una especie de telón humeante”…. “y lo que más impresiona –continúa- es como esa luz rojiza va aumentando su intensidad, y cambiando de tono, según se aproxima a la calle central del retablo, en un efecto favorecido por la semicurvadura del ábside y la colocación de las velas…que, en última instancia, consigue ir “recogiendo”, hacía el fondo y centro del ábside, en su calle central, los haces de luz, dejando muy resaltados todos los elementos fundamentales del retablo, incluidos en ella…. Efecto que queda magnificado por la menor iluminación de la cuatro calles laterales… y, por que, además, se ubicaron en esas calles cuatro lienzos al oleo de Bartolomé Carducho, en los que el pintor italiano dibujó, en tintes oscuros y sombríos, escenas de los últimos instantes de la vida de Cristo, resaltando esas pinturas oscuras y menos iluminadas, el esplendor iluminado y rutilante de la calle central del Retablo de la Catedral de Manzanares".. “También –sigue Don Cosme- es muy fácil observar como esa luz creciente, al llegar al centro, parece incrementarse aún más, cuando alcanza y rodea el Sagrario,… esto último es ayudado por el efecto directo de unos cirios más altos, dispuestos, a ese fín, en el centro, y al fondo, del suelo del presbiterio… Aprecie usted (y les doy fe que se aprecia), como la luz emitida por esos cirios, al toparse con la base del Sagrario, se expande por ella… y, luego, asciende por sus laterales, como en un “abrazo místico”, que ilumina las figuras de San Benito y San Bernando, cuyos mantos refulgen intermitemente, dando una sensación de movimiento, impresionante y curiosa para los que , como ahora nosotros, tienen la suerte de observarlo”…. “Pero es que, en su cuerpo central, el Sagrario…queda más finamente iluminado por un “velillo de luz”, que escapa de la base de la Custodia, de modo y manera que, en esta Custodia, se logran dos efectos muy característicos de este retablo….por un lado, ese cuerpo del Sagrario queda “enmarcardo”, por una “orla de luz” más intensa.., que, como hemos visto, resalta los pedestales y las imágenes de los santos Bernardo y Benito… y, por otra parte, el fino velo de luz que ilumina el cuerpo de la Custodia y las puertas del Sagrario, hace muy “visibles” los bajorrelieves del “Cristo con la cruz a cuestas” y del “Cristo de la resurrección”, que adornan su primer frontispicio… y, también, las figuras de los cuatro profetas que ornamentan el segundo cuerpo del Sagrario”…. 


“Y, ahora… con ser ya impresionantes todos estos efectos, llega lo más sublime y magnífico de la iluminación de este retablo de la Catedral de Manzanares…le pido que observe, y se haga cargo, del que, seguramente, por ser el que resulta más llamativo, ha percibido usted ya, sin que yo se lo haya advertido”…. “Me refiero a cómo, inmediatamente por encima de la Custodia… la luz más intensa, que se eleva por cada uno de sus lados… primero, difunde y rodea la parte superior de su cúpula semiesférica, confluyendo en su cima,.. y, enseguida, asciende “en lámina”… como un velo de luz refulgente, anaranjada y vibrante…que ilumina, en un plano posterior al del Sagrario, el centro del retablo… la imagen de ¡¡Nuestra Señora!!….que queda, así, como bien merece, nítidamente resaltada, por esa cortina de luz intensa y humeante…pero, a la vez, más clara que en otros lugares del retablo …haciendo destacar, como si fuera un cuadro, o a manera de una orla, tal como ocurría con el Sagrario, la imagen de bulto de “Nuestra Señora de la Altagracia y de la Asunción”…que parece ser impulsada hacia arriba por la luz, interpretando muy bien su Ascensión a los cielos”… “Virgen de la Asunción, bajo la que habría de quedar advocada la Catedral de Manzanares, por los tiempos de los tiempos”… “y, esa imagen de la Virgen, queda enmarcada y rutilante, por las columnas que la flanquean, menos iluminadas, a diferencia de lo que sucedía en la Custodía”… “Luego, si eleva más la vista, apreciará usted -sigue Don Cosme- como esa luz rojo anaranjada llega al frontón triangular partido que corona todo, serpenteando los relieves de su base….y consiguiendo, con ello, cuando la luz penetra en el interior de ese triangulo, iluminarlo como en una llamarada…que envuelve los relieves del Calvario, el del Cristo crucificado de su cúspide y el de Maria Magdalena abrazada a los pies de la Cruz…evocando ese conjunto triangular “en llamas”, de un modo brillante y excepcional, el fuego purificador que el Cristo agónico y misericordioso traía, unido a su sacrificio, a toda la humanidad doliente y mezquina que le había condenado a morir en la Cruz, sin saber bien lo que estaba haciendo”…“Y, finalmente, la luz, superado el tejado de ese frontón, tras serpentear sus relieves...o entrando directamente, como un chorro de luz , a través de la brecha central, alcanza el decoradísimo y “dorado” estuco de la cúpula absidiana, “estallando”, en “pequeñas estrellas tintineantes”, y provocando en su “cielo”, múltiples destellos…mostrando y escondiendo, en movimientos cambiantes de luz, los dibujos que “hablan”, de la coronación divina de Nuestra Señora de la Asunción”, concluye solemne y vibrante, Don Cosme, su discurso” 

“Ciertamente, para concluir el relato, he de confesarles, que la observación de esta maravilla visual, ideada y conseguida por los autores del retablo, y acrecentada en su percepción por el discurso con que la acompañó Don Cosme, impresiona mi espíritu con un escalofrío…y me requiere de quietud y silencio,… para disfrutar unos instantes…, solo, y con todos mis sentidos puestos en esa contemplación mística y majestuosa,...el retablo iluminado de la Catedral de Manzanares de la Mancha”.

sábado, 23 de diciembre de 2017

139. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL RETABLO DEL SIGLO XVII.

Pues si, querido reportero -comienza D. Cosme su disertación- la maravilla de retablo que podemos contemplar en la “Capilla Sixtina” de la Catedral de Manzanares, aunque a fecha de hoy mantiene su esencia, y gran parte de su esplendor y belleza, no tiene que ver con el que pudieron contemplar nuestros afortunados paisanos del XVII, que fueron los primeros que lo admiraron…y los únicos que lo conocieron flamante y reluciente… razón que da peso al título con el que le he pedido encabece usted el relato… y argumento más que suficiente, también, para encuadrar los relatos acerca de este retablo de la Catedral, en el periplo que estamos haciendo, sobre los avatares y sucedidos en la villa de Manzanares durante esa centuria”…

“Y es que –sigue Don Cosme- el paso del tiempo, y sus consecuencias, han empobrecido algo la suprema belleza mística que generaba el cromatismo de los lienzos y figuras del Retablo…que resaltaban, en aquel lejano Siglo XVII, mucho más que ahora,… fulgurantes como estaban (por su reciente “dorado”), a la luz de las velas del altar…Ciertamente, el aspecto de sus primeros años debió ser más majestuoso del que hoy podemos admirar…Al paso de estos tres siglos, los panes de oro se han oscurecido.. y muchos aparecen agrietados, lo que ensombrece la percepción visual del conjunto absidiano y le resta fuerza emocional…igual sucede con los oleos de Carducho, ennegrecidos por el correr de los años…pero, aún, con todo y con eso, el retablo que hoy podemos ver, entrado el Siglo XX, sigue resultando impresionante”. 


Así que, sin más dilación, -espeta Don Cosme- intentare describirle como “veían” los manzagatos del XVII su recién construido Retablo Mayor de la Catedral…y lo haré, comentado lo que ellos mismos escribieron sobre él…que es la mejor manera que se me ocurre para hacer más verosímil y real la percepción que aquellos paisanos tuvieron hace tres siglos de aquella magna obra de arte… No le insistiré en las cuitas y en los pleitos, que dilataron en el tiempo la finalización del retablo, y su exposición definitiva a los “ojos manzagatos” de aquel Siglo XVII,…pero, no existiendo fecha bien definida históricamente sobre ese dato, si se sabe que los pleitos jurídicos referidos al retablo, concluyeron hacia el año 1613…y que, aunque ya refulgía para todo aquel que lo quisiera contemplar desde unos años antes, la datación oficiosa, citada en alguna referencia como año de su inauguración, es la de 1624, aprovechando la visita a Manzanares del Rey Felipe IV,…quien, de camino a Andalucía, se alojó en nuestro Castillo, acompañado del Conde Duque de Olivares y de Don Francisco de Quevedo y, de manera expresa, manifestó su deseo de contemplar e inaugurar, personalmente, el Retablo Central de la Catedral de Manzanares”… 

“Y esa gran obra retablística de la Catedral de Manzanares de la Mancha, según quedó escrito –sigue Don Cosme-, se constituyó, y consideró, por los artistas de la época, como una de los mejores retablos del Reyno España en su género”… “El retablo de Manzanares es, mi querido cronista, un retablo barroco, del tipo denonimado “manierista”, pero con una configuración muy cercana al estilo palladiano….Y le doy estas consideraciones técnicas, porque son obligadas para quien, siendo experto en esas lides, y no teniendo la suerte de conocerlo en persona, se haga una idea aproximada de cómo es….aunque, ciertamente, solo es posible hacerse una idea adecuada del maravilloso conjunto que es este retablo, cuando se le mira… cuando el afortunado observador que lo tiene al frente puede deleitarse en su contemplación”… 
“Y, acorde a la época en que se plasmaron en el retablo las ideas iniciales de Egas el Mozo, con las que pudieran ser algunas sugerencias de Perollí y, por supuesto, la propia manera de trabajar y concebir este proceder artesanal de los hermanos Ruiz de Elvira (artífices últimos de su construcción), a lo que hay que añadir la aportación pictórica de Bartolomé Carducho, que, aunque italiano, en aquellas épocas había “españolizado” mucho su estilística…se terminó de configurar un retablo maravilloso, evolucionado a soluciones clasicistas, con un importante contenido pictórico, en detrimento del escultórico.... algo más austero sobrio y sencillo, y, definitivamente, menos recargado que otros retablos barrocos muy famosos de mediados del XVI”… “La “fabrica” del retablo de Manzanares estaba más cerca del estilo herreriano, que presentan los retablos de esa maravilla del mundo que es el Monasterio del Escorial, …Algo nada extraño, sigue Don Cosme explicando, teniendo en cuenta la influencia de ese estilo en el taller de los Ruiz de Elvira… Entendiendo eso, y a la vista de quien lo contemplase, el retablo de la Iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia y de la Asunción de Manzanares, se mostraba al observador del Siglo XVII como un conjunto flamante, mágico y único… genuino y con entidad propia… distinto a casi todos los retablos de las villas próximas, aunque muchos de ellos, tenían la misma “denominación de origen, Ruiz de Elvira”… 


“En su estructuración, -comenta D. Cosme- el retablo de la Catedral de Manzanares, se elevaba desde un asiento, al fondo del elevado presbiterio de nuestra Iglesia, alcanzando una altura de 10 pies (2,5 mts.)… “Las medidas del retablo, propiamente dicho, se cifraron asi: … “siete varas y una tercia de altura”…(6.13 mts),… distancia existente entre el banco y la cornisa más alta del conjunto…. “por 22 varas de anchura”….. (18,37 mts)… siguiendo el contorno de la superficie interna semi-ovoidal del ábside”…

“Esta estructura semi-ovoidea, que conforma el Retablo de la Catedral de Manzanares, está dividida en cinco órganos o calles, mediante diez semi-columnas corintias, que separan, entre si, cuatro calles laterales …y dos columnas enteras (también corintias) a ambos lados de una calle central, más ancha, que domina visualmente el escenario”… “El banco en el que asienta el retablo, contiene un ciclo de cuatro escenas talladas a medio relieve, mostrando algunos de los primeros sucesos de la vida de Jesucristo, con dieciséis recuadros más pequeños, dispuestos entre esas historias, donde se representan diferentes santos y santas de la Iglesia Católica, adornados con ornamentos botánicos”... lo que fue descrito, en origen, así… “ay un banco y pedestal donde están labradas cuatro historias de medio relieve, que representan la Visita al templo la Adoración de los Reyes Magos, el Nacimiento de Jesus y la Circuncisión”…. “Entre las escenas de los mediorrelieves estan talladas imágenes de cuatro doctores de la yglesia, San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio y San Ambrosio, junto a las imágenes de otras santas y birxenes, entre las que se encuentran Santa Agueda, Santa Lucia y Santa Catalina….” 
“Sobre el banco, por delante de las semicolumnas corintias, y colocados en repisas, se dispusieron ocho estatuas exentas, de “bulto redondo”, representando a algunos de los Apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo…todos adornados de mantos o túnicas”….

“Las cuatro calles laterales del retablo, se rellenan con los cuadros al oleo que pintó para la obra, Bartolomé Carducho, donde se representan diversas escenas del final de la vida de Cristo, como, por ejemplo:… la “oración del huerto” y la “resurrección de Jesus”… La cornisa superior, quedaba rematada por un tetramorfos en relieve… 
“La calle central del retablo, de abajo a arriba, muestra la Custodia o Sagrario, en cuyas puertas estaban pintadas sendas “historias”… y, flanqueándolo, San Benito, a un lado,….y San Bernardo al otro... imágenes, estas. que algunos atribuyen a Giovanni Battista Perolli… En el frontispicio del primer cuerpo de esta Custodia, son perceptibles dos bajorrelieves, que fueron descritos así, por sus autores:.. un “Cristo con la cruz a questas”… y un “Cristo de la resurrección”… mientras que, en el segundo cuerpo del Sagrario, se aprecian, las figuras de cuatro profetas”…. 
“Justo encima del Sagrario, en la calle central, aparece destacada la “imagen de bulto” , de la advocación de la Parroquia de Manzanares…“Nuestra Señora de la Altagracia, adornada y ornamentada a la manera de la virgen de la Asunción”,.. tal como Egas quiso que se hiciera, siguiendo la misma idea de la fachada plateresca que él también diseño y mandó construir 50 años atrás…(Así fue que, nuestra “Catedral de Manzanares”, comenzó a denominarse, desde por entonces, “Iglesia de la Altagracia y de la Asunción de Nuestra Señora”,… iniciándose, de esa manera, y en aquel tiempo, tal como va dicho en otros relatos, la “transición virginal y advocativa” de nuestra Catedral, hacia la que será su definitiva, y exclusiva, advocación… la de “Nuestra Señora de la Asunción”, con la que se la conoce desde mediados del siglo pasado -asevera D. Cosme-)… 

“La imagen de la Virgen, destaca, refulgente y brillante, en el centro de esta calle central, “adornada” con un cuadro, dos columnas redondas y cuatro semicolumnas”… “Coronando el retablo, en su calle central, y encima de la Virgen, hay un frontón triangular, partido en su vertice, donde se aprecia una imagen “en relieve” del Calvario, con un Cristo crucificado, y con otro relieve, representando a Maria Magdalena, abrazada a los pies de la cruz….A los lados, y por encima de la cornisa, se observan las “imágenes exentas” de los cuatro apóstoles,… siendo destacable la imagen de Andres, en el lado izquierdo, sujetando una cruz aspada”… Todo este último conjunto fue visto, y descrito, de esta manera, por sus autores:… “Sobre las columnas, corría un cornisamento de orden corintio,… “como lo es todo el dicho cuerpo que da la buelta a todos los cinco organos”….hallándose en el remate de la calle del medio un frontispicio quebrado, en medio del cual esta un Cristo en la Cruz y la Magdalena, y a los lados las fíguras de San Juan y Nuestra Señora, y… “ansimismo quatro apostoles que corresponden a los de abaxo todos de bulto redondo con lo cual acaba y fenece la obra del dicho retablo porque solo eleva más las figuras de los cuatro evangelistas de medio relieve que vienen encima de los cuatro tableros verticales que han de ser de pintura”… (Se puede apreciar que, al momento de esta descripción, aun no se habían entablado en las calles laterales los lienzos de Bartolomé Carducho)… 


“La parte superior del Retablo, quedó prolongada -sigue Don Cosme su vibrante diserto- por una bóveda de estuco, tapizando el semi-ovalo de la cúpula del ábside”, según dijeron sus autores… “en correspondencia con el dicho retablo”…”de forma que pareciese que hay una continuidad entre los dos elementos”…. “que se van cerrando en una historia de la coronación de Nuestra Señora que esta hecha de pintura al fresco”…. 

“En las tareas de esta cúpula absidiana, continua Don Cosme, se tuvo especial minuciosidad,… pues los diferentes materiales (madera en el retablo, y estuco en la cúpula absidiana) hacían muy complicado la concreción del deseo transmitido por el maestro Enrique Egas “el Mozo, a los autores del trabajo sobre que, una vez hecho el “dorado”…. “pareciese la obra de la capilla y del retablo todo una”…pero, a fé, que lo lograron con creces y solvencia, mi querido cronista,… dejando aquí, y así, completada para la posteridad, la Capilla Sixtina de nuestra Catedral de Manzanares, con la maravillosa obra de su Retablo Mayor, para admiración y devoción de todo el paisanaje local y de las muchas gentes del Reyno que habrían de venir hasta aquí, a la villa de Manzanares y a su Catedral, para contemplar y admirar su retablo”…
Y de usted por concluido el relato del retablo –mi querido cronista-….por que todo, o cualquier otra letra, que usted escriba ya, no haría otra cosa que entretener al lector, más allá del objetivo…. enturbiando lo que la “visión imaginada” por el discurrir del diserto hubiera logrado ya… describir lo más y mejor posible el maravilloso Retablo Mayor de la Catedral de Manzanares…que lo escriba usted bien!!!..

138). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL “DORADO” DEL RETABLO.

“Acabamos de conocer -inicia D. Cosme este nuevo relato- como, en 1595, el Retablo de la Catedral de Manzanares estaba terminado “en blanco”….Es decir, su estructura y configuración de madera noble de la Mancha, no precisaba de más retoques que el detalle de su “dorado”… “Pero, amigo, el “dorado” no era un simple e insignificante detalle final…era algo imprescindible en un retablo que se preciase de ello…algo que le otorgaba el “toque de distinción” definitivo”… 

“Y es que -continua enfático D. Cosme- en el caso de nuestra Catedral, la policromía de maderas y esculpidos del retablo y su “dorado”,.. que no es otra cosa que un revestimiento de láminas de pan de oro, confieren al conjunto absidiano, cuando este queda expuesto a la tililante y vacilante luz de las velas, una “visión refulgente”... que parece remedar un “ascua”,…en un ilusionismo lumínico que asciende a la cúpula de la Capilla, contrastando con ese otro “camino de luz horizontal”… blanquecino y brillante…tan característico de nuestro Templo….que, desde los pies del crucero, llega hasta el fondo del tabernáculo”. 
“Y así las cosas, querido amigo, habiendo considerado ya el significado e importancia del “dorado” de nuestro retablo, y las no menores dificultades económicas en que se vio inmerso su previo proceso de encofrado, no ha de resultarle extraño, que fuera precisa una nueva reunión, a fin de establecer las condiciones contractuales y de financiación, para esta segunda fase de su construcción”…“De modo y manera, que en la lejana fecha del 10 de febrero de 1600, resueltos los problemas advertidos y juzgados en la anterior fase constructiva, vuelven a reunirse…. de una parte, el Concejo, representado por los alcaldes ordinarios de Manzanares: Bartolomé de Herrera y Juan Gómez de Rabadán, acompañados por los regidores. Gaspar Valdelomar, Juan López Trompo y Andres Morales..y por la Iglesia: el párroco y su mayordomo..Por la otra parte, comparecieron los hermanos Juan y Pedro Ruiz de Elvira…que habiendo sido artífices del “retablo en blanco”…lo iban a ser también del “retablo en dorado”… “Y el objetivo de la reunión, como va de dicho, fue cumplimentar un nuevo contrato, por el que los hermanos Ruiz de Elvira se comprometían a dorar y estofar las pinturas y esculturas de “bulto redondo” y medio relieve,….así como el dorado de los bancos, columnas y pradela”…“Allí, y ese día, se firmó un contrato de condiciones y costes previsibles de los trabajos… acordándose, por los presentes, pedir consejo y opinión al prestigioso pintor de cámara del Rey, Juan Pantoja de la Cruz, para intentar evitar los problemas que sucedieron durante el entallado”… “Don Juan Pantoja de la Cruz, analizó el proyecto de los hermanos Ruiz de Elvira...y elaboró un informe, estimando sus condiciones como:… “muy buenas y muy conformes a buena maestría y arte y provecho del retablo y utilidad de la yglesia”….propusó, además, algunas acciones de mejora… y sugería, por último, que no se abusase del estofado…”donde no es menester”….



Las obras no comenzaron hasta que no se recibió el informe de recomendaciones establecidas por Pantoja de la Cruz... y hasta que se recaudaron los fondos necesarios para iniciarlas… Y, a estos últimos fines, es bueno recordar, mi buen amigo, que nuestro Concejo tuvo aquella ingeniosa idea de la famosa fiesta de la “zuiza”,… en la que se utilizó a la población morisca local y de la vecina Membrilla”… “Junto al éxito recaudatorio de la fiesta (800 reales), la cosa terminó en escándalo, juicio y condena a nuestros alcaldes,.. por haber permitido a los moriscos portar armas durante la fiesta y sus ensayos, algo que estaba prohibido por las leyes vigentes”… “Por su lado, la Iglesia, la más interesada en que el Retablo fuese una realidad, proclamó desde sus púlpitos que:…“todas las limosnas y primicias que se reciban para otro efecto, se han de convertir para pagar el retablo y tablero, mientras que lo que se sacase del pleyto del marques de Priego esto quede para la pintura del retablo y otras obras”….
Así las cosas –sigue D. Cosme-… sin mucha seguridad financiera y, como va de dicho, a primeros del año 1601, los hermanos Ruiz de Elvira comenzaron el “dorado” del retablo de la Catedral de Manzanares de la Mancha….y, para tan magna obra, tuvieron que desmontar parte de lo ya ensamblado,.. retiraron del conjunto la custodia y varias de las figuras de bulto (apóstoles, santos, etc) para trabajar más rápido y cómodamente…
…“y lo demás se a de hacer tal y como está asentado”….


En las primeras disposiciones de pagos -continua comentando D. Cosme- se debía entregar a los entalladores, al comienzo del trabajo, la cantidad de 300 ducados para oro y colores…una cantidad igual cuando pasasen seis meses…y otros 400 ducados en el mes de septiembre de 1601… Para el año 1602, se estipuló un pago total de 1700 ducados, repartidos en dos entregas… “de medio en medio año”…y la cantidad restante se haría efectiva al terminar la obra, para lo que:…“se nombraran dos tasadores que sean pintores, uno por cada parte, y si hubiera desacuerdo se nombrará un tercero, a cuenta del Concejo”…. “Se añadía que los cuatro tableros que contenía el retablo:… “an de ser de pintura al olio que es lo que en esta obra mas se estima”… concertando nuestras autoridades su trabajo con el prestigioso pintor italiano, Bartolome Carducho, …especificándose, en la letra del contrato, que se encargaría de asentarlos en el retablo Juan Ruiz de Elvira… “pagándole por su yndustria lo que justo fuere”…



La necesaria minuciosidad de los trabajos…y nuevos problemas financieros, retrasaron el final de la “doración” hasta el 13 de Julio de 1608, fecha en que, Juan Ruiz de Elvira, anuncia a Iglesia y Concejo que… “la obra esta acabada y es necesario tasarla”…


Y fue entonces –dice D. Cosme- cuando, Diego de Salcedo, a la dicha fecha de Julio de 1608, se desplazó a Toledo, y estableció contacto con… “Dominico Greco e Juan Bautista Monegro”…quienes le recomendaron como tasadores a Pedro López o Pedro Sánchez Delgado, siendo elegido este último por nuestro alcalde…Curiosamente, y a pesar de tan excelsa recomendación, lo que Sánchez Delgado tasó, no fue del agrado del Concejo… posiblemente, por que valoró, en su justa medida, la gran obra realizada por los hermanos Ruiz de Elvira…Lo cierto fue, sigue D. Cosme, que el Concejo ordenó de inmediato a Anton Ruiz Palero, la búsqueda de un nuevo tasador… eligiéndose, finalmente, al vecino de la villa de Siruela, Fernando de Nuçibar,…
Por parte de los Ruiz de Elvira, los hermanos Pedro y Cristobal (este último había sustituido a su hermano Juan, a quien había visitado la parca), nombraron tasador a Pedro de Mora, pintor y dorador de Villanueva de los Infantes, al que conocían por que el taller de los Ruiz de Elvira llevó a cabo muchos trabajos en la dicha villa… Pedro de Mora, tasó los trabajos de dorado y estofado en 12.216 ducados, sin contar en ello, el dorado de las imágenes de San Pedro, San Pablo y San Juan Bautista, así como tampoco los cuatro cuadros encargados a Carducho, ciñéndose estrictamente a las condiciones iniciales, que no contemplaban estos trabajos concretos”…. 
Nuçibar, denunció deficiencias en la obra…por ej:… “no haber hecho dos historias pintadas dentro del sagrario, ni dorado su suelo”… y que:… “faltaban los dorados de algunas otras piezas del retablo y de los resaltes de la parte superior de la cornisa”…
Como algunos vecinos de la villa –continua Don Cosme- habian manifestado su deseo de pagar el dorado de ciertas figuras del retablo, se tasaron aparte para establecer lo que cada uno de esos paisanos habría de abonar…que se restaría de lo que, finalmente, abonarían Concejo e Iglesia… Por ej, Ana Rodriguez, viuda del Ldo. Martínez, pagó el dorado de la imagen de la virgen y su tabernáculo, por un coste total de 4.600 reales…y, Mateo García, donó los 600 reales, en que se tasó el dorado de la imagen de San Mateo.


“Durante este proceso de tasación -sigue D. Cosme- hubo grandes desacuerdos entre De Mora y Nuçibar, viéndose venir un conflicto mayor…que, llegó, cuando unos supuestos insultos de Pedro de Mora a Fernando de Nuçibar, terminaron con la detención del primero, aunque ello no sirvió para que Pedro de Mora, variase un ápice sus posiciones y su tasado…provocando que hubieran de nombrarse nuevos tasadores, en las personas del granadino Blas de Ledesma..y del madrileño Alonso Páez… El 7 de Mayo de 1609, tiene lugar el nuevo tasado, indicándose que la cantidad a pagar a los Ruiz de Elvira es de 12.897 ducados,.. superior, incluso, a la que previamente estimó de Mora,.. lo que no dejo nada contentos a Concejo e Iglesia, augurando nuevos conflictos”… 


“Lo cierto fue–sigue Don Cosme-…. que, esta última tasación, se pormenorizó hasta el último detalle… “Se especificaba, por ej, que el número total de panes de oro utilizados, ascendía a la exacta cifra de 85.537, con un valor total de 60.524 reales… a los que había que añadir, otros 3.903 reales por el estofado del Sagrario…y otros 14.787 reales, atribuidos al estofado y grabado del banco… Junto a esto, se concretaba una cifra de 20.639 ducados para el resto de trabajos de estofado del retablo…El sumatorio final, ascendía a 99.853 reales, o su equivalente de 10.250 ducados…El resto del valor tasado, hasta llegar a los 12.987 ducados, correspondía a reparaciones posteriores necesarias, así como lo que se estimó suponían los trabajos de ensamblaje de los cuatro lienzos de Carducho, el asiento del retablo y los costes de trabajos de última hora”.


“Con todo eso sumado, el coste total de dorado y estofado del retablo, ascendía en total a “tres cu
entos (millones) novecientos treinta y cinco mil ochocientos seis maravedíes”, de los que se había pagado, en partidas y libranzas (antes de acabar los trabajos) “un cuento ochocientos veinte mil ciento catorce maravedíes”…quedando por abonar el resto, cifra que Iglesia y Concejo no estuvieron muy dispuestos a cumplimentar, motivando un proceso que duraría hasta 1613, en el caso del retablo…pero que se prolongaría unos años más, para las cuestiones de la nueva torre de la Parroquial”…. 

“Pero esta cuestión será motivo de ulteriores relatos.. cierre ud. su pluma en lo referente a este, que fue bastante para mostrar el complejo proceso de “dorar” ese magnífico retablo.. dejando abierto el siguiente escrito que versará acerca de cómo describieron, aquellos que tuvieron la suerte de contemplarla recién terminada,… Esa extraordinaria obra barroca…el Retablo Mayor de la Catedral de Manzanares de La Mancha”…