POR TIERRAS MANCHEGAS

En Agosto de 1970, para la Revista CAMPO, Melchor Díaz-Pinés Pinés, redactaba el siguiente artículo, utilizando expresiones muy manchegas, defendiendo al hombre de campo y trasladando su sentimiento muy acostumbrado a soportar pérdidas de cosechas, inclemencias climatológicas, trabajo siempre penoso y confiando en remedios oficiales que casi nunca llegaban.

La Mancha informa.

Su palpitante actualidad con este caliginoso sol agosteño, es el resultado económico de su cosecha cerealista que trae a mal traer al labrador, grande y pequeño, pues es bien conocido el progreso experimentado en la modernización de sus procedimientos de cultivo, incluso en los minifundios pero no ha salido aún el genio que elimine las heladas, las tormentas y todo lo malo que del cielo nos llega y que tan decididamente influye en las cosechas.

El año cerealista manchego ha sido, no digamos malo pero por ahí le andan buscando. Ni las cebadas ni los panes han salido en consonancia con el esfuerzo realizado por el cultivador. Buenos barbechos sí, semillas seleccionadas también pero a pesar de que la mies en pie presentaba buen aspecto, luego resultó que la espiga estaba muy vacía y a la hora de pesar, no se sacó el rendimiento esperado.

Las cosas del campo son de siempre así. Es muy aventurado hacer cálculos porque nunca responden como el labrador desearía. Y así ha sido este año, un año rabón que ha de pasar a la historia como gris para los intereses agrícolas. Con cosechadoras y sin ellas, en las eras y en los rastrojos, el año ha sido antieconómico en general.

El sufrido campo y el heroico labrador hace ya mucho tiempo que está esperando un lenitivo para sus 'sufrires' eternos. Vive y come y trabaja sin descanso con la confianza puesta en que el FORPPA arreglaría los tan varios problemas que afectan al campo pero que ni por esas se produce el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. ¡ No hay quien le eche una mano al campo !. A la industria todo lo que necesite y siempre con urgencia para evitar complicaciones pero parece ser que con el campo hay más 'confianza' y se pueden demorar las promesas, las mejoras, todo. Debe ser porque la gente del campo tiene una capacidad de sufrimiento y aguante capaz de sorber sus lágrimas, esperando y esperando. Con el FORPPA y sin él, llevará su arrastrada vida sin nadie agradecer el esfuerzo que realiza en hacer una España grande, sin tener que importar todos aquellos artículos que el agro español produce. Lo malo será si la paciencia se acaba y fenece el campo porque todo el mundo lo abandone, como ya hace años que ocurre.

¡ Entonces vendrá el crujir de dientes !.

La bolsa cerealista no se ha movido desde el mes pasado. Está como hace un año y dos y diez, a los mismos precios aunque la vida eleve su nivel en todo lo que pulula alrededor del campo. Jornales de doscientas pesetas en la infinidad de los casos, reparaciones cada día más caras, menores rendimientos unitarios, fertilizantes, acarreos y miles de cosas más, que el labrador ha de aceptar como hechos consumados. No es que este estado de cosas lo discuta, no, pero al menos que los productos que él cultiva se revaloricen con el nivel de vida para tener una compensación y evitar el hundimiento definitivo del campo. El labrador pide ayuda inmediata, en especial los económicamente débiles, a los que les está vedado acercarse a los Bancos. ¡ Esos no aspiran a ni siquiera un 2 HP, estoy seguro !. Quieren vivir con decoro, tienen derecho a ello y eso les es suficiente.

¡ Son tan cristianos como cualesquiera de los mortales, o no !.