“Y, Don Cosme,
continua su discurso, en lo que ha de ser el siguiente relato sobre Manzanares,
insistiendo al cronista, que ese año de 1353, fue decisivo por el proyecto del
amurallado del poblado, llamado a ser un elemento defensivo casi inexpugnable,
que advertía a los “vecinos” de la voluntad de un pueblo por defender lo suyo”…
“Y la idea de esta imponente muralla defensiva, no solo fue importante por si
misma, lo fue, sobre todo, por que delató que había calado en la conciencia de
los regidores calatravos, por fin,… y tras un siglo desde que se construyó el
Castillo, otra imprescindible idea…la de “hacerse cargo”, definitivamente, que,
más allá del Castillo, tenían que proteger a ese incipiente “Lugar de
Manzanares”, del que, por fin, parece que se daban por enterados”… “Y fue
también, por entonces, y para esos efectos -prosigue el Sr Cosme- que, además
del amurallado para fortificar el primigenio casco urbano, se reforzó la
autoridad y facultades del concejo municipal… y se empezó a pensar, de manera
mucho más activa, en dotar al Lugar de Manzanares de un entramado
jurídico-administrativo, que le facultase para ser reconocido con entidad
propia, ante los Lugares y villas vecinas, y que dejase claro a todas ellas, su
identidad y condominios, aunque, aún, y en ese momento, fuese una pequeña
aldea, dependiente todavía de la Villa de Almagro”.
“Y, así, que ya nunca más, nadie pudiese aducir nuestra inexistencia como territorio reconocible, y en propiedad de las gentes que lo estaban construyendo y haciéndolo prospero”… “Nada más legítimo, honorable y justo, para un Lugar que se hizo a si mismo, el Lugar de Manzanares, que pertenecer para siempre a las gentes que lo hicieron posible”…
“Y, así, que ya nunca más, nadie pudiese aducir nuestra inexistencia como territorio reconocible, y en propiedad de las gentes que lo estaban construyendo y haciéndolo prospero”… “Nada más legítimo, honorable y justo, para un Lugar que se hizo a si mismo, el Lugar de Manzanares, que pertenecer para siempre a las gentes que lo hicieron posible”…
“La noticia de que se iba a cercar el poblado con una muralla, sigue Don Cosme,
se extendió enseguida por los territorios vecinos, atrayendo nuevos colonos a
nuestra pequeña aldea, cuya seguridad quedaba muy incrementada,
comparativamente a otros Lugares y Villas, en esos procelosos tiempos de la
historia de España, con un Reyno de Castilla sumido en disputas internas en los
territorios recién reconquistados”.
“Como usted comprenderá, continua Don Cosme, este muy significativo incremento
poblacional, dejó enseguida pequeño el recinto amurallado y, además, llevó
aparejado la necesidad de acondicionar nuevas tierras para cultivo, labranza,
pasto y leña, en los terrenos que la repartición del Tocón había asignado al
Lugar de Manzanares y a su Encomienda, que, en ese momento, tenía como bienes
propios: los edificios de la casa o castillo de la encomienda y las ruinas del
castillo de Moratalaz y un territorio circular, de unos ocho kilómetros de
radio, alrededor del poblado excepto en la parte lindera con Membrilla.
“En los últimos 50 años del Siglo XIV, las gentes y el concejo del Lugar de
Manzanares, advirtieron que su protegida aldea no sufrió ataque alguno, ni de
la ya lejana morería, ni de la cercana cristiandad”,… “Pero, sin embargo, la
falta de un reconocimiento oficial, que diera al Lugar de Manzanares entidad y
dominio jurídico sobre el territorio propio de su Encomienda, junto al
creciente aprovechamiento y explotación de las zonas despobladas de Moratalaz,
Ureña y Aberturas, por el incremento de lugareños manzagatos, motivó reiterados
conflictos de intereses con los pastores y labriegos de las villas de Daimiel,
Bolaños, Valdepeñas y El Moral, que usufructuaban esos territorios antes de
fundarse Manzanares”…
“El tránsito incontrolado de los rebaños, por las veredas y cañadas que
cruzaban nuestra Encomienda, arruinaba con frecuencia las nuevas tierras de
cultivo, sin que los campesinos de nuestra aldea pudieran reclamar ante nadie,
al no tener reconocido el dominio de los terrenos”.
“Esta doble situación, que se daba en Manzanares en la parte final del Siglo
XIV, continua Don Cosme … de una parte, la tranquilidad de tener asegurada la
defensa de la aldea por el Castillo y la muralla, y, de otra. los conflictos
continuados de intereses por las tierras de la Encomienda con las aldeas
vecinas, dirigió los esfuerzos de nuestro concejo hacía la concreción
jurídico-administrativa del dominio de las tierras propias”… “Aun hubo de pasar
otro siglo, hasta que el 10 de octubre de 1480, tras continuas peticiones de
sucesivos concejos del Lugar de Manzanares, la Orden de Calatrava tuvo a bien
adjudicar a Manzanares un término jurisdiccional y municipal propio”….“Aquel
fue un día muy importante para Manzanares… y los regidores calatravos dieron la
noticia de forma solemne al concejo, “a toque de campana”, tal cual era
costumbre, probablemente en la Iglesia vieja o en la Plaza del Castillo, con la
asistencia de la mayoría del vecindario”...
” De esa manera, y por fin, todo el Lugar de Manzanares y los terrenos
adjudicados a su Encomienda, quedaron bien definidos, jurídica y
administrativamente, ante el júbilo de su pujante población que vio así reconocido el dominio de sus propias tierras”.
“Y, concluye Don Cosme, elevando el tono de su voz, con la solemnidad que gusta
para los grandes momentos”,… “me parece muy oportuno que usted termine aquí el
relato, para que quede resaltado el momento y día de ese trascendente
reconocimiento identitario de Manzanares como Lugar y Encomienda”… “ese 10 de
Octubre de 1480, en que las gentes del Lugar de Manzanares fueron anunciadas
por sus mandatarios.... “que lo suyo, era suyo”….
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