“Por su gesto, querido reportero, colijo
que le ha sorprendido el título que le acabo de ofrecer para el relato que ira
usted escribiendo, tal cual yo le vaya parlando ahora…y por más que se
sorprenda del citado encabezamiento, comprenderá enseguida la razón de ser del
mismo”…“Así comienza su diserto D. Cosme, y a fe que tiene razón en que pone un
punto de sorpresa y de curiosidad en el reportero que ahora les escribe…y, es
por eso, que le insto a que se explique, sin más dilación, y entre en faena
argumental”…
“Y claro, D. Cosme no se resiste cuando se trata de hablar de su querido
Manzanares… y se pone a enhebrar uno de esos discursos vibrantes y llenos de
conocimiento histórico a que nos tiene acostumbrados”…
“Pues verá usted, comienza Don Cosme,… nada extraño fue que aquellos primeros
calatravos, aquí llegados tras la batalla de la Navas de Tolosa, al observar el
“solar” de lo que sería Manzanares, tuvieran claro que la zona que pisaban, y
que llamaban allí, “Argamasiella de las Pilas Bonas” era un sitio idóneo para
emplazar un castillo que vigilara su frontera meridional....y, eso… era así,
entre otras cosas, por la riqueza en agua de su subsuelo, y por la proximidad
de una vega, surcada por un riachuelo al que llamaban Azuel… que, en esos
momentos, se veía muy prospera…dando cobijo y sustento a los escasos habitantes
de las numerosas cuevas que existían por allí, en aquellos procelosos tiempos
de la transición histórica, cultural y humana, que sustituyó la dominación
islámica por la cristiana en el Medioevo manchego”…
“Eso está muy bien Don Cosme.., le interrumpo…. pero, como dice usted, a veces:
“eso ya va de sabido”… “Estoy impaciente en conocer por que titula ud así el
relato”...
“D. Cosme, sonríe, y dice… “temple ud, querido reportero, que la impaciencia en
estos casos es madre de malos entendimientos”: … “vera, prosigue, lo de
“bendición” se refiere, precisamente, al agua…y ya sabe usted el dicho… “algo
tendrá el agua cuando la bendicen”…quedémonos con la idea que el agua es
imprescindible para la vida…y casi igual de necesaria para que pueda
establecerse un asentamiento humano…por eso, convendrá conmigo, está bien
justificado eso de la “bendición” en el encabezamiento”.
“Lo del “conflicto” también es algo muy, pero que muy humano…y se explica
también enseguida, en este caso que estamos tratando… y es que, a lo largo del
siglo XVI, se concretó e incrementó mucho la explotación agrícola de los campos
de nuestra Encomienda..y, entre ellos, los aledaños a las “madres” (nueva y
vieja) del Azuer a su paso por la villa”… “Más o menos por el mismo tiempo de
ese siglo XVI manzagato, algunos paisanos decidieron encauzar (nunca mejor
dicho) su emprendimiento personal a la, por entonces, incipiente industria de
los molinos hidráulicos para la fabricación de harinas y aceite, construyendo
algunos de estos molinos en el curso del Azuer y sus canales”… “Y, se habrá
barruntado usted ya, antes que yo se lo comente- sigue D. Cosme-… que dadas las
características de habitual escasez y temporalidad de las aguas del Azuer, eso
fuese motivo de controversias y disputas competenciales por el preciado
elemento acuoso, imprescindible para regantes y molineros”… “De modo y manera
que, a partir del último tercio del Siglo XVI, el “conflicto” estuvo servido
entre varios de nuestros paisanos de aquella época, dedicados a una u otra de
las tareas antedichas”… “dicho lo cual, queda también justificado el término
“conflicto” en el titulo del relato”…
Por último, sigue D. Cosme, el término “acuerdo” es también de “naturaleza
humana”, tras la gestíon adecuada de un conflicto previo…y eso es lo que
sucedió, precisamente, como colofón exitoso a nuestro primer y particular
“conflicto” sobre las aguas del Azuer… algo, que cabía esperar de las gentes
nobles y emprendedoras que siempre tuvo este pueblo…y que explican y justifican
la tercera y última palabra del título del relato”.
“Y como quiera, mi estimado cronista, que el acuerdo que zanjó los aspectos más
espinosos y difíciles de ese conflicto, asentó sus bases y fundamentos en un
famoso croquis, atribuido al ilustre paisano Don Esteban de Perola, en el año
de 1616, entenderá usted que este relato quede posicionado entre los que están
narrando los vericuetos y sucedidos más importantes de la historia manzagata
del Siglo XVII”…
“El citado croquis, que ha pasado a la posteridad y a la historia de este
pueblo, muestra de manera clara la distribución espacial de las acequias de la
vega del Azuer más próximas a la villa, de los distintos puentes que cruzaban
el río, de las huertas y quiñones colindantes al mismo y a su “madre nueva” …y,
por supuesto, de los molinos interpuestos en el cauce del Azuer …. “y, muy en
particular, contiene el dibujo del “Molino Grande” y de su caz,… cuyas grandes
necesidades de líquido, para mantener su actividad funcional, eran las que más
cuestionaban las cantidades de agua que precisaban los regantes”…
“El “canal” del Azuer, o “madre nueva”, prosigue Don Cosme, parece que fue
construido a comienzos del siglo XVI, o quizá un poco antes, con el objetivo de
proporcionar agua para riego a los quiñones meridionales colindantes a la
villa, en lo que hoy conocemos como Paseo del Rio”… “En origen, parece que ese
canal era más ancho que el actual y más centrado en el citado Paseo del Rio”…“y
es que, querido cronista, la extensión e importancia de tierras cultivables en
la Encomienda manzagata no había dejado de crecer y crecer, desde principios
del siglo XVI”….
“Por eso mismo, querido reportero, añade con énfasis Don Cosme, la construcción
de esa “madre nueva” y otros canales secundarios fue absolutamente
imprescindible para poder nutrir de agua a las cada vez más grandes áreas
cultivadas que se fueron generando en las proximidades de la zona urbana de
Manzanares,… además de constituirse en una magnífica manera de conseguir que
esos quiñones y terrenos quedasen dotados de agua de manera permanente”….
“Por otro lado, el ingenioso modo en que se diseñaron las salidas de agua
(tanto a las citadas parcelas, como a los cazes de entrada a los molinos),
permitió que las necesidades de agua para la molinería también quedase
suficientemente asegurada”…todo un logro para la incipiente “ingeniería hidráulica”
que se llevaba en aquellos tiempos”… “Sin duda alguna, la reminiscencia
histórica y humana de origen musulmán, que aún conservaba la villa de
Manzanares, resultó fundamental a la hora de diseñar y llevar a cabo estas
obras hidraúlicas tan eficientes…pues aquella cultura islámica estaba
especialmente capacitada para tales construcciones, dedicadas al mejor
aprovechamiento de las aguas y los riegos”.
“Todo este conjunto de la acequia del Azuer en Manzanares, querido amigo
–continua Don Cosme- contaba en sus inicios, y en resumen, con dos grandes
elementos: a saber: Aguas arriba, antes que el río llegase a los límites de la
villa, existía un primer “ladrón” que desviaba agua hacia una reguera que
corría paralela a las huertas y quiñones de los vecinos, situados en la zona
meridional del casco urbano. Más abajo de este, se construyó otro “portillo” en
el lugar en que el río se desdoblaba y tenía su entrada de aguas el caz del
Molino Grande”…
“Por último, y complementando esta extraordinaria obra de ingeniería, junto a
las tomas de agua propiamente dichas, se encontraba “el alcantarilla”, que, en
términos árabes significa “puente pequeño” o “canalización soterrada”,….
ingenio hidráulico que facilitaba tanto el paso de agua a los quiñones más
bajos de la acequia, como el que era necesario para aquella otra agua, que tal
como quedó descrito en pliegos de por aquellas épocas:….
“va por el lado de por la parte de abajo a dar al alcantarilla y a la madre del
río Azuer”..
Y concluya así
usted, querido reportero, este relato inicial… que ha intentado resumir el como
se las ingeniaron nuestros antiguos paisanos, para conseguir que la floreciente
Encomienda manzagata de aquella época pudiera dar salida adecuada a sus
crecientes y exponenciales necesidades de agua… tanto para regantes como
molineros, logrando resolver los conflictos iniciales, mediante unas obras que
sirvieron para asegurar el líquido elemento a ambos colectivos de manera
estable y suficiente”… “Una muestra más del valor solidario y la capacidad
intrínseca que este pueblo siempre tuvo para el entendimiento humano y para su
propio desarrollo”… “y quede abierto el espacio de algún relato más… que ha de
dar cabida a la descripción más concreta y especifica de algunas de las
historias más relevantes que en este tema tuvieron lugar a lo largo de los
últimos años del Siglo XVI y los primeros del XVII, pues quedarón escritas para
nuestra brillante historia común…y, por eso mismo, no deben quedar sin ser narradas
aquí”..
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