¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Apuntes para la Historia de la Mancha, patria del Hidalgo Don Quijote (Entrega 2)..



... ¿Quienes fueron los primeros pobladores de Oretania?. Según D'Arbois de Jubainville, cuya opinión sigue el Marqués de Nadillac, fueron los Cunetas, una de las más poderosas ramas de la gran familia de los Iberos, que se establecieron en las riberas del Guadiana. Fuertes guerras y combates constantes, hubieron de sostener con los celtas, sus perpetuos adversarios, que vinieron a arrebatarles los países por ellos dominados. Realmente, se carecen de conocimientos que permitan apreciar el grado de civilización que alcanzaran antes de ser agredidos por los celtas. Los que vinieron después, viéndose amenazados incesantemente por los terribles enemigos, a cuyos golpes por fin habrían de sucumbir, construyeron sus villorios en las alturas, rodeándolos de sólidas murallas, en las que solo dejaban una entrada muy baja y fácil de interceptar.



Como siempre, a las sepulturas hay que preguntar para conocer mejor las costumbres y género de vida de nuestros antepasados. Las hachas de piedra y metales de los más diversos, les acompañaban para hacerlos gratos a la divinidad e inspirar respeto a los hombres. Los objetos de alfarería, aunque groseros, y algunas muelas destinadas a moler grano, demuestran que estos hombres cultivaban la tierra o, por los menos, que su alimentación no era por completo y exclusivamente animal. Después, cuando comienza la historia, tal como hoy la conocemos, ya historiadores y geógrafos nos representan a Oretania como un pueblo constituido, con sus leyes, costumbres y gobierno propios.


La Oretania estaba dividida en tres capitanías o gobiernos de los que eran cabezas otras tantas ciudades, a saber: ORETO, de quien ésta región recibió el nombre; MENTESA, silla episcopal y CASTULO, de la que no hay geógrafo ni historiador de la antigüedad que no haga de esta ciudad muy honrosa memoria, considerándola como una de las más famosas de España. Cada una de estas capitanías constituía una pequeña república, una comunidad o distrito, formado por las montañas o las corrientes de las ríos, teniendo por cabeza a la ciudad que aparecía como la más fuerte o, por la naturaleza, o por el arte. A éstas, estaban agregadas los ópidos, o lugares crecidos, las aldeas o vicos y los castillos montanos; todos dependían de la capital, allí tenían su gobierno, celebraban sus juntas para acordar lo conveniente a la comunidad y a cuyas juntas llamáronle los romanos CONCILIA; de donde se derivó la voz castellana CONCEJO (Tito Livio).


Ciudad ibero romana de Cástulo (Linares).

Para sus guerras o diferencias con los pueblos vecinos, o para resistir dominaciones extrañas, obedecían al más anciano de toda Oretania. Este llevaba la voz, convocaba y presidía los parlamentos que se celebraban en Oreto, como la más célebre ciudad y capital que fue de todo el pueblo oretano (Estrabón).

La población de las naciones ha estado siempre ligada proporcionalmente a los medios de subsistencia y siendo tan sobrantes en la Oretania, no solo los artìculos de primera necesidad sino que también las primeras materias fabriles, se infiere lo grande y populosa que debió ser su población en tiempos de la dominación romana. Estrabón llama a la Turdetania "pecuniosa y populosa" y de él sabemos la gran uniformidad que de siempre existió entre esta región y la Oretania. El inmenso número de soldados con que este país oretano contribuyó a las acciones guerreras y a las conquistas de los cartagineses en Italia y los cuerpos de ejército que opuso a los romanos después, no es pequeño argumento para probar su gran base de población, pues según nos cuenta Tito Livio repetidamente, en sus filas solo formaban hombres jóvenes. Añádase a estos los que cultivaban los campos, los que se ocupaban en las artes, en la fabricación de armas o en la explotación de las minas y resultará en efecto una población numerosísima. De solo Graco, se dice que sujetó al Oriente de Oretania y en sus lindes con la Celtiberia, ciento tres ciudades o pueblos fortificados existían, los que Polipio y L. Floro hacen subir a ciento cincuenta estas fortalezas guerreras.

Las escasas noticias de aquellas épocas que han llegado hasta nosotros, presentan la religión de los oretanos en los tiempos anteriores a las invasiones extranjeras, de un modo harto honorífico y bienintencionado para esta región. Adoraban los oretanos a un "Dios innominado", o sin nombre, festejando en los plenilunios y obsequiando a la patriarcal con música, versos, bailes y regocijos populares; no en templos como los gentiles sino a las puertas de sus casas y debajo de la bóveda celeste. En el sentir del Sr. Cortés, esta teología del pueblo oretano tenía gran semejanza con la de Moisés y los hebreros, que expresaban la idea del Omnipotente con un nombre impronunciable y con el "ignoto Deo" de que hablaba San Pablo a los atenienses. Esta religión, que se conservaba en tiempos de Estrabón en la celtiberia, era común a todo el pueblo ibero, pues en el templo de Hércules Gaditano, el más célebre de toda la Iberia, no existía estatua ni imagen alguna.

Continuará) ...


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