Conocimos en el
anterior relato, mi querido amigo -comienza así D. Cosme el presente-, como se
desarrolló el primitivo y complejo proceso de la explotación agrícola e
industrial del río Azuer, en la villa de Manzanares, cuando pasada la mitad del
Siglo XVI, se empezó a poner en cuestión la balanza entre demanda de aguas y
necesidad de las mismas, para el regado de las cada vez más numerosas tierras
de cultivo y para el caudal que de ella necesitaban los novedosos molinos
hidráulicos”…
“También supimos del talento de alguno de nuestros paisanos en ingeniería
hidráulica….y de como solucionaron satisfactoriamente ese conflicto de
intereses, mediante salidas de agua a los quiñones, puentes, “alcantarillas” y
cazes de entrada y salida a los mólinos de trigo y aceite, interpuestos en el
curso de las aguas del rio y de sus canales… algo que dejó muy bien plasmado en
su histórico croquis, de 1616, Don Esteban de Perola”…
“En este relato, sigue D. Cosme, vamos a conocer en detalle los tiempos iniciáticos
de ese conflicto de intereses entre Manzagatos, teniendo ocasión de saber, ya
que quedaron escritos para la historia, los entresijos episódicos y personales
de lo que fue sucediendo, que muestran de manera ilustrativa, como las
personalidades específicas de los intervenientes influyeron en el devenir del
citado conflicto”. …
“Fue en el año de 1576, cuando Don Sebastián Gómez Rabadán, quizá la más
insigne, relevante y curiosa personalidad de Manzanares en su Siglo de Oro...,
por esas fechas, rico hacendado de la villa, mecenas de la construcción del
frontispicio plateresco de nuestra Catedral y de otras Ermitas, y propietario
del Molino Grande,… puso en conocimiento del alcalde mayor del partido de
Almagro la situación que estaba viviendo, para que el citado mandatario
interviniese de oficio”… “D. Sebastían refirió, así, el conflicto que tenía por
el agua con algunos vecinos de la villa de Manzanares.. “que por fuerza y
contra mi voluntad, y por me haçer más daño, rompieron mis caçes de quinçe dias
a esta parte y sacaron agua dellos quitandola a mis molinos e me hiçieron otros
muchos daños”. …
“Las partes litigantes fueron escuchadas… y se pidió, desde Almagro, un informe
del conflicto al procurador síndico de la villa”… “Este último, consideró en su
dictamen que la demanda de Don Sebastían Gómez de Rabadán no era procedente,
por diversas razones en las que apoyaba su argumentario….a saber”:
“Según nuestro procurador síndico, el primer argumento era la “costumbre
inmemorial”, de la que disfrutaban concejo y vecinos, dedicados a la
agricultura, sobre las aguas del Azuer;… la segunda consideración era la mayor
antigüedad de esta actividad agrícola con respecto a la molinería;… y, por
último, el tercer razonamiento, era que el beneficio social y económico
generado por el regadío era de una entidad claramente superior al que ofrecía
la molinería”…
“El Síndico de Manzanares -comenta Don Cosme- terminaba afirmando que todas
estas razones, eran considerandos bastantes, y más que suficientes, para que se
diera “carpetazo” definitivo al asunto, sin entrar siquiera a debatir solución
alguna…y, concluía su argumentación de esta manera”…
“pues de sacar la dicha agua viene grande provecho e utilidad al bien público
de la dicha villa”
...lo que hacía, para él, indiscutible, primar el aprovechamiento público y
colectivo del agua (que el procurador consideraba representado por los
regantes) antes que el aprovechamiento de la misma con carácter privado… (que
personificaba en los molineros), arguyendo que estos últimos se lucraban para
sí mismos, y en exclusiva, de su actividad, sin beneficios colaterales para la
villa”…
“Estos razonamientos fueron apoyados por varios testigos…el primero de ellos,
presentado por el concejo..y, por tanto, con interés de parte, quien: “a sus
setenta y cinco años”,… “declaró conocer que los vecinos del pueblo que tenían
terrenos linderos con el río Azuer, habían hecho uso de su agua, al menos desde
cincuenta años atrás”:.. …“de los dichos cinquenta años a esta parte poco mas o
menos que tiene declarados, sabe e ha visto que el concejo de la villa de
Mançanares e sus beçinos e las personas que tienen tierras e quiñones que
confinan con el rio de Açuel e con su rivera e caçes de los molinos que son en
el dicho rio an estado y están
en posesion e costumbre usada y guardada (…)
[de] romper e sacar e guiar el agua del dicho rio e con ella regar los quiñones
y panes questan señalados en la vega a su voluntad, viendolo e saviendolo los
señores que an sido de los dichos molinos e no lo contradiciendo”….
Este argumento, fue corroborado, al día siguiente, por otro testigo, quien
apuntó lo beneficioso de una norma avalada por la costumbre social y popular..
que, según dijo, se remontaba, al menos, a principios de ese siglo… afirmando
en su declaración, que… “sacar el agua para rregar sus sembrados es grande
utilidad e probecho en especial en tienpo que ay falta de agua por falta de
llover, porque con la dicha agua se remedian los señores de las dichas
heredades que tienen quiñones y es causa que coxan cantidad de pan. Y con poco
daño de los señores de los molinos sacan la dicha agua porque aviendo regado
tornan a cerrar la parte del caz por donde la an sacado”….
Con todo y con ello -continua Don Cosme- estos testimonios no fueron
suficientes, pues no podía ocultarse que había intereses de parte, y que el
argumento del beneficio privado era también aplicable a muchos de los
regantes”…
“Debió ser por eso que, antes de dar su fallo, el gobernador del partido esperó
a conocer el resultado de la inspección que giraron a la villa, en 1577, los
visitadores de la Orden de Calatrava, Don Fernando Carrillo Osorio y frey
Jerónimo Triviño, enviados a Manzanares para examinar la zona objeto de
disputa… y, tras ello, emitir un dictamen que serviría de base a la decisión
que habría de tomar, al respecto, el gobernador de Almagro”…
“El informe de los dos visitadores fue claro y concluyente….aconsejando
construir unas “alcantarillas”, que dieran solución al conflicto,
satisfactoriamente, para ambas partes”. “Su ubicación concreta en los cauces
del rio, también venía contenida en el informe elaborado por los visitadores
don Fernando Carrillo Osorio y frey Jerónimo Triviño… “Por su curiosidad, y por
ser historia de este pueblo -me comenta Don Cosme-… le dejo aquí, para que usted
lo incluya en su relato, lo que, exactamente, dejaron escrito los citados
visitadores calatravos, acerca de las construcciones que recomendaban hacer”:..
….“ciertas alcantarillas e galerías para sacar por ellas el agua del río Açuel
y rregar las heredadres de la vega (…) e que se haga una alcantarilla junto a
los arcos de la puente del camino de Almagro por donde pase el acequia de agua
que viniere de arriba e baya por la güerta de los herederos de Mendoza, de la
Vega adelante hasta llegar a los molinos de Sebastian Gomez Rabadan, porque por
esta alcantarilla se rieguen y aprovechen los quiñones de aquella parte en la
dicha vega e porque con esto se escusara el inconbiniente de romper los caçes
de los molinos para regar las dichas heredades”. “Este informe de los
visitadores… claro, concreto y bien estudiado, resultó decisivo para el
gobernador de Almagro, quien tras escuchar y leer esas conclusiones, las hizo
suyas en la sentencia…y ordenó a los propietarios de huertas y quiñones que
sufragasen los gastos necesarios para la construcción de las acequias y
alcantarillas que darían agua a sus tierras”…. “A cambio, sigue Don Cosme, la
sentencia obligaba a los dueños de los molinos a no impedir a los regantes el
uso que venían haciendo de las aguas del río”, zanjó el litigio, ordenando la
realización de las obras recomendadas ese mismo año”… “Sin embargo, y quizá por
el carácter apacible y conciliador…y, seguramente, poco beligerante en los
conflictos humanos, de Don Sebastían Gomez de Rabadán (propietario del Molino
Grande) los trabajos de construcción todavía tardaron unos años. en
iniciarse”…. “Solo comenzaron, cuando el citado Don Sebastían, cansado de
dilaciones, reclamó al Consejo de las Órdenes el cumplimiento del mandato de
1577”… “Tras un nuevo y prolijo informe, el gobernador del Campo de Calatrava,
ordenó finalmente, a principios de 1588, el comienzo inmediato de las gestiones
para construir la alcantarilla que iba a dar una salida apropiada de aguas al
caz del Molino Grande”….
“A partir de ese momento, y según consta en documentos y escritos que nuestra
historia local nos ha legado -continúa Don Cosme- los acontecimientos se
sucedieron sin solución de continuidad”….
“Pero todo ese proceso, que vino a continuación… es, y será, subsidiario de un
siguiente y contiguo relato al que ahora, le pido, de usted por terminado –dice
Don Cosme- pues ya cumplió el objetivo que se marcó, y va de bastante en la
recomendación de espacio y largura que es recomendable para estos relatos”…
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