¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores ó, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡ Nada más, amigo/a !. Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

195). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: CON LA IGLESIA…. SIEMPRE HEMOS TOPADO.



Pues si, mi querido reportero, comienza D. Cosme el relato… incluso en países como España, donde los gobiernos civiles y religiosos han estado muy interrelacionados a lo largo de su historia, defendiendo muchas veces intereses comunes.. es de considerar que aunque la Iglesia tiene como principal objetivo el cuidado de los espíritus, no ha dejado ser una constante su determinación en la defensa a ultranza de sus intereses terrenales… y su enfrentamiento, si preciso resultase, con los poderes civiles que controlaban esos asuntos mundanos, dice con indisimulada socarronería D. Cosme... Y este tema, continua, será el meollo del relato, y lo título con una frase conocida del Quijote, que lo evoca muy bien…


El siglo ilustrado, como va de sabido, continua D. Cosme, supuso una revolución de las conciencias y del pensamiento que, entre otras cosas, comenzó a separar en todos los grupos humanos de Europa el mundo civil del religioso, al menos en cuanto a espacios y competencias… las terrenales empezaron a quedar, cada vez más, bajo la gobernanza del poder civil, mientras que el poder eclesiástico empezó a ver restringido su campo al ámbito puramente religioso y espiritual…Esto sucedió también en España, continua D. Cosme, donde esa separación de poderes se inició por una circunstancia concreta, la guerra de sucesión, a primeros del Siglo Ilustrado, como enseguida veremos.. Ciertamente, sigue, la Iglesia, a lo largo de su historia, ha sabido hacer valer su solidez, antigüedad e ideas claras y propias, en todo lo que concierne a sus relaciones con los poderes civiles, siendo especialmente eficaz en el mantenimiento ventajoso, para si misma, de sus patrimonios mundanos, cuando esos poderes civiles, en base a las nuevas formas políticas y legales, incorporadas por el pensamiento ilustrado, intentaban recabar impuestos o competencias a los poderes religiosos. 

El Reino de España, a pesar de su claro carácter confesional, sigue D. Cosme, en aquel Siglo de las luces, tuvo sombras y grandes polémicas con la Iglesia, que sin duda merecen ocupar un relato… La primera de ellas, sucede al principio de la centuria, en la guerra de sucesión española, como ya le dije antes. El Vaticano apoyó al inicio de ella al archiduque Carlos, por lo que las relaciones entre la Santa Sede y la corte castellana de Felipe V se rompieron totalmente… En ese tiempo, sin embargo, una circunstancia de la guerra lo cambió todo, Roma fue ocupada por las fuerzas de Felipe V, lo que aprovechó el primer Rey Borbón para lograr un acuerdo con el Vaticano en septiembre de 1737, con la firma de un Concordato, ventajoso para su corona, entre los representantes del Papa Clemente XII y los del propio Felipe V,. 

El Concordato, comenta D. Cosme, contempló importantes compensaciones económicas de la Iglesia para con el Reino, impensables de todo punto solo unos años antes, A cambio, Felipe V, normalizaba sus relaciones con la Iglesia, asumía la naturaleza católica de su Reino y se comprometía a reabrir la Nunciatura. En sus estipulaciones, se reconocía al poder civil el derecho a gravar impuestos a las propiedades eclesiásticas y a los miembros de su clero, igual que a los particulares,.. incluyendo todas las compras y donaciones que se hicieran a la Iglesia, desde el día de la firma del concordato… Esto permitía al Reino mayor recaudación y más equitativa, combatir el fraude de simular transacciones o donaciones inexistentes a la Iglesia, o impedir constitución de patrimonios falsos a nombre de personas del clero que no pagaban impuestos. En ese contexto, quince años después de firmarse el concordato, continua D. Cosme, el inventario catastral del Marqués de la Ensenada, fue la primera oportunidad del poder civil para conocer realmente el patrimonio de la Iglesia española y su clero…y también probar cual sería su respuesta y actitud ante las nuevas y recientes obligaciones tributarias.

Marqués de la Ensenada.

A pesar de la nueva norma, la Iglesia y su clero siguió teniendo del Reino de España un trato diferenciado, declarando y recogiéndose sus datos, aparte de los que dieron los civiles.. Hay que recordar, sigue D. Cosme, que la Iglesia en España era, entonces, muy poderosa e influyente, con un gran número de personas en su seno, aproximadamente, un 3 % de la población total. La Iglesia controlaba el 10 % de la cabaña ganadera y el 15 % de la tierra cultivable del reino, generalmente la más fértil. Además, percibía numerosas rentas de los diezmos, fundaciones y patronatos. Es decir, concluye un D. Cosme jocoso y sarcástico, no parece que el “voto de pobreza” estuviera vigente en la Institución eclesial española ni en su clero...

Y todo ese patrimonio, hasta el concordato, no tributaba impuesto alguno. Así pues, era previsible una cierta resistencia de la Iglesia y su clero a la nueva situación, Y, sigue D. Cosme, para lo que aquí, en estos relatos, nos convoca, que es Manzanares, voy a contarle lo que ocurrió… En Manzanares, los datos del Catastro de Ensenada, nos hablan de unos 50 curas en la villa, que para los más o menos 5.700 habitantes, representaba una proporción significativa, como la que ya hemos visto existía en el Reino. El catastro, específicó propiedades, rentas y patrimonios de la parroquia y de los curas de su clero de manera pormenorizada.. confirmándose, vuelve a estar socarrón D. Cosme, que, aquí, tampoco se seguía por la Iglesia y sus miembros el “voto de pobreza”. Algunos sacerdotes eran miembros de familias nobles de la villa, y tenían patrimonios que les etiquetaban de terratenientes…

Ya hemos visto, hace nada, sigue D. Cosme, el caso del Presbítero D. Francisco Treviño Quesada, que si bien compartía su fortuna con los más necesitados si se le requería, era uno de los mayores hacendados de la villa..y, como él, otros más, poseían un rico patrimonio… Es verdad que también teniamos curas de escasos posibles, su sotana y poco más, comenta sonriente D. Cosme, pero la tónica era la de ser una población que, en general, quedaba integrada entre las más desahogadas de la villa.. No sabemos bien cual fue la respuesta de la Iglesia y el clero local a los requerimientos impositivos que les solicitó el catastro, pero habida cuenta que, hasta entonces, no pagaban impuestos, aquí, como en muchos otros sitios, debió existir, por decirlo de una manera suave, vuelve a sonreír irónicamente D. Cosme, una cierta resistencia ese año y en años sucesivos, por lo que ya le voy a contar ahora… que comienza de la siguiente manera:.. Parece ser, sigue D. Cosme, que apreciada esa resistencia de la Iglesia y clero manzagato por la hacienda del Reino, este, reaccionó así: “en cumplimiento de la Real Instrucción de Carlos III, de 29 de junio de 1760, siendo Ministro de Hacienda, Don Leopoldo de Gregorio, Marqués de Esquilache, el Concejo de la villa de Manzanares hizo repartimiento de reales derechos correspondiente a los ejercicios de 1759 y 1760, incluyendo las propiedades pertenecientes a religiosos, conventos y bienes administrados por miembros del cabildo”…. Cuando la Instrucción se quiso aplicar, algunos religiosos, administradores de patronatos de Manzanares, se negaron, reiteradamente, al pago de los impuestos correspondientes, lo que motivo, sigue D. Cosme, que el Procurador Síndico de la villa, defendiendo los intereses civiles de la villa de Manzanares, instase al vicario eclesiástico la reclamación de lo no cobrado, en virtud del artículo 8º del Concordato…

Lejos de cumplir con lo pactado, el vicario, Juan Manuel Carneros, implacable defensor de la espiritualidad de la villa, cuando se cuestionó a su gran icono, el Cristo Arrodillado del Perdón, mostró similar beligerancia y determinación en la defensa del patrimonio terrenal de su Iglesia, prosigue jocoso, D. Cosme, y se negó al pago, aduciendo que tenía que consultarlo con el Arzobispo de Toledo… Ante esta resistencia del cabildo, intervino el Alcalde Mayor de Manzanares, como representante del Rey en nuestra villa… Don Juan Antonio Pardo, que así se llamaba el interfecto, solicitó al Real Consejo de Hacienda, en carta fechada el 25 de octubre de 1760,… “aclaraciones sobre el cumplimiento de la Real Instrucción que obligaba a los patronatos, fundaciones y obras pías en manos de religiosos particulares, al pago de impuestos”... Preguntaba, además,.. “si debía incluirse entre los contribuyentes, a los frailes con residencia en el pueblo y a los conventos terratenientes que poseían fincas en el término”…y, por último, suplicaba al Consejo,… “expidiera por escrito la orden correspondiente, a fin de que el vicario no pudiera detener las reales disposiciones con dilaciones o ambigüedades”….La respuesta se demoró más de un año, hasta que, por despacho de 9 de noviembre de 1761, don Joseph de Ribera, secretario del Real Consejo de Hacienda, contestaba al Alcalde, en nombre del Marqués de Esquilache, que el repartimiento de derechos reales debía incluir todos los bienes depositados….. “en manos muertas”, en virtud del artículo 8º del citado Concordato…. Asimismo, ordenaba: …

“Que en el repartimiento sobre bienes de patronatos … cuyos administradores sean eclesiásticos, proceda la Justicia de la referida Va de Manzanares por si a la cobranza en los mismos vienes o en efectos procedidos de ellos: Y qe en repartimto sbre vienes qe por su naturaleza no sean laicales, pero que deben sufrir contribuzon, segun la concesion del Concordato, acuda el Sindico Procuror a pedir el apremio correspondte al respectivo parrocho en los terminos qe dispone la Rl Instruczon"

Esquilache, el ministro más odiado de Madrid.

Transcurrió el año 1.762 sin que se adoptaran medidas, dice D. Cosme, hasta que el nuevo Alcalde Mayor, don Próspero Ximénez de Olasso, más decidido que su antecesor, se hizo cargo del caso….En uso de su autoridad, y con la determinación de hacer cumplir las instrucciones del pacto concordatario, y también cumplir, él, con sus deberes como representante real ; en junio de 1763, ordenó a todos los escribanos de la villa que contabilizasen todas las transacciones que los miembros del cabildo eclesiástico hubieran realizado en los últimos años…Al tiempo, requirió con apremio a Juan Joseph Nieto, párroco en funciones de Manzanares y rector del Cabildo, para que:…“informará de inmediato a toda la comunidad de eclesiásticos, la conveniencia de que hicieran declaración voluntaria de todos los arrendamientos y comercio, desde 1759, para evitarles el tener que afrontar las costas de un proceso formal, y poder determinar más fácilmente las cantidades que les correspondía pagar por sus tratos, negociaciones y granjerías”.

A pesar de estas advertencias, los religiosos del cabildo siguieron dando largas al tema, sin declarar los bienes que administraban, pensando que la cosa iba seguir igual. Pero, a finales de julio, continua D. Cosme, el Alcalde Mayor entregó un segundo aviso al nuevo párroco de Manzanares, Juan Francisco de Losa Rojas, y a Juan Joseph Nieto como rector del Cabildo Eclesiástico de la villa…. La Iglesia, no se inmuto mucho, y persistió en sus artimañas para demorar el pago de su deuda…mientras el párroco contestaba al aviso de buenas maneras y mostrando su disposición a colaborar, el Cabildo siguió con sus maniobras dilatorias, resistiéndose a suministrar la información referente a los bienes administrados por los religiosos, algo, obviamente, imprescindible para poder tasarlos.

Como, a pesar de estos repetidos avisos, esta declaración no se lograba, el Alcalde Mayor de Manzanares, terminó por quejarse al Rey en estos términos: “….de que sobre ese particular se embaraza por dichos presbíteros reteniendo estas relaciones, igualmente que las de sus comercios, siendo solo meros administradores de estas fundaciones, y que por su respuesta de primeros de agosto nada dicen ni cumplen”. Ante semejante obstinación, el 30 de agosto, les mandó otro aviso el Alcalde Mayor apremiándoles para su comparecencia en caso necesario, que decía exactamente: …. “Y por lo correspondiente a Memorias, Patronatos y obras pías de que no se puede haver ni la relación de sus fincas, ni sus fundaciones, por parar todo en manos de dichos eclesiásticos como sus administradores, se practicaran las diligencias que dicte la razón … y azer la exaczion de costas a que den motivo dichos eclesiásticos por su omisión, no obstante tan repetidas atenciones y constarles las resoluciones de S.M. en este asunto”.
Todo un año más de pesquisas costó lograr establecer la distinción entre los sacerdotes y ordenantes que no habían intervenido en la administración de patronatos o donaciones, de los que sí lo habían hecho…. La resistencia y el silencio cómplice de los religiosos se impuso como una conjura, lo que obligó al beligerante y obstinado representante real, a utilizar tácticas de investigación, que pasaban incluso por tomar declaración a los criados y sirvientes, a fin de obtener información y buscar contradicciones entre los interrogados… En ese punto, usted querido cronista, se preguntará: ¿Denunciaron los criados a sus amos?... ¿Se logró que los eclesiásticos pagaran las contribuciones que debían?... 

Pues bien, para concluir el relato le diré que escriba usted lo siguiente: La historia escrita de aquel tiempo en Manzanares, no permite dar una respuesta segura a esas preguntas, ya que el expediente de aquella pugna entre el clero local y la Hacienda pública del Reino, no se encontró nunca entre los documentos antiguos de nuestro archivo municipal...pero, fuera como fuese, lo importante de esta historia es que.. “con la Iglesia hemos topado”.



194). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: CURIOSIDADES ILUSTRADAS



Mi querido reportero, me dice D. Cosme,… estamos ya dando fin en estas crónicas,, a lo más significado de la historia de la villa de Manzanares de La Mancha en la centuria del Siglo XVIII, tan trascendente para la humanidad que se dio en llamar Siglo Ilustrado o Siglo de las Luces…y como un regalo a usted, que aguanta sin rechistar todas mis peroratas, me he permitido traerle algunas curiosidades y sucesos, acaecidos o que tienen que ver con Manzanares, fechados a finales de la citada centuria, y que si bien tienen escasa significación histórica, sin duda, son lo suficientemente curiosos para que trascendiesen fuera de nuestra villa, y fuesen considerados en la aun incipiente prensa escrita de la España del XVIII… 

Naturalmente, continua D. Cosme, creo que será de su agrado, y espero que también de sus lectores, la divulgación de algunas de las escasas menciones a Manzanares, en los también escasos medios periodísticos de finales del Siglo XVIII, por lo que, haciendo “juego de palabras” con una de las denominaciones con las que se conoce a esa centuria, y el carácter visual de un escrito, me permito sugerirle a usted el título del encabezamiento para este relato que comienza ahora… 

No está de más, antes de nada, sigue D. Cosme, hacer algo de historia…Gutemberg había inventado la imprenta en el Siglo XIV, pero habría de transcurrir otro siglo para que, en forma de manuscritos, se plasmasen sucesos concretos de cierta importancia… Pero, aun habrían de pasar otros dos Siglos, para que se pueda hablar de algo similar a un periódico y, en consecuencia, de personajes hechos a su imagen y semejanza, es decir reporteros, exclama, jocoso, D. Cosme… dirigiéndose a mí humilde persona…. 

La historia de la prensa española, continua, comienza en 1661, con la Gaceta de Madrid, que puede considerarse primer periódico de España, aunque tiempo antes se escribiesen de manera aislada, y sin un medio concreto, algunas crónicas de sucesos.. A partir de esa Gaceta de Madrid, sigue D. Cosme, aparecerían otros medios de manera sucesiva, hasta esta centuria ilustrada… donde, por el afán de conocimientos y saberes, se concretó de manera clara está bonita actividad que usted profesa, a la que llamamos periodismo, concluye D. Cosme, en un alegato que consigue emocionar a este reportero. Advirtiendo mi congoja, D. Cosme me dice…”bueno, bueno, querido cronista, es hora de “entrar en harina” y empezar a darle algo de ese trabajo a usted y a su pluma”… Y continua, ya le dí a conocer, en otros relatos, crónicas de la prensa nacional de finales del XVIII, como las referentes a las técnicas pioneras de nuestros ancestros de aquel siglo de las luces en el aprovechamiento del Azuer, o a las que daban cuenta de las habilidades de algunos de nuestros paisanos en el tratamiento de los afectados por las picaduras de las tarántulas... 

Pero, eso, ya está contado, sigue D. Cosme, ahora de forma y manera que el primero de los sucesos que le voy a citar, y tal como quedó escrita, es una nota necrológica, aparecida en un periódico llamado "Mercurio histórico y político" que está fechada en Marzo de 1779.. En la nota, se da cuenta del deceso de una mujer en la villa de Manzanares, y el motivo de ser comentado, es porque la finada había alcanzado la increíble edad de 100 años…algo desde luego exorbitante y absolutamente extraordinario y excepcional para la época en cualquier parte de España e, incluso, del extranjero, .dice son sorna D. Cosme...y sigue…lo escrito, literalmente, decía esto: 

"El 13 de Marzo de 1779 murió en la Villa de Manzanares, Maria Muñoz Alarcos, a los 100 años y 8 meses de edad… Su complexión era tan robusta que hasta los 90, .iba diariamente. por las aldéas buscando frutas para llevarlas a vender a su propio Pueblo. Hasta el fin de su vida, se manejó con-mucha agilidad, sin necesitar de auxilio alguno para sus haciendas caseras y hasta los días antes de fallecer se ocupaba en. hilar escambre, que era su labor regular. Conservó siempre expedito el uso de sus sentidos; excepción del oído que se le entorpeció algo en el último año. Estuvo casada con Marcos Marfil Escribano, tuvo 10 hijos, 7 nietos, 21 biznietos y un tataranieto. De los primeros, viven una hija de 70 años y un hijo de 78 años". .... Posiblemente, concluye D. Cosme, en Manzanares, vivió una de las muy escasas centenarias del Siglo XVIII.

El siguiente artículo referido a Manzanares nos habla de un fenómeno natural, también excepcional en nuestras latitudes, pero que, de aparecer en un lugar de la Mancha, nada extraño hay que fuese en Manzanares. dice, carcajeando, D. Cosme y es que, hemos visto cosas extraordinarias y curiosas en Manzanares….pero tan impensables como esta, la verdad es que no… Nadie hubiera supuesto nunca que, en Manzanares, en pleno centro de la llanura manchega, alguien tuviera ocasión de observar una Aurora Boreal, fenómeno natural característico de latidudes del círculo polar. De hecho, en referencia a la aurora, a los manzagatos solo les evoca una procesión.. la del “rosario de la aurora”-- tradición ancestral de este pueblo, desde tiempos inmemoriales,…Pero, lo cierto es que, en Manzanares, un conocido paisano de la época tuvo ocasión de observar el magnífico espectáculo de una Aurora Boreal, algo que atestiguó, en Julio de 1787, la crónica de un periódico madrileño, llamado: "Memorial literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid"… donde, para el que quiera reeleerlo, se comenta lo siguiente:

En la Villa de. Manzanares, "D. Diego Peñalosa dice que luego que principió la Aurora boreal se dexó ver en dos porciones casi sin conexión, alguna. Todo el emisferio estaba sereno, despejado de nubes, excepto la parte boreal que servía como de basa a la Aurora. La iluminación tenía un movimiento casi continuo; ya se veía confusa, á manera de un globo; ya declinaba en ráfagas derechas, sonrosadas, blanquizcas, cuyo extremo superior, como a las 9 y media,. no llegaba ni con mucho la osa mayor, bajo la qual .se hallaba una de las dos porciones luminosas; teniendo semejante altura la que se observaba a la derecha, casi debajo de la osa menor. A las 11, y en adelante, se abanzaron ambas hasta tocar dichas constelaciones, cambiando los colores y figuras, y creciendo la iluminación. En la parte del orizonte que les servía de basa, se advertían unas nubes como de humo, por donde tocaban dicho circulo, las quales padecían también sus mutaciones, aunque no muy continuas y sensibles. La porción que se hallaba casi debajo del Norte se fue estendiendo a la derecha hasta tocar y ocupar la parte inferior de la vía lactea: los, colores, figuras y direcciones variaban con freqüencia: las ráfagas eran comparables a las que suele arrojar el sol por entre las nubes, que los Fisicos llaman varas".

Foto de 'aurora boreal' en Reikiavik (Islandia).

Otra curiosa crónica de finales del XVIII, en la que se cita a Manzanares, continua sus comentarios D. Cosme, se refiere al Panizo y a su cultivo....En este caso, la publicación se titulaba: “Del Panizo”, tiene fecha de Jueves, 12 de Octubre de 1. 797...y estaba incluida en el muy reputado… “SEMANARIO DE AGRICULTURA Y ARTE” … En el artículo, sigue D. Cosme, se describen las características de la planta y de su grano, se exponen de manera pormenorizada las técnicas de su cultivo. ..y se dice que su origen es el continente africano… En España, sigue D. Cosme, los campos de Calatrava se mostraron particularmente adecuados para el crecimiento y desarrollo de la planta, que requiere un calor continuo durante la etapa de formación y maduración del grano, como el que se da en esas tierras,… De forma y manera que el cultivo del Panizo se convirtió en un recurso muy válido en temporadas de escasez de trigo durante el siglo XVII…Y todo ello, se explicaba y justificaba en un largo y prolijo escrito…del que me permito entresacar estos párrafos esclarecedores para el contenido del presente relato:
 
“Toda la siembra, cría y sazón de este fruto se hace en quatro meses escasos, pues sembrándose en Mayo se recoge en últimos de Septiembre, de forma que el labrador puede preparar la tierra para sembrarla después de trigo, cebada ú otra cosa. La utilidad y necesidad de esta semilla consiste en que regularmente da á mas de ciento por uno, y se logra en tan corto tiempo que casi no estorba la cría de otros frutos. Para el alimento de las caballerías equivale á una doble cantidad de cebada, y así en Daimiel, Manzanares y otros pueblos de aquella provincia con dos celemines de panizo están más gordas las mulas que con quatro de cebada; molido y mezclado con harina de trigo, hace un pan muy bueno, y para las aves caseras no hay alimento, mas excelente”…. ”Las puches o gachas de harina de panizo son excelentes, y sin echar de menos el trigo, se mantienen con ellas en la Mancha muchas familias pobres, y con el pan que es mejor que el de maíz” .
Dejo para el final del relato, el caso de una mujer de Manzanares que trascendió a la villa, y fue referido en varios medios escritos de España, más o menos de la misma manera en que yo se lo resumo aquí:

“Una mujer, llamada Teresa Olivares y conocida en la villa por sus andanzas como la ‘Energúmena de Manzanares”… entre los años 1790 y 1798, puso “a los pies de los caballos”, dice D. Cosme, a todas las autoridades civiles, eclesiásticas y médicas de la villa. La buena señora sufría episodios frecuentes de convulsiones, espasmos y contorsiones de todo su cuerpo… mucha gente pensó que podría estar endemoniada, y el Santo Oficio tomó cartas en el asunto, sometiendo a la mujer a exorcismos y sortilegios de todo tipo sin efecto alguno... llegando a la conclusión que no existía fundamento para ese diagnóstico... Es posible que también fuese tratada con música como la que se tocaba a los tarantulados, pero nada resultó eficaz, hasta que, finalmente, se resolvió el caso cuando Teresa confesó que todo era fingido… comprobándose que solo era una mujer enamorada, que encontró en sus habilidades corporales un modo de llamar la atención y, también, posteriormente, y vista la repercusión que tuvo su caso, sacar unos cuartos para sobrevivir mejor en las difíciles circunstancias de la época”….

Y, así, me dice D. Cosme, puede usted dar por concluido el relato, que vuelve a mostrarnos curiosidades únicas, sucedidas al final del siglo de las luces, en la magnífica y nunca bien ponderada villa de Manzanares de La Mancha




miércoles, 12 de diciembre de 2018

193). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: POBREZA Y ALTRUISMO EN UN SIGLO DE LUCES.



Después de haber conocido el Mayorazgo Quesada, símbolo de la opulencia en el Manzanares del Siglo de las luces, inicia, así, D. Cosme este relato, es oportuno contar algo de los más humildes de la villa… y lo cierto es que la dinastía borbónica cuantificó cosas acerca de ellos en registros, censos y catastros. Se sabía que ciertas formas de mendicidad no eran tales, pues escondían verdaderos expertos en el timo y el dinero fácil, como por ej, los que repartían estampitas o imágenes de bulto por las casas de familias pudientes, logrando pingues e insospechados beneficios... 

Por eso, decidieron identificar la falsa mendicidad, para tener tasada la indigencia real, a la vez que intentar incorporar a los mendigos espureos a trabajos productivos. Nadie vio nada mal que se ocuparan como “mano de obra” o soldados, en tiempo de frecuentes guerras y cambios continuos en villas y regiones,  Como, además, pobreza y peligro social van de la mano, comprenderá ud., sigue D. Cosme, el interés de los gobiernos en tener controlada a la población indigente.. A esos fines, Manzanares, al final del Siglo XVIII, tenía una especie de aduana, en el “Puente de los pobres”, donde los guardias identificaban a los transeúntes y, si se advertía que alguno era indigente, se le prohibía entrar a la villa… 

También supimos, por el Catastro de Ensenada. sigue D. Cosme, que existían unos 300 indigentes que supervivían por la caridad del prójimo, aunque, como dijimos en su momento, quizá esa cifra estaba inflada por los paisanos que dieron los datos al catastro, a fin de liberar de impuestos a los más menesterosos, pero conviene recordar que muchos jornaleros de la villa, sobre todo los “temporeros”, estaban en situación muchas veces cercana a la indigencia; asi como era verdad también, que algún vecino tenía tan escaso patrimonio, que si las cosas venían mal, podía verse en situación menesterosa… Y, continua D. Cosme, por no hablar de las “viudas pobres” de la villa, que no aparecen tipificadas en el catastro, pero que eran unas 30 a 35, de las que, solamente 9, vivian con algún hijo. Como otros hechos destacables de los registros, sigue D. Cosme, en aquella mitad del Siglo XVIII, las tasas de natalidad en Manzanares eran altas, pero también las de mortalidad, que aumentaban en años de epidemias, .La mortalidad de mujeres en el momento del parto, o la de recién nacidos, era similar a la de otras villas, pero algo más elevada entre los más humildes, relacionado con el nulo control médico de ese grupo. La decadencia física de los manzagatos, prosigue D. Cosme, se advertía, más o menos, a partir de los 45 años, y solo un 13% de hombres y el 11.5% de mujeres, sobrepasaba los 50 año, siendo tan escasos como el 2,9% de hombres y el 2% de mujeres, quienes cumplían los 65 años…Como más longevos de Manzanares destacaban Elvira Martínez de 98 años y Miguel López de Pablo de 96; cifras, sin duda alguna, desorbitadas para la época.. 

Y para terminar, me dice D, Cosme, le citaré a una serie de disminuidos físicos a causa de accidentes: ceguera, etc.. que, por su situación, se podían considerar indigentes o muy cercanos a eso.. Todos, eran muy conocidos en la villa, por esa su condición, por ej, un hijo de Juan Izquierdo Peñuelas y otro de Andrés, el "Basca", (ambos jornaleros); José Antonio Alegre, que era, además, viudo, sin profesión conocida y Manuel Navarro, casado, pero conceptuado como pobre de solemnidad, y también sin profesión, a quien servía de lazarillo un sobrino suyo, conocido como Francisco, el "Coco", de 10 años. Como otras curiosidades, se citaba como mancos a Alfonso Rodríguez Serrano, casado, y a Pablo Caravantes, soltero, de 70 años, Se tipifica de “baldado” a Tomás de Resa, de 78 años…y se cita a un huérfano de 14 años, llamado José Antonio Capilla, del que se comenta “dedicaba el tiempo a estudiar”, no sabemos si por la caridad de alguien… 

Y de eso, de la caridad benefactora de mucha gente de Manzanares, le hablaré también es este relato, me dice D. Cosme… Como en otras etapas de la historia de este increíble pueblo, en el Siglo XVIII, Manzanares destacó con ejemplos de ayuda solidaria entre vecinos.. En el día a día, era común la donación o el compartimiento de alimentos entre las casas, cuando se conocía que alguna pasaba por mal momento,... resultaba admirable la resolución solidaria y desprendida del común de las gentes de la villa... Esa actitud, compresible entre la gente de similar estrato social, sigue D. Cosme, también aparecía desde gente pudiente, hacia los menesterosos. Ya le comenté, que los próceres de la villa, al elaborar el catastro, intentaron obtener el máximo beneficio para la gente humilde, “inflando” su mala realidad, para que fueran mejor tratados en los impuestos. . Pero alguno de esos hidalgos destacó por su actitud benefactora, en momentos muy difíciles para sus paisanos, como le contaré enseguida para la conclusión de este relato.

Puente de los Pobres, en la entada a Manzanares por la carretera de Andalucía.

Corría el año de 1734, y acababa de iniciarse la primera comendaturía borbónica de Manzanares, que, ciertamente, no comenzó nada bien; la cosecha de cereales se perdió por falta absoluta de lluvia. La cosa fue de tal enjundia, que los campesinos de la villa lo bautizaron como el “año de la nanita”, (por no haberse cosechado “nada de nada”). La situación era mala en todo el Reino, pues en la primavera de ese año el grano se agotó en muchos lugares, ya que las cosechas previas tampoco habían sido buenas. El trigo y los cereales, eran imprescindibles para la subsistencia de humanos y animales; y no se trataba de la simple ruina económica, era la supervivencia vital la que estaba en juego. Además, el desabastecimiento disparó la demanda, con la consecuente especulación y la subida del pan. En Manzanares, ante la nula cosecha, los campesinos no pudieron llevar nada a un pósito que ya estaba prácticamente vacío. La situación era desesperada, y con el abastecimiento amenazado, el alcalde mayor intervino para frenar la especulación, prohibiendo la compra del grano que quedaba en la villa.. Muchos comerciantes se quejaron al Gobernador del Consejo de Castilla, quien, en una carta que se hizo famosa, increpó admonitoriamente al alcalde mayor, de esta guisa: 

“Con motivo de haber llegado algunos arrieros a comprar granos a esa villa y habérseles embarazado se me ha dado cuenta de que vuesa merced à prohibido el libre comercio dellos en contravención de lo acordado por el Consejo, que debiera tener presente, lo que prevengo a vuesa merced para que con ningún motivo embarace que libremente se trafiquen y comercien los granos de unas partes a otras pues de lo contrario se tomara providencia que le deje condignamente corregido”…

El alcalde mayor, sigue D. Cosme, tuvo que levantar la prohibición, y los especuladores, envalentonados, acabaron con el grano que restaba en la villa, que quedó en un estado de indigencia; tanto que, tras la protesta de varios regidores del Concejo de la villa al Consejo de Castilla, éste rectificó su anterior orden, enviando una misiva a nuestras autoridades, a las que aconsejaba proceder así:…“permitiendo la saca, después de reservar el trigo necesario para el sustento del vecindario en cada pueblo y que así lo debieron vuesas mercedes ejecutar y no exponer a los vecinos a la angustia que representa”…Pero era tarde, no quedaba nada en el Pósito,, y el Concejo tuvo que solicitar al Rey que vendiese a la villa todo el grano que, en forma de diezmos, los vecinos había aportado a la Encomienda.. El Rey, a través de su hijo, el infante Felipe, recién nombrado Comendador de Manzanares, accedió a ello ante la dramática situación, vendiendo todo el grano almacenado en el Castillo y en la Casa de la Tercia, al precio de su tasación.. La verdad es que esta decisión del infante Felipe sobre Manzanares, una de las primeras que tuvo que tomar, fue muy bien acogida por las gentes de la villa, que se sintieron aliviadas del desasosiego en que vivian… no pensaron, ni por un momento, en lo que iba a venir enseguida… Como el precio que el Concejo pagó por el trigo fue muy asequible, el precio del pan resultante era bastante más bajo que el de villas cercanas.. y, enseguida, Manzanares se llenó de comerciantes especuladores, que compraron grandes cantidades de pan para revenderlo en otras villas mucho más caro. Esto provocó muy pronto escasez importante de cereal en el Pósito, lo que obligó al Concejo a establecer un punto de venta exclusivo para forasteros, donde el pan se vendía a precio más alto que el que pagaban los paisanos. Pero la medida llegó tarde, y el grano se agotó antes de la siguiente cosecha. Los más pobres pasaron hambre, y se constató un aumento de mortandad en los dos años siguientes. Para más inri, sigue D. Cosme, las cosechas de esos dos años (1735 y 1736), fueron malas, manteniéndose el Pôsito en niveles bajos… y, para poner triste guinda a esa crisis, la gran seguía del año 1737, obligó a consumir la mayor parte del escaso almacenaje del Posito que, a fechas de Septiembre de ese año, solo contenía unas 5.000 fanegas de trigo, 4.000 menos de las precisas para cubrir las necesidades de la villa hasta la siguiente cosecha; en momento, además, en que sus gentes no tenían suficiente dinero para comprar trigo en otras villas, por los altos precios a los que se cotizaba… De nuevo, la situación se hizo desesperada, por lo que, sigue D. Cosme, el Justicia Mayor de la villa, Ldo D. Balthasar.Quilez Ibañez, recurrió a un prohombre de Manzanares, el Presbitero y Comisario local del Santo Oficio D. Francisco Treviño Quesada, que era tío de quien hemos conocido fue máximo exponente del Mayorazgo Quesada, D. Francisco Quesada Treviño. 
Escudo de los Quesada-Treviño.

Pues bien, el tío, un hombre austero y bondadoso, poseía una de las mayores fortunas de la villa, era propietario de 6 casas y de bastantes tierras y quiñones, a la vez que dueño de un molino de aceite y una posada.. pero, sobre todo, y por eso acudieron a él, era poseedor de bonhomia, de una actitud benefactora y solidaria, reconocida en la villa por todo el mundo .Siempre que conocía alguien en dificultad le solía ayudar y, de hecho, en muchas ocasiones antes de esta, había socorrido a la villa con dinero, grano o aceite.. Se diría, sigue D. Cosme, salvando distancias y sin llegar a tanto, que su benefactora actitud, recordaba a ese otro gran hombre de Manzanares del Siglo XVI, D. Sebastian Gómez de Rabadán…

El caso fue que, el Justicia Mayor, comisionó al Ldo. Francisco Cuenca Manzanares y al Procurador Síndico de la villa, D. Juan de Cabreros Merino para que fuesen a hablar con el Sr. Treviño y pedirle ayuda. Este, haciendo gala otra vez de su proverbial altruismo, y conociendo muy bien la desesperada situación de la villa, sin casi dejarles hablar, les donó cien mil reales, una cantidad exorbitante para la época y el momento, que alivió de forma considerable la agobiante situa
ción de la villa. Se cuenta que no estableció interés alguno para la devolución del dinero, con las siguientes palabras “….cuando se pudiera y sin premio de un maravedí”…
 

Y concluya, así, mi querido amigo, esta crónica,… que dio cuenta de algo común, la pobreza… y de algo no tan frecuente, pero emblemático de este gran pueblo que es Manzanares de La Mancha, la generosidad y el altruismo de sus gentes…




lunes, 10 de diciembre de 2018

192). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL MAYORAZGO QUESADA.



En este relato que le propongo comenzar -me dice D. Cosme- quiero hablarle de una institución castellana muy antigua, El Mayorazgo, vigente en el Reino de España desde la Edad Media, pues “nació” en tiempos de la Reconquista,.. El Mayorazgo fue una forma de asegurar la hacienda de una familia noble en un único “heredero”. 

De ese modo, continua D. Cosme, se pretendía controlar el poder económico del clan familiar en una sola persona, con el objetivo de garantizarle una mayor solidez y estabilidad... El Mayorazgo fue regulado en tiempos de los Reyes Católicos, en el año de 1505, por las conocidas como “Leyes de Toro”.. En ellas, sigue D. Cosme, se estableció el entramado legal que determinaba la manera de concentrar la hacienda familiar en “el heredero”.

En el costumbrismo social de la época de la Reconquista, sigue D. Cosme, El Mayorazgo, parece que ganó muchos enteros entre la hidalguía castellana, por la propia circunstancia histórica que se vivía, con la necesidad de afirmar la propiedad fronteriza de los territorios que se iban ganando para el Reino, a la vez que evitaba muchos litigios sucesorios, derivables de una división de la tierra entre varios herederos, algo que en los Mayorazgos no se producía… Sin duda, sigue D. Cosme, El Mayorazgo presentaba ventajas económicas, en un territorio como el Reino de España, entonces en continuo cambio... Con El Mayorazgo, cambiase lo que cambiase la hacienda de la familia, todos los bienes quedaban asegurados en el “heredero”. 

Las condiciones de la herencia, sigue D. Cosme, se concretaban al crear El Mayorazgo; el heredero debía adoptar el apellido del vínculo, y solía ser el mayor de los hijos varones, aunque no fue excepcional que se designara otro hombre o mujer del clan familiar, si se le considerara más capacitado. Los demás familiares, sólo podían heredar los escasos bienes libres, no ligados a la hacienda, razón última, esta, por la que muchos de ellos, o ellas, emprendían con frecuencia la carrera militar o eclesiástica, para no sufrir dificultades económicas... En Manzanares, sigue D. Cosme, El Mayorazgo, tal como indica el encabezado del relato, tuvo su representación más reconocible en torno a la hidalga familia de los Quesada...y hablaremos de ella, ahora, en esta crónica del Siglo Ilustrado, por varias razones; la primera, porque fue durante este Siglo XVIII, cuando el Mayorazgo de Manzanares, alcanzó su mayor gloria y esplendor, en la figura de Don Francisco Quesada Treviño, lo que nos permitirá, además, hacer consideraciones sobre su persona, sin lugar a dudas, el paisano más relevante de la centuria en nuestra villa y que poseía la mayor hacienda de Manzanares en ese tiempo….

Además, hablaremos del Mayorazgo, para conocer la historia del linaje de los Quesada en nuestra villa,… y por último, porque esa institución de El Mayorazgo, desapareció en España casi a la vez que la misma centuria, en los primeros tiempos del siglo XIX… Haciendo un poco más de historia, sigue D, Cosme, en el Reino de España, durante la Reconquista, aparte de la nobleza oficial, con sus linajes habituales: Condado, Ducado, Marquesado o Baronía; se otorgaba el título de “hidalgo” a personas que se habían significado en distintas batalles o lances militares a favor del Rey… Al ser nombrados hidalgos, quedaban exentos de pagar impuestos, pero a condición de recibir instrucción militar y permanecer a disposición del Rey, ante cualquier eventual llamada a la guerra...

Manzanares, sigue D. Cosme, como muchas otras villas que nacieron ya avanzada la reconquista, no tuvieron nobleza autóctona, toda era “importada” de otros territorios, como los casos del Marquesado de Salinas y, posteriormente, el condado de Sevilla la Nueva, y también ese era el caso de todos los hidalgos que tuvo la villa desde su fundación… y, uno de ellos, el primero del linaje Quesada, fue D. Bernardo de Quesada, un militar que llegó a Manzanares al final del Siglo XV, en el año 1484, de la mano del nuevo Comendador del Lugar, D. Alonso de Avila,… 

Escudo de los Quesada-Treviño.

D. Bernardo de Quesada, sigue D. Cosme, falleció muy pronto y, a su viuda, Doña María Fernández, el Concejo de Manzanares le retiró la condición de hidalguía, lo que pudo abortar en sus principios la larga historia posterior de los Quesada en Manzanares… Pero el Comendador Alonso de Avila, continúa D. Cosme,con su erudición habitual, intercedió a favor de Dª María, en el pleito que mantuvo contra el Concejo de la villa…y el Consejo de la Orden de Calatrava, determinó, finalmente, devolver la condición hidalga a Dª Maria y a sus herederos; iniciándose la larga historia, prolija en acontecimientos muy trascendentales para Manzanares, por mor de esta hidalga familia., como, por ej, los protagonizados por el más ilustre de sus miembros en el Siglo XVI, el bachiller Francisco de Quesada; quien fue Regidor Perpetuo del Concejo de Manzanares, miembro del Santo Oficio y colaborador de manera muy relevante en la redacción de las Relaciones Topográficas de Felipe II, referidas a Manzanares, allá por los años que mediaron entre 1579 y 1581… año, este último, en que falleció, legando una herencia estimada en más de 20.000 ducados... 

Su viuda, D. Maria González de Hinoxedo, prosigue D. Cosme, continuó la aportación familiar a la villa de Manzanares, fundando y financiando la primera de las esplendidas y bellísimas capillas que tiene la Catedral de Manzanares; la Capilla de San Ildefonso, que quedó terminada, para mayor gloria de la Parroqial en el año de 1589... Poco después, en 1592, continua D. Cosme, los hermanos Blas y Bernardo de Quesada, fundaron y financiaron uno de los inmuebles más monumentales y de más historia que hay en este pueblo de Manzanares, el Convento Monasterio de las Franciscanas de clausura, donde ingresarían, como primeras monjas, cuatro mujeres del clan Quesada. Al final de ese siglo XVI, D. Francisco Quesada Fernández, continuó el linaje Quesada, estableciendo, la principal residencia familiar en el esquinazo de la calle Ancha, con la calle que sería conocida por siempre, y por esa razón, como calle del Mayorazgo...

 Ya en el siglo XVII, sigue D. Cosme, D. Francisco Quesada Canuto, continuó la saga.. De él, prosigue, ya supimos, al comentar los incidentes de aquella famosa fiesta de moros y cristianos, la zuiza, que acabó en un pleito, tras múltiples incidentes, donde el Sr. Quesada Canuto, entonces alcalde y regidor del Concejo por el estado noble, se vio implicado y fue sancionado por negligencia, al consentir que se incumpliera la ley que obligaba a los moriscos a no portar armas. Sin embargo, a efectos del presente relato, sigue D. Cosme, lo que más procede comentar de su trayectoria vital, es que viene citado en la historia familiar, como fundador de un Mayorazgo en el año 1628... que heredaría, ya con esa condición de Mayorazgo, su hijo mayor, y primogénito, Alonso Quesada Canuto… 

Rey Felipe V.

El devenir de los Quesada en ese siglo de penurias que fue el XVII, fue tan dificultoso como el de la gran mayoría de la gente de la villa, al extremo que uno de sus hijos, Francisco de Quesada, hubo de pleitear con el Concejo para mantener la condición de hidalgo, tal como le sucedió a la viuda del iniciador de esta saga en Manzanares.. El prestigio y ascendiente personal de este D: Francisco Quesada, fue bastante como para lograr mantener la condición hidalga de su apellido, aparte de ser nombrado por el sector noble, en varias ocasiones, alcalde y regidor de la villa. A este Francisco, se debe la donación de parte de la casa familiar, que amplió la colindante Ermita de la Veracruz, a cambio de permitirle abrir una ventana que comunicaba la ermita con la casa, y le permitía rezar y tener, frente a frente, al inconmensurable Cristo Arrodillado del Perdón, la imagen más venerada de la villa de Manzanares. 

La boda de Francisco Quesada Canuto, en 1704, con Agueda María Treviño Céspedes, perteneciente a la distinguida y noble saga Treviño, de Ciudad Real, supuso un enorme incremento patrimonial para el Mayorazgo, constituyendo, sin lugar a dudas, la mayor y más rica hacienda de la villa, que luego heredaría el gran Francisco de Quesada Treviño, a quien citamos al inicio de la crónica, y con quien la terminaremos, apostilla D. Cosme...

 D. Francisco Quesada Treviño, que había nacido en 1705, con la suma en su Mayorazgo de múltiples bienes de las dos ramas, concretó una hacienda y un patrimonio extraordinario, al que unió, por herencia, la mitad de los también cuantiosos bienes que tenía en la villa su tío, el Presbítero D. Francisco Treviño de Quesada, personaje venerable, este, del que hablaremos en otro relato... De esa manera, el Mayorazgo Quesada Treviño, obtuvo del Rey Felipe V el derecho a ostentar un escudo nobiliario propio, en el que están integrados los blasones de las dos familias: Quesada y Treviño, y que hoy, todavía, enseñorea, tallado en piedra, la esquina del primer piso de la casa familiar en la calle del Mayorazgo.

Como correspondía a su rango, nobleza y hacienda, fue alcalde por el estado noble y también regidor perpetuo de la villa. Por esta razón, participó directamente en la elaboración del Catastro de la Ensenada referido a nuestra villa. Por los datos que quedaron concretados en el citado Catastro en 1752, sabemos que D. Francisco Quesada Treviño compartía la casa familiar con dos de sus hijos, teniendo al servicio de la casa, con carácter fijo: un mayordomo, un mandadero, tres criadas, un mayoral, tres gañanes y nueve pastores, aparte de los jornaleros que contrataba, de manera eventual, cuando las tareas agrícolas así lo demandaba. 

Y, sigue D. Cosme, la inmensa hacienda que poseía el Sr. Quesada Treviño en su Mayorazgo, se concretó en el Catastro de esta guisa: ocho casas en el núcleo urbano, de las que destacaban; la mayor de todas, de unos 1800 metros cuadrados, situada en la Calle San Antón; la residencia familiar de la calle Mayorazgo, de 989 metros cuadrados y otra de 780 metros cuadrados en la calle Empedrada…En el Catastro, se especificaba que poseía más de 1.500 fanegas de secano; 81 fanegas de viña, de las que 61 contenían olivos, 31 fanegas solo de olivares y una huerta…Su cabaña animal, sigue D. Cosme, se tasó en un rebaño de más de mil ovejas, nueve mulas, once burros y un caballo. Entre otras propiedades aparte, se cuentan: Un mesón en la plazuela del Ponce, dos tercios del molino harinero de Don Blas… y, en el extrarradio, cuatro quinterias y una venta, que llevaba el nombre del apellido familiar a unos 14 kilometros al norte de la villa..Todo ello, concluye D. Cosme, se concretaba en una renta declarada al Catastro de 62.408 reales, con mucho la más grande de la villa, de la que D. Francisco Quesada Treviño era, sin duda, el vecino más rico y poderoso y, sin duda, tambien, el mas egregio representante de El Mayorazgo Quesada en la villa de Manzanares de La Mancha… Pero, con todo y con eso, la parca lo igualó a los demás humanos, el día 23 de septiembre de 1769, reposando hoy sus restos, desde aquel día, en las bóvedas de la capilla de la catedral fundada por sus antecesores. 

Y de usted aquí por concluido el relato, por cuanto que aunque el linaje Quesada mantuvo su trayectoria en Manzanares un siglo más, hasta que desapareció en 1875, al fallecer sin descendencia D. Martín de Quesada, esto último pertenece a otra centuria que aun no toca ser narrada, y por que, además, ya nada fue lo mismo, ni tan trascendente para Manzanares, en lo concerniente a esa familia que hoy he querido recordarle aquí, para que usted se lo recuente a sus lectores.

domingo, 9 de diciembre de 2018

191). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EXPERTOS EN TARANTISMO.

Como acaba usted de conocer, comienza, así, D. Cosme este nuevo relato, tuvimos en este pueblo un gran experto en las artes del “tarantismo” o, para mejor entendedera, en todo lo que concernía, en aquel final del siglo ilustrado, a las tarántulas, los efectos de su picadura y su tratamiento mediante la música y el baile...y ese fue, ni más ni menos, que el cirujano titular de la Villa de Manzanares de La Mancha, Don Vicente Aguilera.. 

Pero, sigue D. Cosme, no solo él destacó en Manzanares en esas lides y conocimientos, pues, en 1766, hay constancia escrita del primer caso tratado con éxito de un enfermo de picadura por tarántula en Manzanares…y, en aquella ocasión, parece que intervino un paisano, ya anciano por ese tiempo, llamado José Pérez Lorenzo, que era la referencia natural que existía en la Villa para ese menester…Nada más hemos sabido, continua D. Cosme, sobre sus dotes, ni sus logros posteriores, porque nada quedó escrito, pero es seguro que enseñó a tocar la tarantela a otro afamado paisano, D. Vicente Clemente,… quien, este sí, como pronto veremos, se convirtió en la referencia máxima en nuestro pueblo, y en todo el Campo de Calatrava, en las técnicas de tratamiento musical y de baile a los “picados” por las tarántulas…

D. Vicente, Clemente, al igual que otro paisano del que sabemos se llamaba “Tomás” tocaban la tarantela a cualquiera que fuese picado en la villa, observando sus reacciones…. Clemente, escribió que:.. “había tocado a todos los picados”….y en sus comentarios hace esta curiosa descripción de la danza de los enfermos, al son de la tarantela: ..”sin levantarse de la cama, los enfermos movían primero los dedos de las manos, después los pies, y finalmente todo el cuerpo”…, “que parezia, que les mobia Cosa Sobre natural”…De sus observaciones, Vicente Clemente, dice que: “el baile más largo había durado cinco días, y el más corto “sólo” dos… 

Es oportuno, ahora, que yo le recuerde, querido cronista -prosigue D. Cosme- que todas estas historias suceden al final del Siglo Ilustrado, justo cuando el raciocinio humano se asentaba como principal instrumento de la ciencia…Por tanto, todo esto de los bailes y los sones de tarantelas, era fuertemente cuestionado por muchos, que lo consideraban pura superchería, atribuyendo los síntomas de los pacientes a reacciones de histerismo ante lo que les podría ocurrir al ser picados, más que a los efectos del veneno tarantular, ..y que las supuestas curaciones que les proporcionaba el baile, no eran otra cosa que el poder de la sugestión de los distintos “chamanes” que tocaban las tarantelas... 

Viuda negra europea.

De hecho, sigue D. Cosme, hoy, en 1912, sabemos que el veneno de tarántula no es especialmente morboso para el ser humano, y solo ocasiona síntomas locales leves… Aunque, desde luego, continúa, nadie puede asegurar que las cepas de tarántula de aquel tiempo fuesen más venenosas.. o que, algunos de los picados, lo fueran por otro arácnido más pequeño y típico de la cuenca mediterránea, la llamada “viuda negra europea”, que si que tiene un potente veneno que ataca el sistema nervioso. El veneno de este arácnido ocasiona síntomas generales muy importantes; incluso con resultado de muerte en alguno de los afectados; ….que comienzan a presentar, desde la zona de la picadura, dolores que se extienden a todo el cuerpo, apareciendo temblores musculares de las extremidades, sudores, escalofríos, intranquilidad, mareos, hipotermia, convulsiones, alucinaciones, etc.. que recuerdan muy mucho a los síntomas observados en los tarantulados.. 

Sea como fuera, los expertos en “tarantismo”, en sintonía con el carácter ilustrado de la centuria, sostenían la tesis, (para ellos tan científica como la que más) que por la acción de la música y el baile intenso del picado, se motivaba un gran sudor y transpiración, que contribuía a acelerar la eliminación del veneno.., a la vez que el movimiento del bailarín, contrarrestaba el bloqueo muscular que provoca el tóxico, evitando, por ej, parálisis respiratorias en los picados… Por eso, los expertos de Manzanares, sigue D. Cosme, daban mucho más valor a la intensidad del baile que a la cualidad del són… y tocaban siempre una misma tarantela de ritmo muy rápido y vibrante, mientras que, en otros lugares, se tocaban distintos sones de esa música, según el tipo de tarántula que hubiera picado. Los mejores resultados de Manzanares en el tratamiento de los picados, en relación a villas próximas, sigue D. Cosme, hablarían a favor de la hipótesis en que basaban el tratamiento nuestros expertos: la intensidad del baile, y sus efectos en la eliminación del veneno...


Para acabar el relato, y dar fe de nuevo a sus lectores, de la jerarquía de Manzanares y, en concreto, de D. Vicente Clemente, en cuestiones de tarantismo, quiero que usted añada, al mismo, uno de los casos más referidos y comentados de aquella época en La Mancha, seguramente por que afectó a un hombre de cierta relevancia en Daimiel.. Esto es lo que quedó escrito al respecto del dicho caso en varias citas de ese tiempo: 

“El 4 de agosto de 1784, Manuel Córdoba, habitante de la localidad de Daimiel (La Mancha), sintió entre sueños, a eso de la una de la noche, una picadura a la cual en un principio no prestó atención. Sin embargo, poco después comenzó a experimentar un dolor que se iba extendiendo desde el cuello hacia el estómago, y que le dejaba los miembros entumecidos. Los dolores se iban apoderando de su cuerpo, y eran tan penetrantes que tenía la impresión de que una serpiente se le había ceñido alrededor y se introducía en su interior. Le dijo a su mujer que se estaba muriendo. Se avisó al médico local, el licenciado Don Mariano Candela, quien habiendo oído las informaciones sobre el estado agónico del paciente, aconsejó en un primer momento que el enfermo se confesara, algo que éste hizo con sus últimas fuerzas. Sin embargo, tras analizar al paciente cambió su decisión, y ordenó que se le administrara una lavativa y se le dieran bebidas calientes. Este tratamiento no sólo no ayudó, sino que el estado del enfermo empeoró: empezó a tener convulsiones y a cubrirse de sudor frío. Se mandó traer los santos óleos. Fue entonces cuando uno de los vecinos dijo: “no sea que le haia picado la tarantéla, y si fuese asi mui pronto estará bueno, pues Fulgencio Martin Negrillo sabe tocar el son conqe se curan todos, y acaban de hacerlo en Manzanares dos picados y otro en Almagro”.
 
Tarantela siciliana.

Se encontró pues al citado Fulgencio, quien dejando la comida que en ese momento estaba consumiendo, cogió su guitarra y se dirigió a casa del enfermo, donde comenzó a tocar. Según los testigos, la música reconfortó de tal manera al moribundo Córdoba que empezó a moverse; se levantó sin dejar de moverse al ritmo de la música y se puso a bailar, sudando tanto que allí donde pisaba dejaba una huella mojada. Bailó durante aproximadamente dos horas y después cayó rendido; pero como quiera que seguía oyendo los sonidos, tras unos momentos se lanzó otra vez a danzar. De esta forma, descansando cada cierto tiempo, estuvo bailando y sudando durante 24 horas, tomando únicamente caldo y agua. Después sanó por completo”…

Como se dice en ese escrito, comenta D. Cosme, en esa curación tuvo gran relevancia Manzanares.. y es que -sigue- la casualidad había hecho que, unos días antes, Fulgencio Martín Negrillo, estando de visita en nuestro pueblo, tuviese la ocasión de observar las técnicas de Vicente Clemente, al que pidió le enseñase a tocar a la guitarra la tarantela. Este episodio de la estancia de Martín Negrillo en Manzanares, sigue D. Cosme, quedó escrito y referido en el expediente del caso de D. Manuel Cordoba, de esta manera:

“Con este panorama, resulta muy interesante la narración hecha por el pintor y músico local Fulgencio Martín Negrillo, a quien se pidió ayuda cuando la situación se hizo crítica. Según cuenta, “hallandose en la villa de Manzanares el día de la Virgen del Carmen del presente año observó a una multitud de Gentes, que iban azia el Hospital y preguntado la Causa, le expresaron, que a un Segador forastero le havia picado la tarantula, e hiva a vailar”. Se unió al gentío y fue testigo de cómo un hombre ya moribundo, bajo el influjo de una música llamada tarantela e interpretada a la guitarra por un tal Vicente, empezó primero moviendo los dedos, luego los brazos y las piernas, y finalmente se ponía a bailar. Después se sintió mejor. Por esos días algo idéntico le sucedió a otro habitante de Manzanares. Fulgencio le pidió a Vicente que le enseñara a tocar esa música. Tomó unas lecciones, y al volver a Daimiel contó a sus amigos lo que había ocurrido. Al parecer, una de las personas que oyó lo relatado, al darse cuenta que los síntomas se parecían a los del señor Cordoba, se lo dijo a Fulgencio, quien dejó a medias la comida, cogió su guitarra y se dirigió a casa del afectado. Por el camino se encontró a los familiares del señor Córdoba, que corrían a buscar al doctor, ya que el estado del enfermo era cada vez peor. El músico los hizo volver atrás, pues en su opinión primero se debía comprobar si se trataba de una picadura de tarántula. En efecto, resultó que cuando comenzó a tocar en casa del señor Córdoba éste se recuperó, por lo cual se consideró que el diagnóstico era correcto, y en consecuencia se siguió aplicando esta terapia….”

Así pues, querido relator, dicho todo esto, puede usted dar fín a estas curiosas crónicas sobre tarántulas y tarantelas, pues ya han sido suficiente para que quede reconocida, una vez más, la relevancia que el pueblo de Manzanares de La Mancha, debido casi siempre a la capacidad de su paisanaje, ha tenido a lo largo de su brillante historia en temas de muy diversa enjundia…


190). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DE TARANTULAS…Y TARANTELAS.



Hoy toca, mi querido cronista, inicia D. Cosme el relato, hablar de algo curioso, que a ud, seguro le resultará atractivo…, pues es, junto a la que ya conocimos en un relato previo acerca del Azuer, una de las primeras veces que la prensa escrita nombra a Manzanares, y a gentes de este pueblo magnífico. 

La cita apareció en una gaceta muy afamada, el “Memorial literario instructivo y curioso de la Corte de Madrid”, a finales del Siglo Ilustrado, concretamente en Diciembre de 1787.., y es por eso que, resulta oportuno referirla ahora… Se trata de un documento elaborado en Manzanares por un ilustre paisano; en el cual, sigue D. Cosme, se da testimonio de ciertas habilidades de algunos de nuestros paisanos de finales del siglo XVIII, en lo que se suponía era mejor tratamiento de las consecuencias morbosas de la picadura de un arácnido, temible por aquellos tiempos: la tarántula… 

Pero, sigue D, Cosme, la cosa merece algo de historia sobre cómo estaba este asunto por entonces, y nada mejor para hacerlo que transcribir el citado informe, tal cual fue publicado, bajo el título de:… “DESCRIPCION DE LA TARANTULA, su picadura y efectos que causa, con las observaciones hechas hasta ahora por D. Vicente Aguilera, Cirujano titular de la Villa de Manzanares”.....y decía: 

“La tarantula es un animal venenoso de figura de Araña, con ocho patas algo pequeñas y gordas: el medio cuerpo de delante, (en el concepto común el mas venenoso) cuyo cutis se reconoce ser algo felpudo, o velloso, es pequeño y delgado, parecido al de una hormiga, y el posterior gordo y redondo: se diferencian entre ellas en el color, unas se hallan negras a semejanza de una uba tinta, y otras muy hermosas de diferentes colores á rayas, ya roxas, ya verdes; solo se crían en el campo en las hazas y sembrados, pues aunque se han visto algunas en las casas, esto proviene de haberse llevado entre leña, paja, etc,.. se encuentran en el suelo reconociéndose por una tela de Araña muy gruesa, que á su rededor está llena de diferentes insectos, o animalillos que matan para su alimento. En la estación del Estío, que se encuentran con facilidad a cada paso, son mas ponzoñosaa, y están tan irritadas, que los pobres labradores precisados a coger sus frutos van por sus sembrados con el mayor recelo, temerosos de la envenenada picadura de estos animales, que solo la executan en dicho tiempo, pues en el invierno no se halla ninguno, ignorándose su paradero. Tiene su nombre de la ciudad de Taranto en el Reyno de Napoles, en donde fue antes mas conocida, siendo tan común en ella la picadura de este animal, que se ha hecho costumbre el bailar el tono o son, que sirve para su remedio (llamado tarantela) en los saraos y funciones, lo que igualmente sucede en la Villa de Manzanares y en toda la Mancha, cuyos moradores lo bailan comúnmente habiéndolo aprendido por el uso de los pacientes picados. 

tarántula.

Las consequencias de esta picadura son sumamente peligrosas, dexandose reconocer el daño que en la maquina corpórea causa por los efectos que se han observado de 10 años a esta parte. Es tan activo y eficaz y pronto el veneno de este animal, que luego que pica, inmediatamente se quexa el paciente de un dolor vivísimo que se extiende por aquella parte, y se dilata al todo del cuerpo; se mueven seguidamente á nauseas y vomitos; el vientre se indispone de manera que quieren escrementar, y los nervios adquieren tal debilidad, e inacción, que cae el cuerpo sin poderse tener: acometenles incontinenti unas ansias ó congojas, como las que se padecen en la Idrophobia, y vienen a parar en un sopor ó letargo. Estos accidentes se verifican en el espacio de quatro ó seis horas; y en la parte picada ú ofendida se nota una elevación como una almendra á similitud de una roncha de color natural, y una pintica de color libido ó negro: interiormente siente un dolor muy vivo y eficaz, acompañado de un excesivo escozor en todas sus carnes que penetra hasta los dientes y uñas: les acomete en el instante calentura y un sudor tan frio que cotejado con el pulso, que algunas veces se advierte intermitente y pausado con gran prostracion de fuerzas, parece acelerárseles la muerte por instantes: pero por la práctica de muchos que en la Provincia de la Mancha han sido picados de 10 años a esta parte, se ha experimentado aliviarse y curarse este mal con la medicina tan estraña y particular como es la música con el son o tono llamado tarantela, cuyos efectos son los siguientes: Quando se hallan prostrados los pacientes en la cama, poseídos del sopor y total inacción, se les principia á tocar el referido tono, y se observa, en unos mas pronto que en otros, que empiezan á mover dedo, mano, pie, rodilla, ó cabeza; seguidamente va comunicandose aquel movimiento de combulsion por las extremidades, abren los ojos, se empiezan a desarropar, se sientan en la cama, y ultimamente se arrojan de ella, dirigiéndose al eco de la guitarra con la vista fixa al tocador, bailando sin perder un punto el compas, y avivándolo ó retardándolo según lo executa el tocador; de este modo subsiste hasta que para el tono, con la particularidad que algunos, luego que cesa este, dan en tierra precipitadamente: posterior al baile se vuelven á la cama y sudan copiosamente, suministrándoles alimento de quando en quando, el que por lo regular vomitan hasta pasados los dos primeros días de baile. 

Para que con mas prontitud curen se sigue tocándoles hasta que á beneficio de dicha medicina y su efecto, se empiezan a despejar, toman algún alimento con sosiego, y los mismos pacientes suplican les toquen la tarantela para recobrarse con más brevedad; de modo que el que no se restablece a los cinco ó seis días, muere sin remedio, como se ha verificado en la Villa de Valdepeñas que han muerto dos practicando la expresada medicina, lo que se atribuye á descuido, ó poco conocimiento del mal que padecían. Es tal la propensión o simpatía que les queda a los tarantulados á la música, que aun después de estar buenos, siempre que oyen tocar algún instrumento perciben tal gusto que se ven precisados á baylar si no se retiran; como sucedió a N. Calero (conocido con el nombre de Tarantela, y el primero que en Manzanares se vio picado) en la Función que en dicha Villa se celebra á nuestra Señora del Carmen que tuvo precisión de salirse de la Iglesia; y lo mismo sucedió a otro que estando tocando á un hermano suyo que se hallaba picado, se vio precisado a baylar y brincar, no obstante que él desde el año anterior se hallaba bueno. Aseguran que estos animales y en particular el que pica, si se trae y conserva en una redoma ó vaso, bayla y brinca quando se le toca al tarantulado, y muere luego que sana el enfermo...

Baile de la tarantella italiana.

Observacion
El día 22 de Julio de este año sintió Francisco Pozero una picadura en la boca del estomago, soltó lo dos haces de mies que llevaba y vió la Tarantula que le había picado; al instante notó un dolor muy intenso, que se extendió inmediatamente por todo el pecho y brazo izquierdo; empezó á vomitar; se le removió el vientre y al tiempo de regirle cayó inmóvil; acudieron los compañeros á llamarle; pero no respondia sino con mucho trabajo diciendo que era tan intenso el dolor que no podía sufrirlo; le conduxeron á su casa y le halló el expresado D. Vicente Aguilera con unas ansias de muerte, respiración fatigosísima, movimientos espasmódicos generales, sudor frio y copioso, ojos caliginosos, semblante quasi hipocrático, pulso a intervalos tardo y perezoso, ó acelerado y duro, y demostrando al parecer muerte violenta... Se principió a tocarle la tarantela, y al cabo de un rato empezó á menear la rodilla derecha, descubrió los brazos, meneaba la cabeza, y siguió moviendo el cuerpo hasta sentarse en la cama, echarse fuera de ella, y principiar a baylar con un compás y movimiento de pies tan particular y arreglado que ningún Maestro de bayle lo podía executar con mas perfección; al cabo de un rato se le restituyó a la cama, siguiendo toda aquella noche, aunque baylando y sudando con las mismas ansias de muerte, y sin poder tomar alimento por los continuados vómitos que le sobrevenían. Al día siguiente se hallaba mucho mas prostrado de fuerzas con una decadencia en el pulso muy grande, todo su cuerpo hierto, sin responder a nadie, aunque le diesen voces, é inmóvil, menos quando tocaban la guitarra que exercia las fuerzas referidas: por la tarde baylaba con menos vigor, y demostraba no poderse tener, aunque por la práctica parece imposible que puedan caerse mientras dura la música: siguió toda la noche muy agravado; pero al dia 3º por la mañana se hallaba ya más despejado, y pedía con ansia que le diesen agua, pues por mucha que bebía no quedaba satisfecho; por la tarde después de haber baylado empezó á sudar copiosamente, exercio sus funciones naturales, y quedó mucho mas despejado, no advirtiendo en su cuerpo más dolor que el de los muslos y piernas que le había causado la agitación del bayle que siguió el dia 4º y 5º después de los quales se le sangró, y al 8º salió de casa en disposición de seguir su trabajo. El mismo feliz éxito han tenido otros tres vecinos de la misma Villa, que este mismo año han sido picados de la Tarantula…

Para experimentar mejor el veneno de este animal, cogió en el año pasado de 1786 D. Vicente Aguilera un gato negro, y cortándole un poco de pelo en el lomo le aplicó una tarántula que picó á breve a rato, en cuyo acto se estremeció el gato; y habiendo andado un poco se quedó parado estribando el hocico en el suelo, y sin movimiento, aunque se le urgaba: a las 24 horas se llevó una guitarra, y tocando el son expresado empezó a moverse al quarto de hora, a breve rato meneaba el rabo y las orejas, y empezando a andar, echó a correr ácia una hacina de sarmientos, de donde no se pudo sacar, sin que se haya sabido hasta ahora su paradero…


De usted por concluido aquí, querido cronista, el presente y curioso relato, apostilla D. Cosme…. que muestra el liderazgo de nuestra villa de Manzanares, en el tratamiento de los síntomas que, en aquel tiempo, se atribuían a la picadura de la tarántula; algo que fue muy común en la región calatrava durante los veranos de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando este animalejo era muy abundante en los campos de nuestra villa. Aun quedan cosas escritas y curiosas acerca de las picaduras de las tarántulas, y de sus supuestos remedios, a finales del siglo ilustrado, pero este relato ya ha ido de bastante para centrar el fenómeno, por lo que le sugiero dejar lo restante para cuentos sucesivos...