¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 12 de mayo de 2021

297). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL ANIMO FRANCES SE DESMORONA.

 El 23 de Mayo de 1811, inicia D. Cosme su relato, la villa de Manzanares amaneció tan conmocionada como las demás aldeas vecinas, por el tremendo suceso de la Ermita de Nuestra Señora de la Consolación, en Aberturas, que había protagonizado esa mujer manchega, que perduraría en la historia con su apodo, “La Fraila”.,. 

Aquel episodio. fue la “guinda” final de múltiples, e intensas, acciones guerrilleras, que jalonaron todo el mes anterior, como los ataques a Tomelloso y La Solana…. El ya atribulado y decaído ánimo del mundo francés de Manzanares… y, en particular, del protagonista principal de esta crónica, su gobernador militar, General Lorge, sufrió, por La Fraila, un mazazo definitivo del que no se recuperarían... 

Estaba claro, prosigue D. Cosme, que las acciones guerrilleras eran cada vez más frecuentes y audaces, y este último episodio de La Fraila, por su carácter simbólico y justiciero, que mostraba a los galos, con enorme crudeza, la determinación del pueblo manchego en la búsqueda de la libertad que ellos le habían arrebatado, fue el aldabonazo final, en la interiorización del ocaso en el alma francesa... la suerte estaba echada, y su destino era la derrota. De hecho, continua D. Cosme, ese mismo día 23 de Mayo, aun sin resuello en la conmoción por el episodio de La Fraila, en nuestro castillo, al gobernador militar, general Lorge, y sus colaboradores cercanos, les llegó otra mala nueva, que aumentó considerablemente su inquietud. Un numeroso contingente de tropas regulares españolas, se aproximaba a La Mancha desde Murcia, recibiendo Lorge órdenes superiores, para… “que les hiciera frente con todos los medios a su alcance”. El rictus del gobernador , reflexiona D. Cosme, debió sugerir a quien lo contempló, una mezcla de angustia y perplejidad; como si estuviera pensando que “todos los medios a su alcance” eran casi ninguno…Es más, el mismo Lorge, sin tiempo para organizar esa partida que se le requería desde Madrid, tuvo que comunicar al día siguiente, 24, a esa misma autoridad, que se había visto precisado a enviar 400 hombres a Santa Cruz de Mudela para reforzar la posición del barón Kruze en Infantes. 

Así las cosas, prosigue D. Cosme, los tres primeros días de junio de 1811, Manzanares asistió a un desfile continuo y apresurado de numerosos contingentes de tropa francesa, camino de Andalucía, que hicieron descanso nocturno en nuestra villa. El gesto serio y preocupado de aquellas milicias en tránsito, no pasaron inadvertidos, en Manzanares, ni a los galos ni a los manzagatos más al tanto de las vicisitudes de ese tiempo…quedaba claro que las cosas en Andalucía tampoco iban bien, y que esa soldadesca atribulada, era un refuerzo para la desesperada situación que también estaban viviendo los gabachos del prepotente y orgulloso mariscal Soult, en el sur peninsular. Ciertamente, continua D. Cosme, la situación en Andalucía se agravaba a cada instante y, como se temió Lorge, al contemplar el tránsito de esas tropas, solo unos días después, el 8 de junio, recibió las órdenes de Soult, para que parte de la tropa manchega reforzase la suya en Andalucía.. A Lorge no le quedó otra que comunicar al general Chasse, al mando de Almagro, que le destinaba a esa misión. Ni más ni menos que todo el 123 regimiento, dos escuadrones de Dragones y una pieza de Artillería, sitos en la villa almagreña, se encaminaron hacia Andujar. 

Un atribulado Lorge, sigue D. Cosme, comunicó a su Estado Mayor en Madrid que, tras esto, “solo disponía de 1.900 soldados en La Provincia de La Mancha, y que solo podía tener estables en Manzanares y en Consuegra, dos columnas móviles de unos 500 hombres en cada una, quedando todo el resto en el más absoluto abandono”.. El pavor y el desánimo, sigue D. Cosme, se generalizaron entre los galos. Las forasteras autoridades afrancesadas de Manzanares, mostraron al general Lorge la preocupación y el temor que sentían por su seguridad personal y, este, tan preocupado como ellos, pidió autorización a sus mandos, en una dramática carta, para que los miembros de ese poder civil afrancesado y los del Tribunal Criminal se trasladasen a Madrid o Toledo, pues …“sería poco leal dejarlas abandonadas bajo el cuchillo”. En la misma continuidad derrotista de la carta, Lorge sugería la destrucción de las fortificaciones de ciertas villas, como La Solana y Ventas de Consolación, por la posibilidad, bastante probable, que se convirtieran en refugio de guerrilleros… 

Provincia de La Mancha, Guerra de la Independencia.

Lorge, escribió, al respecto de eso: “Es bien doloroso que una provincia que había llegado a organizar con tanto trabajo, y cuyo espíritu es bastante bueno, tenga que abandonarse a la anarquía por 1.200 hombres o 1.500 sacados para el ejército de Andalucía donde no resolverán el destino del país”… (y tras esa “puyita” al “enemigo íntimo”, Soult), sigue comentando D. Cosme, termina en queja de.. “verse obligado a abandonar la nueva cosecha que empezaba a recogerse y renunciar a la recaudación de contribuciones”. El abatimiento que mostraba Lorge en esa carta, sigue D. Cosme, hizo que no fuese extraña a sus mandos, el nuevo escrito que envió tres días después, en el que pide un permiso personal para retirarse veinte días en Toledo o Madrid,… “por necesitar un poco de reposo”… y ya que:…”nada podía hacer en La Mancha y las dos columnas móviles garantizaban las comunicaciones”… 

A todo esto, sigue D. Cosme su perorata, Frey Sotomayor, advirtiendo toda la situación, redoblaba sus esfuerzos en el pueblo,,,, en homilías y tertulias informales. templando el ánimo de las gentes, para que a nadie se le ocurriese hacer alguna cosa que provocase una respuesta inapropiada en el desasosegado mundo francés. Seguramente, en su ejercicio pastoral y averiguador, tuvo ocasión de pulsar, más de una vez en ese tiempo, el estado espiritual de gente francesa significada, incluido el mismo Lorge…y no me cabe duda alguna, continua D. Cosme, que obtuvo informaciones suculentas, por el desespero en que se encontraban nuestros invasores, y de las fundadas razones en que este se sustentaba…y que, como siempre hizo el Pastor de Manzanares, en su brillante trayectoria personal, eclesial y política, las administró con sabiduría.

Sin haber obtenido respuesta de Madrid, diez días después, Lorge vuelve a escribir a sus mandos, en tono cada vez más pesimista y desangelado, que ya “había enviado a Andalucía todos los proyectiles y el hierro colado existentes en La Mancha”. afirmando que:… “actuaría siempre en la forma más conveniente a los intereses del emperador y del rey en la provincia”…pero, asumiendo lo difícil de la tarea….”esperaba poder retirarse con honor, poniendo la solicitud posible a favor de los individuos leales al rey a los cuales trataría y protegería como si fueran franceses”. Esos días, la guerrilla asaltó muchas comitivas y correos, y atacó varias villas con gran virulencia, motivando que Lorge prosiguiera su misiva, escribiendo lo siguiente: …“Dios quiera que con el puñado de hombres que me quedan pueda conservar todavía la influencia adquirida sobre los espíritus de los partidos y de la provincia, que nada falta para perderla; tiemblo al abandonar los puestos de Ciudad Real, Infantes y Almagro; intentaré conservar la obra de un año, pero la administración y la opinión se perderán si, como me temo, me veo obligado a concentrarme”… 

Lorge, continuaba su carta, recordando que no tenía una respuesta a su petición… que no deseaba quejarse, y que entendía las difíciles circunstancias del presente, pero que: “necesitaba un poco de reposo, confiando que no se le rechace restablecer su salud quebrantada bajo los efectos nerviosos que sufre diariamente” …y terminaba escribiendo que:… “suspiraba para poder sacar de nuevo partido a la provincia y hacer algo agradable para el rey”... 

Llegó Julio de 1811 y el general Lorge, prosigue D. Cosme, cada vez más amargado y sin capacidad de reacción, seguía en Manzanares sin obtener contestación favorable a sus deseos de descanso, algo que se reflejó en la patética carta que envió a Madrid el día 3 de ese mes…comentaba que:.. “militarmente tenía asegurada a la provincia mediante la concentración de sus tropas, pero no en cuanto a la opinión y a la administración.. el estado de cosas es desdichado sin duda….con las tropas de que dispongo, sigo siendo dueño de La Mancha, pero no un verdadero gobernador….el regreso de las tropas que había tenido que enviar a Toledo y Andalucía podía evitar esos inconvenientes…" luego comentaba el problema de las subsistencias, cada día más agravado y, al respecto , escribía que:…“deseaba adoptar medidas para la recogida de granos, pero con escasa esperanza de lograrlo porque la langosta había destruido buena parte de las mieses y con sus escasas tropas no podía evitar que las guerrillas y destacamentos españoles de Murcia se apropiasen de la mayor parte…”….Concluía diciendo que: “…se había visto obligado a emplear la fuerza para recoger víveres,... y que los habitantes huian de los pueblos al aproximarse los franceses”…

Finalmente, a mitad de julio, Lorge recibió su ansiado permiso...y en su última carta escrita en Manzanares, como gobernador de La Mancha, a fecha de 18 de julio de 1811, agradecía esa concesión, trasladándose a Madrid, inmediatamente, con ánimo de regresar, y sin saber que sus mandos de la Capital del Reino tenían decidido el cese definitivo del general Lorge en todas sus competencias en La Mancha, una vez que habían advertido su deteriorado estado de ánimo y el pesimismo absoluto que mostraba sobre el estado de cosas en la Provincia de La Mancha… Lorge no volvería nunca más a Manzanares, como nunca regresaría tampoco la moral de triunfo y combate al espíritu de los ocupantes franceses de La Mancha y Manzanares…

Y es momento ya, querido reportero, de cerrar pluma y tintero, que ya fue de bastante la presente crónica en su objetivo de mostrar a sus lectores el desmoronamiento del estado de ánimo de los invasores gabachos en la Capital manchega ocupada… que no era otra que la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha.

 

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