¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡ Bienvenido a este 'blog' !.
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores ó, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡ Nada más, amigo/a !. Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 14 de febrero de 2010

Homenaje de la revista Siembra a Melchor Díaz-Pinés Pinés






Kiosco de la música, foto Melchor Díaz-Pinés, 1958.

Río Azuer, en la Feria del Campo, 1961.
foto Melchor Díaz-Pinés

Paseo del río Azuer. próximo a la Feria del Campo.
Foto Melchor Díaz-Pinés, 1961.






Poco después de su fallecimiento, en 1981, la Revista Siembra número 64, en su sección cultural "Colección Ciega de Manzanares", publicó el reportaje que arriba aparece escaneado y que firma su amigo, mi amigo, D. Teodoro Sánchez Migallón Arias.

Después del tiempo transcurrido, no me cabe la menor duda que Teodoro conocía muy bien a su amigo Melchor y describe su vida con gran realismo. Me quedo con algún retazo de su entrañable descripción: " Amante apasionado de su Manzanares, su Mancha, su campo, sus llanuras ....", ó esta otra: " Era la voz de Manzanares, él ha escrito mucha historia de nuestro pueblo y es justo rendirle un homenaje y darle permanencia constante entre nosotros ....".

Fue Teodoro, hace ya muchos años el que lanzaba la idea de recopilar sus artículos, sus pinceladas de investigación histórica de Manzanares y La Mancha, en general. Como nunca es tarde, como dice el célebre refrán, este Blog en su homenaje, culmina también mis deseos de digitalizar su trabajo de tantos años, rescatar de alguna forma su pasión por la tierra que le vio nacer, su lucha por el abandonado campo manchego, sus " ocurrencias ", en fin, antes que el inexorable paso del tiempo destruya su archivo de papel.

¡ Gracias, Teodoro, desde mi óptica, tú también eres un orgulloso emblema de mi Manzanares !.

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