¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores ó, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡ Nada más, amigo/a !. Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

viernes, 29 de octubre de 2021

314). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL PASTOR APABULLA… Y, LUEGO, SUFRE.


Ya hemos visto en la anterior crónica, querido plumilla –me dice D. Cosme, iniciando esta-, como las sucesivas declaraciones de diversa gente, en la investigación que llevaba a cabo el Tribunal del Santo Oficio de Almagro, sobre las actividades de la masonería en Manzanares, habían puesto a su insigne Pastor, Frey D: Pedro Alvarez y Sotomayor en el “punto de mira” del citado Tribunal; que, finalmente, terminaría citándolo a declarar, hecho que se produjo el día 12 de octubre de 1815... 

El brillante alegato que desplegó Sotomayor ante el Tribunal, sigue D. Cosme, puede considerarse histórico, no solo por lo bien articulado y convincente que resultó la exposición, si no, también, porque permitió, como ninguna otra declaración, dejar muy bien aclaradas todas las vicisitudes, actividades, ubicaciones y miembros participes que tuvo la Logia en su tiempo de vigencia en Manzanares. Y todo eso tuvo que hacerlo en un contexto de gran tensión psíquica, por lo que suponía, para él, el cuestionamiento, más o menos velado, que algunos declarantes anteriores habían hecho de su actitud acerca de la masonería, lo que ponía en "tela de juicio" sus firmes creencias cristianas, algo que, personalmente, hizo sufrir mucho al espíritu de D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Entrando al meollo de la declaración de D. Pedro, prosigue D. Cosme, he de decirle querido plumilla, que, con su finura exquisitez expositiva, eliminó cualquier duda sobre su posición personal acerca de esa Institución en Manzanares, aportando una enorme cataráta de datos, ubicaciones y personas asociadas a la logia... que reultaron irreprochables y definitivas para el Tribunal, que no esperaba tal prolijidad de hechos, que informaban con suficiencia absoluta acerca de todo lo que hizo en Manzanares la francmasonería... 

Escudo del Tribunal del Santo Oficio.
Frey D. Pedro Alvarez y Sotomayor consiguió, con su contundente y bien argumentada declaración, impactar el ánimo de los tribunos, dejándoles absortos y totalmente predispuestos a la anuencia hacia todo lo que contaba muestro párroco; una personalidad, sigue D. Cosme, ya de por si, mucho tiempo antes, tremendamente respetada en los ámbitos eclesiales de Calatrava, y no solo por su cargo de Prior, si no también por su trayectoria personal. Pero, aparte lo expuesto, en los preámbulos de su declaración formal, D. Pedro Alvarez y Sotomayor sorprendió al Tribunal, cuando: “ alabó, agradeció y avaló las declaraciones de los que le precedieron, incluso las de quienes le habían aludido,... que destacó especialmente; afirmando que las agradecía, muy en particular, por limitarse los deponentes a hechos ciertos sobre su persona, sin más consideraciones… lo que le permitía a él, ahora, aclarar los aspectos que podrían ser causantes de mal entendido… y, por supuesto, agradecía a quienes, conociendo su dedicación a la gente de Manzanares, habían hecho de su persona desmesurados e inmerecidos elogios, cuando él no había hecho otra cosa que cumplir con sus deberes de párroco y Pastor”. 

Muy pocas veces, encontraremos, sigue D. Cosme, una salida tan sutil, inteligente y brillante, como esta de D. Pedro, donde solo puede llegar a interpretarse una sutilísima ironía hacía algunos de los que tuvieron ganas de implicarle, dejándoles en evidencia de sus probables miserias humanas, sin faltarles al respeto e, incluso, alabando la manera en que se habían referido a él en sus declaraciones. A la vez, diferenciaba, claramente, y con reconocimiento personal, a los que, nombrándole, lo habían hecho con la mejor de las intenciones, tal como fue el caso del cura-guerrillero, Cañizares y algún otro. 

Lo cierto fue, sigue D. Cosme, que, con la inteligencia y habilidad que le caracterizaba, D. Pedro ratificó parte de las declaraciones de Ruiz de Santa Rita y de Cañizares; para, enseguida, desmontar las insinuaciones de una posible participación suya en las prácticas de la logia, ratificando… “..que sí, que alojó en su casa.. y buscó vivienda, en casas a las que tenía acceso habitualmente, a muchos de los masones; pero, desde luego, no para participar en sus actividades, si no para saber de sus intenciones y tener controlado, en lo posible, lo que planeaban para extender sus teorías entre las gentes del pueblo… a las que, él, advertía, en homilías y en sus casas, de la contradicción invencible de esas prácticas con las creencias cristianas..".. y que, además, y por eso mismo…. " su incuestionable fé católica le hubiera impedido entrar en uno de esos círculos y que, además, (adelantándose a preguntas de los que lo enjuiciaban) podía dar al Tribunal los nombres y procedencia de todos los miembros de la Logia de Manzanares, para refutar su participación personal en ella y, al tiempo, afirmar con orgullo que sus miembros eran todos forasteros y que habían sido traídos a la villa de Manzanares por los franceses"... 

Así las cosas, querido plumilla, es momento que usted transcriba para esta crónica, lo fundamental del texto literal que quedó escrito en los archivos del Santo Oficio, sobre la declaración de D. Pedro Alvarez y Sotomayor, ante el Tribunal Santo Oficio de Almagro, el día 12 de Octubre de 1815, presentado como cura rector de la Parroquial de Manzanares, Presidente de Santa Mara de la Coronada y ´Prior del Sacro Convento de Calatrava… declarando todo esto que sigue: “Que dominando los franceses a esta provincia hubo logia en la villa de Manzanares, la cual estuvo primeramente en la casa misma del declarante. Con motivo de haber sido alojado en ella el venerable de dicha logia, Mr Del-Nor, de nacionalidad francesa, comandante de aquella plaza; y después, a causa de no acomodar a los concurrentes que el deponente los viese o reconociese, o por otro fines, la trasladaron a una casa inhabitada por su dueño, que lo era don Juan Merino, de aquella vecindad. Que las personas concurrentes a ella, a más del expresado comandante francés, eran las siguientes: don Florentino Sarrachaga, prefecto de esta provincia, de estado casado; don Blas de Quesada, presidente del Tribunal Criminal establecido en Manzanares por el Gobierno intruso y natural de Valdepeñas de Jaén; don Antonio de Porras, oidor del propio tribunal y natural de Ciudad Real; don Fernando Camborda y Nuñez, oidor del mismo y natural de dicha ciudad; don N.de N., fiscal de dicho tribunal, gallego de nación; un criado de este cuyo nombre ignora, pero sabe lo ha servido mucho tiempo, y que fue portero de dicha logia, aunque no el último, por haberse ido con su amo a otro tribunal del intruso antes de terminarse la guerra; don José Gárate, oidor así mismo, y natural, le parece, de Valladolid; don N. Orozco, antes oficial de la contaduría de Ciudad Real por el legítimo Gobierno y después de la retirada del intruso, de estado casado, e ignora su naturaleza y residencia fija, aunque ha oído está en Madrid; don Manuel de Zubiría, de estado casado y residente en la villa de Torralba; don N. de N. actual Prior de la villa de Herencia y Sanjuanista. Lo cual sabe y le consta por haber visto concurrir a unos y por pública voz y fama otros. Que pasando por Manzanares para Ciudad Real la Junta de esta provincia, o en otra ocasión que allí estuvo, le había dicho uno de sus individuos, no se acuerda quien fue, que habiendo llegado a poder de dicha Junta un baúl con papeles del citado don Antonio de Porras, se encontró entre ellos una lista de los francmasones de la supradicha logia.” La declaración de Frey Sotomayor, resultó, de ese modo, brillante y muy convincente, ante un tribunal “entregado" y satisfecho con la cantidad de datos aportados por nuestro Pastor, que concluyó su prolijo y bien estructurado diserto declarativo, con una última afirmación contundente sobre su persona y, sobre todo. sus intenciones, diciendo que: "lejos de ser él colaboracionista o afrancesado, lo que había hecho era infiltrarse entre los masones, aprovechando el tener hospedados en su casa, o en casas a las que tenía acceso, a los jefes y miembros de la logia, para comprobar sus intenciones, y seguir al día sus movimientos, a fin de utilizar toda la información que pudiera en beneficio de su pueblo, de España, del Rey, y de la causa católica". 


Fernando VII

D. Pedro quedó muy gratificado en lo personal con la declaración, y también con su resultado, ya que el Tribunal del Santo Oficio, inicialmente renuente e inquisitivo con él, terminada su declaración, quedó totalmente convencido de la actitud que había seguido Frey Sotomayor en sus contactos con la masonería de Manzanares e, incluso, alabaron el riesgo personal que corrió al infiltrarse en los círculos masónicos en defensa de la doctrina católica, asumiendo totalmente lo declarado por nuestro Pastor. Además, agradecieron la completa información aportada, que aclaró hasta el detalle, y mucho más que ninguna otra aportación, lo concerniente a la logia de Manzanares. Con todo y con eso, el proceso y aconteceres vividos, en 1815, juicio incluido, pasaron, finalmente factura al insigne Pastor de Manzanares; un hombre de una personalidad introspectiva, que interiorizaba todo lo que le llegaba de su entorno, y llevaba muy mal, personalmente, el falso y malintencionado cuestionamiento de sus creencias y actitudes.. y, más aun, que se hicieran ante un Tribunal del Santo Oficio, que aunque, a él, no le gustaba mucho como Institución, al fin y al cabo, era un Organismo eclesial en vigencia, al que debía respetar. El caso fue que esa situación sobrevenida, terminó por acentuar los problemas psicológicos y de salud que ya habían motivado consultas previas en Manzanares a su médico personal Miguel Dauxa, por lo que, terminada su declaración en el juicio de Almagro, D. Pedro, exhausto por lo vivido y sus consecuencias, entendió que, a la vista de la evolución de sus síntomas, achacable a la que estaban tomando las cosas en la España fernandina, condicionando nepotismos e, incluso, actitudes eclesiales muy en desacuerdo con sus principios morales, entendió que debía apartarse de algunas de sus responsabilidades.. y marchó a descansar a Manzanares, para consultar de nuevo a Dauxa, decidido a que, éste, le ayudase en sus inmediatas intenciones, al modo en que ya lo hizo en su primer tiempo de estancia en Manzanares. Pero, de todo eso, de como Dauxa diseñó con Sotomayor esa estrategia, le comentaré en la siguiente crónica, que esta fue ya bastante para explicitar a sus lectores, otra vez, la brillantez del insigne párroco y Pastor de la villa de Manzanares de La Mancha, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, en su declaración al Tribunal del Santo Oficio de Almagro, en todo lo que concernió a la francomasoneria en nuestro pueblo.

domingo, 10 de octubre de 2021

313). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: INQUISICION… POR MURMURACION.

La envidia y la insidia, mi querido reportero, reflexiona D: Cosme al iniciar la crónica, acompañan al humano desde los primeros que en la tierra fueron,.. y en aquel crucial tiempo en que el insigne Pastor de Manzanares estaba en la cumbre del Cabildo de Manzanares y de la Orden Calatrava, tuvo que padecer de ambos avatares, como ya le apunté en anteriores capítulos. 
 
Las murmuraciones de algunos curas del Cabildo de Manzanares, acerca de la dejadez de funciones por parte de D. Pedro, quedaron en eso, en simples cabildeos (nunca mejor dicho) con muy escasa trascendencia personal para Sotomayor. Pero, prosigue D. Cosme, los comentarios que hicieron otros, en Almagro y Manzanares, sugiriendo o “dejando caer” su posible implicación en actividades de la masonería, si le trajeron bastantes complicaciones jurídicas y anímicas en el año 1815, cuando el “Santo Oficio”, recuperado por Fernando VII, reanudó su tétrica actividad. 
 
El Tribunal de la Inquisición de Almagro, en 1815, inició, entre otras, la investigación sobre la masonería en la Mancha durante la ocupación francesa. Pronto quedó claro que las primeras actividades masónicas de La Mancha fueron en Almagro; pero, también, que la auténtica, verdadera y primera Logia de La Mancha, se conformó en Manzanares, al quedar constituida nuestra villa como Capital francesa de la región. Los primeros declarantes ante ese Tribunal del Santo Oficio, acerca de las actividades masónicas en La Mancha, que eran almagreños, con el lógico objetivo de quitarse de encima posibles cargos más graves, enseguida traspasaron la responsabilidad más seria de esta actividad a Manzanares, en donde... afirmaron!!, se constituyó la verdadera Logia de La Mancha. Alguno de los llamados a declarar como testigos, sigue D. Cosme, sugirieron, más o menos malévolamente, o más o menos “dirigidos”, una cierta implicación de Sotomayor en la formación de la Logia de Manzanares, al comentar que el personaje iniciático de la citada Logia, un tal Mr. Del Nor, fue huésped de D. Pedro, en su casa del curato de Manzanares de la calle de las Trompas. No indicaba eso, para nada, sigue D. Cosme, que Frey Sotomayor tuviese algo que ver con la masonería, pues los “mandamases” galos, cuando buscaban alojo en un pueblo ocupado, solían elegir ellos mismos la casa donde morar; sin dar muchas más explicaciones a los dueños; pero… entre contar algo que era cierto, y el “difama que algo queda”, existe solo un pequeño recorrido, que alguno de los declarantes dejó más que sugerido…
 
Todo se inició con una declaración ante el Tribunal del Santo Oficio de Almagro de un vecino de esa villa, D. José Pimienta.. que, a 26 de Mayo de 1815, dijo: “ habiendo en tiempo de los franceses existido como es constatante y casi público una logia en Almagro y otra (la más principal y numerosa) en Manzanares, donde estaba el principal Gobierno intruso, no es creible que en ambos pueblos deje de haber personas de probidad y conducta que sepan las que concurriesen a ellas, y en cuyo número entiende el exponente han de ser precisamente muchas de las que deja manifestadas; y que en Manzanares sabrá y podrá decir entre otros buenos vecinos, el señor don Pedro María Alvarez y Sotomayor, del hábito de Calatrava, y prior de aquella iglesia parroquial, pastor de los más celosos de la provincia”. Esta declaración, y esa supuesta alabanza a Sotomayor, sigue D. Cosme, tiene también otros análisis, pues siendo muy evidentes y muy reconocidos sus méritos, alguien podría pensar, entre ellos yo mismo, que no viene a cuento, en la declaración genérica de José Pimienta, nominar a una sola persona concreta, y ponerla, así, de uno u otro modo, a los “pies de los caballos” del Santo Oficio; porque, dice D. Cosme, cabría preguntarse: ¿conocía Pimienta que Sotomayor tuvo alojado en su casa a Mr Del Nor?... ¿de ser así, porque no dijo nada de eso?...
 
Almagro, Antigua Iglesia de San Agustín.

 
De nuevo, sigue D. Cosme, cualquiera podría interpretar que Pimienta “dejó caer” el nombre de Sotomayor, para que, cuando saliese a la luz su fortuita relación con Mr. Del Nor, y los numerosos contactos que mantuvo D. Pedro con el “mundo afrancesado” de Manzanares, para mantener al máximo la indemnidad de su feligresía, pudieran interpretarse en otro sentido por el Tribunal del Santo Oficio, por ejemplo, como prueba de traición y afrancesamiento. De ahí, a poder suponer que la intención del tal Pimienta estaba aderezada de “pimienta envenenada” hay un pequeño paso; y, al menos, eso fue lo que interpretó el Tribunal, que pronto inquirió a próximos declarantes sobre D. Pedro…. incluido el mismo Sotomayor, como iremos teniendo oportunidad de conocer enseguida. Por ej, a principios de agosto, dice D. Cosme, el abogado de los Reales Consejos y procurador síndico general de Almagro, D. Lorenzo-Antonio Beltrán, declaró que: “…era voz común, pública y notoria en esta ciudad (Almagro) y pueblos inmediatos que, en dicho tiempo hubo en Manzanares logia formal y corriente".... Esta declaración, se continuó con otra del franciscano Manuel Ramón, también de Almagro, quien dijo que: "ha oido como voz general que en Manzanares hubo logias en la Casas de Francisco Treviño", pero que no otra cosa particular ha entendido de ella que el haber sido uno de sus individuos un tal padre agonizante francisco de Manzanares” (Evidentemente, comenta D. Cosme, se refería a Fray Nicasio de Manzanares, vicario impuesto por los franceses durante la ocupación). Manuel-Ramón no dio nombres, pero si la idea al Tribunal de la participación de sacerdotes en la logía, lo que, indirectamente, podía señalar, de nuevo, a Sotomayor como posible participe. 
 
Posteriormente, D. Francisco de Paula Acuña, otro abogado de los Reales Consejos, a final de agosto de 1815, fue de los primeros que defendió a D. Pedro, al afirmar que: “por el año 1811 oyó decir que en la villa de Manzanares había logia de francmasones y que sabedor de ello, el prior de aquella parroquial, don Pedro Alvarez de Sotomayor, del hábito de Calatrava, había hecho una exposición contra semejante Junta, con exposición de su vida…” . Un mes después, el 28 de septiembre, el afamado cura guerrillero, don Fernando Cañizares, (con gran protagonismo en toda la Mancha y en Manzanares en la lucha contra el francés) parecía dejar claro al Tribunal el buen nombre de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, al declarar esto: “En Manzanares, donde es indudable hubo logia de francmasones, a que fácilmente podrían agregarse unos hombres entregados del todo a los franceses y de una conducta nada moral y arreglada, cual así lo advirtieron los vecinos de Manzanares, y quienes muy por menor pueden decir y exponer todos los hechos y conductas, particularmente el presbítero de esa villa don Melchor Vázquez y el celosísimo y benemérito párroco de la misma, don Pedro Alvarez y Sotomayor, del hábito de Calatrava, quien por su conocido y acordado amor a sus feligreses, celaba incansable para preservarles del contagio moral que procuraban extender los perversos”. 
 
 
El prestigio de Cañizares en la Mancha, similar al de Sotomayor, pareció disipar todas las dudas, pero la detalladísima y muy prolija declaración de otro sacerdote agustino, Juan Antonio Ruiz de Santa Rita, que vivió en Manzanares durante el dominio francés, dio un nuevo punto de duda a la trayectoria de Sotomayor… al declarar que. “antes de agregarse a las armas estuvo también algunos días en la villa de Manzanares, en casa del difunto don Carlos de Angeville, gobernador antes por nuestro legítimo Gobierno de esta ciudad y después al servicio del enemigo; que con este motivo oyó como cosa cierta haber en dicha villa una logia, que celebraban primero en casa del prior de aquella parroquial, don Pedro Alvarez y Sotomayor,, del hábito de Calatrava, donde estaba alojado uno de los "mandantes de los franceses, y luego se reunían en otra casa de aquella población, cuyo dueño ignora" (se refería a la Casa de los Merinos)... Luego se extendía en consideraciones sobre los miembros de la logia y sus actividades, sin nombrar para nada a Sotomayor… pero, una vez más, volvía a poner en sospecha al Pastor de Manzanares. Todas esas referencias a su persona, en el juicio del Santo Oficio, que D. Pedro iba conociendo, de inmediato a las declaraciones de los distintos testigos o encausados, por el mucho tiempo que pasaba en Almagro, afectaron mucho su ánimo… tanto que, incluso, vió como un alivio que el Tribunal le terminase citando para conocer su versión de los hechos y aclarar todo lo que se comentaba acerca de su relación con los masones de Manzanares…
 
D. Pedro, los días previos a esa citación, tiró de memoria y de algunos documentos, pergreñando el que habría de ser un brillante testimonio, propio de su preclara inteligencia y habilidad argumental. Su discurso ante el Tribunal, sorprendió por su diseño a todos los que lo escucharon, despejó cualquier duda que pudiera existir sobre su actitud personal en el tema, y fue tan prolijo en datos… que quedó en el Tribunal, como el alegato más definitivo de los que había escuchado hasta entonces. sobre lo que representó la masonería en Manzanares; su historia y sedes temporales en la villa… y sobre quienes fueron los responsables máximos de la logia y sus miembros más relevantes. Pero es preceptivo ya, querido plumilla, acabar este relato, pues ya fue de bastante para indicarnos como se sucedieron los acontecimientos que terminaron con D. Pedro Alvarez de Sotomayor, insigne Pastor de la villa de Manzanares de La Mancha, ante el Tribunal del Santo Oficio de Almagro… valiendo mucho la pena, dejar para el siguiente el perfecto alegato de D. Pedro… que dejó casi atónito al Tribunal, por su elocuencia, brillantez expositiva y prolijidad de datos... 
 
Sin duda alguna, esa declaración, resulta, en si misma, un documento de gran valor histórico.. y justifica, por supuesto, una nueva crónica, que dará más relumbrón, si es que cabe, a la enorme figura de Frey Sotomayor.

lunes, 13 de septiembre de 2021

312). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA ORDEN INSISTE POR SOTOMAYOR.


D. Pedro Alvarez de Sotomayor, mientras esperaba respuesta del Consejo de las Ordenes a la terna que propuso para cubrir el Priorato de la Orden Calatrava de forma definitiva, comenzó a realizar sus funciones de máximo rector de la Orden en Almagro, compaginándolas con la de sus actividades en la Parroquia y el cabildo de Manzanares, inicia, así, D, Cosme este relato… 

Esto le obligaba, con disgusto y desasosiego para él, a desdoblarse entre nuestra villa y Almagro, con viajes continuos que, con frecuencia, le impedían estar presente en reuniones en las que consideraba conveniente participar...y, precisamente, por mor de su supuesto menor rango e importancia, muchas de las que faltaba, eran en las que él más quería estar, las del cabildo de Manzanares. Situación que afectaba profundamente a Sotomayor, pues veía como, por unas cosas u otras, no le era posible desarrollar una labor pastoral completa, tranquila y estable en su parroquia de Manzanares; el mayor de sus deseos desde que llegó al pueblo. Desasosiego, aumentado para D. Pedro, sigue D. Cosme, cuando el Consejo de las Ordenes, en un comunicado oficial sobre los primeros tiempos de Sotomayor al frente del priorato de Calatrava, escribió lo siguiente: "Asi ha continuado este celoso religioso desempeñando las respectivas obligaciones en el modo posible que le han permitido sus muchas y graves ocupaciones, evacuando cuantos decretos y órdenes se le han comunicado relativos a la entrega de las fincas del Convento y demás relativo a los asuntos de esta naturaleza, estando tomando las noticias más positivas y seguras del lastimoso estado de todo para dar cuenta de ello al referido Tribunal.". 

Es decir, lejos de advertir una dejación de funciones, o imposibilidad de realizar sus labores conjuntas; el Consejo de las Ordenes, alababa la solvencia de D. Pedro Alvarez de Sotomayor en las obligaciones a su cargo, y en sus dobles labores: almagreñas y manzagatas. D. Pedro, continua D. Cosme, se hizo cargo también, al conocer ese comunicado, que sus deseos de quedar, tranquila, y completamente, en la exclusividad manzagata de su feligresía, su sueño personal en ese momento, se podía quedar en eso, en un sueño que se alejaba de la realidad que la Orden Calatrava pretendía para él…. Si a eso añadimos que la deriva que tomaban las cosas de las Ordenes religiosas en la España fernandina no convencían para nada a Sotomayor, que no gustaba de prebendas compartidas entre el poder civil y la Iglesia; dadas a la Orden, además, en contraprestación a su apoyo a la causa real; cada vez más claramente despótica, y más que alejada de las ideas y sentimientos de Sotomayor, muy escaldado por lo que tuvo que vivir durante la guerra. 

Y por eso, entenderá usted que a D. Pedro no le hacía ninguna gracia ostentar una posición de mando en la Orden Calatrava, que le obligaría, más de una vez, a tomar decisiones por obediencia debida (algo que respetaba mucho), con las que ni su espíritu ni su mente estaban acordes. Una de las cosas que más le afligían el ánimo, sigue comentando D. Cosme, era el previsto renacer de la Santa Inquisición, Institución que nunca le gustó, como queda claro en muchas de sus homilías, donde dejaba claro que: “los incumplimientos de leyes religiosas nunca debían ser juzgados por las personas, pues dependían del juicio divino” …(pronto tendría ocasión de sufrirla en propias carnes, me dice D: Cosme, aunque eso será objeto de otras crónicas)… Puestos los hechos, como estaban puestos, Sotomayor tuvo dos cosas claras: la primera. que él no deseaba el cargo.. y la segunda: que la Orden le consideraba la persona idónea para ocuparlo.. Una difícil dicotomía, sigue D. Cosme, que obligaba a D. Pedro a tomar alguna iniciativa, si quería evitar (o permanecer mucho tiempo en él) su recién otorgado cargo de Prior de la Orden Calatrava… 


Tras reflexionar unos días sobre la estrategia más útil para que su renuncia fuese aceptada por el Consejo de Ordenes, Sotomayor decidió que la mejor de todas, era mostrarse como una persona humilde e incapaz de llevar a buen puerto esas tareas, Entendió que, en modo alguno, debía mostrarse reticente por otras razones de comodidad personal y, mucho menos, que su renuncia pudiera dar a entender desacuerdos con la Orden Calatrava. Consecuente con esa estrategía, D. Pedro envió un sentido escrito al Consejo de las Ordenes, en el que, más o menos, decía esto..: “mostraba su predisposición a cualquier mandato de la Orden, habiéndose sentido muy honrado, por el nuevo destino…pero, enseguida de esta afirmación.. “solicitaba al Consejo su renuncia al nombramiento como Prior de Calatrava, aduciendo que era conveniente elegir para el mismo a una persona más inteligente que él, dada la magnitud de los encargos que conllevaba esa tarea, sobre todo teniendo en cuenta el deplorable estado en que se encontraba el Sacro Convento de Calatrava”.. El Consejo de Ordenes se mostró sorprendido por el escrito, pues era bien conocido por ellos la impecable trayectoria previa de Frey Sotomayor y el buen sentido e inteligencia que había mostrado en todas sus decisiones y actitudes durante la guerra en Manzanares, precisamente todo lo contrario a lo que aducía D. Pedro… poca gente más inteligente y capaz que él en la Orden Calatrava para esas tareas. 

Fernando VII.

Así que, sin inquirirle sobre esa, para ellos, insólita autovaloración, sigue D. Cosme, tomaron el escrito como una muestra de humildad y modestia por parte de D. Pedro, antes que como una clara renuncia al cargo ... de manera que, pronto, le contestaron de este modo: “sin que fuera visto huir del trabajo que promete, para que el Tribunal pudiera elegir otra persona más inteligente, y aunque después ha insistido en la misma renuncia, indicando los religiosos que en su concepto podrían desempeñar la Presidencia del Convento… El Consejo, que ha examinado este asunto con los antecedentes que dice referencia, conceptua que en las actuales circunstancias para concluir todos los extremos de que se hace merito en esta consulta, no se presenta otro medio que el de proveer aquella casa de un Prior en propiedad que reúna todas las calidades que más que nunca se necesitan en el día después de un trastorno tan general en costumbres, sentimientos e ideas”. 

Con este críptico mensaje ante sus ojos, Sotomayor. el día 2 de septiembre de 1814, a la vez que insistía en su renuncia al cargo, remitía al Consejo de Ordenes los nombres de posibles candidatos que él consideraba idóneos para el cargo; a la sazón: D. Luis Vinuesa, Prior de Santa María de Valencia y Frey D. Ginés de Moya, capellán de honor del Rey… Sotomayor, inquieto, esperó la respuesta del Consejo, que llegó a los pocos días, con este texto...“El Consejo, oído su parecer, propone como Prior en primer lugar a D. Pedro Alvarez de Sotomayor; segundo a Frey D. Ginés de Moya y tercero a Frey D. Antonio Solís, cura de la Parroquia de la Madre de Dios de Almagro”. La suerte, para mala fortuna de Sotomayor, continua D. Cosme, estaba echada,…su órdago de humildad no había dado los frutos apetecidos.. y lo que siempre se temió el nombramiento definitivo como Prior del Sacro Convento de Calatrava, llegó en Octubre de 1814, cuando el Rey Fernando VII, en un documento muy rimbombante, le nombra definitivamente Prior del Sacro Convento de Calatrava… “Don Fernando séptimo por la Gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de...... ….Administrador perpetuo de la Orden y Caballería de Calatrava por Autoridad Apostólica…. hallándose vacante por renuncia que de él hizo en 30 de Octubre de 1807, D. Juan-Nicolás Sedano que lo obtenía y por su fallecimiento ocurrido posteriormente; por Resolución a consulta de mi Consejo de las Ordenes de 3 de Octubre de 1814, vine en nombrar para dicha Prelacía a frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, Religioso profeso de la citada Orden de Calatrava y cura de la Iglesia parroquial de la villa de Manzanares… 

Por tanto, mando, que por el tiempo de tres años sirva el expresado frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor el Priorato del Sacro Convento de Calatrava y que resida en su persona toda la potestad y jurisdicción que le es concedida como tal Prior por el Santo Concilio de Trento, Definiciones de la Orden Calatrava y Bulas Apostólicas expedidas en el asunto”….. Si alguna nueva ocurrencia de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor no interfería en el devenir de los aconteceres, sigue D. Cosme, el insigne Pastor de Manzanares estaba “condenado”, por obediencia debida y por mandato real, a ostentar el cargo de Prior del Sacro Convento de Calatrava en los siguientes tres años…pero como esta crónica ya ha ido de bastante, para mostrar a sus lectores que la determinación de la Orden Calatrava en el nombramiento de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, quedó encima del argumentario de renuncia que adujo nuestro Pastor, que tuvo que aceptar ese evidencia y asumir su nuevo cargo y responsabilidades… Queda, pues, para la intriga del próximo capítulo, mi querido reportero, saber si algo nuevo ideó nuestro imaginativo párroco, para apartar de si ese cáliz que se le venía encima…. por la gracia real y por la insistencia del gobierno de la Orden Calatrava en el Consejo de las Ordenes. Si usted, apreciado reportero, supone que algo se le ocurrió en su magín, seguramente acierta…pero eso, como ya le he dicho, lo veremos enseguida.

jueves, 9 de septiembre de 2021

311). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DE PRIOR DE MANZANARES A PRIOR DE CALATRAVA.

Don Cosme ha estado muy ocupado todo el mes pasado, preparando un Pregón que la Hermandad le había encargado para las fiestas del Patrono de Manzanares, Nuestro Padre Jesús del Perdón,...y, puntilloso como es, estuvo todo este tiempo, en que no hubo crónicas, dedicado a su Pregón; pues, como él me dice hoy, no hay cosa más importante y placentera para un paisano que ser llamado a pregonar al Patrono del pueblo, y, en eso, hay que concentrarse y poner todos los sentidos...

El caso es que, D. Cosme, dio ya su Pregón.. y muy contento de cumplir ese ineludible recado, ha invitado a este humilde reportero a comer a su casa, para reanudar los relatos de la historia de su pueblo. Naturalmente, como es costumbre en casa de D. Cosme, hemos disfrutado de una opípara pitanza... y, a media tarde, pequeña siesta mediante, y en el patio de su casa, al fresquito del pozo, hemos reanudado estos relatos,,, y que mejor hacerlo que con Frey Sotomayor, figura insigne de Manzanares, como ya evidenciaron con suficiencia muchas crónicas precedentes, y las que ahora vendrán en capítulos sucesivos. Decidido así, D. Cosme comienza la crónica, diciéndome que esta irá referida a las vicisitudes que acompañaron a la vida del Pastor de Manzanares en la inmediata postguerra. 

Frey Sotomayor, sigue D, Cosme, ingenuamente, se las prometía muy felices, pensando que, por fin, podría dedicarse en exclusiva a su feligresía, liberado ya de las tareas socio-políticas, que tuvo realizar durante la guerra de la independencia, que tanto sirvieron al pueblo de Manzanares y, sobre todo, a la indemnidad de su paisanaje. Había terminado la guerra, y Sotomayor estaba en el pueblo en olor de multitudes, que admiraban y agradecían a su Pastor lo mucho que hizo por ellos. A ese tiempo, aparte de párroco, D. Pedro, era también Rector del Cabildo, para el que fue elegido, de acuerdo a reglamento, por insaculación, el día 30 de junio de 1812… solo 6 días después de salir los últimos franceses que ocuparon nuestro pueblo, Todo parecía indicar, por tanto, que Sotomayor iba a poder desarrollar en Manzanares, tal como él quiso siempre, sus labores de Pastor de almas, sin tener que meterse en otros asuntos diferentes....pero, pronto comprobaría que, para disgusto suyo, estaba muy equivocado. 

En primer lugar, continua D. Cosme, precisamente por su cargo de Rector del Cabildo... pues algunos miembros de su clero estimaron excesivo el protagonismo de Sotomayor… les parecía inoportuno que el párroco del pueblo fuese a su vez Rector del Cabildo… y, aunque D. Pedro se defendía enseguida de esa cuestión, diciendo que al igual que él no se había nominado para párroco, tampoco lo había hecho para el rectorado... una vez que aceptaba un cargo, lo hacía siempre con todas las consecuencias, y de acuerdo a la responsabilidad que conllevase… En todo caso, y sea como fuese, sigue D. Cosme, lo cierto fue que, por pequeñas o grandes rencillas dentro del mismo Cabildo, unas veces por envidia de alguno de sus miembros al, por todo el mundo, enaltecido D. Pedro, y otras, porque no todos los curas estaban predispuestos a la exigencia que establecía Sotomayor en su rectorado… pues que el Cabildo, en su conjunto, no se lo puso fácil a D. Pedro…. 

 Frey D. Pedro Alvarez de sotomayor.

Y, continua D. Cosme, no es que D. Pedro se comportase como un dictador, pero si que era muy exigente con la labor de su clero,.. y como no es hábito de todos los portadores de hábito el mismo amor al trabajo, comenta jocoso y redundante D. Cosme, pues que, por unos u otros motivos, existía en el Cabildo una actitud de poner “palos en la rueda” que hacia rodar Sotomayor, termina, metafórico, D. Cosme. A pesar de todo, sigue D. Cosme, D. Pedro, por su autoridad moral y saber hacer, no estaba excesivamente preocupado en cuanto a sus posibilidades de afrontar algunas veleidades de ciertos miembros de su curato… entre, otras cosas, porque su magnífica dialéctica, su claridad de ideas y su ascendente sobre todos ellos, era más que bastante para controlar con facilidad los desencuentros o escaramuzas que se producían en las reuniones del Cabildo… 

Pero claro, Sotomayor, continua D, Cosme, quizá de manera ingenua, o porque, simplemente, no quería ni planteárselo, no contaba con que su fama de buen gestor no estaba pasando desapercibida, ni mucho menos, en el Consejo de Ordenes y en la misma Orden Calatrava. De hecho, en los últimos tiempos de la guerra, había acumulado cada vez más funciones operativas en la Orden; al añadirse, a las propias, las de algunos dirigentes calatravos que se “afrancesaron”, haciendo, no solo dejación de sus funciones, puestas a la orden de los galos…es que también dejaron, al término de la guerra, “manga por hombro”, sus conventos o lugares de influencia. Y todo eso, prosigue D. Cosme, había ido siendo así, porque la trayectoria y logros de D. Pedro durante la guerra en Manzanares, aparte de ser conocidos en toda la región, como le he dicho antes, no pasaron, en absoluto, desapercibidos, en el Consejo de Regencia, en el Consejo de la Ordenes Religiosas y, por supuesto, tampoco en la Orden Calatrava a la que pertenecía. 

Así las cosas, las pretensiones de quedar tranquilo en Manzanares, anheladas por Sotomayor, se comenzaron a esfumar, continua D. Cosme, meses antes de concluir la guerra, cuando el Consejo de Ordenes, todavía sito en Cádiz, a la vista de la lamentable situación en que se encontraba el Sacro Convento de Calatrava... y la incapacidad de gestión e inapropiada conducta de muchos de los responsables de la Orden en La Mancha, decidió, a fecha 3 junio de 1813… que “tiene a bien nombrar Presidente y Prior del Sacro Convento de Calatrava en Almagro a Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor”…. “ en consideración a su actividad, instrucción y probidad”… “autorizándole en toda forma para que citara, emplazará y reuniera en el Convento de Almagro a todos los individuos que debían componer su Comunidad; haciendo reparar el edificio en lo más preciso; establecer el orden y disciplina religiosa; y juntando la Comunidad propusiera al Tribunal para el empleo de Prior tres religiosos adornados de las debidas cualidades, sin perder de vista lo prevenido en las Definiciones de la Orden…siguiendo Alvarez de Sotomayor en el de Presidente hasta que electo tomara posesión del Priorato”. D. Pedro, sigue D. Cosme, vió, con desasosiego, que sus pretensiones de vivir tranquilo en Manzanares, haciéndose cargo, solamente, de lo concerniente a su feligresía y de la responsabilidad del Cabildo, “se iban al garete”. De momento tendría que desplazarse muchas veces a la vecina Almagro... o, tal como estaban las cosas por allí, aunque en el nombramiento no estaba explicitado, fijar su domicilio en la vecina localidad…. 


                                                         Plaza Mayor, Almagro.

Naturalmente, este estado de cosas, continua D. Cosme, no fue recibido con agrado por D. Pedro, y no por lo que conllevaba de carga de trabajo, algo que nunca arredró a nuestro insigne párroco, ni por lo que suponía no poder desarrollar tranquilamente su labor pastoral en Manzanares, sin duda lo que más fervientemente anhelaba entonces; es que, sigue D. Cosme, me barrunto, y digo me barrunto… porque nada quedó escrito de ello, que D. Pedro no estaba muy de acuerdo con el rumbo que empezaban a tomar las cosas en España, en lo que concernía a la posición de la aristocracia y, sobre todo, a la de las propias órdenes religiosas y gran parte de sus respectivos cleros, que abogaban por recuperar las prebendas y el dominio de las cosas que, ambos, tenían antes de la guerra; lo que no se compaginaban nada bien con la idea pastoral de Sotomayor, muy centrada en eliminar, en lo posible, los focos de pobreza, la austeridad y la ausencia de privilegios que, para él, resultaba obvia, mandatoria e ineludible…y no solo para su Orden…. para cualquier organización religiosa que se preciase de tal. De forma y manera que, antes de entrar en la difícil contradicción entre sus ideas y las órdenes de sus superiores, algo que, por carácter y deber de obediencia, le hubiera creado muchos problemas personales, se agarró a la literalidad de lo escrito en su nombramiento.. y, lo más rápido que pudo, dio tres nombres de sacerdotes calatravos (entre los que, naturalmente, no se incluyó) para que en el Consejo de las Ordenes procediera a la elección de uno de ellos…y, así, acortar lo máximo posible su interinidad en el cargo de Presidente… Pero, como ya le dije, querido cronista, las cosas no iban a ser sencillas para nuestro insigne párroco. De momento, Sotomayor, respiro tranquilo, pensando que la Orden eligiría para el cargo de Presidente y Prior de Calatrava a uno de los clérigos nominados por él…pero la realidad que sobrevino, como respuesta del Consejo de Ordenes, no tuvo demasiada concordancia con sus anhelos… y, de todo eso, de lo que ocurrió como respuesta a las propuestas de nuestro Párroco al Consejo de Ordenes. dice D. Cosme, no es cuestión de hablar ahora, de ese tema le comentaré en la próxima entrega…que esta ya fue de bastante para empezar a conocer las cuitas que la postguerra le tenía reservadas a el gran valedor de las gentes de Manzanares, su insigne y nunca bien ponderado, ni valorado Pastor…Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor...

 

310). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DE “DESEADO”....A “FELÓN”.


Acabó 1813 y, con el año, también la imposición francesa a la gente de España, comenta D. Cosme, para dar inicio al relato.. Manzanares vivía exultante su recuperada libertad, desde marzo de ese año... y las buenas noticias se sucedían. A finales de Mayo, se supo en el pueblo que los últimos franceses que quedaban en Madrid, abandonaban la capital, y el día 30 de Mayo se pudo celebrar con alegría en toda la España liberada el día de San Fernando, onomástica del Rey legítimo, Fernando VII. 

En Manzanares, sigue D. Cosme, hubo una proclama desde el Ayuntamiento y fiesta en La Plaza Mayor. Todo el mundo anhelaba la vuelta del “Rey Deseado”, muy alejados de suponer que, cuando eso sucedió; “en menos que canta un gallo”, de “Deseado”, pasó a “Felón”; y la verdad es que, con un poco de perspicacia, se podría, al menos haber intuido esa posibilidad. Sus antecedentes y su escasa catadura moral, sigue D. Cosme, no auguraban nada halagüeño para su reinado. Primero había traicionado la confianza de su propio padre, Carlos IV, provocando su abdicación y autoproclamándose Rey de España y, luego, rubricó los humillantes pactos de Bayona.. en los que, antes de acabar preso, asumió, de facto el nombramiento de José I, hermano del Emperador, como Rey de España. Su apresamiento en Francia. y las circunstancias de la guerra contra los galos, ciertamente le favorecieron, pues pudo “reivindicarse” como preso político y Rey Legítimo de España, ante el Consejo de Regencia y las propias Cortes de Cádiz. España necesitaba y “deseaba” un Rey legítimo, y nadie, ni el Consejo de Regencia, ni los ingenuos diputados de las Cortes gaditanas sigue D. Cosme, se plantearon duda alguna sobre la actitud que tendría a su vuelta a España, Fernando VII. El “Deseado”…que se dejaba querer en su cárcel francesa, y al que todo el mundo en España, consideraba el baluarte de su futura libertad como pueblo. 

Sin embargo, continua D. Cosme, parte de la aristocracia española afrancesada, que se había autoexiliado en Francia, acompañando a los galos en su retirada, comenzó contactos, más o menos secretos, con “el deseado”, previendo que volvería a España en un futuro no muy lejano. Naturalmente, sigue D. Cosme, no hay constancia escrita de esos contactos, pero es casi seguro se produjeron, habida cuenta del inmediato perdón y devolución de sus propiedades, que muchos de estos aristócratas españoles afrancesados, obtuvieron del “deseado”, a muy escaso tiempo de su regreso a España. Entre ellos, ese fue el caso del ínclito y vividor D. Agatino, Marques de Salinas, que recuperó en Manzanares toda su hacienda, al poco de la llegada a España de Fernando VII… Por otra parte, sigue D. Cosme, al lado del entusiasmo liberal que se vivía en España con la Constitución de Cádiz, en particular en pueblos como Manzanares, enseguida quedó clara la resistencia de gran parte del clero y de mucha “aristocracia patriótica”, a las medidas más progresistas y avanzadas que proponía la Constitución aprobada en Cádiz. Por ej, la abolición de la Inquisición se vió como algo indeseado por una parte del clero, digamos “poco cristiana” o de "muy escasa capacidad redentora", dice, jocoso, D. Cosme.. 

De la misma manera, algunas medidas tributarias, planteadas en aquella carta magna, que pretendían hacer axiomático aquello de “quien más tiene… más tributa” no fue precisamente del agrado de cierta “nobleza patriota”…que una cosa es la Patria y otra el Patrimonio, rompe a reir a carcajadas D. Cosme…. Desgraciadamente, sigue, el pueblo llano, sumido en una incultura secular, y apegado a una tradición de siglos, resumida en la trilogía: “ trabajo, sufrimiento y rezo”, muy diferente a la trilogía de la Ilustración “Igualdad, libertad y fraternidad”, resultó muy manipulable, y no entendió la grandeza y significado de progreso instalada en la letra y el espíritu de la nueva Constitución de Cádiz, mucho más próxima a esa cultura ilustrada de Europa que a la tradicional y anclada en la Edad Media, que era todavía mayoritaria en amplios sectores del pueblo español, que no se identificó nunca con los diputados burgueses, cultos y refinados del Parlamento gaditano... lo que terminó de ser aprovechado por el clero, amplios sectores de la nobleza y los detractores de la Carta Magna, para manipular a la incauta gente de nuestro pueblo, y lograr, incluso, que hiciera causa común con ellos, haciéndoles ver, de una manera muy perversa, que los preceptos de la nueva Constitución tenían la “perversa influencia de los franceses”…

Fernando VII.

Toda la estrategia anticonstitucional de aproximación al Rey Fernando VII, dentro y fuera de España, prosigue D. Cosme, se acrecentó sobremanera a partir del 21 de junio de 1813, cuando la victoria de la coalición anglo-española en Vitoria, dejó sentenciada la contienda a favor de los intereses españoles. Por eso, dice D. Cosme, cuando las Cortes de Cádiz se trasladan a Madrid, y la comitiva pasa por varios pueblos, entre ellos Manzanares, en los últimos días de 1813, las explosiones de júbilo fueron generales en todos esos pueblos. En Manzanares, con su Plaza Mayor atestada de gentes, los gritos de “viva el Rey” fueron generalizados; éramos liberales…pero, también, ingenuos…nadie pudo pensar lo que ocurriría, muy pronto, a la llegada a España de Fernando VII…. Las Cortes se instalan en Madrid y tienen su primera sesión el día 15 de Enero de 1814,… el regocijo fue general en toda España, reclamando a voces, en cualquier manifestación, la libertad y el retorno del Rey Fernando VII. Desaparecieron los franceses de España, pero la guerra continuó en suelo galo, aunque con la evidencia de derrota final para el ejército imperial, por lo que Napoleón decidió liberar al “deseado” Fernando VII de su encierro-retiro en Valencay, el día 13 de Marzo de 1814. No sabemos, sigue D. Cosme, si, a cambio de su libertad, Fernando VII pactó alguna indignidad futura con el Emperador, pero lo cierto fue que el 22 de marzo de 1814, el Rey Fernando VII entró en España por Figueras… La alegría en todo el país fue general, Fernando VII llegó a Valencia, en olor de multitudes, el 16 de Abril de 1814…y, allí, ante el estupor, también generalizado. de toda España, el día 4 de mayo de 1814, derogó la Constitución de Cádiz, preludio del absolutismo que gobernó España los seis años siguientes ...
 
Es muy probable que, durante los primeros días de estancia en España de Fernando VII, los representantes más intervencionistas de clero y nobleza, que dominaban el panorama político social en muchos pueblos de España, presionaran al Rey Fernando VII, acerca de lo que le convenía para mantenerse en el poder y, seguramente, incluso, le chantajearían, haciéndole ver que podrían desprestigiarle, recordándole al pueblo que, seis años antes, había regalado la corona de España a Napoleón.. Poco tardaron en convencerle, si es que él ya no lo estaba antes, de lo que le convenía…. Fernando VII pasó de deseado a felón en un santiamén, comenta con pesadumbre D. Cosme. Sin duda su abyecto comportamiento lo convirtió en el peor de todos los reyes que ha tenido España en su larga historia. El Rey felón sorprendió a todo el mundo que, ingenuamente, le había recibido como monarca constitucional, y lo hizo de una forma brutal, dando un golpe de estado y “dejando nulos y sin efecto todos los acuerdos de las Cortes de Cádiz”… 

Lamentablemente, en muchos pueblos de España, el pueblo llano apoyó a Fernando VII al grito de “viva la Inquisición”!!…o el de ”vivan las cadenas”!!. Fernando VII persiguió a los diputados cesados, a los que encarceló o ejecutó vilmente.. Todas las Diputaciones y Ayuntamientos Constitucionales, continua D: Cosme, fueron cesados de manera inmediata; se reestableció la Inquisición y se dieron prebendas a la nobleza que apoyó el golpe, mientras se vulneraban, sin escrúpulos, los derechos civiles... El mundo liberal de España se sintió desconcertado y no supo reaccionar, con lo que el régimen absoluto de Fernando VII consiguió imponer su ley en los meses siguientes.. En todo el país se estableció una situación de desconfianza y recelos. En los seis años siguientes, el indeseable “felón” junto a su camarilla de secuaces, reinó con despotismo, en un estado policiaco, basado en la delación, la amenaza y el miedo…Manzanares, vivió tiempos muy malos, pues era, sin duda alguna, el pueblo más abierto y liberal de La Mancha, sufrió mucho, y con saña, la represión del régimen absoluto. La actividad social del pueblo se adormeció, entre otras cosas por un instinto de preservar el pellejo, por parte de la gente con talante liberal que había en el pueblo…. Hasta el mismo Sotomayor tuvo que rendir cuentas a la Inquisición, acusado de supuesta connivencia afrancesada, por las relaciones que mantuvo con los galos durante su ocupación de Manzanares. 

Don Pedro, defendió su posición con enorme brillantez ante el Tribunal de la Inquisición, que no tuvo más remedio que dejarlo libre de cargos. En Manzanares, la oposición al régimen fernandino fue de las más relevantes en La Mancha. Desde su imposición, un grupo de intelectuales, comerciantes y profesionales liberales, mantuvieron el espíritu liberal que caracterizó siempre a nuestro pueblo, siendo el germen de la llamada “Sociedad Patriótica de Manzanares” fundada unos años después.. No tenemos noticias de represalias, ni tampoco de ejecuciones de alguno de ellos, pero es seguro que muy bien no lo pasaron, pues el clima de recelo y delaciones era generalizado en todos sitios. Y con lo dicho y contado, querido plumilla, puede usted dar por concluida la crónica, en la que hemos dado cuenta del tránsito de “deseado” a “felón” del ínclito Rey Fernando VII.-y las consecuencias de todo ello para España y Manzanares…

sábado, 4 de septiembre de 2021

309). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: TIEMPO DE BALANCES.

La guerra terminó para Manzanares -me dice D. Cosme iniciando la crónica- y es tiempo de dedicar un relato al balance de los cinco años que compartió nuestra villa con los franceses. En ese tiempo, aproximadamente la mitad de él, Manzanares estuvo ocupado por los galos. De hecho, pocas ciudades de España, y ninguna en La Mancha, estuvieron invadidas tanto tiempo como Manzanares. 

Por eso, sigue D. Cosme, teniendo en cuenta que hablamos de una guerra, las cosas negativas fueron mayoritarias, pero también hubo consecuencias positivas, que se harían notar en años posteriores del siglo XIX. Las pérdidas de Manzanares fueron considerables, sigue D. Cosme… en una tasación que se hizo al final del conflicto y hablando de grandes cifras, en cuanto a la agricultura y la ganadería, de las 600 mulas que había en la villa antes de la guerra, solo quedaban 150, debido, sobre todo, a las que nos requisaron, tanto los franceses como los españoles, en sus pasos por la villa; en cuanto a cabezas de ganado, de 40.000 antes de la guerra, quedaron 2.000. Se perdieron muchas cosechas, por falta de laboreo y malas condiciones climáticas, y del gran olivar que tenía Manzanares se talaron casi todos sus árboles y lo mismo sucedió con casi todas sus viñas…

Quedaron demolidos y en ruina, aproximadamente un tercio de los edificios, entre ellos, el Convento de Carmelitas y las Ermitas de San Isidro y del Santo Sepulcro... así como los más importantes molinos harineros y de aceite de la villa, arruinando la actividad industrial de Manzanares. Las Posadas sufrieron también muchísimo, cuatro de las más importantes fueron demolidas y otras quedaron muy deterioradas. La Posada de Treviño y su molino aceitero, al norte de la población, la de los Caballeros en la Plaza del mismo nombre, el Mesón del Toro y la “Casa de la Corneja”, quedaron arruinadas… y muchas tiendas y establecimientos también sufrieron daños considerables.

Sin embargo, sigue D: Cosme, en ese balance global, y teniendo en cuenta las circunstancias, y el tiempo que Manzanares estuvo ocupado, fue positiva la escasa mortandad de paisanos, por efecto directo del conflicto.

General Leger Belair.

Solo un comerciante, D. Ramón Merino Valdivieso, fue asesinado por manos anónimas de la división polaca de Valance, cuando intentó evitar el robo de su tienda en Abril de 1809. Este hombre y los dos paisanos que mandó ajusticiar el Tribunal Criminal, Martín Pobeda y Alfonso Eugena Martin, son los únicos paisanos de los que tuvimos noticia y constancia oficial de muertes violentas derivadas de la guerra y, aunque está claro, que en esas circunstancias, pudiese haber existido alguna víctima local más, lo cierto es que como todos los fallecidos en el territorio municipal de Manzanares quedaron registrados en los Archivos parroquiales, cabe deducir, sigue D. Cosme, que no hubo más, no existiendo referencias de denuncias de los vecinos, por desapariciones de alguno de ellos… 

Como sabe ud, continua D. Cosme, Sotomayor estuvo muy relacionado con esa escasa mortandad, pero también lo estuvo nuestro clero local, como intermediarios favorables a su pueblo…Con respecto a esa actuación del clero, cabe destacar, sigue diciendo D. Cosme, la rápida e inmediata presencia de varios de ellos en el hospital francés de sangre de Manzanares, al muy poco de iniciarse su asalto por la multitud exaltada, el día 6 de junio de 1808. Sin duda, y como reconoció en su parte del día siguiente, el general Liger Belair, esa intervención cortó de raíz el ataque y evito una auténtica masacre, quedando en doce el número de soldados franceses muertos. Aunque no hay constancia, Sotomayor estuvo detrás de la orden de ir allí, y quizá participó él mismo en la mediación, pues no le gustaba delegar de sus responsabilidades. Tras esa primera intervención decisiva, poco más tengo que decirle, querido reportero, de la transcendental importancia que tuvo Frey Sotomayor para Manzanares y su gente a lo largo de la guerra, sería reiterar todos los episodios que han sido narrados en anteriores crónicas. 

Habría que destacar de ellos, el pacto mutuo de no agresión en territorio manzagato, que estableció Don Pedro con el propio Liger Belair, en los días siguientes a la matanza del hospital, ratificado y escenificado, unos meses después, con el general Sebastiani, en el mítico encuentro que ambos mantuvieron, presidido por Nuestro Padre Jesús del Perdón en el Cerro de la Agonía .…y, naturalmente, continua D. Cosme, el sinfín de encuentros e intervenciones que mantuvo nuestro Pastor con el poder militar galo, los líderes afrancesados del poder civil, su participación, con ánimo de controlar todo lo francés en la Logia masónica de la villa y el ingente número de reuniones y tertulias que organizaba en el pueblo con iguales fines informativos y de control.. Ese entramado, siempre exitoso para sus fines, por la inteligencia y habilidad social que caracterizaron todas las acciones de D, Pedro, quedará como algo impagable para nuestro pueblo en las mejores páginas de su historia… donde hay muy pocos personajes que merezcan parecido reconocimiento, concluye, enfático D. Cosme, su panegírico. 

En cierta manera, además, continúa D. Cosme, Sotomayor, al propiciar esos encuentros entre paisanos y los refinados y cultos afrancesados que residían por Manzanares, tuvo importancia en la incardinación del espíritu liberal e ilustrado en la aristocracia manzagata, algo que se gestó en aquellas tertulias, consolidándose en Manzanares, por un lado, esa práctica social, las tertulias, como fuente de conocimiento e intercambio de saberes, (algo insólito hasta entonces en nuestros hábitos convencionales de vida, que se concretó, años más tarde, en los numerosos Casinos y locales culturales que hubo en Manzanares)…y aprovechando, por otra parte, el acervo particular de personajes como D. Antonio de Porras, los hermanos Estela, Florentino Sarachaga y otros “tertulianos afrancesados”, que eran personajes muy cultos que nutrieron de información y textos a Manzanares, con las teorías de la Ilustración… libros que terminaron en algunas de las bibliotecas particulares del pueblo, como la de D. Francisco Morales, descrita en crónica previa…Esta situación, en La Mancha, solo se dio en Manzanares y Almagro, por eso las gentes del pueblo fueron adelantadas a su tiempo en ese espíritu liberal e ilustrado, lo que se mantuvo, como característica propia de Manzanares a lo largo del siglo XIX, donde existieron ejemplos muy ilustrativos como el del político liberal D. Francisco González-Elipe, que participó en el complot liberal de O’Donnell…o el del galeno González Mellado que fue pionero en La Mancha, y en España, en aplicar conceptos científicos, basados en la observación empírica… diferenciando, como nadie hasta entonces en Manzanares, la medicina del chamanismo. Lo mismo cabe decir de otros aspectos de la ciencia, la tecnología, la literatura, el arte o movimientos sociales, donde, como veremos en crónicas venideras, nuestro pueblo destacó comparativamente en La Mancha, durante el siglo XIX.

Y es momento ya, querido plumilla de dar fin a la crónica, que ha querido hacer un pequeño balance-resumen de lo peor y lo mejor de aquel tiempo de guerra en Manzanares…y le sugiero termine usted la misma, con los últimos párrafos del Manuscrito de la Merced, escrito por parte de nuestro clero local.

"Fuera imposible detallar los males que esta villa ha sufrido, así como los servicios que ha prestado a la Nación en los cinco años de esta guerra cruel: bastará reunir en breve alguna cosa…."

"Doscientos voluntarios sin los que por suerte fueron a servir a la patria; haber sostenido grandes divisiones de tropas en las marchas y contramarchas que precisaban hacer las vicisitudes de la guerra al ejército español; haber calzado a regimientos enteros; la reunión y conservación de fusiles, monturas y municiones después de las dispersiones de Almonacid y Ocaña; la Tesorería guardada en esta última desgracia; el parque general de artillería mantenido y provisto de hierro, maderas y todo lo necesario su composición y reforma; todo esto, séanos lícito decirlo, todo esto es una muy leve parte de los servicios que Manzanares ha hecho a la Nación".

"En cuanto a los perjuicios y daños que ha sufrido, son indicio su agricultura reducida a unos ciento cincuenta pares de mulas, cuando eran seiscientos los que antes de la guerra labraban sus campos: lo son dos mil cabezas de ganado, corto residuo de las cuarenta mil que pacían en su término; lo son número muy considerable de olivas cortadas; una tercera parte de sus casas demolidas y arruinadas, entre ellas el convento de carmelitas descalzos, cuatro molinos harineros y de aceite; cuatro posadas del todo y las demás muy deterioradas, y en todas partes señalada la guerra con caracteres de fuego, ruina y desolación; el comercio obstruido y parada, más bien aniquilada la industria. Tales son los documentos que acreditan la gloria de Manzanares y que harán eterno su lustre y agradable a todos su nombre".

 

308). RELATOS PEDRO VILLARROEL.MANZANARES 1912. UN PUEBLO LIBERADO…Y UNA GUERRA QUE TERMINA.

 Con la lógica incertidumbre de aquel tiempo, pero con la esperanza de una concreción definitiva de su libertad como pueblo, empezó la primavera de 1813 en Manzanares, comienza, así, D. Cosme, la presente crónica... 

Cierto que las experiencias previas indicaban que “no se podía cantar victoria”, pues la guerra continuaba… pero era también muy evidente, y así lo tenía interiorizado nuestro Ayuntamiento, en gran parte debido a las noticias que colectaba Frey Sotomayor en las villas de la Orden Calatrava, donde le informaban del constante alejamiento hacia el norte peninsular de los militares galos que aún quedaban por la zona… algo que solo había sucedido antes tras la derrota francesa en Bailen, en Julio de 1808... pero que nunca se había visto desde la vuelta del ejército napoleónico a territorios manchegos a finales de 1808… Este último hecho, sigue D. Cosme, fue lo que más inflamó el optimismo del paisanaje en esos primeros días de libertad y, el siempre prudente Sotomayor, también lo reflejaba en la actuación de su parroquia, en catequesis, homilías, tertulias y documentos donde, a diferencia de ocasiones previas, comenzó a utilizar en los membretes de sus documentos el título de “fidelísima villa”…

De hecho, el 8 de Marzo de 1813, 4 días antes de la salida de Vinot de Manzanares, en el libro parroquial de bautismos, aparece ese encabezado en un niño bautizado en la pila del Perulelo. Esto, quizá, explica, continua D. Cosme, la aparente discordancia entre la fecha de salida de Manzanares que dieron los franceses en sus partes, y que ratificó nuestro Ayuntamiento (12 de Marzo), con la que da el manuscrito de la Merced (6 de Marzo de 1813)… Es muy probable que el grueso de los franceses de Vinot, saliese de nuestra villa en la semana previa a la datación oficial, y que la gente del pueblo ya tenía claro que los franceses se estaban yendo del pueblo. por eso los curas redactores del Manuscrito de la Merced, escogieran la fecha del inicio de esa salida para su escrito… y no la oficial de 12 de Marzo, en que Vinot, y el pequeño remanente de escolta que le quedaba, partieron de Manzanares, dejándola totalmente libre de gabachos…El día 15 de marzo, y siguientes, ya todos los documentos de bautizos, bodas y entierros, así como los legajos oficiales del Concejo, Juzgado y Escribanías, llevaban ese título patriótico. 

La gente de Manzanares estaba feliz, en un ambiente de exaltación nunca antes visto, todo él impregnado de los valores de libertad, equidad y justicia que emanaba la Constitución de Cádiz, y que entroncaban, a la perfección, con la manera de ser y vivir de nuestra hidalga gente. No es de extrañar, por tanto, sigue D. Cosme, lo pronto que algunos de los escasos jóvenes que había en el pueblo a la salida de Vinot, decidieron alistarse al ejército regular, como fue el caso de los cadetes Pedro Alvarez o Juan Fernández Caballero… todo era exultante y exaltado en aquella primavera de Manzanares….Y nada cambiaría, durante todo el resto del año 1813, ese estado de cosas, y de ánimo, en Manzanares y en sus gentes, comenta D. Cosme, pues aunque la guerra continuaba con alternativas en levante y por el norte, nuestro territorio manchego quedó, progresiva y definitivamente, libre de franceses. 

El 26 de mayo, sigue D. Cosme por el camino de Madrid, alguien trajo a Manzanares la noticia de la partida definitiva de Madrid, hacia Valladolíd, del Rey intruso; al día siguiente ya no había ni un soldado francés en la capital de España. El alborozo en nuestro pueblo, ante esa noticia, seguramente solo fue superado por el de los madrileños, pues bien sabía Manzanares que mientras Madrid estuviera en manos patrias, los franceses no volverían por nuestros lares. Ni siquiera la sequía de ese año y las penurias económicas subsecuentes fueron motivo de desasosiego, la libertad hacía ver esos problemas como menores en un paisanaje acostumbrado a subsistir en peores situaciones… Regresó al pueblo mucha gente de la que estaba refugiada en otras villas menos requeridas por los galos que Manzanares. El laboreo en los campos de nuestra encomienda volvió a ser cotidiano, a pesar del mal año de aguas que se vivió en toda España… y las actividades de todo tipo, comunes antes de la guerra, retornaron con entusiasmo… También en ese primer tiempo de libertad, sigue D. Cosme, afloró en Manzanares el alto nivel de cultura de algunas de sus élites no afrancesadas, preludio de lo que habría de ser nuestro pueblo a lo largo de ese siglo; una referencia en La Mancha del pensamiento ilustrado y liberal, con ejemplos personales de paisanos insignes a los que, en su momento, he de referirme en crónicas venideras, querido plumilla. Baste citar a ese respecto, a D. Francisco Morales que, en su domicilio particular de la calle Ancha, esquina Trompas y la callejuela de la hoz, poseía una biblioteca de referencia en todo el pueblo, donde acudía nuestra gente más versada, con Sotomayor a la cabeza. Una gran colección de libros clásicos latinos, Virgilio, Cicerón, Quintiliano…pero también las obras completas de San Agustín, Cervantes, una riquísima colección de libros de Historia y otras de Gramática , Jurisprudencia y Filosofía, demostraba que no todo lo ilustrado lo trajeron los afrancesados a Manzanares, esa manera de pensar, basada en la filosofía y el pensamiento racional ya estaba antes en algunos paisanos de nuestra egregia villa de Manzanares de La Mancha, concluye, orgulloso y enfático, D, Cosme. 

Constitución de Cádiz, 1812.

En asuntos más escabrosos, como la justicia contra colaboradores de los galos, en medio del entusiasmo general las acciones practicadas fueron muy generosas, Se encuentran muy pocos pleitos y poco punitivos… existe, por ej, sigue D. Cosme, una referencia de Mayo de 1813, recién liberada la villa, que da cuenta de la prisión en la cárcel de la Plaza de un vecino llamado Lisardo, procesado por espionaje a favor de los gabachos, pero bastó que otro paisano, de apellido Pulgar, avalase a Lisardo, para que, este, quedase libre en pocos días… episodio que puedo contarle, sigue D. Cosme, porque se conservó en un legajo del escribano local Sánchez-Avila… También fue muy benévolo nuestro pueblo con algunos afrancesados manifiestos, como el Marques de Salinas, permitiendo su huida al exilio, dentro del séquito de acompañantes afrancesados que se llevaron los galos, eso sí, confiscando el Ayuntamiento sus bienes y propiedades, que se acumularon al llamado “Crédito Público”, creado, a ese fín, por la Junta de Regencia... 

Junto a toda esa eclosión de vida propia y popular en aquel Manzanares recién liberado, el paso frecuente por el pueblo de diferentes destacamentos militares españoles, en tránsito hacia distintas áreas peninsulares, durante toda la primavera y el verano de 1813, recargaba, día a día que pasaba, de buenos augurios y esperanzas a casi todos los paisanos, sobre todo porque la ausencia de similares contingentes con franceses, era palmaria. Más pronto que tarde, continua D. Cosme, se empezaron a normalizar en Manzanares, bajo control y jurisdicción del Consejo de Regencia de España algunos servicios básicos como el de Correos y Postas. En Abril de 1813, un mes después de marchar los galos, el administrador central de la villa contrató al vecino y paisano, Pedro Capilla, para que en los seis años siguientes, con su caballería, condujese los correos entre Manzanares y Daimiel, hipotecando el Sr Capilla parte de sus fincas, en garantía de su compromiso. Antes de acabar el año, a mediados de diciembre, se formalizó en Manzanares, ante el escribano Roque-Jacinto García, la contrata por dos años, del importante servicio que permitió el intercambio regular de correos entre Venta de Cárdenas y Venta del Puerto, con paradas (entregas o recogidas) en Almuradiel, Santa Cruz, Valdepeñas, Consolación, Manzanares, Venta de Quesada y Villarta. Responsables en Manzanares del servicio eran,, D. Francisco Sánchez Blanco y D. Pedro Sánchez Garrido. El 21 de Junio de 1813, en Vitoria, se produjo la decisiva y casi definitiva derrota de los franceses, que huyeron precipitadamente, desde allí hacia su país…Solo quedaron en la península algunos soldados galos extraviados o rezagados, que las más de las veces eran presa del odio atávico que habían generado…

En ese contexto, sigue D. Cosme, el dia 1 de diciembre de ese año de 1813, se produjo en el término de Manzanares la última víctima del enemigo en aquella cruenta guerra… Manos anónimas acabaron con su vida, quedando registrado en nuestro libro parroquial de difuntos, a fecha 3 de diciembre, de 1813 lo que le dicto a continuación:… “el día uno de los corriente se encontró un cadáver en el comedio de las quinterías de Navaseca y Casas del Rey, camino de Villarrubia, militar extranjero por tener casaca azul con vueltas y collarín encarnado”.

Unos pocos días después del suceso, y aunque no hay referencias escritas del hecho, porque se perdieron los archivos del Ayuntamiento, la Junta de Regencia del reino de España fue agasajada en nuestra villa, y en nuestra Plaza, en su tránsito hacia Madrid, posiblemente en plena celebración de la Navidad de 1813.

Es momento ya de pedirle, mi querido reportero, que de usted fin a la crónica, pues ya dio cuenta suficiente de lo que fue pasando en el primer año de liberación total de la insigne villa de Manzanares de La Mancha…La guerra de la independencia había terminado… y se iniciaba una nueva etapa en nuestra brillante historia como pueblo….

 

 

domingo, 11 de julio de 2021

307. RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DOMINACION LIMITADA…..Y LIBERTAD!!

 Un tiempo de libertad breve, menor a seis meses, como ya comentamos en la anterior crónica, iba a dar paso al último, y afortunadamente más breve aún, último tiempo de ocupación francesa de Manzanares, que será el objeto del relato que voy a narrarle enseguida, comenta D. Cosme, como introducción. 

Pero antes de entrar de lleno en como fue ese último periodo de ocupación gala, me pareció conveniente, sigue D. Cosme, recordar lo poco que quedó escrito del medio año previo de libertad que consideramos en crónica previa. Solo lo que escribieron algunos de nuestros clérigos en el “Manuscrito de la Merced”, dio alguna base para referirnos, con cierta fidelidad y rigor histórico, a ese breve tiempo de libertad. Por eso, sigue D. Cosme, le ruego que incluya usted. ahora, querido reportero, al comienzo de este relato, los párrafos del citado manuscrito que dan cuenta de esa corta etapa de libertad…Ni siquiera en ellos se habla de sucesos acaecidos en el interior de la villa, excepto la cita expresa de la fecha en que Manzanares juró la Constitución Española, proclamada en Cádiz meses antes.. y la amenaza de una supuesta llegada, ese mismo día, del mariscal Soult y el rey intruso a Manzanares, que no se concretaría. Al respecto de ese tiempo de libertad,.. dice esto el manuscrito:

Libre la provincia de enemigos, por el mes de Agosto, se hizo la publicación de la abolida constitución como en todos los pueblos del Reino, cuando el Mariscal Soult se retiraba de Andalucía y amenazaba pasar por esta población, y al mismo tiempo que el rey intruso retirándose por Valencia se hallaba a diez leguas con su ejército, y teniendo noticias de que venían en el mismo tiempo que se hacia la ceremonia, que fue el 15 del mismo mes”.

Inmediatamente, continua D. Cosme, en ese mismo manuscrito, nuestros curas, dan fé escrita de la nueva y última ocupación francesa de la Provincia de La Mancha, de la fecha de entrada de los galos en Manzanares, quienes fueron, quien los mandaba… así como una pequeña descripción de las tropelías y desmanes que nos hicieron...citando también la fecha en que marcharon, definitivamente, de Manzanares. Esto escribieron:

“Ocupada la provincia por última vez en 12 de Diciembre de 1812 hasta 6 de marzo de 1813, por el ejército del Mariscal Soult, tocó a Manzanares la vanguardia de caballería al mando del Comandante Vinot y sufrió también el último azote en que agotaron toda suerte de molestias y exacciones tanto en general como en particular.”

Como ve usted, querido plumilla, el Manuscrito confirma la fecha del 12 de diciembre de 1812 como la de la entrada de los franceses en Manzanares, al mando del barón-comandante Vinot.... y cifra el 6 de Marzo de 1813 como la de su salida definitiva de nuestro pueblo, aunque parece más fidedigna la fecha de 12 de Marzo... Se refieren brevemente a los habituales desmanes que solían cometer los franceses, a su paso, por algunas de las casas de cada pueblo en el que entraban...pero, en este caso, no debieron ser muy importante en destrozos y, por supuesto, no existió ninguna pérdida humana...

De los tres meses que permanecieron los galos en Manzanares, hay poco más referido en los escritos franceses y españoles... pero si se conocieron algunas cosas bastante significativas que ya le cuento, prosigue D. Cosme... Empezaré por comentarle el primer encuentro entre Vinot y las autoridades del pueblo. Imprevista, como fue, la llegada de los galos a nuestra villa, lo más probable es que fuera el propio Vinot, tras ocupar el castillo, quien se dirigiese, escoltado por unos cuantos soldados de caballería, al Consistorio de Manzanares para entrevistarse con nuestras autoridades, y notificarles cuales eran sus instrucciones y la disposición con la que llegaba.. Los desmanes que habían cometido algunos de sus soldados a la entrada al pueblo, habían puesto en preocupación, y de nuevo en guardia, a todo nuestro Ayuntamiento y, por supuesto, también al líder natural de Manzanares durante aquel periodo de guerra, el párroco de la villa, Frey Sotomayor.. Párroco, alcalde y ediles, recibieron con rostros circunspectos y la frialdad propia de la situación, al nuevo mandamás francés. Tras las presentaciones de rigor…continua D. Cosme, y, sabiendo como actuó Frey Sotomayor en situaciones similares previas, es muy probable que, en ese mismo encuentro, nuestro Pastor pusiera en antecedentes a Vinot acerca de la relación del pueblo, y la suya personal, con los dirigentes franceses que le habían precedido como máximas autoridades galas de la villa…Seguramente, explicó a Vinot los pactos de no agresión mutua, comprometidos por él con los generales Liger Belair y Sebastiani… a sabiendas que el comandante francés conocía perfectamente estos nombres, tanto por su gran prestigio, como por haber sido superiores suyos en las campañas de Andalucía… 

                                                                     Mariscal Nicolas_Jean_de_Dieu_Soult

D. Pedro, terminaría su alegato, como siempre hizo en estos trances, diciendo, más o menos, los siguiente, que:“Manzanares, sus autoridades y sus gentes, esperaban el mantenimientos de esos acuerdos, que tan beneficiosos habían sido para la convivencia y las vidas de unos y otros en el interior de nuestro pueblo…y que, por consiguiente, esperaban también que esos incidentes a la llegada de su tropa a Manzanares, no se produjeran en el futuro”. Con sorpresa para nuestras autoridades, y alguna incredulidad, porque negarlo, sigue D. Cosme, Vinot se dirigió a los presentes, haciendo ver que “conocía bien el comportamiento de Manzanares en los años de guerra, dando a entender que sabía de los pactos mutuos de no agresión… y que, precisamente, por eso, no solo respetaría esos pactos, si no que, él, se iba a limitar al control militar de la villa y accesos, dejando todo el poder civil y administrativo en manos del Ayuntamiento”….Las caras de sorpresa, comenta D. Cosme, debieron ser generales entre los paisanos allí presentes, Vinot y, por ende, Francia nos dominaban de nuevo, sí, pero esta vez de manera limitada, tal como me permití sugerirle titulase usted la crónica…. Sotomayor, perspicaz como era, enseguida interpretó lo dicho por Vinot como una muestra de debilidad francesa en La Mancha… En los meses previos de libertad, por su cargo en la Orden Calatrava, sigue D. Cosme, D. Pedro había viajado mucho por la zona y conocía perfectamente la situación; casi no había ningún contingente galo estable por las villas próximas. De hecho, por entonces, en Calatrava, los franceses solo estaban asentados con número significativo de efectivos en Manzanares. Eso lo tenía muy claro D. Pedro, que intuyó, desde el principio de esta nueva ocupación, que no duraría mucho tiempo, y que, posiblemente, tal como se iba conociendo evolucionaba la guerra a favor de los intereses españoles, sería la última… Con esa esperanza. D. Pedro hizo replicar entre sus feligreses, y por las casas del pueblo, las mismas estrategias de situaciones previas de ocupación. Un mensaje insistente en homilías y tertulias… “nada de provocaciones, ni enfrentamientos innecesarios con los gabachos en el pueblo… nada de “fidelísima villa” en los membretes de los documentos, etc…. y, por la otra parte, aseveración continuada y machacona, de Sotomayor, y resto de autoridades, a Vinot… que nuestro paisanaje, tal como había venido actuando durante toda la guerra, “no tocaría un pelo” a ninguno de sus militares mientras estuvieran en suelo manzagato…

Afortunadamente, manteniendo hasta el final este acuerdo, no se produjeron incidentes, aunque, eso si, Manzanares, en aquel tiempo, y al ser la villa calatrava con mayor contingente francés, resultó mucho más esquilmada que las aldeas vecinas; entre contribuciones dinerarias, víveres, enseres, ganado y mulas, los gabachos “nos dejaron a dos velas”, rie D. Cosme. A fecha 19 de Enero de 1813, se tasaron en 151.800 reales las requisas de los ocupantes en su primer mes de estancia en Manzanares…y, más o menos el doble de esa cifra, nos debieron costar los dos meses más que estuvieron de “convecinos” entre nosotros…. Vinot, y su menguada tropa, en esos tres meses de ocupación de Manzanares, mantuvo algunas escaramuzas en la región con alguna que otra tropa española, cuando estas se acercaban a nuestro pueblo, o a otros enclaves importantes de comunicación con el norte o el levante, lugares donde estaba el núcleo francés del rey intruso.

La cosa, inicia D. Cosme el epílogo de esta crónica, aparentemente estaba sostenida, cuando, ignorantes en Manzanares de lo que se “cocía” en las altas esferas, a mediados de febrero de 1813, se produce un hecho que resultó decisivo para nuestra liberación definitiva,.. Napoleón, que tenía en gran estima la capacidad militar del mariscal Soult, reclamó de sus servicios para las campañas abiertas de su ejército imperial por toda Europa y Rusia. En consecuencia con esa orden, los militares galos que Soult tenía en La Mancha, comenzaron a retirarse hacia el norte, saliendo, y para siempre, Vinot y su tropa, de Manzanares el día 12 de Marzo de 1813… MANZANARES LIBRE!!....por fin!!... concluye exultante D. Cosme este relato liberador….