¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Apuntes para la Historia de la Mancha, patria del Hidalgo Don Quijote (y Entrega 3).



.../... Sin embargo, San Agustín, cuenta a los españoles entre los pueblos antiguos que adoraban a un solo Dios, autor de lo creado, de lo incorpóreo y lo incorruptible; y los antiguos poetas, pintan las costumbres de aquellos primitivos pueblos como puras y sencillas, hasta que se depravaron con la civilización del comercio y las denominaciones extrañas ..."No se puede dudar, nos dice el historiador Sabua, que cuando los romanos conquistaron a España, había en ella muchos templos y se daba culto a varias divinidades que las colonias conquistadoras venidos a ella habían traído de sus respectivos países ". Los fenicios, los rodios, los griegos y los cartagineses, en las partes en donde se establecieron, introdujeron el culto de sus dioses. El dios "Endovel o Elma", al que se daba culto en la Oretania, era de origen fenicio, como conjeturan con Depping, los anticuarios Cortés y Mesdeu.

Las colonias de los diversos pueblos que llegaron a la Oretania en el espacio de quince siglos, trastornaron la religión, la moral, los ritos y costumbres patrias de los habitantes. Las divinidades de la teogonía romana se mezclaron con los dioses de los griegos y los fenicios, alternando en los templos, en las fiestas religiosas y en todas sus manifestaciones de regocijo popular de los oretanos, el Júpiter Capitolino con la Diana Helénica y el Hércules tirio con el Endovélico y Sérapia egipcio.

Cástulo, zona de las termas. Foto de Wikipedia.

Fue Oreto una de las más importantes ciudades de la España primitiva, capital y dominanta de una de las regiones en que ésta se dividía antes de la venida a la península de los pueblos invasores. Ptolomeo en sus Tablas, la llama ORETUM, colocándola al occidente de Laminium. También la mencionan los geógrafos Estéphano con el nombre de ORISIA y Estrabón con el de ORIA. El error de Estrabón, que colocó a Oreto en la Bética, extravió lastimosamente a gran número de geógrafos e historiadores, tanto antiguos como modernos, no acertando a fijar su asiento, pero después que Ambriso de Morales, guiado por la tradición constante del país, la corroboró con datos y pruebas irrefutables, es común el situar esta antiquísima ciudad a la orilla izquierda del río Jabalón, en la ermita de Nuestra Señora de Oreto y Zuqueca, media legua al S.E. de Granátula y en su término jurisdiccional.

Siendo Oreto, según los antiguos historiadores y geógrafos, la ciudad más fuertes y poderosa de toda la Oretania, capital de una dilatada comarca mucho tiempo antes de llegar a España los ejércitos cartagineses y romanos, no es aventurado el remontar su origen a aquellos remotos tiempos y lejana edad en la que los primeros pobladores de España iban formando sus pueblos a medida que aumentaba la población. Atraídos a las márgenes del Jabalón por la fertilidad de sus vengas y por su proximidad a los Montes Marianos. Allí podían gozar de ricos y abundantes pastizales , merced a los cuales llegaron a poseer los excelentes ganados de que nos hacen mención los historiadores griegos y romanos.

Los cartagineses dieron gran importancia a esta región y los oretanos les correspondían manifestándoles siempre gran adhesión, especialmetne desde el casamiento de Aníbal. Pueblos guerros antes todo y atento únicamente a sacar hombres y recursos con los que poder sostener sus gigantescas luchas y atrevidas conquistas, no dejó en Oreto ni un monumento, ni una institución que nos diera a conocer su paso; si es que a ello no se debe el castillo de Oreto, lo que sí parece probable, ya porque el uso de las fortificaciones era desconocido a los españoles en aquellas remotas edades, ya también porque el sistema cartaginés era ir asegurando militarmente las ciudades de alguna importancia, fortificándolas y poniendo en ellas guarniciones aguerridas.


Ruinas de Oretum, Granátula de Calatrava (C. Real). Foto de Wikipedia.

En poder Oreto de los romanos, fue considerada como llave de los Montes Marianos, tanto que algunos pretores pusieron en ella guarnición para mantener en la obediencia al os nativos unas veces, o para contener las osadas incursiones de los bandoleros que se guarecían en las escabrosidades de los próximos montes, otras. Cosntruyeron los romanos un templo en el recinto de esta antigua ciudad, dedicándolo a sus falsas divinidades y a las importadas en Oretania por los pueblos extraños. La embellecieron también con edificios públicos, teatros y circos para solaz y recreo de sus moradores. Era Oreto ciudad estipendiaria, según Plinio, gravitando sobre ella, como sobre todas las de sus clase, el peso de la dispendiosa república. Estas distinciones de las ciudades españolas fueron poco a poco desapareciendo, concluyendo, según dice Antonio Pío, por igualar en derechos a todos los súbditos del Imperio.


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