“El Siglo XIII
finalizaba, comienza D. Cosme su relato, y ya se tenían noticias de la
Encomienda de Manzanares… Era la etapa maestral de Frey Ruy Pérez de Ponce en la
Orden de Calatrava, cuando ejercía de Comendador de Manzanares, Don Blasco
Núñez. y, en 1284, se le menciona a él y a la Encomienda de Manzanares, por
primera vez, como subsidiaria del pago de diezmos”…
“Y esa fecha marca, pues, el inicio histórico de la Encomienda de Manzanares,
ya que, aun cuando es posible que existiera antes, aun no estaba recogida en
crónica alguna….y es que la historia, querido cronista, o está escrita o es
leyenda” .
“El Comendador de Manzanares, como en el caso de D. Blasco Núñez, era un
caballero calatravo, al que la Orden dejaba al cargo de la defensa del
territorio de su Encomienda, administrar justicia y organizar el cobro de los
diezmos a los vasallos….Pero, todos los Comendadores tenían delegado, y a su
servicio, -sigue D. Cosme- a otro caballero, nombrado por él, y que, por
estatutos, debía ser un freile de la Orden; aunque era bastante habitual su
arrendamiento libre a cualquiera que pagase por ello… Este Alcaide o Mayordomo
del Castillo o Casa de la Encomienda, era, en realidad, quien ejercía el poder,
pues vivía estable en el Castillo, a diferencia del Comendador que sólo pasaba
por allí muy de cuando en cuando”…
“Aparte, Comendador y Alcaide, el Castillo tenía asignada una tropa para la
vigilancia y defensa del castillo y de su entorno, además de estar preparados
para ir a batallar, si preciso fuera, en caso de guerra próxima”… “Con el paso
del tiempo, y la pacificación de los territorios, el papel defensivo de los
Castillos y de los Comendadores, aminoró, a favor de las estructuras y
funcionarios dedicados al control de la administración financiera y de los
diezmos”… “En Manzanares, como va de sabido, y ya desde sus inicios, el
Castillo se construyó con las funciones propias de una “Casa de Encomienda”,….
adelantados , pues, fuimos desde que nacimos, en esos menesteres” …
“Se puede deducir, continua D. Cosme su vibrante exposición, que en los
primeros tiempos de nuestra Encomienda, la capacidad creativa y el
emprendimiento de las gentes del poblado,… de los que vinieron a construir el
Castillo y de la población remanente de lugares que habían quedado asolados y
devastados en las batallas previas entre moros y cristianos, como Moratalaz y
Aberturas, -que quedaron incluidos en el territorio de Manzanares, tras la
repartición del Tocón en 1239,- hicieron crecer el Lugar, nuestro Lugar de
Manzanares, con inusitada rapidez,…. obteniendo, además, y enseguida,
brillantísimos resultados en la explotación de sus tierras, destacando,
rápidamente, con respecto a otras Encomiendas próximas”…
Iglesia del Castillo de Calatrava la Nueva. |
“Y, sigue Don Cosme, como quiera que los regidores iniciales del Lugar de
Manzanares no tuvieron la precaución de dotarlo con una entidad jurídico
administrativa, que asentará su condición de pueblo con entidad propia, las
villas próximas, envidiosas de tan espectacular crecimiento y progreso,
comenzaron a pujar por esas tierras, en la primera mitad del Siglo XIV,
reclamándolas para sí, con el argumento de que Manzanares no tenía entidad
suficiente para poseer su dominio”… “Sin embargo, estos “pretendientes
aprovechados” no sabían bien con las gentes que topaban en el Lugar de
Manzanares” … “Quizá por que se produjesen altercados en relación a esos
territorios, que nuestros ancestrales paisanos explotaban de manera legítima,
en función de los acuerdos de repartición del Castillo del Tocón, o bien por
simple precaución, salvaguarda y celo de lo propio, algo muy manchego, lo
cierto es que, allá por 1352, cuando el Lugar de Manzanares tenía unas
doscientas casas, y una población aproximada de 800 o 900 paisanos, que no
estaban dispuestos a tropelías ni expolios, reclamaron a sus autoridades y al
Maestre de Calatrava la necesaria y pertinente protección de sus bienes y
haciendas”… “Alertado del tema, y consciente del peligro que amenazaba a la
frontera sur-oriental del territorio Calatravo, el maestre de la Orden, frey
Juan Núñez de Prado,, ordenó, en ese mismo año de 1352, construir una muralla
para proteger y rodear las citadas doscientas casas que entonces existían en el
Lugar de Manzanares, ante una hipotética agresión de nuestros envidiosos
vecinos”…
“Aquellos primeros lugareños de Manzanares, que habían sentido “en carne
propia” la perentoria necesidad de proteger sus vidas y haciendas, se mostraron
entusiasmados y totalmente de acuerdo con la determinación del máximo regidor
Calatravo, y convocaron reunión, tal cual era costumbre, en la primitiva
iglesia, a son de campana”,… “Allí, reunidos en asamblea popular, prosigue Don
Cosme, nombraron una comisión, encabezada por los alcaldes del poblado, Diego
Pérez y Diego Juan, a la que otorgaron por escrito, -en unos de los pergaminos
más antiguos que existen de este pueblo-, plenos poderes para pactar con el
maestre las condiciones más convenientes de como construir el cercado
protector”…. “Se acordó, así, finalmente, y entre todos los presentes,
construir una muralla de seis metros y medio de altura y dos y medio de ancho
que, a manera y forma de hoz, partiendo y retornando al Castillo, rodearía todo
el pequeño casco urbano primigenio del Lugar de Manzanares”… “La muralla quedó
proyectada, así, acordándose también que estuviera provista de almenas,
saeteras y tres puertas reforzadas”… “concediendo el maestre Núñez de Prado, un
plazo de cinco años a los lugareños para completar la edificación;
concretamente el que mediaba entre el día 1 de enero de 1353 y el 31 de
diciembre de 1357”…. “A cambio de este ímprobo esfuerzo, a que se exigían los
escasos novecientos vecinos del Lugar de Manzanares, el Maestre les eximió de
algunos impuestos menores, ya que tuvieron que seguir pagando los diezmos de la
Encomienda”...
“Quede aquí, pues, concluido este relato, termina D. Cosme, con esta historia
aleccionadora de como y cuando se decidió, a iniciativa de una primigenia
asamblea popular manzagata, construir la imponente muralla que Manzanares tuvo,
y que usted ya conoce, ….para que, una vez más, quede puesto de manifiesto,
ante la historia y el conocimiento general, que la iniciativa y emprendimiento
de este pueblo magnífico, supo, de esa manera y modo que aquí expuesta queda,
alertar a su por entonces algo negligente dirigencia, acerca de la necesidad y
precisión de cuidar sus propios territorios… que, en última instancia, eran
sobre todo suyos, del pueblo y las gentes de Manzanares”.