Con ser Manzanares punto de confluencia de recepción de la remolacha azucarera de este sector, para su pesado y control por el equipo de técnicos y expedición por vía férrea a la Azucarera de Aranjuez, son varios ya los días de afluencia de toda especie de carruajes de diversas tracciones, que depositan en esta estación de ferrocarril sus pesadas cargas, siendo por orden de producción Manzanares, Daimiel y Alhambra, las ciudades que más aportan.
Se observa que el fruto tiene esta campaña mejor tamaño que la pasada pero según comentan los expertos, la presencia exterior no tiene nada que ver con la calidad del producto, que es inferior a la cosecha del pasado año, por haber sufrido los efectos de la sequía pertinaz, a pesar del constante regadío. Las condiciones astrológicas no han favorecido el sazonado y además se han producido cambios brusco de clima en los últimos meses, algo muy típico en esta zona mesetaria.
Parece que existe otro motivo de gran justificación que impide el normal desarrollo de esta planta herbácea y es que por esta región se acostumbra a sembrar la remolacha a base de replantado procedente de viveros, en lugar de hacerlo por siembra directa, con lo que pierde lastimosamente de 40 a 50 días de sazonado y desarrollo, que influye considerablemente en el factor cuantitativo.
A decir de los expertos, la cosecha de este año, en la zona manchega va alcanzar las 350 toneladas, cifra muy estimada, gracias en gran parte a la abundancia de agua con la que se cuenta para el regadío de la planta.
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